POV : LYON.

— ¿Entonces tu lo sabías todo? — Mi esposa frunció ligeramente el entrecejo con los ojos puestos en mí.

Ya había salido del shock por la situación que se presentó hace una rato con Uriel, solo de pensar que ella y mis hijas estuvieron en peligro se me encogia el corazón.

— No lo sabía del todo. Hay cosas minimas que nos sorprendieron. — Hice una seña con mi mano, juntando mi dedo índice con el pulgar. — Verás, Ginebra, hace unas semanas me contó que Uriel habló por teléfono a casa y le prometió venir a verla en secreto este día. — Abrió los ojos sorprendida pero igual proseguí.

— Al enterarme de esto di parte a la policía y me propusieron está idea.

El se estaba cuidando de nosotros, sabía que lo anduvimos buscando y en dos meses fue imposible dar con él, la mejor solución era dejar que se confiara y fuese el mismo quien llegara a nosotros.

No podía decirle esto a nadie era muy peligroso que se corriera la voz, pues podría arruinar nuestra única oportunidad.

Tampoco qu