En esos momentos Óscar pudo reaccionar y despejarse un poco tallándose los ojos y moviendo la cabeza para sacudirse. Entendió que su novia estaba enfrente de él y que curiosamente pudo haber cometido un gran error al confundirla con la paciente de la que había quedado sumamente atrapado.Eso también fue algo nuevo para él. Nunca se le había pasado por la mente la idea de engañar a su novia. Siempre había estado muy enamorado de ella y sus ojos solo podían mirarla. No era culpa del tiempo ni tampoco de ninguno de los atributos de Amanda, simplemente estaba siendo hipnotizado por una nueva mujer que apareció en su vida.Entre Amanda y él no solo había respeto y amor, la pasión estaba presente en cada posible momento para evitar así cualquier tipo de monotonía. Ambos habían hecho su parte en la relación, así como también los dos tenían el compromiso y querían seguir llevándolo así. Fidelidad y respeto, pasos firmes para llegar al matrimonio. Era la ilusión de ambos llegar al altar, hacer
—¿Cómo está ella?, ¿Hubo algún cambio durante mi ausencia?—Óscar ya estaba en la sala donde su paciente aguardaba para ser salvada por él.—No doctor, en estas horas la paciente ha estado en el mismo estado.—Le contestó desanimada la enfermera.—Su ritmo cardíaco aumentó un par de veces pero de inmediato se estabilizó, creo que es un caso muy difícil.La respuesta se la daba la enfermera que estaba de turno y vigilando los signos vitales de los pacientes en esa sección, ella la había visto durante tres veces en su ronda y tuvo poco por hacer.En el hospital era muy importante el trabajo que las enfermeras hacían, incluso comparable con el de un médico. Ellas se encargaban de los cuidados, dar los medicamentos, mostrar apoyo anímico y muchas otras cosas más. Si bien el médico era el encargado de diagnosticar, operar y sanar, ellas formaban gran parte en la recuperación de los pacientes.Lupita era así en general, rara vez se tenía alguna queja o problema. Por el contrario, era aceptada
—Buenos días queridos médicos.—Usó un tono alegre.—Como ya es costumbre, los he reunido aquí para la junta semanal, esta vez nos enfocaremos en los problemas de los pacientes que recién llegaron.El director del hospital, el Doctor Eugenio Martínez estaba sentado en el fondo de la larga mesa en el área de juntas. Era como una oficina de lujo, tenía un proyector, computadoras, sillas cómodas y una mesa del mejor material. La decoración no dejaba nada que desear. Las paredes eran color hueso con varios cuadros de arte en ellas. En la esquina izquierda una cafetera automática a la que se recurria para deleitarse con esta deliciosa bebida.El director había ejercido en ese puesto por más de tres años desde que se trasladó al país. Era un hombre de 45 años con un semblante muy agradable y muy inteligente. Era cirujano pero contaba con varias especialidades y un doctorado. Durante su carrera había ejercido en hospitales importantes de Latinoamérica hasta llegar al país de su madre; México.
—Podemos solicitar un caso especial, bajar los costos, negociar, etc. Yo estoy dispuesto a atenderla y sin cobrar el sueldo por ello.—Estaba emocionado al contemplar la idea.—Creo que también el hospital puede hacer el esfuerzo, a veces no es todo dinero si no también ayudar a los demás y creo que si tomamos el caso haciendo una excepción no se hará más pobre el lugar ni se caerá.Óscar se convertía nuevamente en el centro de atención con su reciente petición. Su novia estaba presente pero lejos de ver el comentario como ejemplo de buen corazón lo hizo como un ejemplo de un corazón enamorado. Esto fue porque sus palabras las dijo con tanta pasión y sentimiento que de inmediato causó esa impresión.Su novia no fue la única en notarlo, de hecho todos en la sala lo hicieron hasta el director.—Su petición es algo inusual doctor Méndez, parece que le ha tomado mucho cariño a su paciente.—Intentaba ser lo más profesional posible pero no podía evitar divertirse con las situaciones como esta
Ahora todas las miradas estaban en ella, principalmente la de Óscar quien no esperaba que su propia novia se interpusiera en su camino. Se preguntaba si se había pasado de la raya con sus comentarios o el por qué ella no le apoyaba está vez.El segundo interesado era nuevamente el director quién le gustaba escuchar todas las versiones y en esta ocasión más pues se interponía en una decisión ya tomada.—¿Por qué dice ese comentario?—No había encontrado la oportunidad para hacerlo.—Respondió ella muy segura de si misma y con la experiencia para hablar en público que le caracterizaba.—Mi análisis empezó desde que escuché la historia. Me cuesta creer que esas heridas se las hizo con el choque. El seguro debería cubrir sólo los daños del accidente, cuestiones previas no deberían ser consideradas. Es como si alguno de los pacientes recibió un golpe pero ahora necesita que se le trate la hipertensión con la que lleva años de tratamiento.—Doctora, si usted trabajara para el seguro sería muy
La ruptura de la que parecía ser la relación más hermosa de todo el hospital había sido motivo de chismes y comentarios de pasillo. Todos murmuraban acerca de esta situación y las mil razones inventadas para que esto sucediera.Desde las más semejantes a la realidad como que Óscar se había buscado a otra, una paciente que era un amor del pasado del médico y que se interpuso en la relación.Otras versiones decían que había estado bajo mucho estrés y que explotó con su hermosa novia. Algunas culpaban a Amanda por este hecho diciendo que tenía un carácter insoportable y que el noble de Óscar se había hartado.Las versiones continuaban hasta lo más creativo pero que se alejaban de la realidad: "Óscar resultó ser gay y lo cacharon dándose amor en la sala de juntas. Mientras se especulaba Amanda llegó y los agarró en plena movida" Se escuchaba esto en los pasillos. "Amanda se va ir lejos a estudiar y tuvo que elegir entre lo profesional y el amor. Obviamente eligió su carrera".Esto se come
—Doctor Óscar ¿Por qué no se va a descansar? No se le ve muy bien.—De nueva cuenta una de las enfermeras de turno le hacía incapié en su facha.—Le prometo que no quitaré mis ojos de encima de esta paciente, pero vaya a descansar.—No puedo Susana.—Dijo mientras reposaba en una cama tallándose los ojos.—Acordé con el director que encontraría una cura o por lo menos el diagnóstico del caso. No tengo mucho tiempo para eso así que debo continuar. Me come el reloj.—Entiendo bien su profesionalismo pero le daré un consejo.—Lo tomó del hombro en señal de compasión.—Si está cansado su cerebro no trabajará al cien y será el doble de tiempo en ocupar una idea. Si descansa, pronto encontrará la solución que busca.—Eres muy sabia, creo que tienes mucha razón. Mis ideas ya no están frescas y necesito descansar.Óscar se levantó y miró a la paciente que seguía sin reaccionar pero que ya estaba respirando por sí misma y eso era un gran avance.—¿Crees que puedas dar el reporte al médico que venga
Óscar se fue y dejó a su paciente como un padre que deje a su hijo en la escuela la primera vez. Sentía que la abandonaba y no dejaba de mirar atrás para verla antes de salir completamente.Aceleró el paso pues ya iba muy retardado y eso era algo que al director no le gustaba. Esta era su última oportunidad para seguir atendiendo a la joven.Al llegar pidió permiso para entrar a través de la recepcionista que trabajaba ahí. Ella muy amablemente le pidió esperar para informarle al director de su llegada. Óscar se impacientó pues ya quería regresar y poner en práctica lo que había pensado para salvarla. Pero antes necesitaba luchar por el permiso que solo el director le podía dar.Sin más demoras logró entrar y hablar con él que ya lo esperaba. Le contó todo su plan de una manera tan apasionada que se sorprendió incluso a sí mismo.—Me parece un excelente proyecto querido doctor Méndez.—Había un tono de satisfacción en su voz.—No cabe duda que la espera tuvo sus recompensas.El director