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Si llegaste a este capítulo es porque le estás dando una oportunidad a mi historia, gracias por eso.

Espero sus votos y comentarios.

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Ethan me envuelve en sus brazos y junto con los bomberos y para médicos me ayudan a salir de esa cabina del mal, una vez afuera siento que puedo volver a respirar, pero me siento muy débil  como para caminar por mis propios medios así que me acuestan en una camilla, solo escucho fragmentos de sus conversaciones

— Esta perdiendo mucha sangre no es tan grave la herida como para...

— ...Llevemos la al hospital...

—... Necesita una transfusión...

Y todo se vuelve negro.

Cuando despierto estoy en un cuanto de hospital, mi cuerpo está pesado , siento la boda seca y con un sabor metálico, me muevo un poco y el dolor de cabeza que siento es inquietante, un quejido sale de mi boca.

— por fin despiertas. —escucho una voz potente que me estremece.

Enfocó mi vista en la persona que está hablando y está recargado en la padre don los brazos cruzados, no tiene corbata, y los primeros botones desabrochados, la camisa la tiene remangada hasta los antebrazos lucen fuertes y musculosos y esos tatuajes que tiene en ellos se le ven excelente, su mirada es sería, su cabello castaño un poco revuelto hace que se vea peligroso y esa mirada gris es tan penetrante, que inconscientemente muerdo mi labio inferior, vuelve hablar y me saca de mis pensamientos.

—¿Satisfecha?

— ¿Eh? — digo un tanto desorientada, ¿Quien es ese hombre?.

— Olvídalo— dice separándose de la pared donde estaba recargado y viniendo a mi cama, se sienta a un lado y coloca un mechón de cabello rebelde detrás de mi oreja, su tacto es tan calido— ¿Como te sientes?

— Me duele la cabeza, tengo sed— digo sentándome con cuidado, el me ayuda a sentarme y acomoda la almohada en mi  espalda — ¿Y tú quién eres?

Me ve y sonríe de lado y me dice —Zack, tú jefe, — por un momento mi corazón se paralizó, santo cielo, me estaba comiendo con la mirada a mi jefe, no puede ser y es el hermano de Ethan, que horror— no fue muy bueno nuestra forma de conocernos pero bueno, que más da, me alegra que estés bien.

Cuando iba a responder la puerta es abierta y entra Ethan con una doctora.

— Mi reina que bueno que despiertas ¿Como te sientes?— dice mientras se acerca a mi y le da un vaso de no se que a Zack mi jefe y me agarra por las mejillas y me da un beso en la frente— nos diste un susto de muerte.— y así se más me da un tierno beso en los labios, no me cansaré de recibir gustosa sus labios, pero en estos momentos no es debido, está su hermano es cuál es mi jefe también, ¿que va a pensar de mi? Que soy una casa fortunas quizá.

—Ethan no...

—Tranquila, no hables más aún estás débil, perdiste mucha sangre, tuvieron que hacerte una transfusión—se gira en dirección a la doctora y le dice— ¿Como está doctora, dígame que ya podemos llevarla a casa?

—Lamentablemente no— dice viéndome con arrogancia— sus signos vitales están estables pero tuvimos que suturar la herida de su cabeza, agradece que Ethan estaba cerca y supimos de tu trastorno, es necesario que personas como tú, tengan un brazalete médico indicando estos tipos de diagnósticos.

— No es necesario que use eso— dice Ethan, tomándome de las manos y sobando mis nudillos— no lo necesita, su historia clínica la tengo yo y se le puede facilitar al hospital cuando sea necesario.

— pero es necesario, ¿y su le ocurre otro accidente? No vas a estar cerca de ella para protegerla a demás su tipo de sangre es muy raro y no siempre hay sangre se su tipo.

—Por eso no hay problema, yo le donaré las veces que sean necesarias, ahora, si no hay más objeciones ¿nos dejas a solas con nuestra chica? —dice Zack levantándose de  la esquina de la cama donde estaba y abriéndole la puerta para que saliera.

—por supuesto, se quedará esta noche en observación, le colocaremos medicamentos endovenoso y mañana si evoluciona bien se puede ir a casa.

Zack le dice que está bien, que él se quedará conmigo en la noche y yo me siento un poco incómoda, pues su sola presencia emana autoridad.

Veo a Ethan con ojitos de cachorro.

— No me puedo quedar reina, tengo cosas que hacer que requieren mi presencia a demás Zack es compatible con tu rato tipo de sangre si te ocurre algo el te puede donar un poco más así se quede sin una gota.—me dice mientras se acomoda mejor a mi lado, se quita los zapatos y me abraza — no vuelvas a darme un susto como ese. — acarició su mejilla y le doy un beso en la frente.

Busco con la mirada a Zack y está recargado de la puerta ¿Es que no va hacer más nada sino estar ahí de pie?

— Gracias, no nos conocemos y ya me has salvado la vida. — una sonrrisa de lado es lo que me da por respuesta, me escanea con la mirada está se ensombrece.

Lo que me pregunta me deja casi sin palabras.

—¿Eres la mujer de mi hermano?

— No se porque lo preguntas y si lo fuera creo que no es de tu incumbencia.

— Claro que lo es.— me dice mientras camina hacia mi lentamente, observó a Ethan y está plácidamente dormido.

— No. No lo es.

Sonreír ampliamente y se inclina ante mi sosteniéndose de la orilla de la cama, puedo sentir su aliento mentolado. Okey estoy en un cuarto de hospital con un Adonis abrazándome, no puede ser que tenga pensamientos lujurioso con un extraño.

—No me gusta compartir lo que me pertenece.

Di un respingo al escuchar esas palabras, me renuevo un poco incómoda y al momento Ethan afianza su agarre y susurra  mi reina.

—aunque con mi hermano todo es diferente.

—estas loco, no te conozco y no te pertenezco.

—Veremos.

Y lo siguiente que hace me corta el aliento.

ME BESA.

Y no es un simple beso, es un beso posesivo, dominante, mis papilas gustativas explotan con el sabor de su boca y una punzada en mi intimidad se hace presente.

Siento unas manos acariciar mi muslo y unos labios jugar con mi pezón izquierdo, es imposible que evite que gemidos salgan de mi, intento separarme de zack y coordinar mis pensamientos, Ethan está jugando con mis pechos y con su mano en mi intimidad, Zack solo observa y se lame los labios se podría decir que es un acto sádico y morboso pero para mí fue sumamente excitante.

—Definitivamente. Eres mía. — Dice Zack y se dirige al sofá que está junto a la ventana y no pude evitar ver si creciente erección.

No sé cómo describir lo que estoy sintiendo estoy sumamente excitada.

Y lo que pasó después es algo que jamás imaginé iba a suceder.

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