El hospital se había posicionado entre los mejores del país no solo por eficacia y excelencia de los médicos si no por el profesionalismo que el servicio brindaba. Estaban capacitados para tener una respuesta rápida ante cualquier urgencia dando un servicio certero.
El lugar contaba con 5 pisos que estaban distribuidos por secciones. La recepción era toda la planta baja con sus lujos resultantes. El personal muy amable y organizado. Parecía que estabas en otro nivel respecto al prestigio. El resto del hospital contaba con las mejores instalaciones y equipo de rehabilitación. Ahí podían tomar las mejores terapias para sanarse por completo. Los aparatos eran los más innovadores en cuanto a tecnología se refiere, siendo uno de los más recurridos incluso para hacerse un estudio. Llevaba funcionando durante 25 años, tiempo en el que había evolucionado no solo en el interior, si no en el exterior. Siendo uno de los edificios más lujosos de la zona y del país. Desde lejos se podía ver sus brillantes vidrios y con orgullo su nombre en lo alto. —Por favor pongan a ese paciente aquí, necesitamos darle prioridad a su sangrado.—Amada continuaba dando indicaciones atendiendo en su área y organizando a los médicos que le ayudaban. “Es un martirio, una gran cantidad de pacientes ingresados a este hospital en la misma hora y casi todos con los mismos síntomas, será un día muy agitado. Se acercó un médico interino que trabajaba en la misma especialidad que ella, habían sido compañeros durante un año. El doctor se llamaba Erik Durán, un médico joven que le encantaba andar bromeando. Tenía una personalidad muy carismática que en ocasiones ponía en riesgo su credibilidad en el profesionalismo. Era de media estatura, robusto, cabello castaño, piel morena clara, usaba lentes con mucha graduación y le resaltaba su larga nariz. —No me digan que el doctor que nunca se cansa se está rindiendo sin empezar.—Entre el alboroto, Amanda se dió el tiempo de responderle y lo hizo de una forma sarcástica. Era de los pocos compañeros con los que aceptaba tener un trato de amistad y cordialidad. —Para nada, al contrario,me gustaría tener más días así.—Sonrió bromeando.—Adoro mi trabajo. —Puedes empezar por atender a los tres que están en la sección A con heridas menores, uno de ellos tiene un golpe en la rodilla y los otros dos solo entraron en shock.—Seguia sonriendo pero lo tomaba con seriedad.—Yo me encargaré de los pacientes que necesitan atención inmediata y una intervención. El resto se quedará aquí atendiendo a los que tienen sangrado y necesitan estudios. —¿Quién iba a pensar que debajo de esa belleza de mujer había una que sabía hacerse cargo de un hospital?—Le jugaba la broma de manera sarcástica. —No me digas tus tonterías en este momento, ya ando bastante molesta y estresada para aguantar tus bromas.—Se tocó la cabeza deslizando sus manos para atrás. Era una maña que tenía para liberarse cuando se sentía nerviosa o estresada. —¿Y ahora que pasó?, No me digas que te peleaste con tu novio y por eso andas de malas. —No, para nada, a él lo vi hace un rato y todo bien, debe estar muy ocupado con estas emergencias.—Su semblante cambió al hablar de él, se veía que estaba tan enamorada y que su vida se alegraba gracias a eso.—Me puso de malas otra cosa que no sé si sea bueno hablarla, me voy a enojar más. —Dila, si no puedo ayudarte a solucionar el problema por lo menos seré tu oído, eso también te ayudará a mejorar. —Creo que sí, siempre es bueno sacar las cosas.—Lo miró y sus ojos comenzaron a ponerse rojos como si quisiera llorar, su boca comenzó a torcerse como si quisiera gritar y sus puños hicieron fuerza como si quisiera golpear. —Amiga, pero qué mal te vez, creo que sí es un tema que te afecta mucho, mírate nadamas.—La agarró de las manos para llevarla hasta un rincón donde nadie más pudiera escuchar.—Dime ahora sí, ¿Qué pasó? —El idiota de Carbajal me besó a la fuerza.—Lo dijo con mucha rabia.—Estoy harta, no me deja de acosar. —Amiga, pero eso es gravísimo, ¿Cómo es que lo has permitido? Lo tienes que reportar inmediatamente. Era una persona muy exagerada en sus reacciones, se llevaba las manos a la boca y gritaba de manera chillona cada que le contaban algo. —Ya lo sé, no quería hacer nada por no buscar problemas, ya bastante tengo con lo que se anda diciendo de mi relación como para andar ahora con eso.—Ella era mucho más reservada con sus problemas a la hora de contarlos o de reaccionar ante ellos, era muy dura y casi nunca mostraba sus emociones.—Pero esta vez fue demasiado lejos, me agarró contra mi voluntad sabiendo que estaba ocupada con un paciente y no le importó hacerlo incluso en frente de él. —No me digas eso mujer, ¿Y qué hiciste? —Le di una cachetada por supuesto y eso fue porque no pude hacer más.—Se mordió los labios de prepotencia.—Pero creo que mejor lo reporto para no involucrarme directamente. —Creo que también deberías hablarlo con Óscar, ¿No crees?—Le dijo con un tono alegre.—Debe saber y ayudarte en tus problemas. —No, para qué quieres.—Dijo con un tono preocuado.—Pueden llegar a los golpes y la carrera de Óscar se verá afectada. Carbajal no me importa en lo absoluto pero no quiero perjudicar a Óscar de ninguna forma. —Pues allá tú pero yo te recomiendo que no le ocultes nada, a la larga esas cosas perjudican.—La tomó de la mano.—Mejor tener una relación clara desde el inicio. —Eso lo solucionaré en el momento oportuno pero por ahora debemos centrarnos en atender a todos estos pacientes que nos necesitan.—Ella se mostraba con otra actitud, más liberada, reparada y sin ese coraje que la había detenido.—Me sirvió mucho hablarlo contigo. —Para eso estamos los amigos, tú no te preocupes, siempre que me necesites aquí estaré. Los dos se dieron una grata sonrisa y continuaron con su trabajo. Había una infinidad de pacientes por atender.—Excelente actuación en la cirugía doctor.—Oscar recibía felicitaciones mientras lavaba sus manos y rostro.—Es un honor tenerlo como médico, ahora la joven solo necesita rehabilitarse.—Ojalá fuera así de sencillo Lilian, pero esto solo fue para salvarla.—Suspiró sin dejar de lavarse.—El verdadero reto viene a partir de ahora para ella.—Doctor pero ¿Usted nunca siente la necesidad de descansar?—Le preguntó con mucha sopresa.—Ese tipo de expresiones desprecian su enorme trabajo que ha hecho. Como ha dicho, la joven está viva.—Creo que tienes razón, es una buena forma de verlo, la pude salvar y eso hay que agradecer.—Al decir esto sus ojos se pusieron muy brillantes, seguía inspirado por la hermosa mujer que había conocido aunque no lo hizo en las mejores condiciones.—Bueno, ahora me voy a descansar un poco, pero antes me gustaría saber cómo va la atención al resto de pacientes.—En esta área está controlado, la mayoría de los ingresados están en traumatología.Esta última palabra le
En esos momentos Óscar pudo reaccionar y despejarse un poco tallándose los ojos y moviendo la cabeza para sacudirse. Entendió que su novia estaba enfrente de él y que curiosamente pudo haber cometido un gran error al confundirla con la paciente de la que había quedado sumamente atrapado.Eso también fue algo nuevo para él. Nunca se le había pasado por la mente la idea de engañar a su novia. Siempre había estado muy enamorado de ella y sus ojos solo podían mirarla. No era culpa del tiempo ni tampoco de ninguno de los atributos de Amanda, simplemente estaba siendo hipnotizado por una nueva mujer que apareció en su vida.Entre Amanda y él no solo había respeto y amor, la pasión estaba presente en cada posible momento para evitar así cualquier tipo de monotonía. Ambos habían hecho su parte en la relación, así como también los dos tenían el compromiso y querían seguir llevándolo así. Fidelidad y respeto, pasos firmes para llegar al matrimonio. Era la ilusión de ambos llegar al altar, hacer
—¿Cómo está ella?, ¿Hubo algún cambio durante mi ausencia?—Óscar ya estaba en la sala donde su paciente aguardaba para ser salvada por él.—No doctor, en estas horas la paciente ha estado en el mismo estado.—Le contestó desanimada la enfermera.—Su ritmo cardíaco aumentó un par de veces pero de inmediato se estabilizó, creo que es un caso muy difícil.La respuesta se la daba la enfermera que estaba de turno y vigilando los signos vitales de los pacientes en esa sección, ella la había visto durante tres veces en su ronda y tuvo poco por hacer.En el hospital era muy importante el trabajo que las enfermeras hacían, incluso comparable con el de un médico. Ellas se encargaban de los cuidados, dar los medicamentos, mostrar apoyo anímico y muchas otras cosas más. Si bien el médico era el encargado de diagnosticar, operar y sanar, ellas formaban gran parte en la recuperación de los pacientes.Lupita era así en general, rara vez se tenía alguna queja o problema. Por el contrario, era aceptada
—Buenos días queridos médicos.—Usó un tono alegre.—Como ya es costumbre, los he reunido aquí para la junta semanal, esta vez nos enfocaremos en los problemas de los pacientes que recién llegaron.El director del hospital, el Doctor Eugenio Martínez estaba sentado en el fondo de la larga mesa en el área de juntas. Era como una oficina de lujo, tenía un proyector, computadoras, sillas cómodas y una mesa del mejor material. La decoración no dejaba nada que desear. Las paredes eran color hueso con varios cuadros de arte en ellas. En la esquina izquierda una cafetera automática a la que se recurria para deleitarse con esta deliciosa bebida.El director había ejercido en ese puesto por más de tres años desde que se trasladó al país. Era un hombre de 45 años con un semblante muy agradable y muy inteligente. Era cirujano pero contaba con varias especialidades y un doctorado. Durante su carrera había ejercido en hospitales importantes de Latinoamérica hasta llegar al país de su madre; México.
—Podemos solicitar un caso especial, bajar los costos, negociar, etc. Yo estoy dispuesto a atenderla y sin cobrar el sueldo por ello.—Estaba emocionado al contemplar la idea.—Creo que también el hospital puede hacer el esfuerzo, a veces no es todo dinero si no también ayudar a los demás y creo que si tomamos el caso haciendo una excepción no se hará más pobre el lugar ni se caerá.Óscar se convertía nuevamente en el centro de atención con su reciente petición. Su novia estaba presente pero lejos de ver el comentario como ejemplo de buen corazón lo hizo como un ejemplo de un corazón enamorado. Esto fue porque sus palabras las dijo con tanta pasión y sentimiento que de inmediato causó esa impresión.Su novia no fue la única en notarlo, de hecho todos en la sala lo hicieron hasta el director.—Su petición es algo inusual doctor Méndez, parece que le ha tomado mucho cariño a su paciente.—Intentaba ser lo más profesional posible pero no podía evitar divertirse con las situaciones como esta
Ahora todas las miradas estaban en ella, principalmente la de Óscar quien no esperaba que su propia novia se interpusiera en su camino. Se preguntaba si se había pasado de la raya con sus comentarios o el por qué ella no le apoyaba está vez.El segundo interesado era nuevamente el director quién le gustaba escuchar todas las versiones y en esta ocasión más pues se interponía en una decisión ya tomada.—¿Por qué dice ese comentario?—No había encontrado la oportunidad para hacerlo.—Respondió ella muy segura de si misma y con la experiencia para hablar en público que le caracterizaba.—Mi análisis empezó desde que escuché la historia. Me cuesta creer que esas heridas se las hizo con el choque. El seguro debería cubrir sólo los daños del accidente, cuestiones previas no deberían ser consideradas. Es como si alguno de los pacientes recibió un golpe pero ahora necesita que se le trate la hipertensión con la que lleva años de tratamiento.—Doctora, si usted trabajara para el seguro sería muy
La ruptura de la que parecía ser la relación más hermosa de todo el hospital había sido motivo de chismes y comentarios de pasillo. Todos murmuraban acerca de esta situación y las mil razones inventadas para que esto sucediera.Desde las más semejantes a la realidad como que Óscar se había buscado a otra, una paciente que era un amor del pasado del médico y que se interpuso en la relación.Otras versiones decían que había estado bajo mucho estrés y que explotó con su hermosa novia. Algunas culpaban a Amanda por este hecho diciendo que tenía un carácter insoportable y que el noble de Óscar se había hartado.Las versiones continuaban hasta lo más creativo pero que se alejaban de la realidad: "Óscar resultó ser gay y lo cacharon dándose amor en la sala de juntas. Mientras se especulaba Amanda llegó y los agarró en plena movida" Se escuchaba esto en los pasillos. "Amanda se va ir lejos a estudiar y tuvo que elegir entre lo profesional y el amor. Obviamente eligió su carrera".Esto se come
—Doctor Óscar ¿Por qué no se va a descansar? No se le ve muy bien.—De nueva cuenta una de las enfermeras de turno le hacía incapié en su facha.—Le prometo que no quitaré mis ojos de encima de esta paciente, pero vaya a descansar.—No puedo Susana.—Dijo mientras reposaba en una cama tallándose los ojos.—Acordé con el director que encontraría una cura o por lo menos el diagnóstico del caso. No tengo mucho tiempo para eso así que debo continuar. Me come el reloj.—Entiendo bien su profesionalismo pero le daré un consejo.—Lo tomó del hombro en señal de compasión.—Si está cansado su cerebro no trabajará al cien y será el doble de tiempo en ocupar una idea. Si descansa, pronto encontrará la solución que busca.—Eres muy sabia, creo que tienes mucha razón. Mis ideas ya no están frescas y necesito descansar.Óscar se levantó y miró a la paciente que seguía sin reaccionar pero que ya estaba respirando por sí misma y eso era un gran avance.—¿Crees que puedas dar el reporte al médico que venga