Restos de ti

"Ella me silencia, ella me admira, ella está sola, ella se siente vacía, ella apagó sus emociones, ella dejó de sonreír genuinamente, ella es amable, ella es imperfecta e intenta demostrar ser fuerte. Ella se apaga, ella le duele, ella le arde y le quema por dentro, ella se dio cuenta que debe ser fuerte porque llorar no cura nada, solo sangra más el corazón"

Paige Gilmore.

Parece que el mundo ha seguido sin ti. Los arboles florecen, la brisa es ligera, pero la siento como una tormenta. Todo a mi alrededor sigue igual, menos yo.

Es una pesadilla de la cual me aferro para despertar, pero ella se siente interminable. Porque no es un sueño cualquiera, es la vida real.

A menudo, salgo a caminar, esperando que el aire fresco alivie esta carga, pero el mundo parece indiferente a mi sufrimiento. La risa de los niños, el murmullo de la gente, todo me resulta un cruel contraste con mi soledad. Y aunque intento seguir adelante, una parte de mí queda atrapada en el momento de tu partida.

Cada día es una lucha, una batalla entre la memoria de lo que fue y la cruda realidad de lo que ya no será.

Te busco en cada esquina, en cada rayo de sol que se cuela por la ventana, esperando que, de alguna manera, puedas escuchar mi dolor y encontrar la forma de regresar, aunque solo sea en mis sueños. Perderte ha sido la lección más dura que jamás imaginé aprender, y la lucha por aceptar esta nueva vida sin ti es un camino que nunca desearía recorrer. Pero aquí estoy, aferrándome a los recuerdos y al amor que nos unió, no puedo superarlo, la gente a mi alrededor actua como si no estuviera pasando nada, pero el eco de tu existencia sigue vivo en mi corazón, incluso cuando el mundo parece haber olvidado tu luz, yo la recuerdo con cada latido de mi alma.

Estoy flotando, no viviendo.

Camino, pero no avanzo.

Duermo, pero no puedo recordar la última vez que descanse.

Desayuno, almuerzo y ceno, pero la comida es inundada por mis lagrimas.

¿Estás bien dónde estás Chris?

¿Estás comiendo bien?

¿Estás

muriendo por dentro, como lo hago yo?

Las noches son las más difíciles. Me envolvía en su sudadera, la que aún guardaba como un último recuerdo de su presencia. Dormir se convirtió en un desafío, y cada vez que cierro los ojos, es como si volviera a perderlo una y otra vez. Ese vacío se colaba entre mis sábanas, abrazándome con fuerza.

A menudo imaginaba que me abrazaba por la cintura y nos dormíamos como lo habíamos hecho varías veces.

Ahora solo puedo pensar que debí haberlo abrazado más fuerte, decirle cuanto lo amo.

Christopher Warren había desaparecido.

Desaparecio de mí, de su familia y del mundo entero.

La tristeza me hacía parte de ella, manejandome como un juguete, no la detenía, porque no sabía como hacerla parar, una parte de mí, quería que no se fuera porque eso significaba que estaba bien que mi novio no estuviera conmigo y no era así, su existencia era mi motor, lo amaba desesperadamente y con cada parte de mí.

No sabía como iba a vivir sin él.

Sin verlo, sin escucharlo, sin abrazarlo, sin amarlo.

Cada vez que lo recordaba, un dolor se instalaba en mi pecho pareciendo querer matarme.

Eso seria un alivio. Asi no lloraria todo el dia. Lloraba apenas me levantaba, en la tarde, en la noche. Cada parte en la habitacion me recordaba a él. Tenía tantos regalos especiales que desbordaba lágrimas cada vez que los veía.

Lo extraño mucho.

No iba a volver amar. Chris era la persona que me complementaba.

La vida era muy cruel. Porque había perdido al amor de mi vida.

Habia llegado el momento de ir al funeral, pero el solo imaginarlo, parecía una pesadilla de la cual no podía despertar.

Todos a mi alrededor parecen estar bien. O parecen fingir que lo está.

Yo no puedo hacer eso.

Sabia que te amaba. Pero nunca imaginé que tu partida se llevaría una gran parte de mi.

No sé que me dejaste. Porque no siento nada. No sólo te fuiste, sino que te llevaste una gran parte de mi corazón.

Danzo sobre un hilo que amenaza por deslizarse. No lo detengo, no se cómo hacer que pare.

Hubiera preferido que me dejarás. Así podía odiarte y seguir con mi vida. Hubiera preferido que me engañaras y te fueras del país.

Pero eras el hombre más hermoso del mundo. Fuiste mi apoyo, mi respiración y mi vida. Eso lo hace mas difícil.

Nuestras vidas estaban unidas antes de nacer, pero ahora solo quedan huellas que poco a poco se van borrando.

Me estoy ahogando, Chris. Me estoy muriendo sin ti.

Cada minuto es un dolor. Es una tortura esta vida si no estas en ella.

Enterraste tu vida y enterraste la mía.

Las personas nos dejan todos los días, la gente sufre por la pérdida de un ser querido, incluso algunos pierden a toda su familia. ¿Esas personas logran levantarse? ¿cómo lo hacen? ¿Es porque son muy valientes?

¿Entonces porque no veo salida?

Quiero escapar de este dolor.

Quiero que no me duela como lo hace.

No puedo respirar.

Su nombre está escrito en mi piel. Sus labios están impresos en los míos y su aroma hace parte de mi.

En algunos instantes, en cuanto más lo extraño, siento su aroma y eso me lastima el corazón.

Tengo el recuerdo en mi mente vividamente. Como si no hubiera pasado nada.

Desearía que estuvieras vivo.

Si tuviera un solo deseo en la vida, sería que nada hubiera sucedido. Si alguien me diera una oportunidad para cambiarlo todo, es lo que haría sin dudarlo.

O quizás un año solo juntos. Sin nadie más. Protegiendote del mundo. Aunque conozco tanto a Chris que no me lo permitiría.

Estaba completamente sola. Sola sin ti.

Sola en un mundo el cual me habia refugiado en el amor entre nosotros. Ambos éramos invencibles.

Podíamos solucionar cualquier cosa, cualquier pelea, cualquier inconveniente. Pero la muerte no podía solucionarse.

Una vez que tu persona favorita se va para siempre de tu vida, no vuelve. Jamás.

¿Quizás el mundo es un desafío?

¿Quizás nos intenta retar para demostrar algo?

Es muy cruel.

Porque nos mata el corazón poco a poco.

¿Realidad?

Es injusta.

Sé que tengo que dejarte ir, pero no quiero hacerlo.

Porque aunque ya no estás, sigo siendo tuya. Eso nunca va a cambiar.

La batalla conmigo misma, apenas iniciaba. Sabía que cada parte de mi ser, cambiaría en el momento que el desapareció.

***

El funeral.

Al llegar al lugar del funeral, una mezcla de emociones me invadió. El aire estaba cargado de tristeza y solemnidad. A medida que me acercaba, podía ver a las personas reunidas, algunas con rostros conocidos, otras completamente desconocidas, pero todas unidas por la pena de haber perdido a una persona tan maravillosa.

La luz tenue y el suave murmullo llenaban el espacio. Noté cómo todos compartían miradas de complicidad y dolor, como si en ese momento de duelo, las palabras fueran innecesarias. Mi corazón latía con fuerza y una sensación de aprensión se apoderó de mí.

Tomé aire y avancé hacia el altar, cada paso parecia un golpe en mi corazon. donde estaba situada la foto de mi novio, sonriendo, rodeado de flores. Recordé los momentos vividos, las risas compartidas, la calidez de su presencia.

La gente a mi alrededor lloraba desconsoladamente, yo no.

Quizas habia llorado tanto que al día siguiente de su muerte no me quedaban lagrimas. El dolor persistía en mi pecho.

Todos tomamos asiento en las sillas que están en frente del altar del sementerio. Los familiares más cercanos estaban en primera fila, la familia de Chris estaba de un lado, mientras que mi familia estaba del otro, menos Nate, mis padres decidieron que no era buena idea traerlo. Mamá agarraba mi mano, pero no la apretaba.

Solo podia observar la foto de Chris, lleno de vida. Era como si me estuviera diciendo algo, pero no lo podia escuchar.

—Hoy estamos todos reunidos para conmemorar a un joven espléndido, amoroso y comprensivo —empezó el sacerdote. El llanto de Eleanor resonaba en mis oidos —, fue un gran hijo, un gran amigo, hermano, novio, pero lo mas importante fue un ser humano ejemplar. Sus familiares lo han descrito como alguien que siempre estuvo para todos.

Fue más que eso.

Todas las palabras que decía el sacerdote me entraban por un oido y salían por el otro. Miraba fijamente, sin ninguna expresión.

Chris se tomó esa foto sin pensar en que fuese la última.

—Si alguien desea decir unas palabras para despedirlo, puede hacerlo.

No podría adivinar que esa foto sería el detonante de nuestro dolor y que nos marcaría para siempre.

—Paige —Mamá puso una mano en mi rodilla —. Paige, es hora.

Me levanto como un robot de la silla, dirigiendome al altar. Al llegar, alce la mirada para observar rostros destrozados por el dolor. Nuestros amigos estaban abrazandose y dando consuelo el uno del otro. Mi mirada se desvió a la familia de Chris. A Eleanor destrozaba vestida completamente de negro, a Jacob quien abrazaba a su esposa tratando de aliviar su dolor cuando él estaba quizás peor que ella. Y finalmente, a su hermano, quién solo me observaba sin derramar una sola lágrima. De inmediato aparté mi mirada, verlo me causaba un dolor en el pecho. Quizás era ese adsurdamente parecido.

Agarré el microfono con mis manos frías y algo temblorosas.

—En la mañana pensé en escribir una nota para despedirme de la persona que más he amado en el mundo, pero nada parecía correcto —empecé, con un nudo en la garganta —. Ahora mismo, ni siquiera sé que estoy diciendo. Mi mente sólo piensa en él. En el momento que dejó de respirar y no estuve para él en su último instante de vida.

Me tomé un momento para calmarme. Sin embargo, mis lagrimas se deslizaron por mis mejillas como un río incontrolable. Trague en seco, pasando la mano por mi mejilla tratando se quitar mis lágrimas.

—¡Tu puedes, Paige!—gritó Aurora con la voz rota.

Aún llorando, logré continuar.

—El amor es el sentimiento más hermoso, pero también el más doloroso. Siempre creí que Chris y yo íbamos a estar juntos toda la vida, pero en un segundo, desapareció nuestros sueños. Pensar que no lo amaré, no volveré a verlo, no sentiré su presencia, sus caricias y cariño, me desarma. No quiero otra persona, lo quiero a él. Pero eso ya no es posible. Esto rompe mi calma y destroza mi alma, quizás para ustedes ha sido un ser querido, para mí, era mucho más que eso. Lo amaba con locura y con una intensidad que va más allá de las palabras.

Mi cuerpo quedó débil al terminar. Mis ojos se cerraban poco a poco, estaba perdiendo el conocimiento.

El dolor era muy fuerte. Unas punzadas que parecían dagas afiladas me golpeaban en el pecho sin piedad.

Logre ver a Kaiden corriendo hacia mí, sosteniendome en sus brazos.

Gilmore —escuché que decía, mientras mi conciencia se perdía poco a poco.

Sonreí débilmente, parecía una completa psicópata.

—Si esta es mi forma de morir, al menos al verte estoy viendo a Chris.

Fue lo último que dije antes de dejarme caer en sus brazos.

Siempre te amaré, Christopher Warren.

◇◇◇◇◇◇

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