La discusión con Gabriel no sirvió de nada, pues el hombre se empeña en deshacerse de mí, por lo que he creado un plan B; si logro reprobar fase de prueba no me aceptarán y Gabriel tendrá que regresarme con mi nana.
Lo que restó del día una mujer militar estuvo mostrándome el área, ciertas normas que debía seguir y los horarios.Llegamos frente a una casita pequeña que parecía una tienda de campaña militar — aquí te quedarás durante el periodo de prueba, mañana a las cinco de la madrugada inicia el entrenamiento, es muy importante la puntualidad — dijo la mujer — y, por cierto, los uniformes llegarán esta noche, por lo que debes pasar antes de ir al entrenamiento, te recomiendo que vayas lo más temprano posible para que puedas encontrar algo de tu taya — me miró de arriba abajo — lo veo difícil.Asiento algo incómoda por su comentario y luego entro en la tienda, la frustración se hace presente, lo único que me permitieron traer es mi ropa interior y una toalla, ni siquiera puedo tener mi celular.Soltando un bufido observo todo a mi alrededor y doy con ropa sobre la cama, un pantalón de algodón gris y una franela blanca, los tomé y como era de esperarse, a leguas se veía que me quedaban grandes.Suelto un suspiro frustrado y decido darme un baño sin haber ido al comedor, pues no tenía hambre y solo quería dormir y despertar lejos de este lugar. Y es así como me baño por unos minutos, me sentí aliviada al ver que las duchas estaban vacías y pude asearme con toda comodidad.A la hora de vestirme agradecí profundamente que el pantalón tuviese un cordón para apretarlo. Terminando de vestirme me voy a la cama y sin mucho esfuerzo quedo rendida por el cansancio.…Abro los ojos con pesadez y me doy la vuelta para seguir durmiendo, escucho ruido fuera y entonces caigo en cuenta. Me levanto sobresaltada de la cama y me asomo por la pequeña ventanilla.M****aSalgo de la cama a toda prisa al ver una fila de soldados caminar por el lugar. Miré el reloj y efectivamente iba a llegar tarde si no me apresuraba, así que de inmediato fui a buscar el uniforme, pero al llegar solo había dos uniformes disponibles, puesto que al parecer ya todos habían tomado el suyo. Mi estrés se hace presente al ver que solo quedan dos uniformes espectacularmente grandes, suspiro sin saber que hacer, este tipo de situaciones solo me pasan a mí. Tomo el más pequeño y me lo llevo, me dirijo a las duchas y otra vez están vacías, me ducho lo más rápido que puedo y empiezo a vestirme; el polo me queda como un vestido, el pantalón se me cae y el cinturón también me queda enorme. Me siento en una esquina sintiéndome derrotada, me quedé mirando un punto fijo durante varios minutos y entonces una idea llegó a mi cabeza.Me levanté y busqué el pantalón de pijama que me había quitado, tomo el cordón y lo saco del pantalón para luego usarlo como correa, dejé el polo por fuera para que no se vea y por último me puse las potas que gracias al cielo si había de mi talla.Corro por todo el establecimiento hasta ver el campo de entrenamiento, logro divisar a los demás formando una línea horizontal, me acerco y veo a un hombre de espaldas a mi y de frente a los soldados.— Perdón — dije al llegar disculpándome — lamento la tardanza, no había uniformes de mi talla y …Guardé silencio cuando aquel hombre se giró hacia mí, fulminándome con la mirada. Sus ojos eran tan grises como el cielo abarrotado de nubes en un día de tormenta, estos no mostraban más que frialdad y un muro que impedía ver una pizca de emoción en ellos. Su imponente altura hizo que me sintiera intimidada, su cara seria y casi enojada me dio a entender que no le agradó que lo interrumpiese.Me parece que estoy en problemas.Siento las miradas acusadoras de los guardias presentes y me siento como una hormiga delante de gigantes. Sentí el calor en mi rostro por la vergüenza y bajé la mirada.—Como les decía — empezó a hablar aquel hombre sin despegarme la vista de encima — la disciplina es muy importante en un militar, esta incluye lo que es el respeto, el comportamiento y… — hizo énfasis en la palabra — la PUNTUALIDAD.—Lo siento — susurro sin saber que hacer.—Este será un ejemplo para todos — se gira hacia los demás presentes — cualquier indisciplina traerá consigo una sanción de un superior, esto va para todos, espero que algo así no se repita.—No, coronel — dijeron al unísono.—Usted soldado Jones — dijo refiriéndose a mi — debe darle seis vueltas al campo de entrenamiento como medida disciplinaria.Lo miré esperando que fuese una broma, pero aún me daba la espalda, además era obvio que aquel hombre no era de estar haciendo bromas.—Luego de completar las seis vueltas se integrará a las
—Me llamo Sofía — respondo mientras acepto su mano para levantarme — no te preocupes.Miro mi uniforme y maldigo internamente al ver que estaba manchado, pero decido no hacer sentir mal a aquel hombre y le regalo una sonrisa amistosa.—Pero si tú eres la pelirroja de la que todos hablan — dice con cierta sorpresa — la aspirante a soldado de esta madrugada.—¿Todos hablan de mí? — pregunto preocupada y veo como asiente con la cabeza — ¿Qué dicen?Veo como sonríe — dicen que eres toda una hozada, eres la primera en llegar tarde a un entrenamiento del coronel Miller y encima de eso lo interrumpes al llegar, eres toda una oveja descarriada — me guiña un ojo y no puedo evitar ponerme colorada por la vergüenza.—Ha sido un accidente — me defiendo.—Pues deberías tener cuidado, al paso que vas no durarás mucho aquí — aconsejó.—Tendré más cuidado — mentí pensando en que todo estaba saliendo de acuerdo con mi plan.—Pues te dejo linda, espero que nos volvamos a topar pronto — s
Luego del entrenamiento, que consistía en aprender cierto reglamento del ejército me dirigí a las duchas para bañarme antes de ir al comedor.Mientras me ducho calculo cada paso que daré en mi plan, debo saber exactamente que decirle al general, nunca lo he visto y no sé si le importan este tipo de asuntos, pero algo tengo que probar, además, si él es el que está al mando seguro que no quiere que haya corrupción aquí. Quizás no sea tan bestia como ese ogro descarado.Visualizo mi plan una vez más en mi mente:Luego de la cena salgo en dirección a la fortaleza, cuando el guardia de la puerta me detenga le explicaré que tengo que hablar con el general de manera urgente, le insistiré hasta que me permita el paso. Al estar dentro con las indicaciones que me de el guardia, buscaré la oficina del general, una vez la encuentre tocaré la puerta y esperaré a que me permita pasar y entonces hablaré con él.Suspiro no muy convencida de mi plan, pero al fin y al cabo es lo que hay. Tomo mi ro
Me encuentro aún atada y amordazada sobre la cama del coronel, ni siquiera me desató antes de irse, piensa que puede tenerme aquí como una prisionera. Esto se puede considerar como secuestro, pues me tiene retenida en contra de mi voluntad, quizás algún día lo denuncie y lo metan a la cárcel por abusivo.Sin embargo, no se me ha olvidado que el causante de todo esto ha sido Gabriel, me las va a pagar. ¿Qué le costaba dejarme con mi nana? Solo quiere hacerme sufrir, como hizo sufrir a mi madre por su abandono.Agarro fuerzas e intento levantarme, hacerlo con las manos atadas a la espalda tampoco es tan fácil, cuando lo logro busco algo con la mirada, algo que pueda ayudarme a salir de este lugar, pero es inútil, no hay nada. Sin muchas alternativas camino hacia la puerta y empiezo a patearla con la esperanza de que alguien pase cerca y logre escucharme.Luego de patear la puerta hasta cansarme vuelvo a la cama y me siento sobre ella, resignada. Mi boca duele por la mordaza, el ogro
Narrador: Joshua.Le doy otro azote y veo como tiembla — uno — al fin susurra vencida y yo asiento satisfecho y sigo con otro — dos…Bajo la intensidad ya que al fin está cooperando para que entienda el mensaje que le quiero transmitir, sin necesidad de hablar.Luego de varios minutos le doy la última nalgada y la escucho decir — quince.Aún con sus manos atrapadas me incliné y volví a colocarle sus bragas y su pantalón — ya te puedes levantar — le digo y la suelto.Ella se levanta sin decir nada y antes de alejarse le agarro del brazo y tiro de ella para que se de la vuelta quedando frente a mí. Puedo ver sus mejillas mojadas por las lagrimas y lo ruborizada que está, pero se mantiene mirando cualquier cosa de la habitación que no sea yo. —Acuéstate y duerme — se limita a asentir y yo suelto su brazo, rodea la cama y sin decir media palabra se acuesta al otro lado. Miro mi mano, la cual estaba un poco roja aún y suelto un suspiro frustrado.¿Ahora siento culpa?Me golpeo
Narrador: Sofía.Abro los ojos aún adormilada y me remuevo en la cama, esta cama es tan cómoda, me parece una injusticia que el coronel pueda tener tantos privilegios en un lugar como este, el tamaño de la cama es simplemente exagerado e innecesario, tiene su propio baño, un armario y hasta una nevera. ¿Eso es algo normal? No lo creo la verdad.Miro el reloj en la mesita y veo que marca las 8:05 a.m. así que decido levantarme y darme un baño, abro el armario del coronel y encuentro toallas limpias, tomo una y me dirijo al baño. Al entrar me despojo de mi ropa y abro el agua caliente, para luego meterme debajo. Me mantengo allí durante varios minutos, luego tomo la esponja de baño y le pongo jabón para empezar a frotarme con ella.Flash Back:Siento otro azote más fuerte que el anterior y me parece que no voy a soportar por mucho tiempo, el siguiente me hace temblar, y me doy por vencida — uno — digo con voz casi inaudibleVuelve a impactar — dos — siento como mi voz empieza a que
Me remuevo incómoda al sentir un peso sobre mí, abro los ojos y está oscuro, me muevo y entonces me doy cuenta de que es el brazo del coronel que se aferra a mí con fuerza, y es cuando me doy cuenta de que me tiene abrazada por detrás, enderezo la espalda y siento su abdomen contra ella cuando empieza a acomodarse, acercándome más a él y aprisionándome de manera que casi no puedo ni respirar.Cuando me pega completamente a él, pone una de sus piernas sobre mí y es entonces cuando lo siento… algo me empieza a hacer presión en mi trasero y mis ojos se abren con sorpresa.¿A caso es…?Vuelve a moverse y me hago más consiente de la erección que frota contra mí. ¿Qué demonios?—Coronel — susurro y no obtengo respuesta, es claro que está dormido.Mis mejillas se encienden por la situación e intento salir de su agarre, pero es simplemente inútil.—¡coronel! — esta vez hablo más fuerte.—¿Qué pasa? — pregunta levantando la cabeza con voz adormilada.—¿Podría soltarme? — mi voz sal
—Mírame, Sofía — lo escucho decir y maldigo en mis adentros, no lo obedezco. Una de sus manos va hasta mi mentón y suavemente lo hace subir para que lo mire.Debo decir que se veía jodidamente atractivo con su cabello mojado por el agua y las pequeñas gotas bajando por su cara y cuello.—Me parece que ya entiendes la situación — dice mirándome a los ojos con cierta intensidad — deja de provocarme, solo compórtate bien y nos evitamos este tipo de situaciones ¿Ok? Asiento y desvío la mirada hacia mis manos — ¿Ya me puedo ir? — intento ignorar su cercanía y el bulto bajo su pantalón.—Puedes irte — responde y se hace a un lado — toma una de las toallas del armario y sécate bien, para que no te resfríes y usa otra de mis camisetas.Asiento en silencio y salgo de inmediato, mientras tiemblo por el frío busco una toalla y empiezo a secarme, tomo otra camiseta y me la pongo de inmediato, me siento en la cama y sigo secando mi cabello.Luego de unos minutos el coronel salió del baño