5

—No tienes por qué ser tan duro con los demás. — le digo un poco bajo para ser discreta, él se acerca a mi oído y me dice:

—El no es de confiar. Y tú me importas mucho para dejar que algún imbécil te lastime.

Sus palabras hacen que mi corazón de un brinco de alegría, ningún hombre me había hablado así y mucho menos me había tratado tan bien, el me hace sentir un sin fín de cosas que no le quiero poner nombre aún.

Ethan se sienta más junto a mi cuando llegan nuestros pedidos, mientras comemos Él me acaricia mis piernas debajo de la mesa, por poco y me ahogo, toso un poco y el me da unas palmadas en la espalda para luego acariciarla, Dios este hombre va a matarme.

—¿Estas bien? — me pregunta, él sabe que no estoy bien así que lo fulmino con la mirada, o eso intento.

Estoy tan ruborizada que Carolina me pregunta si estoy bien y yo solo le puedo responder asintiendo dándole a entender que si.

Pocos minutos después Ethan se disculpa pues tiene una llamada importante que atender.

—¿Seguro que estás bien? Estás muy roja.

—Si, tranquila no es nada.

—Oye, no voltees, pero Dylan te a estado viendo desde hace un buen rato No te quita la mirada de encima.

—¿Sabes que? Mejor nos vamos.

—Si, mejor, no valla a ser que monte una de sus escenas aquí.

—¿Una de sus escenas que quieres decir con eso?

—¿No lo sabes? que vas a saber si eres nueva, bueno te cuento,—me dice mientras avanzamos hacia la salida— hace un tiempo el señor Ethan tuvo una novia, que le fue infiel con... Ese hombre— dice señalando con la cabeza en dirección a Dylan, increíble, por eso mi amigo decía. Que no es de confiar— lo peor de todo es que los Hermanos D'Angelo y él eran los mejores amigos hasta que ocurrió eso, y no sólo eso, él y su ex se casaron y están esperando un bebé.

Tremendo drama, no pensé que Ethan hubiese pasado por algo así, creí que era y mi a la que le ocurrían cosas caóticas.

Una vez llegamos a la empresa todos se nos quedan viendo cómo cosas raras.

—Esto es incomodo, ¿Porque nos ven así?.

—No lo sé. —Carolina se queda viendo todo con detenimiento y luego reacciona. —oh m****a.

— ¿Que, que pasa?

—Estamos en problemas, llego el otro jefe el Señor Zack.

Ay por dios, de solo escuchar su nombre se me eriza la piel, ¿no se supone que llegaba en unos días o unas semanas? O que se yo.

Y eso le pregunto a Carolina y ella también está sin palabras, se supone que tenía que tener todo en orden para cuando el señor llegara. Y bueno no sé cómo va a reaccionar, llego de su viaje de negocios y las secretarías fuera de su puesto de trabajo.

Veamos cómo reacciona.

Veo que Carolina se va en dirección al elevador del personal y la llamo para que nos subamos en el presidencial pues es más rápido no va haber tráfico de personas ya que solo nosotras lo vamos a ocupar.

—Estas loca, ¿como se supone que vamos a usar el elevador de los jefes?

—Calmate, tengo la tarjeta de acceso. —con esta tarjeta magnética puedo llamar al elevador, es increíble pues no hay ningún botón por fuera que toques como cualquier otro elevador ordinario. No, este es más sofisticado una vez dentro todo es de vidrio se ve con facilidad hacia afuera pero los de afuera no pueden ver a los que están dentro, hay un tablero que obviamente marca los niveles de cada piso, 29 pisos en total.

—okey esto es raro, ¿le robaste la tarjeta magnética al señor Ethan?

—¿Que? No, ¿como crees?, está es mía, me la dio esta mañana antes de venír a trabajar.

—Nunca le había dado una a nadie ni a sus novias, solo su familia tiene acceso a este elevador. —me dice y luego se me queda viendo con los ojos como plato— ay no, no me digas que eres algún pariente de el señor D'Angelo, porque me va a despedir si se entera que te conté parte de su drama amoroso. — empieza a caminar en círculos preocupada, cuando las luces se apagan y el elevador se detiene.

Esto es malo, muy malo, soy claustrofóbica, me aterran los lugares oscuros y encerrados.

Empiezo a hiperventilar, estoy fría, no puedo respirar.

—Ayuda, ¿alguien escucha? -digo golpeando la puerta, pero nadie parece escuchar.

—hey tranquila, solo fue un apagón, seguro lo están solucionando —me dice tratando de tranquilizarme.

—No pue... No puedo res.respirar. — siento que las paredes se me vienen encima, la oscuridad me envuelve, la luz roja de emergencia parpadea a un lado del tablero de botones y presiono el Boton de emergencia esperando que alguien atienda al llamado.

Carolina enciende la linterna de su teléfono y la coloca en una esquina para que la Luz ilumine la Mayor cantidad del lugar posible.

—Okey siéntate y trata de respirar pausadamente cierra los ojos y escucha mi voz. -hago lo que me dice pero los nervios no me dejan respirar pausadamente y siendo que me estoy hiperventilando. Escucho como Saca algo de su cartera y me lo coloca en la boca, Una bolsa de papel.

—Anda, inhala y exhala aquí te ayudará, mantén los ojos abiertos voy a intentar llamar a alguien de seguridad.

Siento que me hormiguea la piel desde el cuero cabelludo hasta la planta de los pies, lágrimas inundan mis ojos, siento que estoy en una pesadilla. Reviviendo malos momentos, cuando era pequeña quedé encerrada en un elevador por horas y de ahí mi fobia por los lugares cerrados.

Pero todo se vuelve confuso y lentamente voy perdiendo el conocimiento, es mi fin, moriré en un elevador.

Escucho voces lejanas. Mi respiración es errática, siento que me mueven pero no puedo reaccionar correctamente,

—Diana... Diana... —escucho esa voz.

Busco con la mirada esa voz profunda que tanto me encanta, y se que es Ethan pero no logro verlo.

—¡Demonios! Carolina, dime qué está consciente.

—Ya está reaccionando Señor.

—Gracias al cielo, habla con ella para que se distraiga, revisa su cartera seguro tiene algún chocolate, que coma algo para que se distraiga, ella es claustrofóbica.

— Si señor no se preocupe, estaré muy pendiente. Pero dígame ¿Qué pasó, porque el corte de luz?

—No lo sabemos, estoy investigando pero todo apunta a un sabotaje, Zack está con los bomberos dentro de poco las sacaremos.

— Gracias.

Escucho toda su conversación sin poder hacer nada, mi cuerpo está un poco dormido pero alcanzo a quitarme los zapatos y sentarme.

— Por todos los cielos creí que moriría, el señor Ethan dice que eres claustrofóbica, bueno, ya me di cuenta de eso pero, mujer, no me vuelvas a dar esos sustos, mi corazón no lo resistiría.

— ...

—¿Dime algo, como te sientes?

—...

—okey no quieres hablar lo entiendo, voy a buscar algo que puedas comer en tu cartera ¿Esta bien?

—tengo unas barras energéticas en uno de los bolsillos internos.

—Bueno, por lo menos no perdiste la voz.— dice mientras busca en mi cartera- toma. —me tiende una barra de chocolate con maní. — está cartera parece un bolso mágico sin fondo, tienes de todo aquí. — dice mientras sigue buscando y yo intento abrír la barra. Estúpida barra que no abre. — gas pimienta, está bien pero con todo lo que tienes aquí tardaras una eternidad en encontrarla, sería más efectivo que le pegarlas con la cartera.

Por fin logro abrír la barra, y doy un primer mordisco. ¡Mmm! Amo el chocolate.

—Vas a engordar si comes mucho chocolate.

—Créeme, en este momento lo que menos me importa es engordar solo quiero salir de esta caja del infierno.

—tranquila ya vamos a salir, el señor Zack ya está en eso.

—Que mal comienzo mi primer día, y quedé encerrada y para colmo el jefe llega y me va a conocer en estas circunstancias. — es que solo a mí me pasan Estás cosas.

— ¿tú y el señor Ethan son pareja?

—No, el solo es un muy buen amigo.

—pero se han acostado ¿Cierto?

- Si me eh acostado con el O no, no pensarás que te lo voy a decir. —le digo un poco borde, no me gusta hablar de Mi vida privada.

—está bien no te molestes conmigo solo... Nada, olvídalo.

—ah no, ya suelta lo que ibas a decir— como dicen por ahí, no me gusta el chisme pero me entretiene.

—bueno está bien, es que te ve de una manera diferente, ni a su ex la veía así.

—¿Y como me ve?

—No lo sé, solo te ve diferente y te trata diferente, eso es lo que te puedo decir,  se ve que te aprecia mucho. Y eso que es poco lo que he podido ver en lo que va de día

— Si yo tamb....

No puedo terminar de hablar cuando el elevador se sacude, de pronto siento un vacío en mi estómago, está caja del infierno se está moviendo pero de manera contraria va en picada siento que voy a morir aquí y ahora, solo puedo gritar y Carolina hace lo mismo, lágrimas inundan mis ojos, y mi respiración está errática, todo mi cuerpo está temblando del miedo, siento que las paredes se me vienen encima.

Pero se detiene de repente y golpeó mi cabeza con el vidrio, en ese momento veo a través de las paredes de vidrio como el personal que está afuera se aglomera a ver lo que está sucediendo, si, efectivamente es mi muerte y ya me están velando.

Siento un líquido caliente rodar por mi frente lo toco y es sangre, toco mi cabeza y me quejo por el dolor. No puede ser, al golpearme me heri de tal manera que estoy sangrando.

Escucho voces por el inter comunicador pero no logro reconocerlas hasta que una voz profunda habla.

—Caroli, soy Zack, por favor dime si están bien.

— Yo estoy bien señor —dice cuando se levanta y se dirige al tablero sobándose una Nalga. — y Dia...— se queda a medio hablar cuando me ve — M****a, m****a — Dice en español. Agarra mi cabeza y me revisa,— m****a— Saca de... no se dónde, un pañuelo y me lo coloca en la cabeza para ayudarme con el sangrado— Diana está sangrando y mucho, señor.

— demonios, ya vamos bajando, entraremos por el techo.

Carolina se sienta a mi lado y me ayuda con el pañuelo.

Me duele la cabeza como nunca antes.

Tengo nauseas.

Y mucho miedo, las ganas de llorar me inundan y lo hago, me siento tan indefensa.

Me siento muy débil.

Solo quiero a Ethan a mi lado.

Ethan... Ethan... tengo miedo.

Pocos minutos después escucho movimiento en la pared de arriba del elevador mi cabeza duele como los mil demonios, Carolina está ayudándome a cubrir mi cabeza con un pañuelo que cubre mi cabeza ya que estoy sangrando mucho, está hablándome para que no me duerma pero creo que me es imposible todo está borroso.

Siento que la barrita que me comí la voy a devolver en cualquier momento.

Algo cae cerca de nosotras y es un pedazo del techo del elevador.

Alzo la mirada y veo a uno de los bomberos asomado.

—okey chicas aquí está la ayuda, me llamo Cristian, voy a bajar y las voy a ayudar a subir con la ayuda de mi compañero Malcom, ¿Esta bien?

A los pocos segundos ya está adentro.

—vamos contigo primero que estás herida. —dice al verme la herida de la cabeza.

—No. No la toques, de ella me encargo yo. — dice ese hombre de voz potente y demandante

—pero señor está herida hay que sacarla ahora mismos.

—Yo me encargo, tu ayuda a la señorita a salir primero.

Poco después veo como ayudan a Carolina a salir por el techo.

—Ya estoy aquí mi reina.

—mi ángel guardián.—digo devilmente

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