Beatriz Recojo todas mis hierbas y mis amuletos, los necesitaré, esto no se puede quedar así sin más, tengo que intervenir como la buena madre que soy. ¿Cómo será mi hijo feliz si no lo hago? Se llevará una sorpresa porque esto, esto funciona, ya le hecho trabajos a mis amigas y los dioses han dado su respuesta. Hago un repaso mental de todo antes de tomar mi bolsa e irme a la casa de mi hijo. Tengo una llave de emergencias, eso funcionará. Tarareo una canción de camino, para no aburrirme, nada en la radio es suficientemente bueno como para ponerme a cantar. Sé que tanto Maddie y él están en el trabajo lo que me deja con tiempo suficiente para hacer el mío. El día está hermoso, fresco, brillante, soleado, Artemisa ha de estar de buen humor, cosa que aprovecharé. Al llegar a casa de mi hijo y su esposa me escabullo dentro y voy directo a su habitación. Pongo mi bolsa sobre la cama, despliego mi telar de trabajos, dispongo de mis hierbas y comienzo a formar un ramo con ellas: hinojo
Series Amores y Placeres IRebekah¿Qué he hecho para merecer esto?Me miro en el cristal de un escaparate. Estoy hecha un asco. Toda mojada, el maquillaje corrido y mi peinado arruinado. Con un poco de suerte no se han dañado mis hojas de vida. O bueno, las que me quedan.Mi plan era lo siguiente: salir en la preciosa mañana que hacía hace tres horas, regar mi CV por varios negocios de la ciudad y volver a casa para llevar a mi novia al aeropuerto.De todo esto solo he hecho las dos primeras, con lo que no contaba era que el cielo se tornaría gris y caería un torrente de agua. ¡Si estaba de lo más soleado! Bien decía mi abuela que el día más soleado llueve.Con resignación camino hasta el subterráneo para ir a mi casa. Odio las multitudes pero esto me toca por ser pobre, algún día tendré un Ferrari… Algún día.Mientras camino las dos cuadras que me separan de mi casa al salir de la estación, ruego a quién sea que me llamen de algún lugar. Lo que no es muy probable, porque no se hacer
ThiagoTermino de poner el cartel de se busca personal. Doy tres pasos hacia atrás y pongo mis manos en la cintura, para poder contemplar mi gran sueño. The Gia's Palace es todo lo que desee, mi propio restaurante, algo mío, de mi propio sudor y esfuerzo, no es un regalo de mis padres. Esto era justo lo que quería. Me apasiona la cocina, todo lo relacionado con la comida, al igual que a mi hermana mayor, en honor a ella es el nombre. Gia murió de cáncer de mamá cuando apenas tenía quince años y yo diez. Ella era una magnifica cocinera y me enseñó mucho en aquel tiempo. Suspiro y sonrío, estoy feliz. El restaurante solo tiene una semana y cuenta con una buena demanda.Escucho un auto estacionarse y volteo, en cuanto reconozco el Mercedes Benz de mis padres pongo los ojos en blanco. No me mal interpreten, amo a mis padres pero ellos suelen ser muy agotadores.—Thiago —mi madre me abraza. —Estoy muy orgullosa de ti —me sonríe con cariño. Le devuelvo la sonrisa.—Estamos orgullosos —la c
RebekahAquí estoy. Parada frente al The Gia's Palace. Bonito nombre, no es lo típico de siempre, algún significado importante debe de tener. Inspecciono mi vestimenta en el vidrio del restaurante. Debo de dejar ese mal hábito, no sé quién podría estar burlándose de mí desde adentro.Doy mi visto bueno a mi ropa. Es lo mejor que tengo en mi closet. Hoy estoy optimista, pienso que conseguiré el empleo ya que al parecer necesitan personal urgente. Bueno, o eso es lo que dice el anuncio. Bien Bekah, concentrarte, se cortés, no hables de más, contesta las preguntas con inteligencia y sin nervios.Aquí vamos.Entro al lugar y es muy bonito. Por fuera es de aspecto moderno pero dentro es todo calidez y elegancia, podría decirse que con un estilo un poco anticuado que queda muy bien. Las paredes están forradas con terciopelo rojo y los pisos son de madera pulida. Hay muchas mesas de caoba y pino, colocadas en lugares estratégicos. Un ala para los fumadores, una privada y una segunda planta.
ThiagoObservo a Rebekah mientras hago el cuadre de caja con Mary. Está riendo con Gina, ha hecho buenas migas con ella. Con todo el personal, mejor dicho. Ella es una chica fresca y divertida, se ha soltado el pelo y se ve más sensual. Pero, ¿Qué estoy diciendo? Concéntrate Jones.Felicito a mi personal por la maravillosa jornada de hoy y se despiden hasta el otro día. Excepto Rebekah. Con ella necesito hablar. Hoy la vi desenvolverse con naturalidad con los clientes y observé una que otra sonrisa de satisfacción ante su servicio. Ella es justamente lo que necesito y me lo demostró.Está sentada junto a Gina, que tampoco se había ido. Y en cuanto me ve se pone de pie.—Gina es tarde —miro mi reloj, las dos y cuarenta de la madrugada —Rebekah, solo tardaremos unos minutos, no quiero que andes tan tarde sola– ella asiente.—Adiós Thiago —toma su bolso —Bekah —besa su mejilla. ¡Vaya!, las mujeres entran en confianza muy rápido.—Adiós —agita su delicada mano.—Rebekah —empiezo pero me i
RebekahHa pasado una semana y dos días exactamente desde que trabajo en el restaurante de Thiago. Él es un dulce, una persona maravillosa. Con Gina nos hemos vuelto cercanas y eso me gusta, pues solo socializaba con Dahiana. Tener una nueva amiga es un paso muy grande, no suelo confiar en las personas pero ella es diferente. Es alegre, divertida y sincera. Aún no sabe sobre mi orientación sexual y espero que cuando se lo diga esta tarde, no salga huyendo.Sonrío. Es lunes, las nueve de la mañana para ser exactos, hoy tengo el día libre, ya que el Gia's no abre. Luego de desayunar, voy a la ducha para prepararme y hacer algunas cosas pendientes. Cuando salgo, me visto con unos vaqueros ajustados que me llegan hasta la media pierna, una blusa blanca holgada y unas converse blancas. Dejo mis rizos al natural y aplico un poco de maquillaje. Lista. Tomo mi bolso, mis llaves y los papeles para matricularme.Estoy feliz. Me encanta trabajar y no depender de nadie, y gracias a mi nuevo emple
ThiagoUna semana. Una maldita semana donde tengo a Rebekah paseándose por los alrededores del restaurante. Contoneando sus caderas frente a mí, al parecer sin darse cuenta. Ella denota inocencia y eso me atrae como insecto a la luz.Mis empleadas todas usan el mismo uniforme: falda negra, camisa blanca, una chaqueta negra y zapatos cómodos del mismo color. Pero parece que ella le otorga un toque único, porque se le ve fenomenal. Y ni hablar de esas gafas que usa, la hacen ver sensual y coqueta. Me gusta esa mujer, a mí mismo no me lo puedo negar.Llego al restaurante y ya hay varios chicos esperándome, entre ellos está Bekah, tan linda y juvenil como siempre.—Buenas tardes chicos —Saludo y abro la puerta. — ¿Cómo están hoy?A coro todos me responden con un bien y varias sonrisas. Nada más entrar, se preparan para comenzar otra noche. Veo a Gina dedicándole miradas significativas a Rebekah, la cual la ignora sonrojada. Me gustaría saber sus pensamientos. La pelirroja se da cuenta de
RebekahSon las siete de la mañana, no he pegado un ojo en toda la noche pensando en el simple beso de mejilla que me dio Thiago, el cual me produjo un escalofrío y otras sensaciones que voy a ignorar. Debo admitir que nunca he sido tocada por un hombre, a lo mejor eso me pasa. Porque a mí me gustan las mujeres, aunque desde hace una semana me lo he estado cuestionando. Quiero dejar de pensar en ese hermoso hombre de ojos azules pero es inevitable.Gina se pasó todo el día de ayer molestándome con eso del trío, quise matarla cuando se atrevió a casi preguntarle por mí. No es que me lo haya considerado pero Thiago es un hombre para disfrutar uno solo. Anoche inmediatamente subí a mi piso la llamé para contarle sobre el inocente beso. Gritó como si me hubiese hecho el amor y me recalcó de nuevo que le gusto al jefazo.Nuestra cita es a las diez, lo voy a arrastrar conmigo a hacer las compras para el instituto, no me gusta ir a comprar sola, así que lo voy a aprovechar.Me quedo en la ca