—¿Sabías algo de esto? —preguntó Borya ofuscado hacia Drake, luego de contarle lo que Anna le había revelado.—No —dijo el mitad bestia enfadado y lanzando una mirada de reproche hacia Yelena, viendo como ella escondía la cara con las mejillas ardiendo por la vergüenza.—Borya, cálmate —pidió Anna—. Ya te he dicho que no puedes reaccionar de esa manera. Haré que Yelena te revuelque de nuevo en el suelo.—¡Anna! —se quejó la aludida, mirando a Borya con súplica—. No lo volveré a hacer —prometió en susurros.—¿Ustedes se dan cuenta que con eso Alexey se condena por toda su eternidad? —se quejó el demonio con irritación.—¡Es lo que él quiere! Estar condenado como lo está Natasha.—¡Natasha no está condenada! —bramó Borya— Fue su padre quien se alió con demonios, es al alma de él a la que su dios pedirá cuentas.—Ezael dijo que ese tipo de condena recaía sobre todos sus descendientes, por eso él obligaba a Natasha a estar a su lado.—Ezael es un maldito manipulador que se valió del miedo
Lilith se hizo la exquisita y no apareció por el Château en Francia, porque sabía que su hijo la escarmentaría días enteros por su alocado y riesgoso plan.Sin embargo, fue poco lo que Borya pudo insistir con ella. A penas pasaron a los demonios impuros la información de la cría de dragones, el caos lo envolvió.Serguei le exigió una reunión de emergencia. Los grupos de demonios aliados, tanto de Rusia como del resto del mundo, sobre todo, en los lugares donde se habían encontrado campamentos que cuidaban de los huevos, se reunían para prepararse para la ofensiva.—En Brasil solo hallamos a una hembra —dijo frente a la reunión con su grupo en Ekaterimburgo, pasando la poca información que Amon le había otorgado a través de un correo electrónico. Ni siquiera él se atrevía a darle la cara por la propuesta de Lilith—. No tuvimos tiempo de revisar si tenía un nido, nos atacó apenas nos vio, pero, por la cantidad de comida que manejaban los hechiceros, podríamos pensar que no está sola.—Y
—¿Crees que esto representará un problema? —quiso saber el mitad bestia cuando ya estaban alejados del lugar.—Espero que no, ya son demasiados los asuntos por resolver. ¿Qué has sabido de Alexey? —preguntó ansioso, quería solventar el impase que había creado con el chico y limar asperezas.No debió ser tan duro con él y reconocer el excelente trabajo que venía desarrollando a pesar de su comportamiento alocado e imprudente.—Me pasó las coordenadas de la base naval donde se encuentra, quiere que vayamos. Algunos oficiales están interesados en conocernos y saber más sobre los dragones y el peligro que representan.—¿Dónde es?—En el Ártico.—¿En el Ártico? —indagó sorprendido.Drake le mostró su teléfono móvil con las coordenadas que el joven le había facilitado.—Mierda —masculló el demonio, descubriendo que se trataba de la base militar rusa ubicada más al norte del país, en una de las regiones más inhospital del planeta, a tan solo mil kilómetros de distancia del polo norte.Allí R
El río Neva, en San Petersburgo, aún estaba congelado casi en su totalidad. Al que consideraban la línea de vida de la ciudad, en algunas pocas zonas mostraba el recorrido del agua y en otras, su hielo quebradizo anunciaba la pronta llegada de días más cálidos.Anna paseaba por su ribera empedrada en un tramo no muy lleno de visitantes. Abrahel había exigido que el encuentro se realizara en un sitio público, porque desconfiaba de Lilith, sin embargo, la demonio llevaba una hora de retraso y eso comenzaba a inquietar a la joven. Anna no era amiga de las largas esperas.—¿Se habrá acobardado? —preguntó Yelena a Lilith mientras ambas se paseaban por la orilla contraria con ayuda de un hechizo de invisibilidad de la demonio.Se hallaban a unos trescientos metros de distancia de Anna.—No. Abrahel podrá ser muchas cosas, pero no es una cobarde —dijo recelosa y evaluó los alrededores con atención.Abrahel era una demonio traidora que cambiaba constantemente de bando según sus caprichos le i
Drake tomó los restos que quedaban de lo que fue su escritorio de trabajo y los lanzó haciéndolos añicos contra una pared.Igual hizo con un mueble que había resistido el ataque de los demonios, pero que no se salvó de la furia de él, siendo expulsado por una ventana hasta hacerse trizas en el jardín.Borya y Alexey lo miraban desde la puerta del despacho, esperando a que la bestia infernal descargara toda su furia.Cuando terminó de echar abajo lo poco que había quedado en pie en esa habitación, se detuvo para mirar la destrucción sin sentir un poco de calma. Respiraba con dificultad, bufando como un animal herido, con los ojos más plateados que de costumbre y el cuerpo totalmente desfigurado por la ira que lo consumía.—¿Ahora sí podemos hablar?La intervención de Borya hizo que él se girara furioso hacia ellos. Alexey retrocedió un paso y tomó la empuñadura de su espada. Ya había peleado en una ocasión con esa bestia infernal, pero no estando tan colérica.—Se llevó las gemas y se
Natasha inspiró con tanta fuerza que sobresaltó a Alexey y a Drake, quienes miraban de cerca su trance.El primero, maravillado. No se cansaba de ver a su brujita brillar como un diamante cuando ponía en práctica sus dotes angelicales, haciéndola tan bella y perfecta como una verdadera aparición celestial.Drake en cambio, tenía una mezcla de furia, desesperación y miedo que le costaba dominar. Sus manos temblaban ansiosas, anhelando arrancar cuellos y triturar huesos hasta hallar a su amada.—Kholat Syakhl —dijo la bruja y abrió los ojos de manera repentina.—¿Kholat Syakhl? —repitió Alexey, confundido.—La montaña de la muerte —expresó Drake con irritación—. La llevó a Urales, ¡a la guarida de Belial! —aseguró, recordando el sitio maldito donde ellos habían robado las gemas del destino y donde Yelena se enteró de su complicada y perturbadora realidad.En ese lugar Belfergor había tenido prisionera a Hamiah, haciéndole los más atroces maltratos.Enseguida se puso de pie para preparar
Abaddon salió cojeando de la celda, torciendo con violencia su brazo derecho para ubicar de nuevo el hueso del hombro en su lugar. Se relamió la sangre que manaba de su boca, al tiempo que se abotonaba el abrigo.—¿Es difícil para los de tu especie mantener los bajos instintos controlados?El demonio alzó la cabeza para mirar al odioso ángel parado frente a él, con pose arrogante y serena.Ezael estaba impoluto, blanco, limpio y hermoso. Su imagen perfecta descuadraba por completo dentro de aquella pocilga sucia y manchada por la sangre de todos los que allí habían sido torturados hasta que dieron su último respiro.Abaddon, en cambio, había perdido su perturbadora y diabólica belleza. Tenía la ropa deshecha, el rostro y el cuerpo marcado por profundas garras y mordiscos, varios huesos rotos, tierra se adhería a su piel sudorosa y decenas de heridas sangrantes en toda su piel.Sin embargo, no se preocupaba por su apariencia. Las lesiones le sanarían en minutos, y un buen baño y ropa n
Yelena estaba colgada de un artilugio diseñado con tubos de hierro y cadenas que mantenía apresadas sus manos.Sobre su cabeza se hallaba una abertura en la montaña, como un cráter, que miraba al cielo, y desde donde podía verse al sol cubrirse poco a poco con la luna.A sus pies, un enorme pentagrama invertido había sido tallado en el suelo. En cada punta se hallaba una antorcha encendida, que generaba un fuego alto y abrazador, y sobre la línea del círculo estaban diseminadas las nueve gemas del destino, todas ellas brillando como diamantes una vez fueron puestas en su lugar.La chica se encontraba como desmayada. Al llegar a esa zona de la guarida de Belial le dieron de beber, a la fuerza, varios brebajes que le restaron fuerzas y la dejaron confundida, mezclando en su cabeza la realidad con imágenes falsas.Veía entre los hechiceros que iban y venían a su alrededor, cantando oraciones rituales y lanzando polvos al centro del pentagrama y hacia ella, las figuras de Drake, de su her