Llegaron a la casa donde Nicholas, James, Edward, Bradford y Dominus les esperaban. Ellos se acercaron a estrechar a Blaire entre sus brazos, la querían y se sentían unidos a ella debido a ser una especie de hijos de Alexander, así que estaba bien con eso, ella necesitaba muchas criaturas a su alrededor, amándola y protegiéndola.

—¿Estás segura de que prefieres quedarte aquí en la casa y no en el apartamento que compartes con Alexander? —le dijo Nicholas mientras de forma cariñosa, le alborotaba el cabello, de la misma forma que un hermano mayor lo hace con el menor.

—Si, ustedes son muy desordenados y les apestan los pies. Usaré este tiempo para limpiar todo. Y en casa me aburriría, esto es más familiar. Miguel está visitando a los celestiales por lo que si debo quedarme sola en algún sitio, prefiero que sea aquí.

—Además—empezó el ejecutor—nos trasladaremos a vivir a Francia, a un hermoso castillo, ustedes tienen mis habilidades para transportarse de un sitio al otro, irán a cumplir