Inicio / Romántica / JUEGO DE RICOS / PRÓLOGO: JUEGO DE RICOS
JUEGO DE RICOS
JUEGO DE RICOS
Por: Claudia Llerena
PRÓLOGO: JUEGO DE RICOS

Prólogo: Juego de Ricos

*Narra Maia Miller*

Amar en las sombras no es nada fácil. Ser la otra, el secreto, la mentira, la traición y la definición de todo lo que está mal... Es algo que acaba por consumir la más grande historia de amor.

Me llamo Maia Miller, soy la jefa de prensa y amante del hombre que está ahora mismo en el estrado del palacio de gobierno, recitando el discurso de envestidura que yo escribí para él, sin imaginar que hay mucho más que un ascenso a la presidencia esperándole esta noche.

Mi esposo y su mujer están allá arriba, a su lado, recibiendo la gloria de una campaña que me ha costado sangre, sudor y lágrimas.

Mientras acaricio mi vientre con ternura, me duele saber todo lo que él va a perderse de nosotros cuando sea el máximo dirigente del país.

Bruce recita para las cámaras y hace círculos con uno de sus dedos sobre la sortija que le regalé, mientras yo me muerdo los labios para no llorar.

Me mira, le sonrío sin alegría y él vuelve a su fachada de hombre perfecto con su flamante Primera Dama al lado.

Los siguientes segundos son cruciales en esta historia y marcan un antes y un después en el resto de nuestras vidas...

—¡Protejan al presidente!

Los gritos de la guardia personal me ensordecen y quedan vacíos por debajo de los tiros que hacen eco en el sitio.

Las luces se apagan. Alguien me tira al suelo y protejo como puedo mi vientre con su hijo dentro.

Llantos, miedo, furia...

El ambiente se torna incierto y cuando todo vuelve a ser visible, simplemente no queda casi nada por salvar.

—¡El presidente está herido! —el alarido llega a mis oídos como dagas incrustadas a lo largo de la piel—. ¡Encontrad a la Primera Dama!

Nadie repara en mí, porque yo soy la amante, la protagonista de esta obra de teatro que al final se ha quedado tras el telón.

Sin embargo, ninguno imagina que la salvación y la condena de la nación que preside Bruce Collins, dependen de mí: de la amante del antiguo senador.

Todos esos que en su día se burlaron tanto a mis espaldas como en mis propias narices descubrirán que en este Juego de Ricos no soy una pieza más, sino la protagonista, la reina y si juego bien mi estrategia, la ganadora.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo