—Mírame, Sofía — lo escucho decir y maldigo en mis adentros, no lo obedezco. Una de sus manos va hasta mi mentón y suavemente lo hace subir para que lo mire.Debo decir que se veía jodidamente atractivo con su cabello mojado por el agua y las pequeñas gotas bajando por su cara y cuello.—Me parece que ya entiendes la situación — dice mirándome a los ojos con cierta intensidad — deja de provocarme, solo compórtate bien y nos evitamos este tipo de situaciones ¿Ok? Asiento y desvío la mirada hacia mis manos — ¿Ya me puedo ir? — intento ignorar su cercanía y el bulto bajo su pantalón.—Puedes irte — responde y se hace a un lado — toma una de las toallas del armario y sécate bien, para que no te resfríes y usa otra de mis camisetas.Asiento en silencio y salgo de inmediato, mientras tiemblo por el frío busco una toalla y empiezo a secarme, tomo otra camiseta y me la pongo de inmediato, me siento en la cama y sigo secando mi cabello.Luego de unos minutos el coronel salió del baño
Narrador: Joshua.Salgo de la enfermería para dejar que Margaret haga su trabajo revisando a Sofía, en estos momentos no sé que es mayor, si mi preocupación, o el enojo que traigo dentro.No debí enviarla sola.Mientras camino ignoro todo a mi alrededor, Gabriel ha confiado la vida de su hija en mis manos, ¿Y qué es lo primero que hago? Ponerla en peligro, genial, soy una pésima niñera, a decir verdad.Entro a la oficina, y el teléfono empieza a timbrar, suspiro resignado, es obvio que el general ya se ha enterado. —Coronel Miller — me identifico al descolgar la llamada.—Coronel — es la voz del general — como es posible que una aspirante a soldado haya sido atacada dentro de nuestra base militar, esto es inaceptable.—Estoy tan consternado como usted — respondo — la victima acaba de despertar, la está revisando el médico, cuando esté en condiciones voy a interrogarla personalmente y abriré una investigación profunda, quien sea que lo haya hecho lo voy a descubrir.—Eso e
— Qué está haciendo usted aquí teniente? — pregunté sin dejar de mirar a Sofía.—Estaba interrogándola coronel — dice y entonces dirijo la mirada hacia él arqueando una ceja.—¿Ya terminó? — inquiero avanzando hasta quedar frente a la camilla de Sofía y al lado del teniente.—Si coronel — responde, lo que más me molesta es su tranquilidad, como si no estuviera haciendo nada malo, cuando sé perfectamente lo que vi.—Entonces retírese y siga con la investigación — le ordeno.—Como ordene coronel — y se marcha cerrando la puerta tras de él.Dirijo la mirada a Sofía quien no ha abierto la boca — ¿Llegué en mal momento? — pregunto cruzándome de brazos.—Podría decirse — susurra, pero logro escucharla.Me siento en la silla justo al lado de la camilla, sin dejar de observarla — se puede saber ¿Por qué carajos estaban tan cerca? —¿Tú quien eres? ¿Mi padre? — pregunta con desinterés — no te debo explicaciones.—El único que puede estar tan cerca de ti soy yo — le digo y po
—¿Seguro que es el culpable? — pregunto en dirección a Drack, mientras observo al soldado que cuelga inconsciente del techo.—Ha sido fácil deducirlo — dice con simpleza — estaba en turno de guardia anoche, pero varios guardias afirman que estaba ausente en su puesto.—¿Solo por eso? — arqueo una ceja.—Encontramos el objeto con el que golpeó a Sofía en la cabeza para lograr dejarla inconsciente — explica — lo había dejado tirado unos cuantos metros después.—¿Cómo supiste que con eso la golpeó si estaba tan lejos? — arqueo una ceja.—El objeto era un tubo metálico — habla sin dejar de mirarme — estaba detrás de unos tanques, tenía algo de sangre, por lo que lo envié a analizar al laboratorio como alta prioridad, por lo que en media hora ya tenía resultados. La sangre era de Sofía y el tubo tenía huellas dactilares de una sola persona — señala al hombre frente a nosotros — sin embargo, no paré ahí, por lo que hice un registro en la habitación de este señor, encontrando un c
Narrador: Sofía.Desde aquel día en que me atacaron mi vida dio un giro inesperado, Gabriel apareció para llevarme con él, pero también para darme una terrible noticia; y es que mi nana había muerto de un infarto. No lo quise aceptar al inicio, sentí que lo poco que me quedaba ya no estaba, empecé a sentir un odio incluso mayor al que ya sentía por Gabriel, pues, si no me hubiese traído al ejército yo podría haber estado con ella y salvarla, o simplemente habría tenido unos días más para compartir con ella, por lo que me negué rotundamente a irme con él y preferí quedarme en el ejército. Tardé un tiempo en asimilar que estaba sola en la vida, que ya no tenía a nadie más que a mi misma, pero lo terminé aceptando. Durante los últimos cinco meses he dado todo de mi en cada entrenamiento, a pesar de tener desventajas frente al resto, he sabido como sobrepasar cada prueba. Gabriel también me habló sobre sus enemigos, las personas que podrían lastimarme para tener poder sobre él, sin e
Podría soltarme? — pregunto, conectando con su mirada.—Sabes que no voy a dudar en ponértelo en contra de tu voluntad si es necesario, solo deja que lo haga y listo — mientras suelta esas palabras me agarra ambas manos y en un rápido movimiento me da la vuelta para ponerme sobre el escritorio.Él tiene razón, de todas maneras, lo hará, porque le importa una mierda lo que yo sienta o piense.—Está bien, pero suélteme — me rindo sintiendo como floja su agarre en mi inmediatamente.—Bien — responde y me suelta dejando que me incorpore.Una vez de pie lo veo tomar el paquete y sacar algo, inmediatamente se agacha y levanta mi pantalón en la pierna derecha, dejando mi tobillo al descubierto, para posteriormente ponerlo atando una pequeña correa impermeable con una mini pantalla que mostraba un punto verde parpadeante. Al colocarlo veo como pone su dedo sobre lo que parecía ser un sensor de huella dactilar, el aparato hace dos pitidos y se habilita un seguro.—Para quitártelo ten
—Sofía — la voz del coronel me sobresalta.—Mierda — susurro levantándome de inmediato — escóndete.—¿Por qué? — pregunta Jack levantándose de la cama — no estamos de servicio, no pasa nada.Antes de poder decir media palabra el coronel aparece entrando en la tienda, clavando sus ojos sobre mí.—¿Qué sucede aquí? — pregunta, cruzado de brazos.—Nada coronel, solo estábamos hablando, ya que hacía mucho que no nos veíamos — responde con naturalidad.—Ya veo — me lanza una mirada de enojo — ¿Podrías dejarnos a solas? Debo hablar algo con Jones.—Claro coronel — se gira hacia mí y me da un beso en la mejilla, logrando sacarme un rubor por la sorpresa — te espero con los muchachos — me guiña un ojo y puedo ver una sonrisa de satisfacción en sus labios, antes de abandonar el lugar.¿Lo había hecho a propósito? El no haría algo así ¿O sí? Mis ojos se topan con aquella mirada tormentosa, el coronel no parecía nada relajado, su mandíbula estaba tensa y sus puños apretados. ¿
—Alguien viene — susurré nerviosa.—Ve por allí — me señala como puedo salir al otro lado por detrás.Asiento y salgo casi huyendo sin pensármelo dos veces, me escondo detrás de la pared, pero antes de seguir mi camino decido ver de quien se trata.Drack…Siempre apareciendo en el momento menos oportuno.Con cuidado de que no me viera seguí mi camino, mi corazón late con tanta rapidez que siento que se saldrá de mi pecho en cualquier momento, quizás por la adrenalina de casi ser atrapados, o tal vez por haberme besado con Jack, o una combinación de ambas.Fui hasta mi tienda para buscar mi uniforme y dirigirme a las duchas de inmediato, curiosamente llevaba una estúpida sonrisa en el rostro durante todo el trayecto.Me despojo de mi ropa e ingreso a la ducha, abro el agua caliente y dejo que caiga sobre mi cabeza, suspiro mientras siento la satisfacción del agua recorriendo mi cuerpo. Uno de mis dedos va hasta mis labios, intentando recordar la sensación de sus labios contra