Vulnerable y engañada

Mia está agonizando, mirando el temple frío en el rostro de su esposo, aquellos ojos color rojos que se intensifican y la miran con rechazo, haciéndola sentir completamente vulnerable y engañada.

Por lo que él Alfa Domenik al ver que los ojos de Mía se tornan llorosos, continúa sin tener la más mínima compasión. —Puedes seguir viviendo aquí, pero no tendrás ningún nombre, lo que tu padre me pidió que hiciera, ya lo he hecho; en los tres años que estuve casada contigo recuperé para él muchas tierras perdidas y proporcioné protección al territorio de tu padre. A cambio, me dijo que me daría un vástago con mi sangre.

Hasta ese momento, Mia sabe toda la verdad de su matrimonio con el Alfa Domenik. ¡Solo es un trato! Y ella es la más estúpida jugada por su propio padre y su propia pareja.

—¡Olvídate del cachorro que acaba de nacer! En el futuro la verdadera madre de mi hijo será tu hermana Myriam, que es la única Luna que reconozco dentro de mí. Tú ya no serás Luna.

—¡Pero esto no es justo! ¡Soy la madre de nuestro hijo! ¡No mi hermana difunta!— Domenik la interrumpe, porque no tolera que digan que Mirian ha muerto.

—Te daré lo que un rango de Alfa se merece, aunque no eres digna, ni siquiera tienes una loba en tu interior. Podrás seguir viviendo aquí como hermana de Reina. Nadie se atreverá a acosarte aquí. Si quieres acercarte a mi hijo, sólo serás la tía que le ha criado. No tienes derecho a llamarle hijo tuyo. Pero si decides volver a casa, enviaré a alguien para que te devuelva con tu padre mañana a primera hora. En cuanto incumplas mis órdenes, reveles secretos o faltes a tu palabra, serás desterrada de la manada y tu padre te considerará un desertor.

—¡No es justo lo que me estás haciendo Domenik! Eres muy injusto, resulta que ahora muestras tu lado oscuro— las palabras de Mía son balbuceando, siente que no tiene fuerzas y más por el dolor que se le está presentando más fuerte en su vientre

—¡Cállate!— la reprende —¡A Partir de hoy tu misión ha sido completada, ya no serás luna, por si no te quedó claro lo que te dijo Beta— sin más, el Alfa Domenik se marcha dejando a Leticia perpleja, pero más a Mía, que tenía la esperanza de que ese bebé cambiará de parecer a su esposo, y pudiera haber algo de cariño para ella

Alfa Domenik, abandona la maternidad del hospital de lobos con Beta, ahora tenía cosas más importantes que hacer, una valiosa invitada estaba a punto de llegar y no tenía tiempo para seguir perdiendo con una parturienta.

Mía sintió dolor en todos sus órganos, algo que nunca le había ocurrido.

—¡Me voy a morir!— susurra Mia. —¡Auxilio Leticia!

Omega Leticia es una enfermera joven, solo tiene 18 años, se graduó en la escuela de enfermería hace dos años, es la primera mujer enfermera de Omega, por esa razón trabaja muy duro.

Le pareció que Mia iba a tener otro bebé porque se le había caído la placenta del primero.

Resulta que el ginecólogo de los Alfa había diagnosticado mal al bebé y pensaba que sólo había uno.

Mía tampoco tenía hemorragia y parecía a punto de volver a ponerse de parto. —¿Leticia? ¡Voy a morir! ¡Me duele! ¡Siento que mi parte íntima arde!— balbucea del dolor.

—Luna Mia, tu segundo hijo está a punto de nacer.

—¡Esto es increíble! ¡Ay, por favor, por favor ayúdame, me duele! ¡Por favor, no se lo digas a Alfa Domenik! — súplica entre llantos de dolor —¡Él podría también arrebatarlo!

—¡Por favor, no grites! ¡Haré todo lo que pueda para ayudarte en el parto! ¡Necesito que muerdas esta toalla— se la pasa —muerde con todas tus fuerzas y puja, confío en que puedes hacerlo

Leticia está lista para recibir al segundo bebé, pero la cabeza del bebé era demasiado grande y por eso provocaba un dolor desesperante en Mía.

—¡¡No puedo!!— balbucea Mía, sintiendo un fuerte mareo, por lo que Leticia rápidamente da leves golpes en las mejillas de Mía

—¡Si puede!— hace que Mía se vuelva a meter la toalla en la boca y da leves golpes en sus mejillas al verla cerrar y abrir los ojos poniéndolos en blancos.

Mía se desmaya y eso le complica la situación a Leticia, el bebé está asomando su cabeza y puede morir por lo que logra despertar nuevamente a Mía dándole ánimos de continuar, pero al verla tan vulnerable, la ayuda posando sus manos en la barriga de y haciendo leves movimientos para que el bebé saliera.

—¡Sigue pujando, ya casi!— Mía siente que no puede más, pero vuelve a retomar fuerzas y puja, pero se desmaya, justamente cuando su bebé ya salió, Leticia lo agarra entre sus brazos rápidamente y lo cubre.

La pobre comadrona tuvo un trabajo sola, el bebé está sano, pero ahora debe hacerse cargo de Mía, porque esta inconsciente, aunque su temor es que alguien se entere de lo que pasó y este cachorro también sea arrebatado, pero ella trata de ser discreta.

Al caer la noche, Leticia tiene al cachorro entre sus brazos mientras mira sin parpadear a Mía, la cual frunce el ceño indicando que está despertando, por lo que se coloca de pie acercándose a la camilla. —¿Cómo se siente mi luna?

—Me duele todo el cuerpo y tengo mucha sed.

—te daré de beber, aquí está tu cachorro, es un varón, es una ternura

—mi hijo…— susurra mía al sentirlo en su pecho y Leticia se dispone a darle agua, ya que mía hasta sus labios los tiene resecos, la pobre estaba sedienta

—La admiró mi luna, hizo un gran trabajo.

—Ya no soy Luna... Ayúdame, no quiero que Domenik se entere…

—shsss…— interrumpe Leticia— no se esfuerce tanto mi luna, debe retomar fuerzas, su hijo la necesita— Mía no pudo evitar llorar.

.

Parecía haber una celebración fuera del hospital, y de hecho se estaban lanzando fuegos artificiales.

—Creo que era para celebrar el nacimiento de mi hijo— dijo Mia con amargura, todos estos delirantes pensamientos en su cabeza de convertirse en una verdadera reina se habían esfumado por completo.

—Luna Mia— se apresura a decir Leticia —por favor no te preocupes, de momento mantendré a tu pequeño en la incubadora, esta noche estoy de guardia en el hospital, así que huye con tu bebé antes de que salga el sol. Ví lo que te hizo Alfa Domenik, de verdad Lo siento mucho.

—Ahora no tengo energía, ¿Por qué me ayudas?— Mía no lo comprende.

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