—Estoy aburrida de que hagas lo que se te antoja —le digo.
Él me mira, pero no responde. —Es mi casa —contesta al fin. —Genial, pues ya me voy de tu casa —comento y me coloco el vestido. —Te queda bien —dice. —¿Qué? —inquiero. —La ropa interior —contesta—, pero desnuda me gustas más. —Acaso me has visto desnuda —reclamo, pero recuerdo que acabó de verme en la cocina, ayer también. —Perdí la cuenta de la cantidad de veces —contesta él con una risa impertinente. —Han sido solo dos veces —contesto. Él solo ríe. Busco mi ropa para meterla dentro del bolso, pero me falta algo: mi braga. Busco más pero no la encuentro. —No encuentro mi braga —suelto sin pensarlo. —No la necesitas —manifiesta con dominio. —Liam devuélveme la braga —lo amenazo. —El morado te asienta —comenta cambiando de tema y esto provoca que me mire de arriba a abajo. —Declaran que es un color que aleja a los hombres —bromeo. Recojo mi bolso y camino para marcharme. Que se quede con las bragas. Me aprieta contra él antes de salir de la habitación. —Aún mejor —dice impertinente. ¡Se me está complicando la existencia!. Llegamos a Upcide, Andrea nos mira con una sonrisa. —Vaya noche más intensa ¿no? —nos dice Andrea. Le hago una seña. —Ropa nueva Ei —comenta entre risas Andrea. —Me raptaron anoche —bromeo. —Andrea, follaste anoche —le pregunta Liam—. Estás de muy buen humor. —Sí —contraataca mi amiga, su amiga—. El mismo humor que deberías tener tú. —No follé con quién quería —Andrea lo asesina con la mirada y yo también, ambas por razones distintas. —Eileen, te paso a recoger esta tarde —comenta para mi asombro. —Estás loco —contesto, no de la mejor manera—. Tengo que ir a mi casa, bajo que razones me iría contigo —él sonríe malicioso—. Tengo novio, ¿recuerdas?. —Te doy una semana para qué lo dejes —dice y se marcha. Voy a ponerme el delantal. —Cuéntame que fue eso —su interrogatorio—. ¿Te acostaste con él?. ¿Cómo fue?. ¿Vas a dejar a Jack?. ¿Qué se siente?. —Andrea —le grito llamando la atención de David—. Me vas a volver loca. Cada una va a atender el pedido de las dos únicas mesas que están ocupadas y cuando entregamos el pedido a David, se queda esperando mi respuesta. —No me acosté con él —Andrea enarca una ceja—. No pasó nada. —Ya —me interrumpe—. Y esperas que te lo crea. —Créeme —contesto—, es la verdad. Él me mostró una habitación para que durmiera, y se marchó, en lo que me estaba bañando entró, ahí me vio desnuda —Andrea ríe—. Luego se marchó con una chica —ella abre la boca—, lo sé porque desayunando ella salió de su habitación. —¿Y por qué él se está comportando tan posesivo? —pregunta, interrumpiéndome. —Me dejarás terminar de hablar —me quejo—. Hoy por la mañana me senté en la encimera de la cocina, solo con una camisa blanca de él, no tenía bragas... —Aquí están los pedidos —me interrumpe David. Andrea le dedica un mohín. Entregamos a dejar los pedidos en las mesas y tomamos la orden de otras dos. Volvemos y entregamos las notas a David. —Entonces... —¡Ash! —protesto—. ¿Por qué necesitas detalles?. —¿Por qué? —contesta—. Porque hace cinco meses te gusta él, así que exijo detalles. —Me volvió a ver desnuda. Terminé de desayunar, fui al cuarto y ahí me había dejado ropa, cambiándome volvió a entrar al cuarto... —Y te volvió a ver desnuda —interrumpe Andrea como si fuera lógico. —No —contesto—. Esta vez fue con la diminuta ropa interior que me había comprado. Fin del cotilleo. —¿Ya? —pregunta. —Quieres más —respondo—. Si para mí fue todo una locura. Le tuve que mentir a Jack, que iba a quedarme en tu casa, que había salido contigo y estabas muy tomada. La risa de Andrea hace eco en el gastropub. —Hablando de eso —expresa—. ¿Qué vas ha hacer con Jack?. —¿Jack?. Nada, seguir con él —respondo segura—. Quién es Liam para decirme que hacer. A parte no pasó nada entre nosotros. David nos alcanza el pedido de las próximas mesas, recogemos la cuenta de las que ya habíamos prestado servicio y atendemos otras dos. La mañana en Upcide parecía tranquila...parecía. —Ei conozco a Liam y no se dará por vencido —me dice con cara de lástima—. Estás viviendo algo parecido a Keira ¿sabes?, y no te puedo asegurar que tengas el mismo final. Tu ves a Keira feliz ahora pero sufrió cosas también. —Tranquila Andrea —contesto— Yo voy a seguir con mi vida como hasta ahora. A las cinco y media termino de trabajar. Y efectivamente saliendo de la puerta estaba Liam apoyado en su auto esperándome. —Ei —me sorprende Jack. Universo al fin a mi favor. —Jack —lo beso, acabo de mirar a Liam y está molesto. Jack me acompaña a casa. —Jack me quedaré contigo hoy —Jack me besa. Hace varios días, destacando que se pueden decir muchos que no tenemos sexo, pues yo siempre tenía una excusa diferente. —Está bien princesa —responde—. Te espero en casa. Entro a mi casa y mi abuela como siempre en la cocina. —No te aburres de estar tanto tiempo delante del fogón —le digo con una sonrisa. —Eso nunca —expresa. —Abuela, disculpa no haberte avisado anoche, pero salí con Andrea cuando acabé... —Ei cariño, eres mayor, no tienes por qué darme explicaciones, me basta con saber que estés bien. Sonrío. —Iré a darme una ducha. Me quedaré con Jack esta noche. —¿En serio? —pregunta—. Me había dicho él que llevabas unos días indispuesta. Jack habla mucho, punto en su contra. —Pues ya no lo estoy —respondo. —Ei cuentas conmigo siempre —me dice—. Jack es un buen chico, pero si algún día decides que no es él te apoyaré igual. —Lo sé abuela —la beso—, pero puede que sea él. Ni yo misma tengo seguridad de mis palabras. Me doy una ducha, ceno con mi abuela y conversamos un rato, este es el único tiempo del día en el que convivimos. Voy a casa de Jack, antes de entrar veo a lo lejos a Liam. Mi teléfono suena. Es un w******p de Andrea: Liam está como loco, te estaba esperando de verdad a la hora de salida. Vuelvo a mirar y ya no lo veo. Este misterio me está volviendo loca. —Es muy tarde —doy un brinco al escuchar su voz, está delante de mí—. ¿A dónde vas? —A casa de mi novio —le respondo y él parece aún más enojado—. Qué tienes tú que ver con eso. —Sí tengo que ver —me agarra tosco—. No quiero que te vea desnuda, no quiero que te toque. —Suéltame Liam —exclamo tratando de soltarme de su agarre—. No soy de tu propiedad, no somos nada. —Eres mía joder —dice con su voz ronca—. ¿Cómo te lo explico?. Rodea mi cintura con una mano, con la otra agarra mi cuello y me besa. —Ve. Anda ve y demuéstrate a ti misma que no te vas a sentir como te sientes conmigo —me da besos en el cuello—. No te tocará como yo. Demuéstrame que eres mía. Me suelta y se marcha. Ha logrado un caos en mí. Sí que me gusta, sí que me toca y me hace perder el norte, pero no puedo lastimar a Jack, no me puedo convertir en el juguete de Liam. Toco la puerta de Jack. Su abuela Mildre me abre la puerta. —Hola Mildre —la saludo con un beso—. ¿Jack se encuentra? —Ei, pequeña —me saluda con afecto—. Sí, está en su habitación. Pasa. Toco la puerta de la habitación de Jack, el abre. —Hola —digo. —Hola —contesta. Las palabras de Liam retumban en mi cabeza una y otra vez. Así que actúo por mi cuenta antes de seguir pensando en aquel rubio. Lo beso y poco a poco vamos caminando hasta su cama. Despacio me quita la parte superior del pijama, continúa besándome. Apoya las rodillas en la cama y se deshace de mi short junto con la braga. Vuelve a situarse sobre mí besándome. Razga el envoltorio de un preservativo y se lo coloca. Despacio entra en mí. No me puedo engañar a mí misma, es tierno y eso es hermoso, pero no me siento tan bien como debería. Jack se mueve, despacio, no ha dejado de besarme. No sé fingir, no quiero fingir. Jack continúa moviéndose un poco más rápido, su respiración está descontrolada. ''Ve. Anda ve y demuéstrate a ti misma que no te vas a sentir como te sientes conmigo'' —recuerdo esas palabras y me siento culpable. Después de unos segundos Jack gime y se corre. ¡Eso ha sido todo! Me da un último beso y se acomoda a mi lado. —¿Te has sentido bien? —pregunta. Cómo responder a esa pregunta, no quiero lastimarlo, pero tampoco ilusionarlo. —No te preocupes por eso Jack —contesto con una media sonrisa—. Vamos a dormir ya, mañana tenemos que levantarnos temprano. Y eso hacemos dormir hasta el otro día. Rectifico eso hace él, mi cabeza se encuentra en pleno terremoto. Me levanto en la mañana antes de que él despierte. Para mi mala suerte me encuentro con su abuela. —Buenos días —me saluda cariñosa. —Buenos días —le devuelvo el saludo—. Me voy ya a casa, no puedo llegar tarde al trabajo. Jack estaba durmiendo tan profundo que me dio pena levantarlo. —Esta bien —contesta—. ¿No quieres desayunar?. —No, gracias —contesto con una sonrisa y me marcho. Saludo a mi abuela y me siento con ella a desayunar, despúes de un interrogatorio al que respondo con sí, no, no sé, me preparo para ir a trabajar, lo más rápido posible para no encontrarme a Jack.Llego temprano al trabajo. Saludo a David y a Hugo, mi jefe. Andrea aún no ha llegado. —Eileen podrías quedarte al frente – comenta Hugo—. Saldremos.En todo el tiempo que llevo aquí trabajando esta es la primera vez que esto sucede.—Está bien —contesto.Ellos se marchan y yo me quedo deseando que llegue Andrea, como me haré cargo de esto sola.La campana de la entrada suena. Volteo contenta creyendo que es Andrea, automáticamente mi cara cambia cuando lo veo a él, a Liam.—¿Qué haces aquí? —pregunto de mala manera—. Esta persecución se está volviendo repugnante.Llega como si nada y me besa. Es tóxico, es posesivo, está loco.—Liam deja de hacer estas cosas —digo y él me ignora tomándome de las caderas y subiéndome sobre una mesa.—Liam —vuelvo a llamarlo mientras que con su mano roza mi sexo por encima de la ropa.—Me vuelves loco nena —yo abro la boca ante esas palabras.—No jodas Liam —contesto—. Sé que es una técnica para que acabe acostándome contigo, pero luego de que eso pas
Llegamos al club, él toma mi mano, pero me suelto.—Es muy pronto —digo.—Eres mi mujer —comenta.—No soy tu mujer —contraataco. Entramos al club, ya estaba la fiesta en su plenitud, principalmente en la mesa de nuestros amigos.—Eileen Evans —grita Andrea—. Estás preciosa.Le sonrío.Saludo a Keira, a Aiden y a Dylan.Liam va a la barra y me trae un whisky. Ni siquiera me pregunta qué es lo que quiero tomar.—Otra de las mías —dice Dylan.No sé a que se refiere, pero le sonrío.—Liam cariño —se acerca una chica a nosotros, es de esas a las que yo les llamo no común. Le planta un beso en la cara a Liam, un poco más y es en la boca. Todos se quedan en silencio en la mesa y yo me siento la mayor estúpida de la tierra. Solo una vez lo miro, así como él me mira cuando está molesto. Liam la toma de la muñeca hasta la barra. Todos siguen en silencio.—No pasa nada. Ustedes ya conocen a Liam —expreso en alta voz.Me pongo a bailar con las chicas, tratando de olvidarme de lo que sucedió a
—Ei nos vemos mañana —se despide Andrea. Ya Liam se acerca a nosotras.—Si la haces sufrir —le dice a Liam—, te mato.Liam la fulmina con la mirada.—¿Qué haces aquí Liam? —le pregunto, él aún no me atiende—. Liam —vuelvo a llamarlo.Me empuja hacia él y me besa. Otra vez que no me separo de él. —Eileen —la voz de Jack me devuelve a la realidad.Que la tierra me trague ahora.Me separo de Liam y ahí esta él. En sus ojos veo el dolor y la decepción, me duele y mucho haberle hecho daño. Una lágrima cae por mi mejilla, no logro controlarlo. Aunque no lo amaba como novio, lo quiero muchísimo, como amigo. Observo a Liam y esta como si no pasara nada. Él ya habia visto a Jack, por eso me besó.—Jack no quiero justificarme, pero al menos déjame contarte cómo sucedieron las cosas —él rie irónico.—¿Ahora? —manifiesta—, ya es demasiado tarde Eileen.—Lo sé —Liam me tenía una mano agarrada aún, me suelto—. Lo intenté, ¡créeme! Pero no pude, tenía miedo perderte.—Es peor ahora Eileen —me hab
Han pasado algunos días ya desde aquel mal rato con Jack. No lo he vuelto a ver. Sé por mi abuela que está bien, que ya está conociendo a otra chica en su trabajo. He intentado hablar con él para explicarle cómo sucedieron las cosas y aunque no va a perdonarme, necesito que entienda que no quería lastimarlo.Hoy es el último día de trabajo de la semana. Debería estar feliz solo por eso. Andrea tiene una felicidad brutal. No es para menos, hoy es día de fiesta. Aunque también mañana y pasado. —Tengo una plan —comenta apenas me coloco el delantal.—Beberme una docena de wiskys y terminar en la cama de cualquier idiota —le respondo mientras me recojo el pelo en una coleta—. ¡No gracias!.Andrea me dedica un mohín que ignoro.—Iba a decir salir a bailar y conocer chicos, claro —contesta ella. —Suena demasiado tranquilo para que se te ocurra a tí —digo.Ella ríe.—En teoría —responde—, en práctica es exactamente como lo describes tú. Me le quedo mirando y automáticamente comenzamos a r
Salgo del baño, Andrea me llama.—¿Qué le ha sucedido a tu vestido? —pregunta curiosa.—Acabo de chocar con el hombre que estuvo en el gastropub en la mañana —comento bajo su cara de asombro.—Mi vida tienes la idea de cuantos hombres desfilan por ahí diario —responde.—El tío serio que pidió el café fuerte…—Te llevó al baño y te bajó las bragas —me interrumpe Andrea—, para hacerte pagar que le hayas ensuciado su carísimo traje de corte italiano.—La que acabé con el vestido manchado fui yo —digo—Mejor aún —contesta—, te hizo sexo oral como recompensa—. Definitivamente amiga algo te hizo, esa cara que tienes es de «mujer satisfecha» y acabas de salir del baño.Acabo riéndome. —¿Cómo te va con Enzo? —pregunto y por su cara le he hecho una pregunta difícil.—Lo normal, más tarde todo irá mejor —lo busca con la mirada—. Realmente lo nuestro se resume a «después del club».—Acaso no es el tipo de relación que te interesa.—En realidad sí —comenta buscándolo con la mirada—, pero algo me
La llevo a su casa. No es lo que quiero, la llevaría a la mía y haría que se corra otras dos veces más, es lo mejor que me ha ocurrido en esta jodida vida, pero, estoy demasiado cerca, y sí, siento esa necesidad de verla, de tocarla y asusta, asusta sentir algo más que excitación. Ella se merece alguien que sea capaz de amarla, yo no soy capaz.Aquella vez que Jack nos vio besándonos, que le dijo todo lo que conoce de ella, me dio celos, celos de no haber compartido con ella tantos momentos, celos de que la haya visto disfrutar de lo que le gusta, celos de que la conociera tan bien. En el fondo, todo lo que él dijo aquella vez es cierto. No voy a ser capaz de entregarle todo lo que le ha entregado él. Ella era el centro de su mundo.Suena mi teléfono, es Aiden.—Esta no son horas de llamar. ¿A caso ya no follas? —protesto.La risa de Keira se escucha al otro lado.—Queremos asegurarnos de que no te hayas bebido todo el minibar de tu casa debido a que no puedes controlar que te estás
Hoy es un día de mierda y estoy dispuesto a pelearme con el mundo. —Buenos días señor —me alcanza Patrick, mi secretaria, al entrar a mi oficina—. Tiene una reunión en cinco minutos.—Está bien Patrick.Justo antes de entrar a la sala de reuniones me llama Andrea.—Andrea tengo una reunión importan...—no me deja terminar de hablar.—A veces me pregunto si la capacidad de tu celebro es la del tamaño de una almendra —dice mientras pasa por mi lado directo a mi oficina. La sigo, no me podré deshacer de ella tan rápido.—Patrick —rujo—, la reunión se aplaza unos cinco minutos.—O es tu corazón el que está negro —continua.—Raro que tu seas exactamente igual y me hablas a mí de corazón negro -le digo al sentarme frente a ella.—Pero yo no lastimo a quien me quiere —contesta fugaz.—Y qué sucede con Enzo -digo.—No tiene nada que ver contigo -bufa y tengo sé que este no es un tema fácil para ella. —Como sea —comento—. Habla rápido, tengo una junta.—Me importa una mierda tu junta —contest
Mi mundo cae cuesta abajo. No sé por qué motivo lo siento así. Sus palabras retumban en mis oídos haciendo que cada parte de mí se quiebre. Joder, que esto podía pasar, pero en el fondo tenía la estúpida idea que podría funcionar.Tengo que revisarme eso de crecer y madurar porque ahora mismo me siento una adolescente en plena etapa de desamor. Sí, esa etapa en la que más fácil uno se enamora pero también en la que más fácil uno sufre.Solo espero que, al abrir y cerrar los ojos me pase justamente así; creer que es el amor de mi vida, que es un chico perfecto, sentir maripositas y todas esas pendejadas, darte cuenta que es un gilipollas, que se acabe todo, llorar enloquecidamente, pensar que no hay sufrimiento peor en el mundo, volverte a enamorar.Escrito de esta manera parece fácil y aunque en ese momento sientas que no es así, cuando alcanzas otra edad te das cuenta que lo que tu creías amor, no lo era, que lo que tu considerabas el peor sufrimiento del mundo no lo era, que no exis