Capítulo 6

Corina:

Son las 2 de la tarde y no sé nada de Adriana, ¿Cómo puede dormir tanto?

—No te pongas histérica —dice irrumpiendo en la habitación.

—No lo hago, yo sé cuáles son tus horarios —guiño un ojo

—Pues vámonos de compras ahora mismo —dice jalando mi brazo, apenas alcanzo a tomar mi bolsa y salir corriendo.

▮▮▮▮▮▮

—Me gusta este short —dice mi amiga

—Es un poco corto ¿no crees? —me mira con los ojos bien abiertos

—¿Y cuál crees que es su finalidad?, ¡evitar que te mueras de calor!, por favor Cori tienes que poner de tu parte —suspiro y termino tomando el short.

También selecciono un par de camisas a cuadros, varios short de diferentes colores y también deportivos para mis recorridos por la mañana.

—No te arrepentirás de gastar todo ese dinero en esto.

—Eso espero —digo dando mi tarjeta de débito a la mujer encargada.

Paseamos por el resto de las tiendas y consigo un par de cosas más. Terminamos por comer en un restaurante cercano al lugar y subir al auto que le han otorgado a mi amiga.

—Tenemos que venir a este lugar, es genial… ¿recuerdas?, es donde te dije venían chicos apuestos.

—Sabes que esos lugares no son mis favoritos—digo mordiendo mi uña.

—Son muy tranquilos lo juro, deberíamos venir mañana… es viernes —guiña un ojo y yo suspiro.

—Veremos.

El recorrido hasta su casa es bastante rápido, el tráfico es muy tranquilo en este lugar. Mi amiga aparca el auto y me percato que Joel está frente a nosotros.

—Mi hermano luce… extraño —desvió la mirada

—¿Por qué lo dices?

—Bueno… nada, probablemente no es nada, vamos —Justo cuando voy a abrir la puerta Kevin lo hace por mí.

—¿Disfrutaron la tarde señoritas?

—Uh no sabes cuándo Kevin… ¿y tú? —mi amiga reacomoda su cuello, mientras él trata de parecer normal. Tener una chica del calibre de Adriana enfrente no es cualquier cosa.

—Trabajando Señorita… ¿quiere que le ayude?— le digo que estoy bien y sonrío antes de entrar a casa y es cuando me percato que Joel nos mira con cara de pocos amigos a lo lejos. Termino por adentrarme a la casa para poder romper con el contacto visual.

Llevo 10 bolsas en mis manos y tardo un poco en subir las largas escaleras. Ya en mi habitación Adriana llega con un bote de helado de fresa como es costumbre.

—Me ha encantado todo lo que has comprado, oye… traes vuelto loco a Kevin he…

—Para nada —digo rápidamente y comienzo a acomodar mi ropa en los cajones.

—Por supuesto que sí, lo he visto mirándote y sonriendo

—Debe ser a ti.

—Estoy segura que fue a ti, yo lo conozco desde que es un niño, jugábamos juntos y nunca se enamoro de mi… es extraño —ruedo los ojos

—Vale… —llaman a la puerta y Adriana la abre.

—¿Joel? —escucho un carraspeo y asomo mi cabeza para encontrarme con los hermosos ojos azules y al enorme hombre del sombrero.

—Yo… vengo a decirles que la cena está lista —Adriana frunce el ceño y me mira, después a él y suelta una carcajada.

—Claro… tu, anunciando la cena, miren saben que, yo me largo —niego pero mi amiga al poco tiempo sale de la habitación dejando en el umbral a Joel.

—Bueno… bajaré en un momento —asiente y reacomoda su sombrero.

—Está bien —su cuerpo no se mueve.

—¿Necesitas algo más? —frunce el ceño, parece confundido, parece estresado, cansado. Limpia su frente con una franela.

—¿Tienes novio?

—¿Cómo? —pregunto sin poder creer lo que estoy escuchando. Joel se remueve en su lugar, levanta el sombrero, vuelve  a pasar la franela por su frente y coloca el sombrero de forma hábil y elegante en su cabeza.

—Discúlpame, ¿Cómo te pregunto eso?... como cuando te dije ternero —abro mi boca—. No es que piense que eres un ternero, eres más liviana que él y… no digo que seas flaca pero deberías comer más ¿sabes?...

—¿Joel, estás bien? —me mira frunciendo el ceño

—Claro que lo estoy.

—¿Vienes a decirme que coma más?

—Yo… —gruñe, da media vuelta y se va dejándome más confundida de lo que estaba.

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