Isabella
Al final no había podido seguir con los siguientes puntos por qué le habían llamado al señor Ashgar y era de larga distancia, me dio indicaciones para que me quedara en mi lugar y así fue. Revisé el folder y encontré la lista de los contactos primordiales de él, así como los números de emergencia, los restaurantes que suele comer o pedir a domicilio. Solté un suspiro al ver que era bastante lo que necesitaba aprender con urgencia. Llegó la hora del almuerzo y seguí leyendo.
―Veo que te estás esmerando para ser la asistente del señor Ashgar. ―dijo la secretaria frente a mí, la mujer se veía que era de armas a tomar, pero lo que ella no sabía era que yo también, y aunque haya firmado ya un contrato permanente, lucharía para permanecer todo el tiempo posible y que el señor Ashgar me necesite más que esa mujer. Le puse una sonrisa amable, pero ella no sabía que fingida.
―Sí, se ve que está fácil, es cuestión de memorizar números, nombres y apellidos.
―No solo es memorizar, es tener todo a la mano, cumplir las reglas y cumplir al pie de la letra lo que él te pida.
―Tengo una pregunta, ¿Se viaja al extranjero con el puesto? Pregunto para tener a la mano mis documentos oficiales.
Ella se cruzó de brazos y sonrió.
―No creo que vayas a… bueno, ―se cruzó de brazos contra su pecho―No creo que viajes por qué quien lo hace soy yo, ¿Sabías que soy contratada por la madre del señor Ashgar?
―No lo sabía, apenas llevo siete horas laborando y hemos cruzado poco como para llegar a saberlo―apareció una sonrisa en mis labios.
―Y soy empleada con contrato permanente, es la diferencia entre las dos, tú en estos momentos eres de prueba y sinceramente, no tendrás la oportunidad, ―suspiró―se acerca un evento importante en la familia del señor Ashgar, se casa su hermano y será una gran celebración de siete días. ―alcé una ceja, “¿Siete días?” ―Así que, te lo perderás. ―se dio la vuelta y regresó a su asiento, era como si le divirtiera portarse así, ¿Qué acaso es una veinteañera celosa?
―Oh, ―solo dije y bajé la mirada a los documentos que tenía frente a mí. Luego suspiré discretamente y me concentré hasta que escuché cuando el elevador se abrió a un par de metros de nosotros y aparecieron dos hombres de mantenimiento al parecer por el mono de trabajo.
― ¿Es la nueva asistente del señor Ashgar?―preguntó uno de ellos cuando se puso delante del escritorio y yo asentí lentamente con el ceño arrugado.
―Conectaremos la línea directa y privada con la oficina del señor Ashgar en su área de trabajo. ―alcé mis cejas y me levanté.
―Claro, adelante. ―me hice a un lado para que entraran.
―Esperen, esperen, ¿Quién ha dado indicaciones de esto?―comenzó a decir Eleonor, uno de los hombres se volvió hacia ella.
―El mismo señor Ashgar, señora Bruce.
―Entonces, ¿Por qué no empiezan conmigo primero? Soy la secretaria principal del señor Ashgar.
—Pero ella es la asistente y la orden solo es en el área de la asistente personal. —Eleonor puso un gesto de desaprobación.
—Debieron de entender mal. —el señor arrugó su ceño.
—En mi orden no hay equivocación señora Bruce. —dijo para después girarse hacia mí. —No le quitaremos más de diez minutos, señorita Sánchez.—asentí y me hice a un lado, la mirada de la señora Bruce era de indignación, pero no podía decirle que yo era también una permanente, pero el día que pudiera decirle a cómo iba a disfrutarlo.
Cuando pasaron los diez minutos, ellos estaban acomodando el mueble por dónde pasaría la línea, al terminar se despidieron y les agradecí.
—Es raro, quizás vaya a cambiar los puestos y mi lugar va a ser ahí donde estás. —levanté la mirada hacia ella y no dije nada. —Digo, cómo eres de prueba…
Escuché pasos acercarse y era el señor Ashgar, Eleonor de inmediato se levantó e igual yo, él se detuvo en medio del pasillo, miró en mi dirección.
—Tome sus cosas y acompáñame, después ya podrá irse. —luego caminó hasta el elevador y en ese trayecto tan pequeño, Eleonor arqueó una ceja y luego una sonrisa triunfante apareció en sus labios, recogí mis cosas y seguí el camino hasta el elevador, el señor Ashgar me cedió el paso y le di las gracias. Al cerrar las puertas del elevador, él se volvió hacia mí tomándome por sorpresa. —No deje que la intimide, la señora Bruce. —Iba a hablar, pero él no espero y se volvió hacia el frente para mirar las puertas del elevador, unos momentos después, llegamos al estacionamiento subterráneo, me hizo señas de que lo siguiera, lo seguí detrás y mirando alrededor, había filas de autos y nos detuvimos frente a uno blanco, era un Audi, se acercó a la puerta del auto, presionó la alarma del auto y luego abrió la puerta del piloto, pensé por un momento que tan alto y ancho, sería incómodo para él manejar, pero no se metió, sino que me miró y me hizo una seña con su barbilla para que me acercara, lo hice de inmediato. — ¿Qué le parece? —preguntó de repente cuando me puse a cierta distancia prudente de él.
—Está bonito. —dije, él arrugó su ceño.
— ¿Solo bonito? Es un Audi, una de mis mejores marcas favoritas de autos, pruébelo. —no supe que entender con “Pruébelo” ¿Quería que me sentara en el asiento? Pero entonces entendí cuando se hizo a un lado para que me subiera.
—Gracias, —susurré pasando a su lado y subiéndome con cuidado, luego lo miré. —Es bastante cómodo y el interior está de lujo.
—Es el auto que le daré por ser mi empleada. —sus palabras me dejaron callada por un momento.
— ¿Perdón? —creo no entender. — ¿Me lo dará?
—Es un plus cuando firma contrato directo conmigo.
—No está en el contrato, señor Ashgar.
—No lo está.
—Pero es mucho un auto de esta marca, no podré pagarlo.
— ¿Y quién ha dicho que usted lo tendrá que pagar?
IsabellaEstaba en total shock cuando sus palabras salieron de su boca. “Vaya, este trabajo es el soñado de cualquier persona” Sueldo, prestaciones y ahora este plus, un auto nuevo.— ¿Está bien? —preguntó el señor Ashgar, asentí de inmediato y bajé con cuidado del auto para quedarme a cierta distancia por educación.—Gracias, señor Ashgar, es solo que es algo elegante para ser un plus. —él arqueó una ceja.—Todos mis empleados más cercanos, de entera confianza, tienen un plus. —alcé mis cejas y asentí lentamente.—Gracias, señor Ashgar.—Solo llámame «Señor». Mañana podrás empezar a usarlo. —asentí recordando lo de las reglas.—Sí, señor. —me hizo señas de que cerrara la puerta del auto y lo siguiera.— ¿Y dónde dice que vive? ¿Está cerca de la empresa? —preguntó curioso al parecer. Seguí caminando detrás de él.—A unos veinte minutos en autobús. Vivo en la zona de Rockville. Tengo un departamento.—Oh, ya sé dónde. Tienen buena vista a la ciudad. —Noté la sorpresa—Es una buena zona,
Isabella El señor Ashgar se retiró dejándome ahí de pie haciendo un gesto formal de despedida en medio de mi sala, tenía el corazón latiendo a toda prisa, todo era tan extraño y demasiado bueno que necesitaba una dosis de realidad. Llamé a mis hermanos en México y cuando les he contado todo lo que estaba actualmente pasando, se han quedado pasmados, intrigados, preocupados y pensaban igual que yo: “Era demasiado bueno para ser cierto” Julio preguntó si no era uno de esos jeques que tenían a su propio personal para desaparecer gente como lo habían visto en las noticias meses atrás, Luis estaba de cierto modo impresionado por el sueldo y las prestaciones, pero pensaba igual, era como sacarse la lotería de manera inesperada. —Pero ya has firmado y ya no hay vuelta atrás, y es mejor andar con pie de plomo con ese tipo de gente, Isa. Tienes que tener muchísimo cuidado, no quiero despertar una mañana y no saber de ti. —dijo Julio, solté un largo suspiro. —Pero debemos de ver el lado bueno
ZaidRepasé mentalmente todo lo sucedido el día de hoy, el escuchar cómo había empezado la oración la señorita Sánchez con “Dijo la señora Bruce…” me hizo molestar. No iba a dejar que mi madre y la señora Bruce ganaran en mi territorio. Así que había decidido llevar a mi asistente conmigo a la boda de mi hermano en Abu Dabi, y así no llevar a la señora Bruce. No entendí por qué tanto afán por inmiscuirse en mi vida. ¿Creía que faltaría a mi palabra de casarme con la hija menor de uno de los jeques más importantes de Dubái? Cuando daba mi palabra, la cumplía.Durante la noche, me había paseado por mi jardín como solía hacerlo cuando estaba estresado, tomaba un poco de aire y así tranquilizaba mi mente. Sabía que tarde o temprano tenía que enfrentarme a todas mis responsabilidades familiares y que empeoraría más mi relación con mis padres de lo que ya estaba, era el menor de cuatro, el mayor estaba soñando con tomar el lugar de nuestro padre, el del medio, estaba a punto de casarse y su
Isabella Durante el trayecto al aeropuerto, revisé las horas de vuelo, así como el clima en Dubái. Estaba emocionada de que iba a conocer hermosos lugares, rascacielos impresionantes y claro, a la familia de mi jefe. El solo recordar las costumbres y tradiciones de los árabes, me provocó un poco de emoción e inquietud. “¿Y si falto al respeto sin darme cuenta?”, negué de inmediato, me dedicaría a aprender más de su cultura y evitar cualquier error. — ¿Está nerviosa? —preguntó mi jefe, levanté la mirada de la pantalla de mi celular y lo giré sobre mi regazo. —Un poco, señor. —confesé, pero seguí de manera profesional, sentí como mi tripa se removió implorando un poco de alimento. Por su arqueo de ceja podría jurar que se ha escuchado, me aclaré la garganta y desvié la mirada por la ventanilla, avergonzada y llevándome la mano a mi estómago, no quería ver su rostro, intenté controlar los nervios y entonces escuché ruido de papel, cuando regresé la mirada, él, en todo su pose elegante
Isabella Vuelo de Toronto a Dubái. Eran las 3:45 am cuando el avión despegó de la pista privada del Aeropuerto Internacional Toronto Pearson, el señor Ashgar estaba aún molesto, que molesto, rabioso. No le había dirigido la palabra a la señora Bruce desde que había subido. Estaríamos durante doce horas y cincuenta minutos, volando y no quería imaginar cómo sería el viaje. Miré el reloj y calculé aproximadamente a qué horas llegaríamos a Dubái, “A eso de las tres y media, o cuatro de la tarde, esto será eterno” pensé, luego solté un suspiro discreto. Dos azafatas se encargaron de darnos todo lo que necesitábamos, entre eso, las frazadas que estaban realmente calientes, el sillón se hacía una cama individual para mi sorpresa, cuando el señor Ashgar me señaló de dónde tirar, solté una exclamación que le hizo sonreír, pero lo disimuló bastante bien. Después de un largo rato en el que alcancé a dormir un poco, me exalté cuando escuché voces, era el señor Ashgar y la señora Bruce. —Le o
IsabellaAun en vuelo a Dubái...Cuando escuché las últimas palabras del señor Ashgar me quedé casi con la boca abierta, ¿Cómo que la mayoría de mi trabajo será ser esa barrera entre él y ella? ¿Mi trabajo será ser la que…? Espera, Isa, te va a pagar un sueldo triple al anterior así que puedes ser hasta su Hulk si quiere.Asentí lentamente a sus palabras y él mostró satisfacción.—Solo necesito que me guíe exactamente por donde querrá que me encamine y así no tropezar. —fue lento, pero entendió a lo que me refería.—En primera, —tomó una bocanada de aire y luego desvió la mirada, retomó el caminar por el espacio y se volvió a detener para posar su mirada en mí. —Primero pensaré exactamente lo que quiero que haga cuando lleguemos. Ella querrá quedarse cerca de mí, —hizo una pausa—Pero lo que nadie sabe de mi familia y ella es que yo he comprado mi propio lugar para llegar cuando venga de visita. —Arrugué mi ceño.—¿Siempre llegaba a casa de su familia? —él tensó su mandíbula y su mirad
IsabellaRegresé a mi lugar con el corazón agitado, a punto de salirse de mi pecho, mis manos temblaron del mismo coraje que estaba cargando, miré la pantalla de mi celular y hasta dentro de dos horas podía intentar de nuevo entrar, pero mientras no podía. Sentí la presencia de alguien al quedarse de pie a mi lado del sillón, levanté la mirada y era de mi jefe.—Sígame. —susurró e hizo un gesto de que lo siguiera y así fue, la señora Bruce se sentó dos haciendo más allá del mío hacia adelante, cerca del equipo de seguridad del señor Ashgar. Le lancé una mirada, ahora con más razón me aferraría a mi puesto, no dejaría que me intimidara y si me la hacía, me la iba a pagar.El señor Ashgar entró a la habitación y le seguí, se hizo a un lado e hizo un gesto a alguien, cerró la puerta, esto de estar solos en una sola habitación, era material para la señora Bruce, ¿Con qué le saldría a la madre de mi jefe? ¿Qué era un tipo de amante? Torcí mi boca el solo pensar que, para intentar sacarme,
Isabella Aeropuerto Internacional, Dubái, Emiratos Árabes Unidos Pista privada. El señor Ashgar me recomendó usar un pañuelo para cubrir mi cabello, y ahora sé por qué lo había hecho, el aire que estaba haciendo al llegar intentó quitarme el pañuelo que tenía envuelto, no quería imaginar mi cabellera si la hubiera llevado suelta. Bajé con cuidado de no tropezar en los escalones mientras cargué mi bolso y contra mi pecho mi tableta. El clima era caluroso, y eran más de las tres de la tarde, ajusté bien mis lentes de sol y seguí al señor Ashgar. El equipo de seguridad era impresionante, no parecía solamente un CEO de una empresa importante en Toronto, sino un príncipe árabe. El lujo, la seguridad, el porte de él, parecía esas personas de esos que aparecen en los encabezados de las revistas famosas de la alta sociedad del extranjero. Llegamos hasta una camioneta blindada, que nos estaba esperando, estaba a punto de subir cuando dos camionetas elegantes y al parecer de alta gama, entr