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Capitulo 4

Miguel aun estaba que no se creia las cosas si una semana antes le hubieran dicho que estaria viajando a Praga en un jet privado, le diria que era un loco y si a eso le añadia que pronto heredaria una fortuna. A cada ratos e pellizcaba el muslo para ver si aun estaba despierto y no en un sueño. Se sentia como Alicia en el pais de las Marvillas cuando callo en a madriguera del conejo, Dios lo que habia vivido esta semana como si fuera una montaña rusa a toda velocidad.

Despues de salir del despacho del abogado, habia ido a su trabajo como le habia prometido a su compañero si algo habia aprendido en su vida y de lo que estaba orgulloso era de cumplir su palabra. Terminando su turno, fue a ver a su supervisor para solicitar unas semanas de licencia, algo a lo que tenia derecho ya que desde que habia comenzado a trabajr nunca se habia ausentado ni pediod vacaciones. Y aqui se encontraba, se quedó sin aliento mientras el avión privado en el que viajaba montado, fue rodeando el aeropuerto.

No podía creer que estuviera a punto de aterrizar en Praga! Estaba aterrizando en Praga. La ciudad más grande de la República Checa, aquella ciudad estaba llena de misterios y tenía una larga y rica historia que databa de siglos atrás. Ni en sus mas increibles sueños penso que algun día saldría de la ciudad donde habia vivido toda su vida, mucho menos que volaria desde Estados Unidos a Europa, y que decir de conocer la tierra donde sus padres vivieron y donde el nacio.

Por esa razón a pesar del por que se encontraba aqui era para despedir a su buen amigo, estaba muy bien, muy emocionado. El paseo en un avión privado fue divertido. Miguel aun pensaba que la reccion que habia tenido ante el abogado Vitali a este le habia podido resultar algo divertida, el aun se moria de la verguenza pensar que casi había caído de su asiento cuando este le ofreció el uso del jet privado del bufete.

Sin embargo, cuando el avión empezó a aterrizar, Miguel cerró los ojos y agarró los apoya brazos hasta que le dolieron los dedos.

—Milo es un piloto muy bueno, no es necesario que tengas miedo.— Miguel abrió un ojo y miró al hombre sentado frente a él, el abogado habia insistido en acompañarlo durante el vuelo. Hasta que se familiarizada con los guardespaladas que habia llegado para escoltarlo hasta su destino, pues al parecer habian personas que no estaban muy conformes con la decision tomada por el señor Aguilera al nombrar a Miguel su heredero.

—Nunca antes he volado. Es un poco aterrador.

—Volaste con tus padres a América cuando eras pequeño. — le respondio un hombre vestido de negro mientras se acercaba y se sentaba frente a el mientras que Vitali los dejaba solos.

—Es cierto, pero no lo recuerdo. —Tampoco recordaba haber compartido esa información con nadie—. ¿Cómo supiste eso?

—Estaba en tu archivo.

—Oh. —¿Tenía un archivo? Por que nadie le habia dicho eso... se sentía como un tonto.

—No hay nada que temer, señor.

—Eso dices tú. Creo que temer caer del cielo en una bola de fuego es casi correcto. —Fruncí el ceño ante el hombre—. Y qué te dije sobre que me llames Miguel, el señor es demasiado formal .

Val se rio entre dientes, lo cual fue irritante e intrigante. Como podia ser que su guardaespaldas, estuviera de muerte, para correrse en sus pantalones vaqueros, hermoso. El pelo oscuro cortado cerca de su cuero cabelludo, pero largo en la parte superior, soñadores ojos marrón avellana, y un ligero rastrojo que adornaba la línea firme de su mandíbula.

Eso era sólo por encima de su cuello. Desde el cuello para abajo era tan precioso. Los músculos gruesos cubiertos por una piel oscuramente curtida que llenaba su traje oscuro como si la tela hubiera sido moldeada sólo para él. Tenía un anillo plateado en la oreja derecha.

Miguel no quería parecer grosero, pero podía sentarse y mirar al hombre todo el día. Vlak era tan guapo. No de una manera top model, sino una fuerte, aura de peligro y misterio, seductora manera. Este era un hombre que podía arrojarte contra una pared y tener su camino contigo. Había estado fantaseando sobre eso desde el primer momento que puso los ojos en el hombre, sabia bien que no era un hombre lujurioso, pero es que Vlak estaba de muerte y su corazon palpitaba a un ritmo algo inusual cada vez que lo miraba.

—Entonces, ¿cómo te metiste en el negocio de los guardaespaldas?— tenia que encontrar la amnera de desviar sus pensamientos lujurioso, nunca le habia pasado con nadie pero estab babenado por este bombon desde que lo vio, si Roman estuviera vivo de seguro se partiria de la risa,siempre le dijo cuando lo encuentres los sabras, tus pantalones etaran en llamas y ese fuego solo lo podra apagar el.

—Podrías decir que proteger a la gente es un negocio familiar, el Clan Grnezdo lo ha estado haciendo durante siglos.

Miguel alzó sus cejas rápidamente.

—¿ Clan Grnezdo?

— Lo siento olvide que no dominas nuestro idioma natal — el hombre le lanzo una media sonrisa que hizo que Miguel tragara en seco y sintiera como le faltaba el aire — Grnezdo significa Aguilera, ¨Vladelets Moyego Poyushchego Serdtsa¨

— Que siginfica eso ...— Miguel no sabia porque esa frase le hizo poner tan nervioso y que los colores se le subieran pareciendo un tomate

Vio como Val perdía la sonrisa del rostro poniendose serio

—Lo siento, no creo que pueda decirte. Perdón mejor voy con el resto del personal.

Miguel estaba aturdido, no sabia que significaba esa frase pero tampoco queria que Vlak se fuera asi que le lanzo la primera pregunta que se le vino a la cabeza para retenerlo junto a el.

—¿Te has relacionado con Roman?

Vlak se detuvo, dejandose caer en el asiento nuevamente

—De una manera indirecta, sí.

—Lo extraño. —Sólo habían pasado unos días, pero ya podía sentir un dolor en el pecho por su amigo desaparecido.

Val ladeó la cabeza, una suave sonrisa en sus labios.

—¿Te gustaba?

—Él era mi amigo. —sonrió mientras recordaba su tiempo con el viejo cascarabias —. Solía contarme las historias más escandalosas, cada una más espectacular que la anterior. Estuvo para mien los momentos mas dificiles y me enseño un monton de cosas, en fin fue la figura paterna en gran parte de mi niñez, adolescencia y despues de ser un adulto Roman fue mi amigo y confidente.

—¿Oh?

—La mayoría de los estadounidenses ya creen que hay algo místico alrededor de Europa del Este, algo oscuro y misterioso. Lugares como Praga, con toda su historia, sólo se suman a eso. Roman era toda una celebridad, las señoras del grupo de bingo siempre andaban preguntandome cuando regresaria de alguno de sus viajes.

—¿Cómo es eso?

—Roman solía contarme historias para dormir cuando era niño sobre de volar por el campo y escabullirse a través de la oscuridad para beber la sangre de campesinos inocentes. — se rio entre dientes—. Podría contar las historias más maravillosas. Imagino que a ese grupo de señoras tambien las habia hechizado con esos cuentos.

Val levantó una ceja.

—¿Estás seguro de que eran todas solo historias?

Miguel rio más fuerte, queria ser travieso, ese gesto Dios lo habia calentado, pero sabia que este no era ni el lugar ni el momento, asi que decidio concentrase en la conversacion que ambos tenia.

—Por supuesto que sí, la gente no vuela por el aire ni bebe sangre, eso es sólo en las películas.

Por supuesto, él había creído plenamente esas historias escandalosas cuando era un niño. Había estado hipnotizado por ellas, deseando más cada vez que escuchaba una. Roman siempre lo había hecho sonar como si fuese él el que volara por el aire, no alguna criatura de la noche. Miguel tragó con fuerza cuando su garganta se hinchó de emoción al darse cuenta de que nunca volvería a oír otro de esos cuentos extravagantes. El dolor estaba allí en el centro de su pecho, pesado, persistente.

—Lo voy a extrañar.

—Lo verás de nuevo algún día.

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