Siento las miradas acusadoras de los guardias presentes y me siento como una hormiga delante de gigantes. Sentí el calor en mi rostro por la vergüenza y bajé la mirada.
— Como les decía — empezó a hablar aquel hombre sin despegarme la vista de encima — la disciplina es muy importante en un militar, esta incluye lo que es el respeto, el comportamiento y… — hizo énfasis en la palabra — la PUNTUALIDAD.— Lo siento — susurro sin saber que hacer.— Este será un ejemplo para todos — se gira hacia los demás presentes — cualquier indisciplina traerá consigo una sanción de un superior, esto va para todos, espero que algo así no se repita.— No, coronel — dijeron al unísono.— Usted soldado Jones — dijo refiriéndose a mi — debe darle seis vueltas al campo de entrenamiento como medida disciplinaria.Lo miré esperando que fuese una broma, pero aún me daba la espalda, además era obvio que aquel hombre no era de estar haciendo bromas.— Luego de completar las seis vueltas se integrará a las actividades que le corresponden, y se le evaluará de igual manera sin importar su retraso por el castigo — continúa diciendo y yo cada vez me convenzo más de que debo estar teniendo una pesadilla — no podrá retirarse hasta finalizar la serie de entrenamientos y el tiempo es un factor que influye a la hora de las calificaciones.Estuve a punto de quejarme, pero me detengo al ver como se voltea quedando de frente hacia mí, mirándome con molestia.— Puede iniciar — concluyó.Respiré profundo y me tragué la extensa cantidad de insultos que me pasaban por la cabeza — Si señor — dije e imité la señal que me había enseñado la mujer militar el día anterior. Me di la vuelta para empezar a correr y escuché antes de irme — coronel, diríjase a mi como coronel.Asentí mientras empezaba mi trote alrededor del campo de entrenamiento, lo cierto es que era lo suficientemente grande como para cansarme con la primera vuelta.Aumento mi velocidad mientras intento asimilar como he llegado a esta situación, apenas el día anterior mi nana me había despertado con un rico desayuno y un beso en la frente, ahora estoy dando vueltas alrededor de un campo de entrenamiento militar, bastante surrealista diría en realidad.Mientras corro veo a lo lejos como todos están haciendo una serie de ejercicios mientras el coronel los vigilaba. Nunca conocí a alguien tan antipático, es cierto que he llegado tarde, sin embargo, es mi primer día, no sé nada de esto, hice lo posible por llegar a tiempo; ¿No podía ser un poco más comprensivo?No, claro que no, el señor gruñón tiene que ser un ogro.Pongo los ojos en blanco y hago una mueca imitando su cara de ogro, luego río para mi misma y disminuyo la velocidad ya que empiezo a agotarme.Luego de haber dado tres vueltas, siento que no doy para más y me detengo para poder descansar, pero como era de esperarse al coronel no le agradó esto y me hizo una señal para que siguiera corriendo, así que soltando un suspiro volví a correr.…Totalmente cansada, pero sintiéndome victoriosa entro al campo de entrenamiento y me siento sobre una roca, siento mi cuerpo sudado y me entran unas inmensas ganas de darme una ducha, pero en mi situación lo veo casi imposible.— Hola — escucho una voz femenina acercarse a mí y dirijo la mirada hacia ella — soy la oficial Margaret Brown, médico militar — me extiende su mano y yo la acepto.— Sofía Jones — le sonreí.— Necesito hacerte un pequeño chequeo antes de que inicies el entrenamiento, por tu seguridad — dejó el maletín que traía en el piso y empezó a buscar dentro — ¿Cómo te sientes?— ¿Además de agotada? — dije automáticamente concierto tono de sarcasmo.— No lo tomes personal, me han contado lo que pasó — dice mientras saca un estetoscopio — es así con todos, solo quiere disciplinarlos lo mejor posible.Me regala una sonrisa y se coloca el estetoscopio para empezar con la revisión, yo prefiero mantener silencio para no distraerla y dejarla avanzar con su trabajo.Luego de la pequeña revisión Margaret le informa al coronel de que puedo iniciar con el entrenamiento, así que no perdió ni un segundo para llamarme y empezar a darme indicaciones.— El entrenamiento de hoy está basado en los ejercicios más básicos, ya que no están acostumbrados a tanto esfuerzo físico, debemos iniciar con algo sencillo — habla sin siquiera dirigirme la mirada.…El resto de la mañana me la pasé fingiendo que ponía esfuerzo en los ejercicios, cuando en realidad los hacía mal a propósito para sacar bajas calificaciones y poder volver con mi nana lo más pronto posible.El campo de entrenamiento estaba casi vacío, solo estábamos el coronel y yo, debido a mi retraso por el castigo que recibí. A pesar de estar hambrienta estaba disfrutando el momento, ya que el coronel tenía una cara de ogro más notoria que antes, por lo que deduzco que estaba molesto y lo más probable es que sea por mi culpa.— Terminaste aquí — dijo parándose frente a mí.Fruncí el entrecejo sin comprender, ya que recuerdo perfectamente cuando dijo que no podría irme hasta terminar el entrenamiento, sin embargo, no objeté, pues mi estómago estaba rugiendo bastante como para ignorarlo.— Ve al comedor y aliméntate, a ver si así aumentas algo de masa muscular, la desnutrición no te permite completar tus ejercicios — dice como si nada y se marcha sin más.Completamente enojada, salgo del campo de entrenamiento echando mil maldiciones al aire, en pocas palabras me había llamado desnutrida, en mi cara, y se había marchado de lo más tranquilo posible.Grandísimo imbécilPaso a recoger los uniformes restantes que ya habían llegado y por suerte había algunos de mi talla, así que los tomé, los dejé en mi tienda y luego fui a darme un baño, allí me topé con más mujeres en las duchas, por suerte cada ducha tenía un cubículo cerrado para más privacidad.Luego de darme un buen baño me visto y salgo con rumbo al comedor, pero antes de poder entrar alguien sale tras la puerta y no logro evitar el choque con esta persona que al parecer venía mirando hacia atrás.— Auch — digo al recibir el impacto y siento como un líquido frío cae sobre mi.— Lo siento — le escucho decir — ha sido mi culpaLevanto la vista y me encuentro con unos ojos color miel mirándome de una manera muy intensa.— Soy el teniente Williams, Jack Williams — dice mientras me extiende su mano para ayudar a levantarme — ¿Y tú quién eres bonita?……………………………………………………………….En el próximo capítulo veremos:…— Usted y Gabriel se pueden ir directo a la m****a — suelto sin más.— Escúchame pequeño demonio, me importa muy poco que seas la hija de Gabriel, tengo autorización para disciplinarte como se me venga en gana — dice apoyándose en el escritorio mientras me lanza una mirada asesina — así que no me provoques, porque no te va a gustar el resultado, otra falta de respeto y…— ¿Y qué? — lo interrumpí — ¿Qué me hará coronel? ¿Me pondrá a darle cien vueltas al campo de entrenamiento? — pregunto burlona.— Ah, ¿Quieres ver cómo te castigaré? — sus ojos se oscurecieron.El miedo me invadió al ver que empezaba a rodear el escritorio, así que hice lo que toda persona coherente haría en mi lugar…CorríSalgo huyendo hacia la puerta, pero justo cuando estoy a punto de abrirla para salir, siento como me toma de la cintura para girarme y luego acorralarme contra la puerta. Se inclina hacia mi e intento golpearlo para apartarlo pero toma mis manos y las pone sobre mi cabeza impidiendo que pueda defenderme., me gira y luego me acorrala contra la puerta. Se inclina hacia mi e intento golpearlo para apartarlo, pero toma mis manos y las pone sobre mi cabeza impidiendo que pueda defenderme.—Me llamo Sofía — respondo mientras acepto su mano para levantarme — no te preocupes.Miro mi uniforme y maldigo internamente al ver que estaba manchado, pero decido no hacer sentir mal a aquel hombre y le regalo una sonrisa amistosa.—Pero si tú eres la pelirroja de la que todos hablan — dice con cierta sorpresa — la aspirante a soldado de esta madrugada.—¿Todos hablan de mí? — pregunto preocupada y veo como asiente con la cabeza — ¿Qué dicen?Veo como sonríe — dicen que eres toda una hozada, eres la primera en llegar tarde a un entrenamiento del coronel Miller y encima de eso lo interrumpes al llegar, eres toda una oveja descarriada — me guiña un ojo y no puedo evitar ponerme colorada por la vergüenza.—Ha sido un accidente — me defiendo.—Pues deberías tener cuidado, al paso que vas no durarás mucho aquí — aconsejó.—Tendré más cuidado — mentí pensando en que todo estaba saliendo de acuerdo con mi plan.—Pues te dejo linda, espero que nos volvamos a topar pronto — s
Luego del entrenamiento, que consistía en aprender cierto reglamento del ejército me dirigí a las duchas para bañarme antes de ir al comedor.Mientras me ducho calculo cada paso que daré en mi plan, debo saber exactamente que decirle al general, nunca lo he visto y no sé si le importan este tipo de asuntos, pero algo tengo que probar, además, si él es el que está al mando seguro que no quiere que haya corrupción aquí. Quizás no sea tan bestia como ese ogro descarado.Visualizo mi plan una vez más en mi mente:Luego de la cena salgo en dirección a la fortaleza, cuando el guardia de la puerta me detenga le explicaré que tengo que hablar con el general de manera urgente, le insistiré hasta que me permita el paso. Al estar dentro con las indicaciones que me de el guardia, buscaré la oficina del general, una vez la encuentre tocaré la puerta y esperaré a que me permita pasar y entonces hablaré con él.Suspiro no muy convencida de mi plan, pero al fin y al cabo es lo que hay. Tomo mi ro
Me encuentro aún atada y amordazada sobre la cama del coronel, ni siquiera me desató antes de irse, piensa que puede tenerme aquí como una prisionera. Esto se puede considerar como secuestro, pues me tiene retenida en contra de mi voluntad, quizás algún día lo denuncie y lo metan a la cárcel por abusivo.Sin embargo, no se me ha olvidado que el causante de todo esto ha sido Gabriel, me las va a pagar. ¿Qué le costaba dejarme con mi nana? Solo quiere hacerme sufrir, como hizo sufrir a mi madre por su abandono.Agarro fuerzas e intento levantarme, hacerlo con las manos atadas a la espalda tampoco es tan fácil, cuando lo logro busco algo con la mirada, algo que pueda ayudarme a salir de este lugar, pero es inútil, no hay nada. Sin muchas alternativas camino hacia la puerta y empiezo a patearla con la esperanza de que alguien pase cerca y logre escucharme.Luego de patear la puerta hasta cansarme vuelvo a la cama y me siento sobre ella, resignada. Mi boca duele por la mordaza, el ogro
Narrador: Joshua.Le doy otro azote y veo como tiembla — uno — al fin susurra vencida y yo asiento satisfecho y sigo con otro — dos…Bajo la intensidad ya que al fin está cooperando para que entienda el mensaje que le quiero transmitir, sin necesidad de hablar.Luego de varios minutos le doy la última nalgada y la escucho decir — quince.Aún con sus manos atrapadas me incliné y volví a colocarle sus bragas y su pantalón — ya te puedes levantar — le digo y la suelto.Ella se levanta sin decir nada y antes de alejarse le agarro del brazo y tiro de ella para que se de la vuelta quedando frente a mí. Puedo ver sus mejillas mojadas por las lagrimas y lo ruborizada que está, pero se mantiene mirando cualquier cosa de la habitación que no sea yo. —Acuéstate y duerme — se limita a asentir y yo suelto su brazo, rodea la cama y sin decir media palabra se acuesta al otro lado. Miro mi mano, la cual estaba un poco roja aún y suelto un suspiro frustrado.¿Ahora siento culpa?Me golpeo
Narrador: Sofía.Abro los ojos aún adormilada y me remuevo en la cama, esta cama es tan cómoda, me parece una injusticia que el coronel pueda tener tantos privilegios en un lugar como este, el tamaño de la cama es simplemente exagerado e innecesario, tiene su propio baño, un armario y hasta una nevera. ¿Eso es algo normal? No lo creo la verdad.Miro el reloj en la mesita y veo que marca las 8:05 a.m. así que decido levantarme y darme un baño, abro el armario del coronel y encuentro toallas limpias, tomo una y me dirijo al baño. Al entrar me despojo de mi ropa y abro el agua caliente, para luego meterme debajo. Me mantengo allí durante varios minutos, luego tomo la esponja de baño y le pongo jabón para empezar a frotarme con ella.Flash Back:Siento otro azote más fuerte que el anterior y me parece que no voy a soportar por mucho tiempo, el siguiente me hace temblar, y me doy por vencida — uno — digo con voz casi inaudibleVuelve a impactar — dos — siento como mi voz empieza a que
Me remuevo incómoda al sentir un peso sobre mí, abro los ojos y está oscuro, me muevo y entonces me doy cuenta de que es el brazo del coronel que se aferra a mí con fuerza, y es cuando me doy cuenta de que me tiene abrazada por detrás, enderezo la espalda y siento su abdomen contra ella cuando empieza a acomodarse, acercándome más a él y aprisionándome de manera que casi no puedo ni respirar.Cuando me pega completamente a él, pone una de sus piernas sobre mí y es entonces cuando lo siento… algo me empieza a hacer presión en mi trasero y mis ojos se abren con sorpresa.¿A caso es…?Vuelve a moverse y me hago más consiente de la erección que frota contra mí. ¿Qué demonios?—Coronel — susurro y no obtengo respuesta, es claro que está dormido.Mis mejillas se encienden por la situación e intento salir de su agarre, pero es simplemente inútil.—¡coronel! — esta vez hablo más fuerte.—¿Qué pasa? — pregunta levantando la cabeza con voz adormilada.—¿Podría soltarme? — mi voz sal
—Mírame, Sofía — lo escucho decir y maldigo en mis adentros, no lo obedezco. Una de sus manos va hasta mi mentón y suavemente lo hace subir para que lo mire.Debo decir que se veía jodidamente atractivo con su cabello mojado por el agua y las pequeñas gotas bajando por su cara y cuello.—Me parece que ya entiendes la situación — dice mirándome a los ojos con cierta intensidad — deja de provocarme, solo compórtate bien y nos evitamos este tipo de situaciones ¿Ok? Asiento y desvío la mirada hacia mis manos — ¿Ya me puedo ir? — intento ignorar su cercanía y el bulto bajo su pantalón.—Puedes irte — responde y se hace a un lado — toma una de las toallas del armario y sécate bien, para que no te resfríes y usa otra de mis camisetas.Asiento en silencio y salgo de inmediato, mientras tiemblo por el frío busco una toalla y empiezo a secarme, tomo otra camiseta y me la pongo de inmediato, me siento en la cama y sigo secando mi cabello.Luego de unos minutos el coronel salió del baño
Narrador: Joshua.Salgo de la enfermería para dejar que Margaret haga su trabajo revisando a Sofía, en estos momentos no sé que es mayor, si mi preocupación, o el enojo que traigo dentro.No debí enviarla sola.Mientras camino ignoro todo a mi alrededor, Gabriel ha confiado la vida de su hija en mis manos, ¿Y qué es lo primero que hago? Ponerla en peligro, genial, soy una pésima niñera, a decir verdad.Entro a la oficina, y el teléfono empieza a timbrar, suspiro resignado, es obvio que el general ya se ha enterado. —Coronel Miller — me identifico al descolgar la llamada.—Coronel — es la voz del general — como es posible que una aspirante a soldado haya sido atacada dentro de nuestra base militar, esto es inaceptable.—Estoy tan consternado como usted — respondo — la victima acaba de despertar, la está revisando el médico, cuando esté en condiciones voy a interrogarla personalmente y abriré una investigación profunda, quien sea que lo haya hecho lo voy a descubrir.—Eso e