Furia helada acompañaba cada una de las palabras de su esposo, y lo amó por ello. Tenía razón, y aunque luchaba por aceptar que nada de lo que dijo Alec en aquella cena era verdad, lo cierto es que esa espinita vivía clavada en su corazón.—Puedo vivir lejos que sabemos que te trasportas en segundos. —Eres mi esposa, tú lugar está a mí lado. —No soy como tú, solo soy una humana vinculada. No soy una guerrera, tampoco una erudita como Gabe. Soy sencillamente, un adorno. Korvoz estaba furioso, pero su voz nunca subió de tono. Porque no quería que ella sintiese esa violencia que lo carcomía. Nunca imaginó cuan salvaje sería, una vez que encontrara a su compañera. —Eres mi esposa, te amo y te valoro por ser quién eres. Si quieres dedicarte a pintar y vestir nuestro hogar con tus obras, lo amaré, si quieres pasar el día con mi madre en sus loquísimos clubes de cocina, lo amaré, si quieres convertirte en una guerrera e ir conmigo al campo de batalla, lo amaré. Lo único que no per
A la mañana siguiente se levantó muy temprano, estaba sola así que pensó que quizás sería sencillo retomar el sueño, pero como llevaba días madrugando, su cuerpo se había acostumbrado a esa rutina. Así que, refunfuñando, se puso sus pantuflas y café en mano, se sentó frente a la puerta de vidrio que daba al jardín. Un poco después su supuesto hermano charlaba con ella. Hola, querida Emily. ¿Hermano? El mismo. Me resultas realmente interesante. Sal de mí cabeza. No pretendo herirte, mírame como un protector. Largo. ¿Por qué? No me gusta que invadan mi mente. Se vienen épocas interesantes, pequeña. Y llegará un momento en el que me dejaré ver. Una vez que su invitado abandonó su cabeza, pensó que iba a decirle todo a sus compañeros y en el momento en que ese pensamiento llegó a su mente, vio una sombra sosteniendo la mano en alto. Apenas tuvo tiempo de cubrirse el rostro antes de que el vidrio explotara y la cortara. ¡¡AYUDA!!. Segundos después Korvoz y Amón e
Cuando Carlos salió Emi suspiró resignada, Christian la vio y sonrió un poco. Porque era curioso como aquel demonio de tan mal genio, era capaz de amar con esa intensidad. —Déjame decirte que es la primera vez que veo a alguien capaz de domar a la bestia que él lleva por dentro. Amón… es un ser curioso. No soy un fae mayor pero sí el más poderoso en Helena. Todos le temen y eso era cuando solo sabían de su existencia. —Nadie imagina que está aquí —Soy quizás el único que lo sabe y cuando sea de conocimiento general, habrá caos. —No entiendo, ¿cómo van a enterarse? —No diré nada si eso temes, pero anoche se me convocó. Amón está por salir me lo dijo él mismo. —Pero creí que no podía entrar aquí. —No debería, pero como toda regla tiene sus excepciones, si su compañera vive aquí puede estar, porque una compañera mantiene más sereno o en control a un demonio. Un demonio no pierde poderes, son seres superiores. —No como vampiros y otros inmortales. —Correcto. En f
Christian dejó a Emily internada para poder estar pendiente de la magia de la que había sido víctima. No se sentía cómoda con él, principalmente porque Amón le había amenazado y porque Colmillitos, le dejó en claro cuan prescindible era. Para Emi el tener que aceptar que la sanara un ser poderoso que lo hacía de forma impuesta, era difícil. Mientras pasaba el tiempo en cama, pues no estaban con ella debido a que el hospital prohibía ingreso de inmortales salvo por unos minutos, para evitar enfrentamientos frente a humanos, pensaba en que su vida estaba llena de situaciones raras porque extrañaba a su padre y a su abuelo, esperaba que todo acabara bien con ellos. Y su nueva familia, más sus dos compañeros, todos ellos criaturas que hasta hace poco pensó, solo de historias de terror, aunque eran asombrosos la hacían sentirse nerviosa. Ella únicamente quería ser buena para ellos. De pronto un hombre lleno de tatuajes entró a la habitación. —Hola, humana. —¿Amón? ¿Es tú verda
Amón sentía la magia entre ambos y esta incluso lo afectaba a él, porque finalmente el vínculo con Emily parecía estar cerrado, no había sensación de ansiedad ni esa necesidad de estallar en ira. Sus emociones se sentían calmas y equilibradas lo que probaba que definitivamente, iban a ser una tétrada. —Solo hay una manera de comprobarlo Dragos, sujeta la muñeca de Emi y muérdela. —Korvoz debe estar presente, no puedo morder a su mujer. La convocatoria sorprendió a Korvoz y, más aún, la razón de esta. Escuchó a Emi y la abrazó, calmando su angustia. —¿Cómo es que tú, el otro compañero, no notaste que algo iba mal en ella? —Tienes razón Amón, pero pensé que su inestabilidad emocional se debía a lo que ha sucedido y no a que el vínculo la hería, la tensión se daba por la falta de Dragos en nuestra unión. —Pues todo debe cambiar, —dijo tras colocar la mano sobre la cabeza de Emi y hacerla dormir —porque ella estaba lidiando con una culpa innecesaria. Ustedes llevan cientos d
Christian sintió que aquello era serio y abandonó la habitación. Podía querer sacarlos de ahí pero también era consciente de con quienes trataba y no podía actuar como si tuviese las de ganar. —Supongo que no soy hija de Jack y que Sofia lo engañó, es lo único que se me ocurre. —Tu papá me dijo algunas cosas. —Papá lo sabe. —Y tú abuelo también. La noche en que Sofia estaba dando a luz su bebito murió. Jack no sabía cómo enfrentar todo aquello y una mujer que estaba en el mismo hospital le entregó a su hija. Era compañera de un demonio muy poderoso y le dijo que estaba huyendo pues habían asesinado a su compañero y nunca volvió a recogerte. A Sofia, Jack le dijo que el ultrasonido había estado equivocado y que tenían una niña. Sus salidas de viaje se debían a que buscaba a tus verdaderos padres ya que empezabas a mostrar cosas que no eran normales. Una vez que Sofia te gritó, tenías las manos muy calientes y la cobija estaba ligeramente quemada. Pero más allá que eso, nun
Cerca de las dos de la madrugada, un sonido bastante estridente la despertó, sin pensar en esconderse se levantó aturdida aun por el sueño y antes de siquiera acabar de entender lo que sucedía alguien la sujetó por detrás. La voz del hombre que parecía decidido a hacerle daño sonaba llena de odio. —La pequeña puta está sin protección. Tantos sobrenaturales rodeándote y pude llegar a ti de forma sencilla. —¿Qué quiere? —Me han dado buen dinero para acabar contigo. ¡AYUDA…! En el cuarto aparecieron no solo sus compañeros, estaban también Vlad, Colmillitos, Gabe y Alexander, todos rodeando al intruso. —Vas soltando a Emily, ella es mi compañera. —Alteza, en el momento en que la suelte acabaré muerto, sujetarla es mí única garantía de salir vivo. —Te lo ordeno, vampiro, liberarás a Emily en este momento. El poder de compulsión fue fuerte y no hubo manera de que pudiese resistirse. Emi cayó al suelo agarrándose el cuello en su lucha por poder respirar. Amón se acercó
Lucifer apareció entonces, en medio de aquella casa y observó a uno de sus cogobernantes. Aunque él era buen amigo de Radu y Vlad, no imaginó la causa de una convocatoria tan fuera de lo común. Entonces lo sintió, avanzó aprisa a mirar a la joven durmiente. —Mi hija. —Si, Lucifer. Y soy uno de sus compañeros, Korvoz y Dragos Dracul son los otros dos. —Mi niña, mi pequeña… Miles de emociones distintas recorrían al monarca del inframundo. Con puños apretados se arrodilló frente a su hija y le acarició el rostro. —Siento en ella un gran poder, también algo de tú energía si no me equivoco, Amón. —Correcto Lucifer, la he puesto a dormir. Necesita descansar. Aún es más humana que demonio. —Pero no está en peligro, porque los tiene a ustedes, siento la fiereza y el amor que proyectan sobre mí hija. —Lo hacemos —añadió Dragos —somos afortunados de tenerla y nos aseguraremos de que siempre esté a salvo. Pronto sabrá toda su historia. Moonwalker la ha atado a él y si deja