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Herencia
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Por: Monn Star
Capitulo 1

— Buenas tardes, ¿Estoy hablando con el señor Torres de Aguila? —Preguntó una voz en el teléfono

Miguel parpadeó, hacia solo dos horas que habia llegado de su trabajo nocturno y estaba hecho polvo, habia ido directo a su cama sin cambiarse la ropa, solo queria caer en la superficie plana y dormir doce horas seguidad. Su cerebro aun no estaba del todo despierto cuando volvio a escuchar la voz repitiendo la misma pregunta. ¿Cuándo fue la última vez que lo escuchó de esa manera? Ya ni se acordaba.

—¿Sí?

—Me llamo Dimitri Vitali y soy el abogado acargo de los asuntos del señor Aguilera, Vitali y Asociados, somos un bufete de abogados en Man...

—Ya sé quienes son— dijo. No podía pensar en nadie en la isla de Manhattan que no hubiera oído hablar del prestigioso y misterioso bufete de abogados. Representaban a algunos de los clientes más grandes del país y existen rumores de que tambien tenían clientes muy poderosos y con mala reputación al rededor del mundo. Simplemente no entendía por qué iban a llamarlo y mucho menos como Roman podia contratar los servicios de ellos. Roman y el no vivían en la peor parte de la ciudad pero tampoco era la mejor—¿Cómo puedo ayudarlo, señor Vitali?

—Tengo algo que necesito discutir con usted, algo de una naturaleza delicada, ¿sería posible reunirnos?

—No puede decirme de qué se trata por teléfono- Miguel no estaba seguro, esta llamada era sospechosa , no entendia el por que pero primero tenia que asegura la autenticidad de todo este asunto, el siempre se había guiado por su instinto y está vez algo en el le puso en alerta.

—Es un asunto muy privado que preferiría discutir con usted en persona, segun las indicaciones dejadas por el señor Aguilera—El tono del hombre le dijo que no cedería en eso—. ¿ Le vuelvo a repetir la pregunta,sería posible reunirnos? Si no se siente a gusto en venir solo puede acompañarlo cualquier persona allegada a usted.

Miguel suspiro no le gustó el tono cortante, pero la curiosidad le estaba picando, Roman siempre ha sabido que ese era uno de sus puntos debiles, junto con el chocolate y las novelas de romance. Su madre nunca le habia gustado esa afición por lo que escondía su colección en una de las habitaciones del apartamento de Roman, con los años su coleccion fue creciendo y en ocaciones Román también le había traído alguna novela de sus viajes, era una broma entre ellos. Le decia que habia mandado a alguien de confianza a escoger lo que había seleccionado y que tal vez debería conocerlo.

—Supongo.

—Excelente —respondió el hombre con una voz dulce—. ¿Le parece bien las 3 de la tarde?

Miguel miró el reloj de la pared. Eran casi medio dia. Hoy no le tocaba trabajar pero le habia dicho a Ross que haria su turno esta noche, su niña estaba de cumpleaños y el pobre era padre soltero desde hacia dos años, su esposa se habia cansado de la vida domestica y solo se habia ido de casa para no volver. Asi que no tenia que comezar su turno de trabajo hasta las nueve de la noche.

— ¿Dónde quieres efectuar la reunión?

—Estaría más que feliz de encontrarle donde quiera, pero como le dije anteriormente sería mejor reunirnos en las oficinas o en su apartamento si se sinte mas a gusto, esa es la mayor consecion que podemos hacer considerando lo delicado de la situación que debemos discutir con usted.

Miguel hizo una mueca al mirar el desordenado estado de su apartamento, este no era muy grande que digamos, no se encontraba en el mejor de los barrios pero era su hogar o por lo menos el lugar donde vivia sin tener que escuchar a su madre, asi años que habia dejado de intentar agradarle. Ella habia cambiado un monton despues de la muerte de su papa y luego de saber que el gay, habia puesto el grito en el cielo.

Ese dia se habia mudado del apartamento que hasta el momento habia sido su hogar, se habia quedado en casa de una amiga hasta que logro encontar un trabajo de medio tiempo, luego de que Roman se entero de lo que habia pasado le habia realizado un giro para que se alquilara y se dedicara a sus estudios. Le habia dicho que luego le pagara

—Uh...

El abogado pudo sentir su vacilacion asi que le dijo, con un tono negociador.

—Podemos encontrarnos en mi oficina en Manhattan, creo si eso sería más conveniente para usted, —dijo Vitali—. No se preocupe por su transporte , nosotros podemos enviarle un coche y luego de concluir la reunion el chofer le llevara a donde usted quiera.

—¿De verdad? —Miguel estaba asombrado. El servicio de coches en la ciudad no era barato. Ese servicio no seria barato considerando que su apartamento estaba en Brooklyn y el trallecto hasta Manhattan costaría más que el alquiler mensual de el, pero seguro que era mejor el autobús el cual nole apetecia nada tomar. Desde hacia dias se sentia mal, su nariz le estaba jugando una mala pasada haciendo que muchos olores fueran mas intensos de lo normal —. Quiero decir, sí, supongo que estaría bien.

—Gracias, entonces le veré a la hora acordada.

—Bien. — Miguel colgó el teléfono y luego se sentó allí y lo miró fijamente. No podía imaginar una sola razón por la que Roman contactaría a un elegante bufete de abogados, eso debio de costarle un monton de dinero .

Suspiró mientras se levantaba para ir a buscar su único traje. Si iba a reunirse con uno de los mejores abogados de la ciudad, se negaba a hacerlo vestido con una camiseta y pantalones vaqueros rasgados. Si algo tenia que agradecerle a su madre era que le había enseñado a vestirse para las ocaciones, aunque para ser sincero mas de la mitad de ese conocimiento no creia que lo pudiera utilizar.

A pesar de los problemas que habian teniado aun la extrañaba, ella habia fallecido hacia dos años, nunca habia arreglado sus diferencias y ella no habia aceptado quien era y lo que era. Eso no le impedia extrañarla, claro a su manera.

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