Joel:
Que estúpido… ¿Por qué subí?, Bajo a toda velocidad las escaleras y siento sudor en mi rostro. Salgo de casa y voy directo a las caballerizas en busca de Jeff. Tengo que hablarlo con él.
Me aseguro de que no haya nadie en el lugar, ya ha anocheciendo y el cambio de turno aún no llega.
—Jeff —le llamo pero no responde como de costumbre—. Tengo que hablar contigo…
Bufo, hablarle a un caballo… claro que sirve, para mí. Él es más fiel que cualquier hombre en estas hectáreas. Abro la puerta de madera y lo veo mascando pasto… está muy sereno.
—Te necesito amigo… —me acerco a él y acaricio su negro pelaje—. No sé qué m****a me está pasando, estoy actuando como un adolescente… ¿crees que soy viejo?
Niego varias veces, soy demasiado viejo para ella, es solo una niña, ¿Cuántos años debe tener 20, 21?, escucho como relincha.
—Es una niña —le digo sentándome en una de las pacas que hay en el lugar. Me quito el sombrero y paso una y otra vez mis manos por mi cabello—. No puedo evitar mirarla y… solo la acabo de conocer ayer ¿sabes?, es amiga de Adriana, ¿Cómo puede ser que todo esto haya surgido con solo verla?, solo tocar su mano me hace…
Escucho como relincha otra vez y sonrío.
—No puede existir esto Jeff, de verdad, no lo creo —me pongo de pie y tomo mi sombrero—. Buenas noches amigo.
Escucho como vuelve a relinchar, cierro la puerta de madera y me dirijo a casa de nuevo. Él lo sabe, yo lo sé.
Cruzo rápidamente el amplio pasillo para después entrar al salón. Mis padres lanzan un saludo de bienvenida el cual contesto y ni Adriana, ni Corina están ahí.
—Te digo que sí, es buena idea instruirlas y enseñarles un poco de lo que se hace aquí —dice mi padre
—Matt, vienen de vacaciones, no ha hacer trabajo comunitario.
—Puede servirles… más a Adriana que gracias a ti no sabe ni ordeñar una vaca —suelto una carcajada
—Sería buena idea —digo apoyando a mi padre.
—¿Lo ves? —mi madre niega, tomo un sorbo de refresco mientras planeo algunas tareas para ellas.
—No Matt, no les hagas eso.
—Un día de prueba madre, a ver qué tal les va —tomo un trozo de carne y lo llevo a mi boca, me mira frunciendo el ceño—. ¿Qué?
—Díselo tú a tu hermana…
—Lo haré.
Termino de cenar en muy poco tiempo. Subo a toda velocidad y estoy a punto de llamar a la puerta de Adriana cuando las escucho hablar.
—Es obvio que le gustas…
—Claro que no, además es muy extraño —esa es la voz de Corina.
—¿De verdad?, yo lo veo muerto por ti —¿estarán hablando de mí?
—No creo que sea para mí.
—¿Por qué?, ¿luce mayor? —soy yo… m****a soy yo, me alejo de golpe de la puerta y camino rápidamente hasta mi habitación.
No le gusto… lo sabía, fui un estúpido al creer que podía llamar su atención, es una niña. ¿Cómo se fijaría en alguien como yo?
Doy un golpe en la pared. ¿Por qué reacciono así?, me importa, de verdad me importa. Tengo que olvidarla. Me tiene que dar igual. Por Dios, solo llevo dos días de conocerla y ya transforma mi temperamento.
Esto no es verdad, debo estar dejándome llevar por esto. Pero se acabo, me quedo claro.
Abro la puerta de nuevo y voy a informarle a esas dos niñatas que mañana empieza su trabajo en esta granja.
Corina:—¿Por qué?, ¿luce mayor? —bufo tomando una cucharada de helado.—¿Kevin?, ¿mayor? —sonrió—. ¿Es de nuestra edad que no?—Dos o tres años mayor solamente—Pues no me parece que luzca mayor, pero es muy extraño, siempre está… mirándome.—Pues claro tonta… te digo que le gustas.—No es mi tipo, es muy lindo y guapo, pero no es mi estilo —Adriana asiente mientras empuja una cucharada de helado a su boca.—Lo sé, después del chico ese que ordenaba libros en la biblioteca entendí que tu próximo novio sería un anciano de 70 años que apenas se pudiera mover para hacerte el…—¡Adriana! —interrumpo y ella suelta una carcajada—Es la verdad amiga, era un bobo aburrido.
Corina:—¿Corina? —reconozco la voz de Kevin—. Te llevaré dentro.Me toma entre sus brazos y trato de abrir los ojos pero mi vista está desubicada por completo.—¿Qué está pasando? —esa voz ronca, también la reconozco.—Se ha desmayado Joel.—¡Ves, te lo dije!, ¡pero la quieres traer como sirvienta, como vil hombre de granja!, ¡ve lo que has hecho, animal! —niego varias veces hasta que siento una brisa fresca y un cómodo sillón debajo de mi.—¿Cori? —abro los ojos pero no logro ubicarme, todo me da vueltas y el dolor de cabeza es abrumador.—No puedo ubicarme, estoy muy mareada, necesito azúcar —ya me ha pasado esto anteriormente, necesito una cuchara de miel de abeja o azúcar y comer algo.Tomasa llega casi de inmediato con una cuchara de
Corina:Toda la tarde la he pasado recostada en la cama mirando NatGeo. Para mí, el canal de televisión más interesante. Froto mis ojos y bostezo levemente. Apago la TV y me dirijo al balcón.Son las 7 pm y el sol se está ocultando. Al salir el aire fresco choca en mi pecho y aprovecho para tomar una bocanada de aire cuando escucho la puerta de mi habitación.—No piensas pasar todas las vacaciones, encerrada… ¿o sí? —pregunta Adriana. Camina hasta saltar hacia el colchón. Me adentro a la habitación.—Para nada, solo estaba descansando.—He hablado con papá y mamá, parecen muy disgustados con Joel por lo sucedido.—No tienen porque, fue mi culpa al no haber desayunado, el trabajo no fue tan duro, acéptalo —rueda los ojos y se deja caer de espaldas.—El punto es, que no debi&o
Corina:De apoco me voy acercando hacia la mesa donde Adriana se balancea de un lado a otro y Kevin la contempla riendo.—Por Dios Cori… como has tardado —apenas coloco la botella en la mesa cuando ella la arrebata y da un sorbo.—Lo siento, había mucha gente y…—No puede ser… ¿nos estás siguiendo Joel? —dice mi amiga con cara de molestia. Mi cuerpo se tensa al instante.—Pues no —su voz ronca hace que la piel se me erice sin ni siquiera verlo, sé que está a mis espaldas.—Que mierda… —maldice mi amiga. Tomo asiento aun dándole la espalda, tengo la mirada fija en la botella de cerveza que llevo en la mano y sin pensar doy un trago.—No sabía que vendrían —noto como se sienta en la silla de al lado pero prefiero no mirarlo. No después de lo que fui testigo y
Joel:Sigo sentado mirando a Adriana y a Corina bailar sin parar. No sé de dónde sacan tanta energía, son las 3 de la mañana y el lugar está a punto de cerrar.Al fin noto que se acercan. Corina luce espectacular, su figura es tan delicada, su piel tan blanca. La miro de arriba a abajo, es inevitable… aún me reprocho el haber permitido que Melina se haya presentado como mi “novia”. Sabe perfectamente que no es así, lo dejamos bien claro, serían un par de polvos y algo de compañía.Es abrumador que alguien de 35 años no haya encontrado alguien con quien sentar cabeza y formar una familia pero, no me ha llegado… o no me había llegado aún.—¿Qué ha pasado con Kevin? —pregunta Adriana—Se ha ido —no puedo dejar de verla, es bella incluso con esas copas de más…
Corina:Tomo una bocanada de aire y me dejo caer al suelo. ¿Qué estás haciendo Corina?, me gusta Joel. Por Dios claro que me gusta Joel, es… tan sexy, su voz, sus ojos… tengo que controlarme, está jugando conmigo.¿Cómo se le ocurre hacer todo esto y presentarme a su novia… su escultural novia? Quiere diversión, una niña con las hormonas a tope y que mejor que la mejor amiga de su hermana… pues ¡no!, yo no seré eso para él.Me pongo de pie y camino al baño dispuesta a desechar todo el alcohol de mi cuerpo.La última vez que me emborrache fue hace… 3 meses y también fue culpa de Adriana, esa chica siempre me lleva a los extremos.▮▮▮▮▮▮▮▮No he dormido en absoluto. Son las 5:50 de la mañana y la ansiedad recorre todo mi cuerpo… esto es muy desesperante.Decido que es
Joel:Tomo mi sobrero y salgo de la habitación. Son las 6:00 am, es sábado pero eso no significa que yo puedo quedarme dormido.Paso por la habitación de Corina y me detengo, ¿recordará lo sucedido ayer?... aprieto mis labios y me contengo a llamar a su puerta.Bajo las escaleras a toda velocidad y de inmediato me dirijo hacia la cocina y saludo a Tomasa quien prepara el desayuno.—Buen día Señor, ¿desayunará con sus padres? —asiento y tomo un vaso de zumo de naranja que hay sobre la barra como es costumbre.Salgo por la puerta trasera y camino hacia el establo número uno dónde me saludan mis trabajadores e inspecciono que todo vaya correctamente.Estoy por pasar al establo número dos cuanto escucho unos silbidos. Frunzo el ceño y miro hacia donde el resto de los hombres dirigen la mirada… Corina.Vie
Corina:Me voy, me voy, me voy. Repito una y otra vez conforme meto mi ropa a la maleta.Lo siento por Adriana y nuestros planes de un verano genial pero no puedo seguir aquí. No con Joel y sus múltiples personalidades asechándome por todos lados.Llaman a la puerta y camino a abrirla cuando me encuentro de nuevo a ese hombre. Ruedo los ojos, es imposible esto, doy media vuelta y sigo empacando.—¿Qué estás haciendo?—¿No ves?, me voy, te lo he dicho ayer.—Pero… ¿por qué? —bufo y aprieto entre mis manos mi pequeña blusa.—¿Por qué?, ¿crees que es cómodo estar en una casa donde el dueño te trate mal todo el tiempo? — busco más excusas pero no tengo ningún otra… a menos que le diga que creo que estoy enamorada.—No, pero no te hemo