Corina:
Son las 2 de la tarde y no sé nada de Adriana, ¿Cómo puede dormir tanto?
—No te pongas histérica —dice irrumpiendo en la habitación.
—No lo hago, yo sé cuáles son tus horarios —guiño un ojo
—Pues vámonos de compras ahora mismo —dice jalando mi brazo, apenas alcanzo a tomar mi bolsa y salir corriendo.
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—Me gusta este short —dice mi amiga
—Es un poco corto ¿no crees? —me mira con los ojos bien abiertos
—¿Y cuál crees que es su finalidad?, ¡evitar que te mueras de calor!, por favor Cori tienes que poner de tu parte —suspiro y termino tomando el short.
También selecciono un par de camisas a cuadros, varios short de diferentes colores y también deportivos para mis recorridos por la mañana.
—No te arrepentirás de gastar todo ese dinero en esto.
—Eso espero —digo dando mi tarjeta de débito a la mujer encargada.
Paseamos por el resto de las tiendas y consigo un par de cosas más. Terminamos por comer en un restaurante cercano al lugar y subir al auto que le han otorgado a mi amiga.
—Tenemos que venir a este lugar, es genial… ¿recuerdas?, es donde te dije venían chicos apuestos.
—Sabes que esos lugares no son mis favoritos—digo mordiendo mi uña.
—Son muy tranquilos lo juro, deberíamos venir mañana… es viernes —guiña un ojo y yo suspiro.
—Veremos.
El recorrido hasta su casa es bastante rápido, el tráfico es muy tranquilo en este lugar. Mi amiga aparca el auto y me percato que Joel está frente a nosotros.
—Mi hermano luce… extraño —desvió la mirada
—¿Por qué lo dices?
—Bueno… nada, probablemente no es nada, vamos —Justo cuando voy a abrir la puerta Kevin lo hace por mí.
—¿Disfrutaron la tarde señoritas?
—Uh no sabes cuándo Kevin… ¿y tú? —mi amiga reacomoda su cuello, mientras él trata de parecer normal. Tener una chica del calibre de Adriana enfrente no es cualquier cosa.
—Trabajando Señorita… ¿quiere que le ayude?— le digo que estoy bien y sonrío antes de entrar a casa y es cuando me percato que Joel nos mira con cara de pocos amigos a lo lejos. Termino por adentrarme a la casa para poder romper con el contacto visual.
Llevo 10 bolsas en mis manos y tardo un poco en subir las largas escaleras. Ya en mi habitación Adriana llega con un bote de helado de fresa como es costumbre.
—Me ha encantado todo lo que has comprado, oye… traes vuelto loco a Kevin he…
—Para nada —digo rápidamente y comienzo a acomodar mi ropa en los cajones.
—Por supuesto que sí, lo he visto mirándote y sonriendo
—Debe ser a ti.
—Estoy segura que fue a ti, yo lo conozco desde que es un niño, jugábamos juntos y nunca se enamoro de mi… es extraño —ruedo los ojos
—Vale… —llaman a la puerta y Adriana la abre.
—¿Joel? —escucho un carraspeo y asomo mi cabeza para encontrarme con los hermosos ojos azules y al enorme hombre del sombrero.
—Yo… vengo a decirles que la cena está lista —Adriana frunce el ceño y me mira, después a él y suelta una carcajada.
—Claro… tu, anunciando la cena, miren saben que, yo me largo —niego pero mi amiga al poco tiempo sale de la habitación dejando en el umbral a Joel.
—Bueno… bajaré en un momento —asiente y reacomoda su sombrero.
—Está bien —su cuerpo no se mueve.
—¿Necesitas algo más? —frunce el ceño, parece confundido, parece estresado, cansado. Limpia su frente con una franela.
—¿Tienes novio?
—¿Cómo? —pregunto sin poder creer lo que estoy escuchando. Joel se remueve en su lugar, levanta el sombrero, vuelve a pasar la franela por su frente y coloca el sombrero de forma hábil y elegante en su cabeza.
—Discúlpame, ¿Cómo te pregunto eso?... como cuando te dije ternero —abro mi boca—. No es que piense que eres un ternero, eres más liviana que él y… no digo que seas flaca pero deberías comer más ¿sabes?...
—¿Joel, estás bien? —me mira frunciendo el ceño
—Claro que lo estoy.
—¿Vienes a decirme que coma más?
—Yo… —gruñe, da media vuelta y se va dejándome más confundida de lo que estaba.
Joel:Que estúpido… ¿Por qué subí?, Bajo a toda velocidad las escaleras y siento sudor en mi rostro. Salgo de casa y voy directo a las caballerizas en busca de Jeff. Tengo que hablarlo con él.Me aseguro de que no haya nadie en el lugar, ya ha anocheciendo y el cambio de turno aún no llega.—Jeff —le llamo pero no responde como de costumbre—. Tengo que hablar contigo…Bufo, hablarle a un caballo… claro que sirve, para mí. Él es más fiel que cualquier hombre en estas hectáreas. Abro la puerta de madera y lo veo mascando pasto… está muy sereno.—Te necesito amigo… —me acerco a él y acaricio su negro pelaje—. No sé qué mierda me está pasando, estoy actuando como un adolescente… ¿crees que soy viejo?Niego varias veces, soy demasiado
Corina:—¿Por qué?, ¿luce mayor? —bufo tomando una cucharada de helado.—¿Kevin?, ¿mayor? —sonrió—. ¿Es de nuestra edad que no?—Dos o tres años mayor solamente—Pues no me parece que luzca mayor, pero es muy extraño, siempre está… mirándome.—Pues claro tonta… te digo que le gustas.—No es mi tipo, es muy lindo y guapo, pero no es mi estilo —Adriana asiente mientras empuja una cucharada de helado a su boca.—Lo sé, después del chico ese que ordenaba libros en la biblioteca entendí que tu próximo novio sería un anciano de 70 años que apenas se pudiera mover para hacerte el…—¡Adriana! —interrumpo y ella suelta una carcajada—Es la verdad amiga, era un bobo aburrido.
Corina:—¿Corina? —reconozco la voz de Kevin—. Te llevaré dentro.Me toma entre sus brazos y trato de abrir los ojos pero mi vista está desubicada por completo.—¿Qué está pasando? —esa voz ronca, también la reconozco.—Se ha desmayado Joel.—¡Ves, te lo dije!, ¡pero la quieres traer como sirvienta, como vil hombre de granja!, ¡ve lo que has hecho, animal! —niego varias veces hasta que siento una brisa fresca y un cómodo sillón debajo de mi.—¿Cori? —abro los ojos pero no logro ubicarme, todo me da vueltas y el dolor de cabeza es abrumador.—No puedo ubicarme, estoy muy mareada, necesito azúcar —ya me ha pasado esto anteriormente, necesito una cuchara de miel de abeja o azúcar y comer algo.Tomasa llega casi de inmediato con una cuchara de
Corina:Toda la tarde la he pasado recostada en la cama mirando NatGeo. Para mí, el canal de televisión más interesante. Froto mis ojos y bostezo levemente. Apago la TV y me dirijo al balcón.Son las 7 pm y el sol se está ocultando. Al salir el aire fresco choca en mi pecho y aprovecho para tomar una bocanada de aire cuando escucho la puerta de mi habitación.—No piensas pasar todas las vacaciones, encerrada… ¿o sí? —pregunta Adriana. Camina hasta saltar hacia el colchón. Me adentro a la habitación.—Para nada, solo estaba descansando.—He hablado con papá y mamá, parecen muy disgustados con Joel por lo sucedido.—No tienen porque, fue mi culpa al no haber desayunado, el trabajo no fue tan duro, acéptalo —rueda los ojos y se deja caer de espaldas.—El punto es, que no debi&o
Corina:De apoco me voy acercando hacia la mesa donde Adriana se balancea de un lado a otro y Kevin la contempla riendo.—Por Dios Cori… como has tardado —apenas coloco la botella en la mesa cuando ella la arrebata y da un sorbo.—Lo siento, había mucha gente y…—No puede ser… ¿nos estás siguiendo Joel? —dice mi amiga con cara de molestia. Mi cuerpo se tensa al instante.—Pues no —su voz ronca hace que la piel se me erice sin ni siquiera verlo, sé que está a mis espaldas.—Que mierda… —maldice mi amiga. Tomo asiento aun dándole la espalda, tengo la mirada fija en la botella de cerveza que llevo en la mano y sin pensar doy un trago.—No sabía que vendrían —noto como se sienta en la silla de al lado pero prefiero no mirarlo. No después de lo que fui testigo y
Joel:Sigo sentado mirando a Adriana y a Corina bailar sin parar. No sé de dónde sacan tanta energía, son las 3 de la mañana y el lugar está a punto de cerrar.Al fin noto que se acercan. Corina luce espectacular, su figura es tan delicada, su piel tan blanca. La miro de arriba a abajo, es inevitable… aún me reprocho el haber permitido que Melina se haya presentado como mi “novia”. Sabe perfectamente que no es así, lo dejamos bien claro, serían un par de polvos y algo de compañía.Es abrumador que alguien de 35 años no haya encontrado alguien con quien sentar cabeza y formar una familia pero, no me ha llegado… o no me había llegado aún.—¿Qué ha pasado con Kevin? —pregunta Adriana—Se ha ido —no puedo dejar de verla, es bella incluso con esas copas de más…
Corina:Tomo una bocanada de aire y me dejo caer al suelo. ¿Qué estás haciendo Corina?, me gusta Joel. Por Dios claro que me gusta Joel, es… tan sexy, su voz, sus ojos… tengo que controlarme, está jugando conmigo.¿Cómo se le ocurre hacer todo esto y presentarme a su novia… su escultural novia? Quiere diversión, una niña con las hormonas a tope y que mejor que la mejor amiga de su hermana… pues ¡no!, yo no seré eso para él.Me pongo de pie y camino al baño dispuesta a desechar todo el alcohol de mi cuerpo.La última vez que me emborrache fue hace… 3 meses y también fue culpa de Adriana, esa chica siempre me lleva a los extremos.▮▮▮▮▮▮▮▮No he dormido en absoluto. Son las 5:50 de la mañana y la ansiedad recorre todo mi cuerpo… esto es muy desesperante.Decido que es
Joel:Tomo mi sobrero y salgo de la habitación. Son las 6:00 am, es sábado pero eso no significa que yo puedo quedarme dormido.Paso por la habitación de Corina y me detengo, ¿recordará lo sucedido ayer?... aprieto mis labios y me contengo a llamar a su puerta.Bajo las escaleras a toda velocidad y de inmediato me dirijo hacia la cocina y saludo a Tomasa quien prepara el desayuno.—Buen día Señor, ¿desayunará con sus padres? —asiento y tomo un vaso de zumo de naranja que hay sobre la barra como es costumbre.Salgo por la puerta trasera y camino hacia el establo número uno dónde me saludan mis trabajadores e inspecciono que todo vaya correctamente.Estoy por pasar al establo número dos cuanto escucho unos silbidos. Frunzo el ceño y miro hacia donde el resto de los hombres dirigen la mirada… Corina.Vie