Corina:
He dormido genial. Miro el reloj entrecerrando los ojos. 5:45 am Poco a poco me pongo de pie.
No quiero perder la costumbre de salir a correr por las mañanas, probablemente sea temprano pero habrá alguien a quien pueda preguntarle dónde puedo ir a correr.
Lavo mi cara, los dientes y me coloco un pantalón deportivo y una blusa al cuerpo, mis zapatillas para correr y recojo mi cabello con una cola de caballo. Bajo las escaleras en silencio, Puedo escuchar algunos ruidos en la cocina.
—Buenos días —digo dirigiéndome a Tomasa
—Niña, ¿Qué hace despierta a las 6 de la mañana?
—Voy a correr un poco, ¿sabes dónde puedo hacerlo sin molestar a ninguna animalito o persona? —me dedica una dulce sonrisa mientras corta un pimiento verde.
—Kevin está en la entrada, puedes preguntarle a él.
Me dirijo entonces hacia donde está Kevin, el chico de la bonita sonrisa. Abro la puerta de la entrada y en efecto, lo encuentro rápidamente.
—Buenos días Kevin —digo un poco apenada
—Señorita Corina buenos días, que temprano… —me encojo de hombros
—Tomasa me dijo que podrías indicarme un lugar donde podría ir a correr sin molestar a nadie… —me mira extrañado
—Bueno… puede ir por todo el camino de la entrada, es bastante largo.
—¿Solo por aquí entonces?
—Así es —le agradezco la ayuda y comienzo a calentar, coloco mis audífonos y Alan Walker con “Faded” me ayudan a tomar el ritmo.
Comienzo trotando. Me encanta el olor que la tierra desprende. La brisa mañanera y los pequeños rayos de sol me alientan a apretar el paso. El tiempo se me pasa volando, he llegado a la entrada, doy media vuelta y continuo corriendo ahora en dirección a la casa de Adriana. En 45 minutos estoy en la puerta de la casa.
Estiro mis piernas y me apoyo en las rodillas para tomar aire. Detengo la música en mis oídos cuando veo a Kevin acercarse.
—¿Disfruto el recorrido señorita? —pregunta Kevin y yo sonrío
—Muy bueno —digo jadeando—. El lugar es hermoso, de verdad que me ha encantado.
—Me alegra saber eso —agradezco sus atenciones y me adentro a la casa mientras vuelvo a colocar la música.
Subo las escaleras rápidamente y me dirijo a mi cuarto cuando me encuentro con Joel. Pestañeo varias veces al verlo, dice algo pero no logro escuchar así que me deshago de los audífonos. Lleva puestos unos vaqueros y camisola a cuadros y claro… su sombrero.
—Disculpa, tenía los audífonos y no escuche —desvió la mirada al suelo
—Me parece raro verte despierta tan temprano, pensé que eras como mi hermana… —sonrío enrollando los audífonos en mis dedos en forma nerviosa.
—Me gusta caminar un poco por las mañanas —limpio una gota de sudor que corre por mi frente. M****a, me debo de ver espantosa. Mis pensamientos hacen que me sienta aún más incómoda.
—Bueno, iré a darme una ducha… —asiente y da media vuelta.
No sé porque su presencia me resulta tan intimidante. Bueno si, lo sé, es muy atractivo.
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—Buenos días —saludo a Matt e Yvonne
—Mi niña buenos días, ¿Qué tal has dormido?
—Excelente, muchas gracias —me dedican una sonrisa y vuelven a leer el periódico mientras desayunan. Yo aprovecho el tiempo y tomo mi móvil, no tengo ningún mensaje de mamá aún.
—Buenos días —escucho la voz ronca de Joel y mi cuerpo se tensa de inmediato, contesto el saludo pero sin mirarlo. Mis ojos están fijos en la fruta picada que hay frente a mí.
—Joel, ¿has visto ya a las gallinas?, he dado la orden para que separen a las más pequeñas y…
—En la mesa no se habla de trabajo Matt —interrumpe Yvonne, meto un trozo de melón en mi boca y comienzo a masticarlo —. Me ha dicho Adriana que te llevaría esta tarde al centro comercial…
Tardo un poco en darme cuenta que esas palabras van dirigidas a mí, carraspeo un poco y paso por mi garganta el pedazo de fruta.
—Sí, es que, no tengo mucha ropa para este clima ¿sabe?
—Me imagino, con el frío que hace en NY. Pero no te preocupes, el centro comercial está genial y encontrarás muchas prendas ya verás… solo hay que esperar a que esta niña se levante.
Le dedico una sonrisa y asiento para después continuar comiendo, cuando noto que Kevin se adentra al comedor.
—Joel, tenemos un problema con las gallinas y… —el chico de sonrisa dulce posa su mirada en mi y sonríe, le correspondo —. ¿Puedes venir?
Al volver la mirada me percato que Joel nos ve con el ceño fruncido, siento como me estoy enrojeciendo y vuelvo a tomar otro trozo de fruta.
—En un momento —contesta de forma seca, bebo un sorbo de jugo de naranja y termino mi porción de fruta, estoy llena.
—Gracias por el desayuno, subiré a esperar a que Adriana despierte… —los señores Baker asienten y noto aun molestia en Joel. Termino saliendo a trompicones y subo las escaleras rápidamente. ¿Qué le sucede?
Joel:Apenas el pequeño cuerpo de Corina sale del salón me pongo de pie y camino con pasos pesados hacia el establo 4.Al llegar me encuentro con un desastre de plumas por doquier y varios de mis hombres tratando de controlar a 4 gallinas que se han escapado de la vacunación.—Joel, hemos tratado pero… —ignoro las palabras de Kevin y tomo a la primera. Con dos pasos más tomo a la segunda.—¿Quieren que haga su trabajo?, porque me puedo quedar con su paga… —se esfuerzan por capturarlas y al cabo de un momento las gallinas están en su lugar.El veterinario les coloca la vacuna y vuelven a las jaulas. Inspecciono el desorden y doy la orden de que limpien el espacio. Ahora me dirijo hacia mi caballeriza.—Buen día, Joel —saluda el encargado—¿Cómo está él? —digo refirié
Corina:Son las 2 de la tarde y no sé nada de Adriana, ¿Cómo puede dormir tanto?—No te pongas histérica —dice irrumpiendo en la habitación.—No lo hago, yo sé cuáles son tus horarios —guiño un ojo—Pues vámonos de compras ahora mismo —dice jalando mi brazo, apenas alcanzo a tomar mi bolsa y salir corriendo.▮▮▮▮▮▮—Me gusta este short —dice mi amiga—Es un poco corto ¿no crees? —me mira con los ojos bien abiertos—¿Y cuál crees que es su finalidad?, ¡evitar que te mueras de calor!, por favor Cori tienes que poner de tu parte —suspiro y termino tomando el short.También selecciono un par de camisas a cuadros, varios short de diferentes colores y también deportivos para mis recorridos por la mañana.—No
Joel:Que estúpido… ¿Por qué subí?, Bajo a toda velocidad las escaleras y siento sudor en mi rostro. Salgo de casa y voy directo a las caballerizas en busca de Jeff. Tengo que hablarlo con él.Me aseguro de que no haya nadie en el lugar, ya ha anocheciendo y el cambio de turno aún no llega.—Jeff —le llamo pero no responde como de costumbre—. Tengo que hablar contigo…Bufo, hablarle a un caballo… claro que sirve, para mí. Él es más fiel que cualquier hombre en estas hectáreas. Abro la puerta de madera y lo veo mascando pasto… está muy sereno.—Te necesito amigo… —me acerco a él y acaricio su negro pelaje—. No sé qué mierda me está pasando, estoy actuando como un adolescente… ¿crees que soy viejo?Niego varias veces, soy demasiado
Corina:—¿Por qué?, ¿luce mayor? —bufo tomando una cucharada de helado.—¿Kevin?, ¿mayor? —sonrió—. ¿Es de nuestra edad que no?—Dos o tres años mayor solamente—Pues no me parece que luzca mayor, pero es muy extraño, siempre está… mirándome.—Pues claro tonta… te digo que le gustas.—No es mi tipo, es muy lindo y guapo, pero no es mi estilo —Adriana asiente mientras empuja una cucharada de helado a su boca.—Lo sé, después del chico ese que ordenaba libros en la biblioteca entendí que tu próximo novio sería un anciano de 70 años que apenas se pudiera mover para hacerte el…—¡Adriana! —interrumpo y ella suelta una carcajada—Es la verdad amiga, era un bobo aburrido.
Corina:—¿Corina? —reconozco la voz de Kevin—. Te llevaré dentro.Me toma entre sus brazos y trato de abrir los ojos pero mi vista está desubicada por completo.—¿Qué está pasando? —esa voz ronca, también la reconozco.—Se ha desmayado Joel.—¡Ves, te lo dije!, ¡pero la quieres traer como sirvienta, como vil hombre de granja!, ¡ve lo que has hecho, animal! —niego varias veces hasta que siento una brisa fresca y un cómodo sillón debajo de mi.—¿Cori? —abro los ojos pero no logro ubicarme, todo me da vueltas y el dolor de cabeza es abrumador.—No puedo ubicarme, estoy muy mareada, necesito azúcar —ya me ha pasado esto anteriormente, necesito una cuchara de miel de abeja o azúcar y comer algo.Tomasa llega casi de inmediato con una cuchara de
Corina:Toda la tarde la he pasado recostada en la cama mirando NatGeo. Para mí, el canal de televisión más interesante. Froto mis ojos y bostezo levemente. Apago la TV y me dirijo al balcón.Son las 7 pm y el sol se está ocultando. Al salir el aire fresco choca en mi pecho y aprovecho para tomar una bocanada de aire cuando escucho la puerta de mi habitación.—No piensas pasar todas las vacaciones, encerrada… ¿o sí? —pregunta Adriana. Camina hasta saltar hacia el colchón. Me adentro a la habitación.—Para nada, solo estaba descansando.—He hablado con papá y mamá, parecen muy disgustados con Joel por lo sucedido.—No tienen porque, fue mi culpa al no haber desayunado, el trabajo no fue tan duro, acéptalo —rueda los ojos y se deja caer de espaldas.—El punto es, que no debi&o
Corina:De apoco me voy acercando hacia la mesa donde Adriana se balancea de un lado a otro y Kevin la contempla riendo.—Por Dios Cori… como has tardado —apenas coloco la botella en la mesa cuando ella la arrebata y da un sorbo.—Lo siento, había mucha gente y…—No puede ser… ¿nos estás siguiendo Joel? —dice mi amiga con cara de molestia. Mi cuerpo se tensa al instante.—Pues no —su voz ronca hace que la piel se me erice sin ni siquiera verlo, sé que está a mis espaldas.—Que mierda… —maldice mi amiga. Tomo asiento aun dándole la espalda, tengo la mirada fija en la botella de cerveza que llevo en la mano y sin pensar doy un trago.—No sabía que vendrían —noto como se sienta en la silla de al lado pero prefiero no mirarlo. No después de lo que fui testigo y
Joel:Sigo sentado mirando a Adriana y a Corina bailar sin parar. No sé de dónde sacan tanta energía, son las 3 de la mañana y el lugar está a punto de cerrar.Al fin noto que se acercan. Corina luce espectacular, su figura es tan delicada, su piel tan blanca. La miro de arriba a abajo, es inevitable… aún me reprocho el haber permitido que Melina se haya presentado como mi “novia”. Sabe perfectamente que no es así, lo dejamos bien claro, serían un par de polvos y algo de compañía.Es abrumador que alguien de 35 años no haya encontrado alguien con quien sentar cabeza y formar una familia pero, no me ha llegado… o no me había llegado aún.—¿Qué ha pasado con Kevin? —pregunta Adriana—Se ha ido —no puedo dejar de verla, es bella incluso con esas copas de más…