A Drake le costó más que al resto superar aquella delgada grieta, ya que su anatomía alta y robusta no ayudaba, pero con esfuerzo lo logró, así, luego de media hora, se encontraban dentro de la cueva rodeados por un olor nauseabundo.—Esta mierda es asfixiante —se quejó Alexey cubriéndose la boca y nariz con el interior del codo.—Por eso no hay humanos aquí adentro —dijo Borya al sentir lejana la presencia humana, pero marcada la demoniaca.—Y el calor agobia.—Esto se parece a la entrada de la guarida de Belial en Urales —aportó Yuvan con desprecio—. Debimos traer máscaras.—Más adelante se encuentra la sensación intensa que capto —informó Borya con rostro angustiado y comenzó a caminar en ese sentido, como si algo lo atrajera.—Los guaraníes no deberían ir con nosotros, podrían estar en peligro —aconsejó Drake, empezando a sentirse inquieto.Al estar dentro de la cueva captaba esa fuerza intensa y maligna de la que hablaba su amigo.Tal vez, como Borya era un demonio de sangre real
Natasha apareció teletrasportada en el Château de Drake, en Francia, pasado el mediodía.Se encontró dentro de una sala de estar bastante elegante y cálida, equipada con infinidad de muebles y objetos lujosos.—Bienvenida.Se giró al escuchar un saludo a su espalda, viendo parada sobre unos escalones a Yelena, que le sonreía con dulzura.—¡Prima!Anna apareció detrás de su hermana corriendo hacia ella con los brazos abiertos. Natasha la observó con las cejas arqueadas, algo nerviosa. Cuando Anna la envolvió en un abrazo apretado no pudo evitar permanecer inmóvil.—No sabes la alegría que me da volver a verte —dijo la rubia y se apartó un poco para mirarla a la cara, sosteniéndola por los hombros—. Qué bueno que decidiste salir de tu escondite. A los problemas hay que enfrentarlos con valentía o jamás te abandonarán.Natasha se sintió un poco incómoda por la referencia, recordando lo que Anna le había dicho en el volcán cuando fue a visitarla.—Anna, dale espacio. Deja que se adapte al
La conversación sobre lo ocurrido en Brasil mantuvo en cada uno de ellos los nervios elevados. Sabían que eso le daría un vuelco total a aquella historia, llevando de forma alarmante la balanza en favor a los demonios.—Esto no beneficia a todos los demonios —aclaró Borya—, porque no todos tienen conocimiento de lo que sucede, solo una pequeña facción.—Ese dragón es capaz de acabar con un país entero antes de que puedan eliminarlo —recordó Alexey rebatiendo sus palabras—, y como mínimo, tendremos a siete más acompañándolo, porque en siete lugares del mundo están incubando huevos. ¿Quiénes quedaran al final de esta aniquilación? ¡Los demonios!—La gran diferencia que existe entre los engendros y los dragones es que los engendros actúan movidos por su creador —enfatizó Borya, molesto—. Las bestias y los demonios mestizos son seres sin voluntad, que solo siguen órdenes, y cuando no las reciben, actúan por instinto, pero siempre beneficiando a su creador. Los dragones, en cambio, son fie
Alexey apareció con Natasha dentro de la cabaña en Kamchatka.—Va a venir, ¡va a venir! —decía con nerviosismo la brujita luego de poner los pies en una superficie sólida.—No lo hará —aseguró Alexey tratando de calmarla.—Vendrá a matarte, no debiste provocarlo de esa manera. Es un demonio, ¡uno de sangre real! —vociferó alterada, caminando de un lado a otro con inquietud, pensando en las maneras en que podía contrarrestar con su magia el poder descomunal de Borya.Alexey se llegó hasta ella y la tomó por los hombros para detenerla, luego encerró su rostro entre sus manos.—Naty, cálmate. No vendrá.Las palabras dulces de él fueron como un bálsamo mágico que alguien colocaba sobre su cabeza agitada por los nervios.—¿Cómo puedes saberlo?—Porque vi a Yelena reluciendo como una estrella mientras discutíamos —confesó con una sonrisa pesarosa—. Estoy seguro de que logró darle una patada en el culo y bajó sus humos de futuro rey del infierno.Ella fue tranquilizándose, pensando que si Bo
Borya estaba acostado en la cama de cara al techo, con Anna acurrucada en su costado, acostada sobre su pecho y envuelta en su brazo.El calor de ella era lo único que lo mantenía en la realidad mientras su mente se paseaba por los recuerdos, por cada tramo de su vida pasada, sus dolores, sus soledades, sus abandonos y su lucha.Por el terrible error que había cometido de aliarse con un ángel al que había creído honesto con los planes de salvación de la humanidad y de descuidar el amor que había encontrado en medio de la batalla.Trabajó con ahínco por ganarse el cariño y la confianza de Anna, por convencerla de quedarse a su lado, pero no supo cómo cuidarla.Fue arrogante, mil veces un idiota y un soberbio, que por creerse el heredero de un poder sobrenatural y de una autoridad infalible, no era capaz de equivocarse y lastimar a quienes más le importaban.Un niño irreverente y salvaje fue quien le plantó cara y le abrió los ojos a punta de insultos, y él seguía siendo tan ignorante d
Abrahel logró salir de la mansión Brusnitsin sin que Abaddon lo notara y escondió sus cuernos en la capucha de piel de su abrigo para caminar por la concurrida Avenida Nevsky, de San Petersburgo, sin que la reconocieran como una demonio.A esa hora de la noche los habitantes y turistas estaban afanados en apurarse por llegar a sus destinos, ya fuese para protegerse del frío o para disfrutar de una cena caliente.Nadie parecía reparar en ella, ni se hallaban equipos de control de engendro en los alrededores.—Amon no me engañó, nadie me seguirá —se dijo para sí misma mientras disimulaba su paseo mirando los escaparates de las tiendas.Pero su tranquilidad se rompió cuando captó una presencia demoniaca diferente a la de Amon, muy perturbadora.Su intención había sido desaparecer teletrasportándose, sin importarle si generaba un revuelo entre los humanos, pero aquel demonio estaba demasiado cerca. Jamás lograría huir de él.—Hasta que te ubiqué, ratita escurridiza.Abrahel no se giró par
Alexey dejó a su brujita dormida y se levantó de la cama en busca de algo para beber. La noche de sexo lo había dejado sediento.Entró en la cocina tarareando una canción. A pesar de todos los problemas, se sentía dichoso. El amor lo llenaba de energías para enfrentar cualquier peligro.—Traidor.Saltó asustado al escuchar una voz amenazante retumbar en su oreja, en el momento justo en que encendía la luz.Al girarse descubrió a Lilith, con su rostro apretado por la ira y sus grandes cuernos casi encima de él.El corazón se le propulsó a mil por horas.—No vuelvas a hacer eso, ¿sí? No eres la indicada para este tipo de bromas —pidió mientras se esforzaba por calmarse. Que la reina del infierno se le apareciera en plena noche y de repente, le robaba toda la buena onda— ¿Qué haces aquí? Vas a meterme en un lío con Natasha.—Debería, en venganza por lo que le hiciste a mi hijo.Alexey exageró un rostro de sorpresa.—¿Qué le hice? ¿Te fue con el chisme? Ni lo toqué.Lilith puso los ojos e
—¿Sabías algo de esto? —preguntó Borya ofuscado hacia Drake, luego de contarle lo que Anna le había revelado.—No —dijo el mitad bestia enfadado y lanzando una mirada de reproche hacia Yelena, viendo como ella escondía la cara con las mejillas ardiendo por la vergüenza.—Borya, cálmate —pidió Anna—. Ya te he dicho que no puedes reaccionar de esa manera. Haré que Yelena te revuelque de nuevo en el suelo.—¡Anna! —se quejó la aludida, mirando a Borya con súplica—. No lo volveré a hacer —prometió en susurros.—¿Ustedes se dan cuenta que con eso Alexey se condena por toda su eternidad? —se quejó el demonio con irritación.—¡Es lo que él quiere! Estar condenado como lo está Natasha.—¡Natasha no está condenada! —bramó Borya— Fue su padre quien se alió con demonios, es al alma de él a la que su dios pedirá cuentas.—Ezael dijo que ese tipo de condena recaía sobre todos sus descendientes, por eso él obligaba a Natasha a estar a su lado.—Ezael es un maldito manipulador que se valió del miedo