Narrador: Sofía.Llegamos a la base y bajo del vehículo, el teniente Smith me escolta hasta la fortaleza, donde me encuentro con Gabriel, quién me recibe sorprendentemente con un abrazo y una preocupación que parecía ser genuina.—¿Te lastimaron? ¿Te han hecho algo? — yo niego con la cabeza y una pequeña sonrisa se forma en mis labios.—No, estoy bien — intento tranquilizarlo.Gabriel me había hecho mucho daño, todos los años de abandono que sufrí por su parte no quedarían en el olvido tan fácilmente, sin embargo, su preocupación logra hacer que vuelva a sentir que tengo a alguien en la vida aunque solo me estuviese ilusionando en vano.—El coronel ha dicho que el general nos protegerá, los traidores están en el ejército y solo podemos confiar en él.—Estoy enterado, el general nos espera en su oficina para esperar al regreso de el coronel — responde — vamos.Yo asiento y empiezo a seguirlo, caminamos por un pasillo largo y llegamos hasta la oficina donde había un guardia e
Un año después.Coloco el ramo de flores sobre la tumba de mi padre, y si MI PADRE. Ya ha pasado un año desde su muerte, lo suficiente como para darme cuenta de que no debo guardarle ningún rencor en mi corazón, a pesar de haberme abandonado cuando mi madre murió se hizo cargo de mi, se aseguró de dejarme en manos seguras e incluso dio su vida por mi. Una lágrima cae por mi mejilla, siempre que recuerdo aquella escena me deprimo, he ido a terapia, he tenido pesadillas en las que el general venía a por mi por haberlo matado, otras donde se recrea aquella horrible escena, solo que en escenarios diferentes.—Sofía, debemos irnos ya entregarán los resultados — me habla Samantha en voz baja, poniéndome una mano en el hombro para luego empezar a caminar.—Entraré en el ejército estoy segura — susurro — y haré que te sientas orgulloso, voy a seguir tus pasos.Me levanto y voy tras Samanta, subimos a la camioneta y ella conduce en dirección a la base. Hoy era un día muy importante, po
Mis ojos se pasean sobre el pequeño cuerpo semidesnudo de la pelirroja, no puedo parar de mirarla, a pesar de saber que está mal lo que hago. Esta es una parte de mí que desconocía totalmente, nunca me creí capaz de aprovecharme de la inconciencia de una mujer de esta manera, pero lo cierto es que su belleza hace que mi mente se nuble y no logre razonar correctamente.Sus mejillas sonrojadas, su boca levemente abierta y el subir y bajar de su pecho hacen que deba usar toda mi fuerza de voluntad para no tocarla.Veo los vendajes de sus heridas, realizados por mí, y maldigo internamente, al recordar que está en aquella situación solo por mi culpa. Si no la hubiese sometido a aquel castigo nada le hubiese pasado, pero al verla con el teniente la sangre me hirvió y no pude evitar sacar mi demonio.Con sumo cuidado y cautela acerco mi mano hacia su cuerpo, su pequeño cuerpo maltratado y pálido. Acaricio la piel de su abdomen con suavidad, mientras admiro sus hermosos risos cobrizos, emp
La puerta se abre y a través de ella aparece aquel hombre digno de mi admiración, mi modelo a seguir, el hombre al cual le debo todo lo que soy. — Coronel — dice Gabriel, luego de cerrar la puerta de mi oficina y saludarme. — Tome asiento para que esté más cómodo — le ofrecí señalando el sillón frente a mi escritorio, mientras me sentaba — ¿Cuál era el asunto importante que tenía que hablar conmigo? Me tomó la palabra y se sentó frente a mi — Me gustaría pedirte un favor muy personal, eres el único al que le pediría esto, ya que solo confío en ti. Sus palabras hicieron eco en mi mente, escuchar aquello hizo que algo dentro de mi temblara, Gabriel había sido como un padre para mi desde aquel día en que me salvó, ese día que me atormenta cada noche apareciendo en mis pesadillas. — Sabes que cuentas conmigo para lo que sea — respondí dándole una media sonrisa. — Tengo una hija — suelta sin más. — ¿Una hija? — repetí sin poder creerlo. — Así es — continuó de manera tranquila — teng
Narrador: Sofía.Miro a través de la ventana de mi habitación, respiro hondo y observo aquel lugar del jardín donde mi madre se sentaba todas las tardes, mientras cantaba aquellas canciones tan bonitas que ella misma componía. Cierro mis ojos y una lágrima solitaria baja por mi mejilla, a pesar de que ya pasaron semanas de su muerte siento el mismo dolor del primer día. No sé si podré llegar a superarlo, pero lo seguro es que jamás dejaré de estar agradecida por lo buena madre que fue. A pesar de su enfermedad siempre sacaba una sonrisa para no preocuparme, siempre trataba de evitar que me preocupara por ella, pero es que era algo imposible, era mi madre y era lógico que me preocupase por su bienestar. Nunca tuve nada que reclamarle, más que solo mi madre, fue mi amiga, confidente y de paso también fue mi padre, ya que a ese señor nunca lo conocí, ni siquiera me hizo falta. Cuando era pequeña preguntaba a mi madre por mi padre, ella me decía que un día me visitaría, lo cierto es qu
La discusión con Gabriel no sirvió de nada, pues el hombre se empeña en deshacerse de mí, por lo que he creado un plan B; si logro reprobar fase de prueba no me aceptarán y Gabriel tendrá que regresarme con mi nana. Lo que restó del día una mujer militar estuvo mostrándome el área, ciertas normas que debía seguir y los horarios. Llegamos frente a una casita pequeña que parecía una tienda de campaña militar — aquí te quedarás durante el periodo de prueba, mañana a las cinco de la madrugada inicia el entrenamiento, es muy importante la puntualidad — dijo la mujer — y, por cierto, los uniformes llegarán esta noche, por lo que debes pasar antes de ir al entrenamiento, te recomiendo que vayas lo más temprano posible para que puedas encontrar algo de tu taya — me miró de arriba abajo — lo veo difícil. Asiento algo incómoda por su comentario y luego entro en la tienda, la frustración se hace presente, lo único que me permitieron traer es mi ropa interior y una toalla, ni siquiera puedo ten
Siento las miradas acusadoras de los guardias presentes y me siento como una hormiga delante de gigantes. Sentí el calor en mi rostro por la vergüenza y bajé la mirada.—Como les decía — empezó a hablar aquel hombre sin despegarme la vista de encima — la disciplina es muy importante en un militar, esta incluye lo que es el respeto, el comportamiento y… — hizo énfasis en la palabra — la PUNTUALIDAD.—Lo siento — susurro sin saber que hacer.—Este será un ejemplo para todos — se gira hacia los demás presentes — cualquier indisciplina traerá consigo una sanción de un superior, esto va para todos, espero que algo así no se repita.—No, coronel — dijeron al unísono.—Usted soldado Jones — dijo refiriéndose a mi — debe darle seis vueltas al campo de entrenamiento como medida disciplinaria.Lo miré esperando que fuese una broma, pero aún me daba la espalda, además era obvio que aquel hombre no era de estar haciendo bromas.—Luego de completar las seis vueltas se integrará a las
—Me llamo Sofía — respondo mientras acepto su mano para levantarme — no te preocupes.Miro mi uniforme y maldigo internamente al ver que estaba manchado, pero decido no hacer sentir mal a aquel hombre y le regalo una sonrisa amistosa.—Pero si tú eres la pelirroja de la que todos hablan — dice con cierta sorpresa — la aspirante a soldado de esta madrugada.—¿Todos hablan de mí? — pregunto preocupada y veo como asiente con la cabeza — ¿Qué dicen?Veo como sonríe — dicen que eres toda una hozada, eres la primera en llegar tarde a un entrenamiento del coronel Miller y encima de eso lo interrumpes al llegar, eres toda una oveja descarriada — me guiña un ojo y no puedo evitar ponerme colorada por la vergüenza.—Ha sido un accidente — me defiendo.—Pues deberías tener cuidado, al paso que vas no durarás mucho aquí — aconsejó.—Tendré más cuidado — mentí pensando en que todo estaba saliendo de acuerdo con mi plan.—Pues te dejo linda, espero que nos volvamos a topar pronto — s