El día de la despedida había llegado. Isabella se encontraba en el aeropuerto de la ciudad de México junto a sus tres hermanos, quienes habían sido una parte fundamental en su vida. Las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos mientras abrazaba a cada uno de ellos, sintiendo un nudo en su garganta.—No llores o todos lloraremos, y sabes que a Luis, se le ve intenso cuando lo hace—dijo Esteban sonriendo melancólico al ver que de nuevo su hermana se marchaba, pero esta vez, no iba sola, ahora tenía un hombre que la cuidaría con su vida. —Lo sé, —replicó limpiándose la orilla de sus ojos, mientras rieron los tres y se volvieron a abrazar.Zaid observaba la escena conmovido por la unión familiar que había entre ellos. Había llegado a apreciar a los hermanos de Isabella como si fueran propios, y sabía que su partida significaba un gran cambio en sus vidas. Se acercó a ellos y abrazó a cada uno, agradeciéndoles por su amor y apoyo incondicional. Se volverían a ver dentro de tres meses pa
¡Adelanto de la Segunda Temporada! Después de su inolvidable boda en Dubái, Isabella y Zaid se sumergen en los primeros compases de su vida matrimonial. El amor que los une es fuerte y poderoso, pero pronto se enfrentarán a desafíos inesperados que pondrán a prueba su relación y los llevarán a explorar los misterios del destino. En sus primeros meses como pareja casada, los celos se apoderan de Zaid y sus inseguridades comienzan a emerger. Desea proteger a Isabella y ansía tenerla siempre a su lado, lo que provoca tensiones en su relación. Mientras tanto, Isabella se debate entre su amor por Zaid y su deseo de seguir trabajando como su asistente. La lucha por mantener su independencia se intensifica y se preguntan si podrán encontrar un equilibrio que satisfaga a ambos. En medio de estos conflictos internos, la vida de Isabella y Zaid da un giro inesperado cuando se ven envueltos en una serie de atentados. Estos eventos amenazan su seguridad y despiertan en Zaid la sospecha de que a
Ciudad de México«Espalda recta» me ordené mentalmente. «Sonríe» puse la mejor sonrisa que podría darle a mis entrevistadores. Había aplicado para una visa de trabajo en la ciudad de Toronto, estaba brincando de la felicidad, ya que saldría de mi país en busca de mejor economía, no es que mi México no me guste, pero mi sueño siempre había sido radicar en Canadá, conocer cada rincón de aquel hermoso país.—Su solicitud es impresionante, señorita…—comenzó a decir uno de los hombres de traje a través de aquella pantalla de mi laptop, —Sánchez. Isabella Elizabeth Sánchez Figueroa…—él arrugó su ceño— ¿Lo estoy pronunciando bien? —afirmé lentamente.—Nos emociona tenerte en nuestro equipo de trabajo en WB Automotriz. Ya queremos verte pronto por aquí.—Muchas gracias por la decisión que han tomado para reclutarme como empleada de su empresa. —les sonreí amablemente, nos despedimos y cuando la pantalla se apagó, pude soltar un largo suspiro, sacar la panza que estaba reteniendo hacia adentro
IsabellaMeses después….― ¿Qué es lo que haces? Tienes que tomar un vuelo y regresar a casa, a tu casa, con tu familia―ordenó Julio al otro lado de la línea, se escuchó quejas, luego escuché: “Yo hablo con ella” solté un suspiro al escuchar a Esteban. ― ¿Isa?―Aquí estoy. ―contesté en un tono bajo, deprimido.― ¿Ya mandaste solicitudes de trabajo en línea? Ponte a hacer eso, no por qué desde que llegaste a esa empresa y te hiciste la mejor empleada, no podrás serlo en otro lugar.―Regresaré a casa. ―dije finalmente.―No, lo que harás es darte una ducha, imagino que estás recostada en el sillón de tu departamento y comiendo helado. ―torcí los labios y dejé de mala gana la cuchara en el bote casi vacío de helado.―Es mejor regresar. No he podido aplicar como una administradora, hay mejores que yo.―Encontrarás un trabajo aunque sea de otro oficio, pero no te rindas. ―escuché a Luis cerca. “Déjame hablar con ella también” cerré los ojos, no quería llorar con él. ― ¿Estás? ―era Luis.―Sí
Isabella ―Pero antes de que la lleve con él, ¿Trae consigo sus documentos completos? ―preguntó la mujer, yo asentí y lo saqué de mi bolso estilo portafolio –dos en uno—, se los entregué y en lo que lo daba una revisión, miré el lugar, desde que había cruzado las puertas del elevador se sintió el ambiente frío, aun así, lo sentí debajo de mi saco del conjunto. “¿Qué tenían calor?” Estábamos en otoño y esto pareció un congelador minimalista y con cuadros con pinturas extrañas. ―Bien, sígame. ―la seguí intentando no encorvarme por los botones de mi blusa y no abrir muchas las piernas al caminar para no romper la falda, “Dios mío, que no mate a nadie con un botón hoy” nos detuvimos frente a las puertas dobles. ―Cada vez que llegues a entrar con el señor Ashgar, tiene que tocar dos veces, así como lo haré, y esperar que le dé la confirmación de que puede entrar. ―Bien. ―asentí entendiendo lo que me estaba diciendo. ―No puedes tocar más de dos. Y hay una cámara de seguridad ahí misma. ―mi
Isabella Empresas Ashgar Export ―No es nada del otro mundo este trabajo, solo lo que tiene es que debes de tener un paso delante de mí. ―arrugué mi ceño por un momento. ―No importa que no tengas experiencia, para ser sincero, ―se pasó una mano por su rostro y luego me miró―Estoy teniendo bastante dificultad para tener una asistente personal, sé qué mi secretaria lo está saboteando porque quiere que dependa de ella, pero no le daré el gusto. ―alcé mis cejas con sorpresa. ―Así que estarás a prueba un mes como mi asistente personal. ―Gracias, señor. ―dije tranquila, pero por dentro estaba emocionada por qué realmente iba a tener trabajo, aunque no como administradora, pero… ¿Cuánto gana una asistente? Dios, espero que pueda ayudarme el sueldo a volver a levantarme económicamente. ―Pasa con Eleonor para que te dé toda la información que necesitas para poder cumplir con las obligaciones del puesto y…―levantó su mirada oscura dando un repaso, luego se cruzó con la mía entrecerrando sus o
IsabellaMe quedé impactada con lo que mis ojos estaban leyendo, “Contrato permanente” cuando levanté la mirada en dirección ahora a mi nuevo jefe, él estaba enfrascado en una conversación en árabe y aunque sabía el idioma intenté no prestar atención hasta que se refirió a mí.“Es mi nueva asistente, así que si te pregunta mi madre dile que fue muy difícil encontrar a alguien con una con buenas referencias y confiables.” El hombre asintió y sonrió, desvié disimuladamente mi mirada, mi corazón se agitó con fuerza al ver el sueldo, tengo que hacer una exhaustiva investigación para saber cómo ser la mejor en este puesto. Lo firmé sin duda alguna y luego esperé a que terminaran la conversación, al hacerlo, le entregué al hombre mi contrato.— ¿Está todo bien, señorita Sánchez? —preguntó mi ahora jefe, el señor Ashgar. Asentí educadamente. —Bien, hay un baño en esta planta, sale y a la derecha al final lo encuentra, cámbiese y tire ese conjunto que tiene puesto. —alcé mis cejas y él se per
IsabellaAl final no había podido seguir con los siguientes puntos por qué le habían llamado al señor Ashgar y era de larga distancia, me dio indicaciones para que me quedara en mi lugar y así fue. Revisé el folder y encontré la lista de los contactos primordiales de él, así como los números de emergencia, los restaurantes que suele comer o pedir a domicilio. Solté un suspiro al ver que era bastante lo que necesitaba aprender con urgencia. Llegó la hora del almuerzo y seguí leyendo.―Veo que te estás esmerando para ser la asistente del señor Ashgar. ―dijo la secretaria frente a mí, la mujer se veía que era de armas a tomar, pero lo que ella no sabía era que yo también, y aunque haya firmado ya un contrato permanente, lucharía para permanecer todo el tiempo posible y que el señor Ashgar me necesite más que esa mujer. Le puse una sonrisa amable, pero ella no sabía que fingida.―Sí, se ve que está fácil, es cuestión de memorizar números, nombres y apellidos.―No solo es memorizar, es ten