Capítulo 31

Irene.

Desperté sintiendo mucho frio, enseguida noté a alguien moviéndose en el sofá a mi lado, era mi madre, me sorprendí al verla, pero me alegré, me sonrió, se levantó con prisa situándose a mi lado, acarició mis cabellos y los besó.

—Ya estás bien nena —dijo.

—¿Qué tenía?

—Dengue hemorrágico.

—¡Dios!

—Sí, gracias a Dios Máximo te trajo a tiempo.

—¿Dónde está?

—Arreglando un asunto. Su pobre padre se está atormentando por una imprudencia que cometió al teléfono. Hija voy a decirte esto de una vez para que no te caiga de sorpresa.

—¿Qué mamá? No me asustes.

—Le hackeraron el teléfono a Máximo, comentó con su padre lo de ustedes, no dijo nombre, pero están averiguando, la prensa y eso, ya sospechan que eras la amante de Máximo.

Sentí un vacío en el estómago. Cerré los ojos. No podía ser cierto, que karma tan pesado por acostarse con un hombre casado, ya me había quedado claro que era lo peor del mundo.

—¿Segura que saben que fui yo?

—Pagó la clínica, te trajo, lo vieron aquí, hay per
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