Hasta que el Divorcio nos separe
Hasta que el Divorcio nos separe
Por: NiNa G.
PRÓLOGO.

[Viernes...]

¡Fue culpa de la llamada!

De no haber sido por aquella llamada, nunca habría entrado en el despacho de mí esposo, ni tampoco me hubiese fijado que su caja de seguridad estaba abierta y mucho menos habría encontrado un sobre con mí nombre.

Definitivamente, no estaría aquí sentada frente a la mesa de mi cocina sin decidirme aun entre abrirlo o no...

El sobre estába sellado con cinta adhesiva amarillenta, era de un tono grisáceo y las palabras estaban escritas con bolígrafo de tinta azul, una caligrafía tan pulida y perfecta solo pudo ser escrita por Uriel.

No iba abrirlo.

Estaba totalmente claro para mí que no podía abrirlo, mi marido era la persona más sensata que había conocido en mí vida, si el quisiera que lo leyera simplemente me lo hubiese entregado, así que no iba a darle más vueltas al asunto.

¡Quizás ni siquiera sea para mí...!

¿Pero entonces por qué tiene mí nombre?

Inmediatamente la lluvia de preguntas colapsaron mi mente.

¿Cuándo lo había escrito? ¿Que contenia en su interior? El material se veía desgastado pero no podría asegurar cuánto tiempo tenía ahí guardado.

¿Que podría pasar si lo abría?

¿Afectaría mi vida o la de mis hijos?

Cualquier otra mujer en mí posición la hubiese abierto al momento de encontrarla, yo por el contrario llevaba casi cinco horas pensando la situación.

Hice una lista mental de mis amigas y cuáles serías sus posibles reacciones.

Gina Fiore: Lo hubiese abierto sin dudarlo al instante de encontrarla.

Clara Jones: Compartiría el contenido de la carta en un live para ganar más seguidores.

Etna Ramirez: Estaría planeando una venganza contra su marido por el simple hecho de esconder la carta.

Y Melanie Memphis.... Ni siquiera voy a pensar en ella pues es la persona más indecisa del planeta.

Dejé la carta en la mesa unos minutos mientras me servía otra taza más de café, ya mis hijos estaban por regresar a casa si esperaba más tiempo entonces perdería la oportunidad de leerla.

Sacudí mi cabeza, hace unos minutos había decidido no abrir la m*****a carta, mis sentimientos se dividían a partes iguales entre la calma y la desesperación.

¡Por el amor a Dios Uriel!

¿Que está pasando?

Sin esperar más tomé la punta del adhesivo que sellaba el sobre y lo retiré, quedaron a mí vista las primeras palabras...

Para mí amada y dulce esposa, Arianna.

(Abrir después de mí muerte).

No fui capaz de seguir leyendo, por el contrario me puse a meditar sobre el problema y que secreto pudo haberme ocultado Uriel durante tantos años. Esto parecía ser algo muy serio y sentía vergüenza por estar hurgando en lo que podía ser la última voluntad de mí esposo sin su consentimiento.

Pero... «Creí que ese asunto ya estaba resuelto con nuestro seguro de vida, y los abogados. ¿Por qué no la pondría junto a esos papeles y demás.»

¿Podría estár con otra mujer? Si, sus largos viajes podían permitirle tener otra mujer...

No. no había ninguna posibilidad, ni la más remota.

Uriel no sería capaz de hacernos eso, era un hombre correcto, le gustaba el sexo. Si, pero no el sexo vicioso sino el matrimonial. Entonces me di cuenta de que con nuestra vida sexual como marido y mujer, había un problema.

Teníamos más de ocho meses sin sexo. (Si ocho largos meses) Todo comenzó por pequeñas cosas. Uriel y yo tenemos diferentes horarios para dormir, la mayoría del tiempo se queda en su despacho trabajando hasta tarde y cuando regresa a nuestra habitación ya me encuentro dormida pero hubo una que otra ocasión en la que se disculpó por sentirse cansado.

Primero pensé que era algo normal que ocho meses no podría ser tanto tiempo, eso le sucedía a las parejas de mediana edad como nosotros, así que no me preocupé pero cuando Uriel rechazó mi contacto apartando mí mano de su cuerpo la otra noche, comencé a considerar que de verdad teníamos una situación, pues el sexo nunca fue un problema para nosotros es por ello que no sabía como abordarlo, las palabras: «¿Sucede algo cariño?» se formaron en mí boca muchas veces pero nunca pregunté....

La verdad es que no sabia si quería oír su respuesta o no me sentía preparada para la falta de esta. Así pasaron las semanas y el tema del sexo pasó a un segundo plano.

Pero si que habían ocasiones en las que yo parecía una adolescente pensando constantemente en el sexo.

Lo hacía mientras llevaba a mis hijos al colegio, o cuando estába haciendo la fila en el super para pagar, en las prácticas de Rugby de mí hijo Milan, mirando a su caliente instructor o simplemente en la iglesia mientras oía el sermón del padre Leonard.

¿Cómo se las arreglaría el padre Leonard para llevar una vida de celibato? ¿Acaso alguna vez se tocaría para calmar el deseo?

Un momento... La masturbación es un pecado. ¡Dios! Creo que iré al infierno.

Cerré los ojos y agité la cabeza para quitarme todas esas imágenes indecentes de la cabeza, la verdad es que podían haber ciento de cosas que pudo confesar Uriel en esa carta.

¿Y si era gay?

Tal vez por eso rehuía últimamente del sexo y de mí contacto.

¿Pero entonces estaría fingiendo ser heterosexual durante trece años?

En los primeros años solíamos tener sexo dos o tres veces al día, eso no podía ser fingido.

Pero ahora que lo pienso bien, era un hombre de gustos muy sobrios y delicados, además cuida muy bien su aspecto, adora las películas con temas musicales, también peina el cabello de mis hijas mucho mejor que yo, su película favorita es ¡La la land! Y adora salir de compras con mi suegra...

"¡Por todos los cielos me case con un hombre gay!" Después de recuperar mi cordura, recordé cada detalle de Uriel y ¡joder! para nada podía ser gay. ¿Entonces, que demonios pudo haber escrito en esa carta?.

Busqué valor de dónde no tenía y saqué el manuscrito del sobre, mis ojos comenzaron a danzar entre cada palabra.

.

.

.

Querida Arianna, si estás leyendo esto, significa que estaré muerto para ese entonces. Parece un poco tonto plasmar esta confesión en una carta, pero el hecho de qué pueda pasarme algo y tenga que dejar a las personas que más quiero en el mundo me asusta, quizás es eso lo que me animó a confesar la verdad o puede que sea el exceso de alcohol en mí sangre que me hace querer desahogarme.

Justo ahora te encuentras en la habitación de nuestros hijos leyendoles un cuento antes de dormir, tu y mis hijos me han dado mayor felicidad de la que un hombre cómo yo, no es merecedor.

Pero la verdad es que en secreto durante dos años he llevado una doble vida, me he enamorado locamente de otra mujer con la cuál tengo una hermosa hija de mejillas rosadas llamada Kristen, no tienes idea de lo hermosa que se ve con todo lo que le he comprado junto a mí madre.

Sé lo que estás pensando sobre mí ahora y te entiendo, no estoy tratando de justificarme pero me he enamorado, he pensado muchas veces en el divorcio pero cada vez que regreso de mis viajes y veo tu rostro cansado, soy incapaz de pedírtelo, tal vez sea un cobarde por no tener el valor de dejarlo todo y estar con la mujer que realmente amo.

También quiero confesar que he estado robando dinero de la compañía, hice un par de negocios fraudulentos que produjeron un recorte de personal, dejando a más de cuatrocientos hombres honrados sin empleo, sé que suena horrible y lo es, pues perdí la cabeza por la avaricia, pero soy un hombre que ahora debe mantener dos familias.

¿Tienes idea de lo agotador que es eso? de verdad lo siento cariño, aún hay más...

Ahora eres la única dueña de National Enterprise, desde que nos casamos te he hecho firmar pagares con la excusa que son cosas del seguro y otras facturas pero en realidad es que siempre has sido la dueña mayoritaria de mí otra compañía externa, no me mal intérpretes cariño pero sabes que yo no podía ir a la cárcel por mi claustrofobia, en caso de que las cosas se tornaran un tanto complicadas.

Comprendo exactamente todo lo que he hecho Arianna y es por eso que la culpa me ha devorado el alma, pero un hombre debe hacer lo tiene hacer... Y se que tu eres una mujer fuerte que sabrá sobrellevarlo, lo único que voy a pedirte es que se cumpla mi última voluntad y se le entregué un pequeño fondo fiduciario que creé hace unos meses para mí linda Kristen.

Te quiero mucho a tí y a nuestros hijos aúnque no lo creas, lo siento y lamento dejarte con todo esto.

Con todo mi cariño Uriel Wilson, tu esposo.

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