Herida

A la mañana siguiente se levantó muy temprano, estaba sola así que pensó que quizás sería sencillo retomar el sueño, pero como llevaba días madrugando, su cuerpo se había acostumbrado a esa rutina. Así que, refunfuñando, se puso sus pantuflas y café en mano, se sentó frente a la puerta de vidrio que daba al jardín.

Un poco después su supuesto hermano charlaba con ella.

Hola, querida Emily.

¿Hermano?

El mismo. Me resultas realmente interesante.

Sal de mí cabeza.

No pretendo herirte, mírame como un protector.

Largo.

¿Por qué?

No me gusta que invadan mi mente.

Se vienen épocas interesantes, pequeña. Y llegará un momento en el que me dejaré ver.

Una vez que su invitado abandonó su cabeza, pensó que iba a decirle todo a sus compañeros y en el momento en que ese pensamiento llegó a su mente, vio una sombra sosteniendo la mano en alto. Apenas tuvo tiempo de cubrirse el rostro antes de que el vidrio explotara y la cortara.

¡¡AYUDA!!.

Segundos después Korvoz y Amón e
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