Óscar avanzó sin dejar de mirar lo que la escena visual le ofrecía. Trató de caminar al mismo ritmo que su colega pero se estaba quedando rezagado.
—Por favor apresúrese, esta paciente lo necesita más. —Si, claro ya voy.—Se despejó para entrar en razón y avanzar más rápido, sabía que las primeras horas siempre eran de vital importancia para cualquier caso. Al poco tiempo llegaron a la habitación y entraron después de sanitizarse. —Mire doctor, es ella.—Dijo mientras señalaba con su mano en dirección a la paciente.—Lleva 20 minutos en la habitación y no ha tenido mejora. Los paramédicos reportaron que al llegar ya estaba inconsciente. Óscar se acercó a ella poniéndose sus guantes de látex y comenzó a observar con detenimiento. —Parece ser un episodio previo a la muerte cerebral—No dejaba de verla mientras se acercaba.—Debió haber recibido un fuerte golpe en la cabeza que desconectó varias de las funciones, me sorprende que aún esté respirando. —Al analizar, también me percaté de varios golpes en zonas vitales y como usted dice la cabeza fue la más afectada.—Habló el médico muy impaciente.—Es como si estuviera muerta pero sus pulmones no dejan de producir aire. Está conectada a la máquina de oxígeno para evitar cualquier sorpresa pero no ha tenido ningún paro respiratorio. —Eso es sorprendente, quizá los nervios de la zona no se hayan afectado haciendo las órdenes habituales, eso sucede en algunos casos aunque el cerebro ya no dirija las cosas pero tarde o temprano los nervios dejarán de emitir esa señal.—Su expresión había cambiado profundamente al mirarle.—Es una chica muy joven, es una lástima que esté en esa situación.—Suspiró y miró a su colega.—Mi consejo es que necesitamos hacer una cirugía de emergencia para tratar de reactivar su cerebro. Darle algunos estímulos de manera eléctrica y esperar que pueda responder. ¿Han hecho estudios para ver si no hay hemorrágia cerebral? —Aún no, nuestra prioridad fue traerla aquí para evitar que dejara de respirar.—Respndió con el mismo tono acelerado.—Además esto no es lo único extraño en el caso, doctor. —¿Qué otro síntoma han notado entonces?—Preguntó muy curioso y aún analizando a la paciente. —Su puño estaba cerrado y aún tenía mucha fuerza, se oponía a soltarlo,—Señaló la mano de la jóven—cuándo lo abrimos para analizar. El médico Juan era un especialista con muchos más años de trabajo en el hospital que Óscar, pero al pertenecer a ramos distintos se complementaban sus conocimientos. Juan era del tipo de médicos que jamás se negaban algo sus pacientes, podía pasar horas y horas estudiando un caso y jamás decía que no cuando alguien le pedía algo. Un hombre de 59 años, ya con muy poco cabello y el que tenía era de color blanco. De mediana estatura y con facciones nobles, se había convertido en uno de los médicos más antiguos de ahí. —Al inicio pensamos que era un reflejo normal en el cuerpo que se quedó latente al ver el impacto, ya sabe, al sentir que chocamos, el cuerpo se contrae y cerramos los puños al elevar las manos en señal de defensa. Este síntoma es muy común, sin embargo cuando son traídos aquí es muy fácil desdoblar sus manos y no presentan resistencia. Esta mujer aún se aferraba a este objeto.—Tomó de su pecho una cadena con una piedra color azúl muy brillante.—Deduje que era algún tipo de símbolo de alguna creencia y se me hizo inhumano quitársela así que la colgué en su pecho. Al inicio pensé igual que usted, que no le quedaba mucho tiempo por eso no le negué ese último deseo. La sala en la que se encontraban era conocida como sección intensiva. En dicha habitación en su mayoría de los casos se internaban a personas que habían perdido el conocimiento, estados de coma, que no podían respirar, algún tipo de paro, entre otros problemas que ameritaban observación de tiempo completo. De estos casos muchos se acababan recuperando convirtiéndose en una habitación donde los milagros podían existir. Ambos médicos se habían enfrentado a casos sumamente difíciles que sacaron adelante, por eso ellos nunca daban por perdida una batalla. En la habitación había muchos aparatos, entre ellos ventiladores para proporcionar oxígeno. La paciente recién llegada estaba conectada a uno de estos para mantener vivo su cuerpo. También tenía algunas mangueras que le suministraba suero a su cuerpo para alimentarlo y darle la fuerza para poder continuar. Este lugar estaba en el cuarto piso, podía sentirse mucho frío por ese motivo la presencia de calentadores era muy importante. La luz del sol no podía penetrar tanto a través de las gruesas cortinas azules y blancas que se mantenían cerradas aún de día. El espacio era muy amplio, había un par de camas para recibir a sus pacientes, ambas con el mismo equipo y las mismas características. —¿Qué opinión tiene, doctor?—El médico Juan estaba ansioso por conocer la opinión de su colega especialista. Óscar no dijo ni una sola palabra, seguía observando a la mujer. Después de mirar en su cuello la cadena fue el pretexto perfecto para recorrer su mirada al rostro de la paciente. Al hacerlo pudo deleitarse con un rostro sumamente hermoso a pesar de las heridas. Su principal atractivo eran sus ojos grandes y verdes que tenía. Lo pudo ver a detalle al abrirlos para examinar la pupila, quedó muy sorprendido por su hermosura. El rostro tenía facciones muy finas y nobles, era como ver a un ángel que necesitaba ayuda. Esa vulnerabilidad la hacía ver incluso más atractiva, despertando en él, un sentimiento de querer protegerla y cuidarla. Su mirada la fue bajando aún más llegando a sus labios, rojos y grandes que a pesar de verse deshidratados eran muy seductores. Debajo del cuello pudo ver parte de sus pechos que eran grandes pero no quiso continuar porque su profesionalismo estaba primero. —No me gusta la situación en la que se encuentra pero aún hay esperanza así que haré todo lo posible por salvarla.—Óscar se había inspirado como hacía mucho tiempo no lo hacía para dejarlo todo en una sanación.—Por favor ayúdeme en la operación, abriré su cabeza y examinaré el cerebro, estoy seguro que habrá algunos nervios que tendré que reconectar. —¿Está seguro doctor?—Preguntó sorprendido al escuchar su petición.—¿No prefiere hacer más estudios primero? —Como usted lo ha dicho, no hay tiempo que perder.—Le respondió con un tono muy serio.—Aún presenta signos vitales y no sabemos cuánto tiempo pueda durar así. Tenemos prisa. —Muy bien. Entonces haré la solicitud para que el quirófano este listo lo antes posible y podamos operarla. ¡Haremos todo lo necesario por salvarla! —Así es doctor, todo lo posible.El tiempo avanzó en el hospital, todos sin excepción en la sección de urgencias trabajaban sin parar atendiendo a los pacientes que habían sido trasladados por el accidente de los camiones. Manos hacían falta para organizarse de tal manera que todos pudieran ser atendidos.Era muy difícil acostumbrarse a todo lo que se podía ver ahí. A pesar de que no era la primera vez que pasaba una situación así, era difícil no sorprenderse al ver tantas desgracias.En ese hospital como en cualquier otro, era de lo más que de veía. Muy rara vez era algo simple como una infección o algún dolor. La mayoría de los servicios se enfocaban en los accidentes.A pesar de eso, el hospital tenía el equipo y personal para todo tipo de atención. Alejandro pertenecer a la industria privada, no podía darse el lujo de dejar ir a un paciente, solo por no tener equipo o personal.Con el paso del tiempo, se hizo de gran fama gracias a la gran atención que se brindaba ahí. Era un establecimiento que se hizo un lugar
El resto del hospital siguió trabajando en sus respectivos casos, Amanda Sandoval quién era la novia de Óscar. Una especialista en traumatología que se estaba haciendo cargo de atender a la mayor cantidad posible de los pacientes.—¡Doctora Sandoval por aquí hay un paciente con una fractura en el fémur, venga por favor!—Uno de los doctores aprendices solicitaba la ayuda de esta experta en el caso.—Ok vamos.—Le respondió pero antes de irse se dirigió a una enfermera.—Por favor lleva a este paciente a la sala B, necesitaremos del equipo para detener la hemorragia.—Sí doctora, inmediatamente.El herido era un hombre de aproximadamente 33 años que tenía una lesión en la parte baja del abdomen. El sangrado era fluido y no se detenía, una herida como esa necesitaba atención inmediata para detener el sangrado. El equipo del hospital estaba calificado para atender algo así, no era necesaria la intervención de una especialista.Amanda siguió el camino junto al médico aprendiz por el pasillo
El hospital seguía siendo un lugar con mucho movimiento que requería la atención de todo el personal que había disponible. Contaba con muchos especialistas, médicos generales, enfermeros y camilleros de sobra pero en situaciones como esas parecía que todo aquello era insuficiente, deseando por momentos que la ayuda llegara y solucionara todo.La tarde comenzaba a llegar, el cansancio, el llanto, la desesperación y muchas otras cosas hacían acto de presencia mientras avanzaba el reloj.La cirugía estaba en marcha, Oscar estaba muy concentrado en hacerla mientras gran parte del equipo solo le observaban, se veían muy nerviosos pues la cirugía que estaba intentando no era nada fácil, de hecho era la primera vez que la hacía él y que muchos podrían presenciar. Dicha operación consistía en abrir su cabeza para entrar al cerebro directamente y reconectar los nervios que se habían dañado por el impacto y el golpe en el accidente de tránsito.Estas maniobras eran tan complejas que el tiempo p
El hospital se había posicionado entre los mejores del país no solo por eficacia y excelencia de los médicos si no por el profesionalismo que el servicio brindaba. Estaban capacitados para tener una respuesta rápida ante cualquier urgencia dando un servicio certero.El lugar contaba con 5 pisos que estaban distribuidos por secciones. La recepción era toda la planta baja con sus lujos resultantes. El personal muy amable y organizado. Parecía que estabas en otro nivel respecto al prestigio.El resto del hospital contaba con las mejores instalaciones y equipo de rehabilitación. Ahí podían tomar las mejores terapias para sanarse por completo. Los aparatos eran los más innovadores en cuanto a tecnología se refiere, siendo uno de los más recurridos incluso para hacerse un estudio.Llevaba funcionando durante 25 años, tiempo en el que había evolucionado no solo en el interior, si no en el exterior. Siendo uno de los edificios más lujosos de la zona y del país. Desde lejos se podía ver sus br
—Excelente actuación en la cirugía doctor.—Oscar recibía felicitaciones mientras lavaba sus manos y rostro.—Es un honor tenerlo como médico, ahora la joven solo necesita rehabilitarse.—Ojalá fuera así de sencillo Lilian, pero esto solo fue para salvarla.—Suspiró sin dejar de lavarse.—El verdadero reto viene a partir de ahora para ella.—Doctor pero ¿Usted nunca siente la necesidad de descansar?—Le preguntó con mucha sopresa.—Ese tipo de expresiones desprecian su enorme trabajo que ha hecho. Como ha dicho, la joven está viva.—Creo que tienes razón, es una buena forma de verlo, la pude salvar y eso hay que agradecer.—Al decir esto sus ojos se pusieron muy brillantes, seguía inspirado por la hermosa mujer que había conocido aunque no lo hizo en las mejores condiciones.—Bueno, ahora me voy a descansar un poco, pero antes me gustaría saber cómo va la atención al resto de pacientes.—En esta área está controlado, la mayoría de los ingresados están en traumatología.Esta última palabra le
En esos momentos Óscar pudo reaccionar y despejarse un poco tallándose los ojos y moviendo la cabeza para sacudirse. Entendió que su novia estaba enfrente de él y que curiosamente pudo haber cometido un gran error al confundirla con la paciente de la que había quedado sumamente atrapado.Eso también fue algo nuevo para él. Nunca se le había pasado por la mente la idea de engañar a su novia. Siempre había estado muy enamorado de ella y sus ojos solo podían mirarla. No era culpa del tiempo ni tampoco de ninguno de los atributos de Amanda, simplemente estaba siendo hipnotizado por una nueva mujer que apareció en su vida.Entre Amanda y él no solo había respeto y amor, la pasión estaba presente en cada posible momento para evitar así cualquier tipo de monotonía. Ambos habían hecho su parte en la relación, así como también los dos tenían el compromiso y querían seguir llevándolo así. Fidelidad y respeto, pasos firmes para llegar al matrimonio. Era la ilusión de ambos llegar al altar, hacer
—¿Cómo está ella?, ¿Hubo algún cambio durante mi ausencia?—Óscar ya estaba en la sala donde su paciente aguardaba para ser salvada por él.—No doctor, en estas horas la paciente ha estado en el mismo estado.—Le contestó desanimada la enfermera.—Su ritmo cardíaco aumentó un par de veces pero de inmediato se estabilizó, creo que es un caso muy difícil.La respuesta se la daba la enfermera que estaba de turno y vigilando los signos vitales de los pacientes en esa sección, ella la había visto durante tres veces en su ronda y tuvo poco por hacer.En el hospital era muy importante el trabajo que las enfermeras hacían, incluso comparable con el de un médico. Ellas se encargaban de los cuidados, dar los medicamentos, mostrar apoyo anímico y muchas otras cosas más. Si bien el médico era el encargado de diagnosticar, operar y sanar, ellas formaban gran parte en la recuperación de los pacientes.Lupita era así en general, rara vez se tenía alguna queja o problema. Por el contrario, era aceptada
—Buenos días queridos médicos.—Usó un tono alegre.—Como ya es costumbre, los he reunido aquí para la junta semanal, esta vez nos enfocaremos en los problemas de los pacientes que recién llegaron.El director del hospital, el Doctor Eugenio Martínez estaba sentado en el fondo de la larga mesa en el área de juntas. Era como una oficina de lujo, tenía un proyector, computadoras, sillas cómodas y una mesa del mejor material. La decoración no dejaba nada que desear. Las paredes eran color hueso con varios cuadros de arte en ellas. En la esquina izquierda una cafetera automática a la que se recurria para deleitarse con esta deliciosa bebida.El director había ejercido en ese puesto por más de tres años desde que se trasladó al país. Era un hombre de 45 años con un semblante muy agradable y muy inteligente. Era cirujano pero contaba con varias especialidades y un doctorado. Durante su carrera había ejercido en hospitales importantes de Latinoamérica hasta llegar al país de su madre; México.