Borya estaba acostado en la cama de cara al techo, con Anna acurrucada en su costado, acostada sobre su pecho y envuelta en su brazo.El calor de ella era lo único que lo mantenía en la realidad mientras su mente se paseaba por los recuerdos, por cada tramo de su vida pasada, sus dolores, sus soledades, sus abandonos y su lucha.Por el terrible error que había cometido de aliarse con un ángel al que había creído honesto con los planes de salvación de la humanidad y de descuidar el amor que había encontrado en medio de la batalla.Trabajó con ahínco por ganarse el cariño y la confianza de Anna, por convencerla de quedarse a su lado, pero no supo cómo cuidarla.Fue arrogante, mil veces un idiota y un soberbio, que por creerse el heredero de un poder sobrenatural y de una autoridad infalible, no era capaz de equivocarse y lastimar a quienes más le importaban.Un niño irreverente y salvaje fue quien le plantó cara y le abrió los ojos a punta de insultos, y él seguía siendo tan ignorante d
Abrahel logró salir de la mansión Brusnitsin sin que Abaddon lo notara y escondió sus cuernos en la capucha de piel de su abrigo para caminar por la concurrida Avenida Nevsky, de San Petersburgo, sin que la reconocieran como una demonio.A esa hora de la noche los habitantes y turistas estaban afanados en apurarse por llegar a sus destinos, ya fuese para protegerse del frío o para disfrutar de una cena caliente.Nadie parecía reparar en ella, ni se hallaban equipos de control de engendro en los alrededores.—Amon no me engañó, nadie me seguirá —se dijo para sí misma mientras disimulaba su paseo mirando los escaparates de las tiendas.Pero su tranquilidad se rompió cuando captó una presencia demoniaca diferente a la de Amon, muy perturbadora.Su intención había sido desaparecer teletrasportándose, sin importarle si generaba un revuelo entre los humanos, pero aquel demonio estaba demasiado cerca. Jamás lograría huir de él.—Hasta que te ubiqué, ratita escurridiza.Abrahel no se giró par
Alexey dejó a su brujita dormida y se levantó de la cama en busca de algo para beber. La noche de sexo lo había dejado sediento.Entró en la cocina tarareando una canción. A pesar de todos los problemas, se sentía dichoso. El amor lo llenaba de energías para enfrentar cualquier peligro.—Traidor.Saltó asustado al escuchar una voz amenazante retumbar en su oreja, en el momento justo en que encendía la luz.Al girarse descubrió a Lilith, con su rostro apretado por la ira y sus grandes cuernos casi encima de él.El corazón se le propulsó a mil por horas.—No vuelvas a hacer eso, ¿sí? No eres la indicada para este tipo de bromas —pidió mientras se esforzaba por calmarse. Que la reina del infierno se le apareciera en plena noche y de repente, le robaba toda la buena onda— ¿Qué haces aquí? Vas a meterme en un lío con Natasha.—Debería, en venganza por lo que le hiciste a mi hijo.Alexey exageró un rostro de sorpresa.—¿Qué le hice? ¿Te fue con el chisme? Ni lo toqué.Lilith puso los ojos e
—¿Sabías algo de esto? —preguntó Borya ofuscado hacia Drake, luego de contarle lo que Anna le había revelado.—No —dijo el mitad bestia enfadado y lanzando una mirada de reproche hacia Yelena, viendo como ella escondía la cara con las mejillas ardiendo por la vergüenza.—Borya, cálmate —pidió Anna—. Ya te he dicho que no puedes reaccionar de esa manera. Haré que Yelena te revuelque de nuevo en el suelo.—¡Anna! —se quejó la aludida, mirando a Borya con súplica—. No lo volveré a hacer —prometió en susurros.—¿Ustedes se dan cuenta que con eso Alexey se condena por toda su eternidad? —se quejó el demonio con irritación.—¡Es lo que él quiere! Estar condenado como lo está Natasha.—¡Natasha no está condenada! —bramó Borya— Fue su padre quien se alió con demonios, es al alma de él a la que su dios pedirá cuentas.—Ezael dijo que ese tipo de condena recaía sobre todos sus descendientes, por eso él obligaba a Natasha a estar a su lado.—Ezael es un maldito manipulador que se valió del miedo
Lilith se hizo la exquisita y no apareció por el Château en Francia, porque sabía que su hijo la escarmentaría días enteros por su alocado y riesgoso plan.Sin embargo, fue poco lo que Borya pudo insistir con ella. A penas pasaron a los demonios impuros la información de la cría de dragones, el caos lo envolvió.Serguei le exigió una reunión de emergencia. Los grupos de demonios aliados, tanto de Rusia como del resto del mundo, sobre todo, en los lugares donde se habían encontrado campamentos que cuidaban de los huevos, se reunían para prepararse para la ofensiva.—En Brasil solo hallamos a una hembra —dijo frente a la reunión con su grupo en Ekaterimburgo, pasando la poca información que Amon le había otorgado a través de un correo electrónico. Ni siquiera él se atrevía a darle la cara por la propuesta de Lilith—. No tuvimos tiempo de revisar si tenía un nido, nos atacó apenas nos vio, pero, por la cantidad de comida que manejaban los hechiceros, podríamos pensar que no está sola.—Y
—¿Crees que esto representará un problema? —quiso saber el mitad bestia cuando ya estaban alejados del lugar.—Espero que no, ya son demasiados los asuntos por resolver. ¿Qué has sabido de Alexey? —preguntó ansioso, quería solventar el impase que había creado con el chico y limar asperezas.No debió ser tan duro con él y reconocer el excelente trabajo que venía desarrollando a pesar de su comportamiento alocado e imprudente.—Me pasó las coordenadas de la base naval donde se encuentra, quiere que vayamos. Algunos oficiales están interesados en conocernos y saber más sobre los dragones y el peligro que representan.—¿Dónde es?—En el Ártico.—¿En el Ártico? —indagó sorprendido.Drake le mostró su teléfono móvil con las coordenadas que el joven le había facilitado.—Mierda —masculló el demonio, descubriendo que se trataba de la base militar rusa ubicada más al norte del país, en una de las regiones más inhospital del planeta, a tan solo mil kilómetros de distancia del polo norte.Allí R
El río Neva, en San Petersburgo, aún estaba congelado casi en su totalidad. Al que consideraban la línea de vida de la ciudad, en algunas pocas zonas mostraba el recorrido del agua y en otras, su hielo quebradizo anunciaba la pronta llegada de días más cálidos.Anna paseaba por su ribera empedrada en un tramo no muy lleno de visitantes. Abrahel había exigido que el encuentro se realizara en un sitio público, porque desconfiaba de Lilith, sin embargo, la demonio llevaba una hora de retraso y eso comenzaba a inquietar a la joven. Anna no era amiga de las largas esperas.—¿Se habrá acobardado? —preguntó Yelena a Lilith mientras ambas se paseaban por la orilla contraria con ayuda de un hechizo de invisibilidad de la demonio.Se hallaban a unos trescientos metros de distancia de Anna.—No. Abrahel podrá ser muchas cosas, pero no es una cobarde —dijo recelosa y evaluó los alrededores con atención.Abrahel era una demonio traidora que cambiaba constantemente de bando según sus caprichos le i
Drake tomó los restos que quedaban de lo que fue su escritorio de trabajo y los lanzó haciéndolos añicos contra una pared.Igual hizo con un mueble que había resistido el ataque de los demonios, pero que no se salvó de la furia de él, siendo expulsado por una ventana hasta hacerse trizas en el jardín.Borya y Alexey lo miraban desde la puerta del despacho, esperando a que la bestia infernal descargara toda su furia.Cuando terminó de echar abajo lo poco que había quedado en pie en esa habitación, se detuvo para mirar la destrucción sin sentir un poco de calma. Respiraba con dificultad, bufando como un animal herido, con los ojos más plateados que de costumbre y el cuerpo totalmente desfigurado por la ira que lo consumía.—¿Ahora sí podemos hablar?La intervención de Borya hizo que él se girara furioso hacia ellos. Alexey retrocedió un paso y tomó la empuñadura de su espada. Ya había peleado en una ocasión con esa bestia infernal, pero no estando tan colérica.—Se llevó las gemas y se