La amas

Dragos tenía los ojos llenos de lágrimas no derramadas, de pena, de ira. Y aunque trataba de mantenerse lejos, Kor sabía la clase de batalla que libraba cada día.

—Alec la quiso, y te fusionaste con él, evidentemente ibas a mantener sus emociones.

—Es incorrecto.

—¿Lo es? Ya tenemos a Amón y ella sigue débil, nuestra energía no es suficiente. Sabes que existen núcleos de compañeros, el clan de Benjamin tiene uno.

—No me atrevería a anhelar, a soñar.

—Aprendiste a amarla, no digo que debas decidir esto, porque no es algo que se escoge. Solo ten presente que eso es lo que pienso, y quédate cerca de ella. Si el vínculo entre ustedes no es real, lo descubrirás.

—Korvoz, gracias.

—Vamos dentro, que nos necesitan.

—La familia…

—Esto que te he dicho, lo hablé primero con ellos y están de acuerdo conmigo. Vamos, no perdamos más el tiempo.

Morgana retomó la conversación cuando regresaron los gemelos, notando cuan en calma estaba Dragos.

—Emily no va a sufrir, ahora está dormida y al despertar
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