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El Nacimiento de Rebecca...

Mientras James se recuperaba , en el reino, Leroy consiguió a tres hombres de confianza para poder expiar a Said.

- Debes tener cuidado... él es un hombre muy astuto...te daré a tí y a tus hombres unos amuletos para que él no sospeche que son del reino del esté...- le advirtió Norma.

Leroy recibió los amuletos y le entrego a cada uno de sus hombres.

Emprendieron el viaje a los terrenos de Said, se vistieron cómo forasteros que buscaban trabajo.

Al acercarse al castillo de Said, Leroy sintió una opresión en el pecho, era cómo si algo estuviera a punto a pasar, respiró profundo y continuo galopando hasta llegar al puente levadizo, un guardia lo recibió.

- Ustedes!! Que hacen aquí?- preguntó bruscamente.

Leroy se bajó del caballo y se acercó al guardia.

- Mi señor... somos forasteros que andamos en busca de trabajo...pensamos que sí su merced tendría trabajo para tres hombres desesperados... necesitamos llevar el pan a nuestras familias...- dijo Leroy tratando de sonar humilde.

El guardia los miró a los tres de pies a cabeza, apesar que sus vestimentas era de campesinos sus figuras era de hombres con fuerza.

- Esperen aquí...iré a preguntar al mayordomo si se necesita más siervos...- dijo el guardia, dejándolos solos.

Los hombres se miraron entre sí.

- Usted creé que nos contraten? Se ve que es un castillo muy fortificada...- dijo unos de los hombres.

Leroy se encogió de hombros.

Después de un rato el puente levadizo comenzó a bajar y el guardia les hizo seña para siguieran con sus caballos.

- Pueden dejar sus caballos en las caballerizas...y el mayordomo los espera en la cocina...- dijo el guardia mientras les mostraba donde estaban la caballerizas y la cocina.

Los hombres se bajaron de sus caballos , Leroy los miró con cuidado.

- Escuchen...deben tener cuidado con lo que dicen...y tienen que observar todo lo que vean... cuando descubramos todo nos iremos con cautela...- les ordenó Leroy.

Los tres hombres asintieron con la cabeza.

El mayordomo al ver a los hombres se sorprendió por los musculosos que eran, pensaba que eran unos campesinos cualquiera .

- Ustedes son campesinos? No tienen el perfil de campesinos más bien parecen luchadores? - preguntó el Mayordomo.

Leroy lo miró con curiosidad.

- Bueno...si señor...fuimos lacayos en un reino que ya no existe...por eso tuvimos que dedicarnos a ser campesinos...- dijo Leroy con tono de lastima.

El mayordomo los miró a los tres con cuidado.

- Bien... ustedes no están para trabajar en el campo... tú trabajarás con nuestro señor...- le dijo a Leroy.

- Y ustedes irán a las caballerizas ..- les indico el mayordomo.

Leroy se sorprendió por lo fácil que fue entrar en el territorio de Said.

El mayordomo lo llevo a la presencia de Said.

Este estaba esperando noticias sobre la muerte del principe, pero no había recibido ninguna noticias, su mente estaba a mil por hora .

Cuando vió entrar al mayordomo con Leroy.

- Mi Lord...hemos conseguido a un hombre para estar a sus servicios ...- dijo el mayordomo mostrando a Leroy.

Said miró de pies a cabeza a Leroy, se acercó a él.

- Dime...de dónde vienes?... preguntó con interés.

Leroy comenzó a explicar que venía de un reino que fue invadido, también le explicó que pidió trabajo en el reino del norte pero que no le dieron, cuando escucho sobre el reino de norte , abrió los ojos de interés.

- Estuviste en el reino del norte?  Supiste algo sobre un principe? - preguntó con interés

Leroy sabía por qué tanto interés, y aprovecho la instancia para ganarse su confianza.

- Mmm... bueno supe que un principe que estaba de visita... había tenido un accidente... pero que los médicos del reino lo estaban cuidando...- mintió Leroy, la verdad él no sabía nada de su amo y eso le angustiaba, miró a Said que sus ojos estaban inyectado de furia y odio.

- Está bien!!!... déjenme solo!! - les gritó con furia.

En el rostro de Leroy apareció una leve sonrisa y siguió al mayordomo.

Said se fue a su laboratorio y sacó la bola de cristal.

- Señor... necesito su ayuda...el hechizo que envié al principe Ethan no ha funcionado... él sigue con vida ...no sé qué ha pasado...- dijo avergonzado Said.

- Estúpido!!! Eres un inepto!! Te advertí que había algo extraño... ahora tendremos que usar el reloj de arena!!- le dijo la voz atraves de la bola de cristal.

- Pero que quiere que haga con el reloj?- preguntó intrigado Said.

- Escúchame... tienes que hacer exactamente lo que yo te dija...- le dijo la voz.

- Si maestro...lo obedecere ...que necesita...- dijo cabizbajo.

- Ellos quieren a su princesa para la alianza con el otro reino, pues bien...se la daremos...y cuando tengan a su princesa, nosotros tendremos a la nuestra...crearemos una princesa...- dijo la voz con tono maquiavélico.

Said abrió los ojos de asombro, él sabía que el reloj podía crear un gólem y ponerle un alma, pero era un poco complicado hacerlo.

- Cuando lo haremos?... preguntó curioso Said.

- Está noche es luna nueva...es perfecto... además necesitamos algún cabello de la princesa Abigail y la sábana en dónde durmió, te dije que no la lavaran...- le dijo la voz.

- Si maestro... tengo cabello guardado de ella, además de algunas prendas que ella dejo...- dijo Said.

- Bien... prepará todo para la noche...yo te guiare para que no te equivoqués ... además debes venir vestido de negro ...- le ordenó la voz.

Said comenzó a preparar todo para la noche, también pidió no ser molestado durante la noche, nadie debía estar en los alrededores de su laboratorio. Leroy escucho las instrucciones y le pareció extraño, estaba pensando escabullirse para poder saber lo que tramaba Said.

Cuando eran las doce de la noche Said llevó todo lo que su maestro le pidió , en una mesa colocó una tela negra, puso el reloj en medio de la mesa, el cabello de la princesa Abigail lo puso en el lado derecho y sus prendas a la izquierda.

- Escúchame muy bien... ahora agitaras el reloj y cuando la piedra roja comience a brillar dirás estás palabras " Luna de la vida...te pido que tus energías se proyecten en esta ofrenda y des viva a la prometida de tu lado oscuro..., Debes repetir tres veces está frase...- le órdeno su maestro .

Said obedeció al pie de la letra lo que le indico su maestro.

El reloj comenzó a girar y la piedra roja comenzó a brillar con un brillo que iluminaba toda la habitación, Leroy que se había escabullido para expiar a Said, observó todo lo que él estaba haciendo, sus ojos se abrieron de par en par , vió cuando la luz brillaba como la sangre y una figura humana comenzó a parecer de la nada, Leroy se limpio sus ojos porque no podía creer lo que estaba viendo, una mujer hermosa apareció en medio de la sala , tanto Said cómo Leroy quedaron paralizados, era ella.

- Princesa Abigail...

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