Gael, Christie, Lucien y Gabe, se presentaron a la en casa de Alexander y Blaire unas horas después, no en calidad de familia sino como los líderes de los cazadores de almas. Aparentemente las cosas habían dado un giro total, y si no lo intuían por la ira en sus rostros, lo hacían por la energía que manaba de ellos.—¿Qué pasa?—Salomón está muerto.Blaire supuso que aquel era motivo de festejo, el malvado rey había muerto y muchas de las cosas, como por ejemplo el lazo que el antiguo rey mantenía con el grimorio no existía, pero para ellos, aquello no era bueno.No señor.—¿Qué sucede?—Quien le ha asesinado es Gaetano.—Sí, y ahora tememos por la verdadera lealtad de Kellen, ya saben que en el pasado debió ejecutarlo y no fue así, y sabemos, que Kellen es uno de los inmortales más poderosos.—¿Temen que, de verdad, pueda traicionarnos?Christie estaba furiosa con sus compañeros, tanto que estaba llorando, asustada de que ellos pudiesen pensar que su hermano era un traidor. Así que B
Cuando Blaire cerró los ojos, Miguel bramó su ira al cielo, varios ángeles y arcángeles descendieron para acompañar a uno de los suyos en el dolor. Alexander por su parte, quiso gritarle al universo, pero la situación era delicada. Así que recogió el cuerpo de su ratoncilla, Korvoz el corazón y partieron hacia el inframundo. Cuando llegaron, Gabe tenía una cúpula transparente para Blaire y una urna de oro para su corazón, mismo en el que empezaría a trabajar Colmillitos, para retirar los cabellos de ángel de Zacharías y así, purificarlo. Ver ahí a su ratoncilla fue algo difícil de hacer, el vínculo ya inexistente quería hacerle cometer una locura, pero debía hacer lo que le prometió y escuchar a Khorne. Este les esperaba en el salón principal del palacio. Kor y Gabe custodiaban los cuerpos. Lucifer y Amón, se habían unido a ellos.—Blaire me ha pedido que confíe en ti. —empezó Alexander.—Así debe ser. Hace eones mi hermana murió a manos de Zacharias. Ella no era de alto rango, no e
Emily Gold estaba a punto de casarse. Claro que aquella boda no era real, pero se llevaba a cabo para que ella, pudiese escapar de su madre. Una de esas mujeres que no se le desean ni al peor de nuestros enemigos y no exageraba ya que su relación nunca había sido buena, para ella siempre fue un estorbo, una criatura que nació solamente para incomodarla. Y no es que se sintiera triste, de verdad que no, porque una persona no podía realmente extrañar aquello que nunca había tenido así que vivir lejos de ella y de sus tratos déspotas, sería increíble. Emi era hija única, su papá la amaba pero no la amaba, es decir, un padre amoroso jamás permitiría que su pequeñita sufriera tanto a manos de la persona que, en teoría, debería de amarla. Y él, estaba tan enamorado de su esposa que entonces, se hacía de la vista gorda ante los horrores que Emi vivía. Pero no todo era completamente malo, pues contaba con el apoyo de su abuelito, August. Pero aunque lo amaba, si se permitía ser honesta, no
En fin, aquella noche en que se sentía toda una princesa y que incluso, había decidido que lo femenino sí le sentaba bien, Alec no le dijo nada. No es que esperara horas y horas de un inagotable discurso sobre su exquisita belleza, pero anhelaba al menos algún tipo de comentario agradable sobre su vestido o su maquillaje, pero solo recibió un silencio tan frío, que parecía capaz de helarle la sangre. Realmente quería pedirle que detuviera el auto para subirse a un taxi y regresar a casa, pero era joven e ingenua. Su corazón pesaba más que la razón y ahora sabía que no debió ser así. Al llegar al restaurante bajó sin esperar por ella, lo que incluso sorprendió al joven que aguardaba para estacionar el auto. Y en su mirada vio la clase de pena y compasión que sentimos al mirar a una mujer agredida por su esposo. O a un cachorrito herido.Emi le dio alcance cuando ya estaba sentado en la mesa y aguardó en silencio, porque de verdad que no entendía que había sucedido para que cambia
Le preguntó después de que el médico le diera dos puntadas en la nuca, ¡cómo si realmente le importara!, y honestamente podría haberle respondido con una buena grosería, pero no estaba enojada sino dolida. Y él lo notó, la derrota en la mirada de Emi dejó en claro que tan profundo la había herido. Y sus siguientes palabras marcaron la línea que acabó con cualquier tipo de interacción entre ambos. —¡Hasta aquí llegué! —Emi, debes calmarte. —No tenías derecho a herirme como lo has hecho, pero no debo preocuparme de que suceda de nuevo pues nunca más, me pondrás en una situación tan humillante como la de hoy. —No es lo que parece. No quiero dejarte, me preocupa que cometas alguna locura. —¿Realmente piensas que debido a ti, podría cometer suicidio? ¡Pero que ego tan grande el que tienes, Alec! Además, creo que has dejado en claro que nada de lo que tenga que ver conmigo, es realmente de tú incumbencia. —Pequeña… —Ya lo entendí, ¿de acuerdo? He sido majadera, insistente y m
Definitivamente, Alec sabía cómo joderle las cosas. Eso que le dijo sonaba como a una rara y retorcida declaración romántica y no podía ser. No cuando Michael y ella, estaban a punto de concretar lo que se habían propuesto.Alec Dracul no tenía derecho a reaparecer en su vida y desorganizarla toda. No de nuevo. ¿Y qué demonios se suponía que era? ¿un caniche? —Sí Emily, nada nos separará ya. Es momento de que sea el hombre que mereces y vaya contra quien sea con tal de tenerte conmigo. Ok, antes de llamar supo que, en definitiva, no sería fácil decirle, pero sin embargo de todos los posibles escenarios que pasaron por su mente, tenerlo de visita en Boston no era uno de ellos, y el escucharlo en modo amante intenso, menos. Alec en definitiva sabía cómo complicarle las cosas. —Mal momento para esto, Alec, porque tengo en marcha planes importantes y estos no te incluyen. —Suenas distinta, menos chiquilla. —Claro que sueno menos como aquella chiquilla de la que te reíste. Crecí
El silencio que le siguió al anuncio de Emi pareció eterno. ¿Cortaría la llamada? Arrullada por los segundos silenciosos tras semejante bomba atómica, se permitió reír un poco, porque aquello le mostraba a Alec que ella, no estaba decidida a pasar su vida esperando por él.Algo que le quedaba claro es que en el fondo Alec seguía siendo el mismo y la hacía sentir que lo que él no toleraba era la pérdida de control. Sin embargo, debía recordar que ya no era aquella chiquilla adolescente que jugaba al futbol, sino que se había convertido en una pintora de renombre, con su propia identidad. Nada de lo que él le dijera debía lastimarla, no podía darle ese nivel de poder. Claro que no es que se codeara con sus clientes, ni que asistiera a las exposiciones. Tenía para eso a una buena amiga que era quien la representaba pues era realmente feliz evitando a la gente. —¿Tú boda? ¿De qué mierdas hablas? —¡Esa boca, Alec! No puedo creer que un hombre con clase hable peor que esta mujer sin ele
¿Podría estar hablando seriamente o era una forma de manipularla para que creyera lo que decía? Pues le resultaba difícil imaginar que pudiera ser tan mezquino, aunque realmente no lo conocía. —¿Hablas en serio? —Así mismo. —¿Por qué eres tan extremista? —He cargado con demasiadas responsabilidades Emily, mismas que se me impusieron debido a mis deberes reales. Perdí… te perdí debido a lo que tenía que hacer, pero lo que tengo ahora, el poder y la posición que ahora están en mí vida, los he conseguido para que nadie pueda decirme que hacer, y ahora que estoy listo iré por ti. —¡Qué buen bromista eres, Alec Dracul! —Malditos mis deberes reales, maldito este trono. —¿Deberes reales, trono?, con todas esas cosas que me dices, suenas como un idiota. Alec, si me pediste honestidad espero que me la des también. Lo que hiciste aquella noche fue mostrarme lo que realmente sentías por mí y ahora, lo que sucede es que te pesa la consciencia. —Hay tanto que no comprendes aún, pero