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El regreso de Warren

"Nunca olviden ser felices, sonreír alimenta tu alma, no importa que tan vacío estés, tu sonrisa cambia vidas y brinda esperanza"

Paige Gilmore.

Lo único que mi mente podía pensar en ese momento era en lo poco atractivo que le resultaría Inglaterra para que decidiera regresar.

Espabile varias veces, quizás era alguna ilusión o un parecido que asegurará que no era él.

Sin embargo, no era así.

Era oficial.

Kaiden Warren estaba de regreso.

El odioso hermano de mi novio cursaría el último año aquí.

Tenía mis razones para odiarlo.

De hecho, tenía tantas que mis dedos no podrían contarla. Solo él y yo lo sabíamos.

Sabíamos nuestro odio mutuo hacia el otro.

Kaiden Warren dejó de saludar algunos de los chicos que lo rodeaban, al sentir el peso de las miradas de mis amigos y de mí, él giró su mirada encontrándose directamente con la mía.

De inmediato, aparte la mirada. El parecido entre ambos, algunas veces me resultaba abrumador. Eran completamente idénticos.

—¿Estás bien, rubia? —preguntó Chris, acercándose, entrelace mi mano sobre su brazo.

—Estoy bien, solo tenía tiempo en verlo —dije, mientras forzaba una sonrisa.

—Lo sé, me estoy acostumbrando también.

Hace cuatro años, Kaiden se fue a vivir con sus abuelos. Desde entonces, no había visitado a su familia.

Las chicas se le acercaron tocándolo y alabándolo. Kaiden abrió los brazos sonriendo y abrazándolas a todas.

Definitivamente era Kaiden Warren.

Un completo mujeriego.

—Está más guapo que antes —comentó Aurora, colocando un mechón de cabello detrás de su oreja —, y mucho más sexy.

Vicent sacudió la cabeza, cruzando sus brazos, —Yo lo veo igual que Christopher.

Todos lo miramos pasmados.

—Y yo que pensaba que era el obvio del grupo.

—Lo sigues siendo —inquirió Aurora, poniendo los ojos en blanco.

Los tres chicos se sentaron en frente de nosotros, Chris tomó asiento a mi lado.

—¿Cómo fue tu verano, Auro? —pregunté.

—Como les dije, iba a ir a un campamento, fue divertido. Es toda una aventura. Los animales que viven en los bosques son aterradores, sobre todo en la noche. Las primeras noches no pude dormir. Un oso atacó a mi padre y le mordió la nalga.

—Suena como si te la hubieras pasado bien.

Todos nos reímos.

—Lo fue, Pai.

—Realmente no puedo entender por qué tu hermano decidió regresar, yo no volvería si pudiera estudiar y vivir en Inglaterra —comentó Kyle de repente, viendo en dirección a Kaiden.

—Quien sabe. Le dijo a mamá y papá que quería regresar y aquí está. No dio ninguna explicación, conociéndolo, probablemente es porque se aburrió.

—Como siempre lo hace —murmure entre dientes.

Chris pasó un brazo por encima de mi hombro atrayéndome a su cuerpo, se inclinó para ver mi rostro, —¿Dijiste algo, rubia?

—Olvídalo, no dije nada.

Todos parecían absortos en Kaiden que no nos prestaban atención.

—Sabes, cariño —empezó—, no sé cómo te vayas a tomar esto que voy a decir. Pero me alegro de que él esté de vuelta, lo he extrañado todos estos años.

—Es válido, no me voy a enojar con eso, es tu hermano —respondí —, sabes que nuestra relación es complicada. Lo odio mucho y que esté ahora en la preparatoria me hace sentir mal.

—Solo no pelees con él, cariño. Él pasó por muchas cosas en Inglaterra, no quiero que se agobie.

—Está bien —pinche su nariz con mi dedo, él sonrió ligero —, no pelearé, no vale la pena gastar energía en un idiota.

Todos se quedaron callados de repente.

—Ese idiota debo ser yo —dijo una voz a mis espaldas.

Kaiden se puso enfrente, observándonos a todos con una gran sonrisa.

—Parece que ha pasado una eternidad desde la última vez que los vi, Aurora, estás hermosa —, Aurora se sonrojó como un tomate —, Kyle y Vicent, es un gusto verlos —ambos se levantaron para darle un abrazo, por último se fijó en Chris y en mí —. Hermano.

Chris asintió con la cabeza, —Sigues siendo un rompecorazones, hermano.

Finalmente, su mirada reposo en mí.

—Ya sabes, hermano, no hay ninguna chica que pueda resistir a mí —dijo mientras su mirada reposaba en mí.

Maldito idiota.

—Nunca cambias —Él y Chris sonrieron.

—Gilmore.

Kaiden me llamaba por mi apellido desde muy pequeña. Tarde unos segundos en contestar, hasta que Chris puso una mano en mi rodilla por debajo de la mesa.

—Kaiden — saludé, completamente en contra de mi voluntad.

—¿Cómo se encuentran tus hermanos?—preguntó de repente, mirando por la cafetería para ver si estaban a la vista.

—Se encuentran bien. Siempre llegan tarde.

—Comprendo, ¿Adrián aún sigue queriendo ser jugador de futbol americano al igual que Christopher?

Asentí.

—Ha mejorado mucho desde la última vez que lo viste, es muy bueno —comentó Chris.

—No lo dudo.

—Será un buen año ahora que estás aquí —dijo Kyle.

Sí, claro.

—Chris me dijo que estás más guapa desde la última vez que te vi. Ahora que te veo, no exageraba —me observo de pies a cabeza con una mirada sensual.

—Eres un completo cerdo.

Todos no pudieron evitar reírse.

—El día que le agraden tus bromas a Paige, ese día salgo desnudo a la calle —soltó Kyle.

—Me aseguraré de que cumplas tu promesa —dijo Vicent.

—¿Puedo sentarme?—inquirió. Kaiden no espero respuesta para sentarse y se puso a mi lado. Chris se rodó y no dudé en hacer lo mismo.

—¿Para qué preguntaste si lo ibas a hacer de todas formas?—murmure, pero sabía que él me había escuchado debido al silencio de Kaiden.

—Es bueno estar de vuelta, parece que no hubiera pasado todo este tiempo, todo sigue igual —Kaiden nos miró a Chris y a mí.

—¿Conociste alguna chica en Inglaterra interesante, Kaiden?—pregunto Aurora, curiosa.

Aurora siempre ha tenido una especie de crush con Kaiden.

Jugué con la mano de Chris en la mesa, ignorando a Kaiden.

Chris sonrió juguetón al verme. Me encogí de hombros en mi lugar.

—Conocí varias chicas, pero ninguna fue de mi interés. Buscaba algo más y ninguna pudo satisfacer mis estándares.

No pude dejar escapar un resoplido.

—Por Dios, todos sabemos que nadie es suficiente para ti, todas tus novias han sido unas tontas sin cerebro —comente.

Un silencio palpable se hizo presente en la mesa.

—Estás muy interesada en mi vida, Paige. ¿Por qué es eso?—inquirió acercando su rostro, tanto que resultaba muy incómodo. Me acerqué a Chris y mi cabeza rozaba su duro torzo. Estaba musculoso debido a los pesados entrenamientos del entrenador.

—Chris, dile a tu hermano que se aleje o lo golpeo.

—Kaiden —sentenció Chris con un tono agudo en su voz —, ya hablamos sobre esto. ¿No pueden intentar llevarse bien por solo cinco minutos?

—No —dijimos los dos al unísono. Kaiden se alejó, volviendo a su posición inicial.

—Al menos en algo pueden estar de acuerdo.

Kaiden y yo miramos hacia el otro lado.

—No puedo estar más aquí, cerca de él —me levanté de mi asiento, golpeando en la cabeza a Kaiden con mi codo —, ¡Oh! Lo siento, Kaiden —no sonaba para nada arrepentida, Kaiden sonrió divertido. Gire mi bolso y aterrizo pinchando su ojo.

—Voy a matar a tu novia, Christopher —la sonrisa desapareció de su rostro, remplazada por una mueca.

—Fue un accidente, Kaiden. Por Dios, no seas un bebé — dramaticé.

—El día que no encuentren a Paige, yo seré el culpable —amenazó.

—¿Lo ves, Chris? Tu hermano es...—Chris se levantó a velocidad de un rayo, antes de que pudiera continuar y tapo mi boca con su mano.

—Es mejor mantenerlos alejados, vamos a clase —Chris me dio un beso de despedida en la frente, sonreí—, nos vemos después de clase, tengo una sorpresa para ti.

—Me gustan las sorpresas.

—Esta te va a gustar mucho —dijo, confiado.

—Estoy ansiosa.

—Por el amor de Dios, son asquerosos —Kaiden emitió un quejido e hizo una mueca de asco al ver muestro acto de amor —, en definitiva, no extrañe verlos a ustedes dos. Me dan ganas de vomitar.

Fulmine a Kaiden, Chris solo me abrazó por los hombros —Lo odio.

—También te quiero, rubia —dijo, antes de dejar un beso en mi mejilla y marcharse junto a los chicos.

Todos se alejaron, solo Aurora quedó conmigo.

Entrelace mi brazo con el de Aurora, — Parece que quedamos solo las dos, amiga. Vamos a la clase.

Un rato más tarde, la clase de literatura iba a comenzar. La profesora Clarise Clark, con unas pocas arrugas en su rostro y de mediana edad, dejó su mochila en el escritorio.

—Antes de iniciar la clase —empezó —, quisiera que le diéramos la bienvenida al nuevo estudiante Connor Harlow, espero que le den la bienvenida y lo acojan para que se sienta bienvenido.

El nuevo estudiante tenía una sombra de chico malo, sus ojos negros transmitían un misterio, su cabello negro resaltaba con su vestimenta.

—Hola, mi nombre es Connor. Espero que nos llevemos bien.

El chico miró en mi dirección, una sonrisa escapó de sus labios. Gire la mirada detrás de mí y no había nadie, era conmigo.

¿Qué diablos? Lo miré impasible, sin ninguna expresión en mi rostro.

—Por favor, Connor, toma asiento en unos de los lugares libres. La clase va a comenzar.

El chico se sentó detrás de mí, de inmediato inclinó su silla hacia adelante, —¿Eres Paige Gilmore?

—No —dije cortante.

¿Qué sucede con él?

—Me han dicho muchas cosas de ti, pero no me dijeron lo hermosa que eres.

Por Dios.

—Gracias por el cumplido —emití entre dientes.

—¿En serio lo creíste?—pregunto burlón.

Otro idiota. Era lo último que me faltaba después de Kaiden.

Sacudí la cabeza, cruce mis brazos, ignorándolo.

—Era una broma, ¿nunca te han hecho bromas?

—No me interesas.

—Tú a mi sí. ¿Te gustaría salir conmigo?

Deje escapar un suspiro.

Me giré en dirección a él, —No. Tengo novio.

—Eso no parece ser una excusa válida.

—¿Qué?

—Puedo ser tu novio número dos.

Voltee los ojos.

—Tú...

La profesora Clarise llegó hasta donde nosotros.

—¿Es más interesante su conversación que mi clase?—gire mi cuerpo nuevamente al frente.

El chico era un imbécil.

—Lo siento, profesora.

—Más le vale, señorita Gilmore.

Trague en seco. Aurora me miró de reojo.

—¿Todo está bien?—pregunto en voz baja.

Asentí con la cabeza.

Por suerte, el molesto chico no me dirigió la palabra. Al terminar la clase solo me lanzo un papel al escritorio, Aurora se quedó terminando de guardar sus cosas, aproveché ese momento para abrir el papel.

"Tu novio es un idiota, deberías estar conmigo"

No podía creer el atrevimiento de este chico.

Lo rompí en varios pedazos.

Ese chico no le llegaría ni a los talones a mi novio.

Luego de varias clases, era hora de ir al comedor. Ignore al chico nuevo sentándome muy lejos de él, afortunadamente no me dijo nada más. Podría golpearlo y eso no sería propio de una dama como yo.

Todos nos reunimos nuevamente en la cafetería. Antes de que alguno pudiera dar el primer bocado de comida, el chico nuevo se nos acercó.

—Hola nuevamente, hermosa.

Voltee mis ojos.

¿Qué problema tiene conmigo?

—¿Cuál es tu maldito problema, chico?—pregunte molesta, él solo sonrió divertido.

Chris se dio cuenta de mi molestia y se puso tenso.

—¿Quién es este idiota, rubia?

—Es mi nuevo compañero de clases, Connor —puse una mano en mi cabeza.

Chris se levantó de su asiento, —¿Por qué estás molestando a mi novia, idiota? ¿Quien diablos eres?

—Christopher Warren, el famoso romeo de la preparatoria Payton —dijo, sarcástico.

—¿Tienes algún problema conmigo?

—Quizás sí, quizás no.

—¿Qué diablos le sucede?—inquirió Vicent, frunciendo el ceño.

—Busca una paliza gratis —espetó Kyle.

—Molestó a Paige toda la clase de literatura, hasta que la profesora Clarise se dio cuenta —dijo Aurora. La miré con una mirada impasible. Chris se iba a enojar.

Antes de que pudiera pronunciar una palabra, Chris empujó su pecho. El chico se puso en guardia.

—Dame una razón para no golpearte ahora mismo.

—Hazlo. Pero te atendrás a las consecuencias —la diversión en sus ojos ponía mis nervios de punta.

Chris no pudo evitar reírse y acercarse más a él.

—¿Me estás amenazando, niño?—Chris suelta un gruñido molesto.

—Puedes tomarlo como mejor te parezca.

En el momento en el que vi a Chris perder poco a poco la paciencia, me acerque a él, poniéndome entre ambos. Chris respiraba pesado.

—Cariño, no vale la pena —agarre su mano, Chris estaba tenso, pero en el instante que lo toqué, logró relajarse.

Ambos nos dimos la vuelta para sentarnos en nuestros asientos.

—¡Algún día serás mía, Paige Gilmore!—exclamó. Algunos estudiantes se dieron la vuelta ante el escándalo.

Oh, rayos.

Chris se soltó rápidamente antes de que pudiera reaccionar, el puñetazo sonó a través de toda la cafetería.

Puse una mano en mi boca, tratando de no hacer ruido ante mi sollozo.

Todo se convirtió en un caos, en un segundo.

Chris y Connor estaban golpeándose. Nadie quería hacer nada ante la desagradable escena.

—¡Kyle!—grité, parecía absorto ante la escena, mire a Vicent y no parecía querer meterse —¡Alguien haga algo, por favor!—mire en la habitación tratando de encontrar algún rostro conocido.

En el fondo del pasillo logré visualizarlo.

Kaiden.

De inmediato corrió al ver que se trataba de su hermano.

Kaiden de un solo empujón agarró a Chris, otro chico se encargó del nuevo.

Puso una mano en su cuello tratando de calmarlo.

—¿Qué sucede hermano?, ¿qué estás haciendo?

—¡Voy a matar a ese idiota!—exclamó Chris con la respiración acelerada. Me acerqué a él corriendo, ignorando todas las miradas a nuestro alrededor.

—Tranquilízate Chris, no me ofendió, estoy bien — giré su rostro para que lograra mirarme. Sus ojos se suavizaron, pero aún seguía enojado.

Chris tenía algunos rasguños, toque su mejilla donde un pequeño rastro de sangre salía.

Apreté los labios, —Chris— murmuré, mis ojos estaban poniéndose borrosos.

—Estoy bien, solo es un pequeño corte, rubia —seco con la palma de su mano, una pequeña lágrima que se deslizaba por mi mejilla.

—No quiero que pelees, no vale la pena.

—¿Alguien me puede decir que diablos está pasando?—inquirió Kaiden, confundido.

—¡Tu hermano me empezó a golpear solo porque le dije que su querida novia sería mía!

La cara calmada de Kaiden se transformó, sustituida por una molestia instantánea.

—¿Qué acabas de decir?—preguntó helado en su voz. Torció sus labios en una sonrisa malvada.

Si no lo conociera diría que está completamente loco. Sin embargo, lo conozco bien y cuando actúa de esa forma, es porque está perdiendo la cabeza.

Ay, no.

Lo último que necesito es que Kaiden lo golpee también.

—Kaiden, por favor —trate de suavizar, pase mi mano por mi cara tratando de calmar mis nervios.

Se acercó a él, señalándolo con el dedo, —Escucha amigo. La única persona que le puede hacer la vida imposible a Paige, soy yo. Así que gira tu trasero y lárgate de aquí antes de que te golpee.

—Los Warren están todos locos —sacudió su cabeza.

—Oh, sí, ni te lo imaginas, te haré la vida miserable si vuelves a meterte con mi hermano, idiota.

El chico se alejó, dejándonos solos. Todos volvieron a ocuparse de sus asuntos.

Los tres nos quedamos parados, viendo como desaparecía por la puerta.

Luego de un tiempo, decidí romper el silencio.

—¿Cómo es eso de que eres el único que me puede hacer la vida imposible?, ¿me quito a un idiota para tener otro?—me gire hacia Kaiden, con una mirada escéptica.

—No seas dramática, Gilmore. Solo fue una broma —sacudió su mano, restándole importancia.

—Tú y tus estúpidas bromas —puse los ojos en blanco ante su infantileria.

—De nada, cariño.

—Púdrete, Warren.

Chris puso los ojos en blanco, dejando soltar un suspiro largo y agotado, —Ustedes dos me están dando dolor de cabeza, iré a sentarme —Chris se fue a sentar, dejándonos solos.

Me giré hacia Kaiden, con ambas manos en mi cintura.

—Siempre has sido encantadora.

—Siempre has sido un idiota.

—¿Cuándo lo superarás, Gilmore?

—¿De qué diablos estás hablando?

Fruncí el ceño, sin entender.

—No pienso recordártelo —dijo de inmediato.

—Realmente no lo sé, pero no me importa en absoluto.

—¿En serio no me vas a agradecer por salvar el trasero de Chris?

—No veo de qué manera lo salvaste, a costa de dejarme como una tonta.

—No se puede tener dos cosas a la vez, querida.

—Cerdo.

Kaiden sonrió divertido. Sacudió la cabeza, dándome la espalda y desapareciendo por la puerta.

Chris me miró sin ninguna expresión. Luego de unos segundos hizo un gesto para que me acercara.

Ese chico nuevo era un completo dolor en el trasero.

¿Quién diablos era?, ¿por qué busca problemas el primer día de clase?

Un dolor de cabeza era suficiente.

—Ese chico nuevo, avísame si tienes problemas con él nuevamente —dijo, mientras limpiaba su herida.

—Déjame hacerlo —agarre un pañuelo de mi bolso y lo pasé suavemente por su herida.

—¿Me lo dirás?—presionó al ver mi silencio. No quería que volviera pelear.

—No entiendo cuál es su problema. No le hemos hecho nada.

—Es solo un idiota —Chris agarró mi mano, deteniéndome —, promételo, rubia.

—Está bien, lo prometo.

Ambos sonreímos.

Algo dentro de mí, me decía que había algo que no sabíamos, ¿por qué habría de molestarnos cuando no nos conoce?

Sin embargo, ¿qué podría ser?

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