Capítulo 34
Tras examinarla, Diego determinó inmediatamente que Soraya había sido envenenada con el mismo veneno que Natalia.

El envenenador era tan astuto que a cualquiera le habría tomado por desprevenida.

Elisa preguntó nerviosa: —Doctor Larios, ¿cree que puede desintoxicarla?

Diego asintió: —No hay problema.

Tanteando en busca de la aguja de plata que llevaba consigo, Diego se dispuso a desintoxicar el veneno.

—¡Un momento!

Con un grito frío, entró un grupo de personas.

Elisa giró la cabeza y frunció el ceño: —Alberto, ¿qué haces?

El hombre que encabezaba el grupo iba vestido de traje, parecía un noble.

Alberto Milanés, primo de Elisa, uno de los cuatro herederos de Bandon.

—Elisa, el envenenamiento de Soraya es una clara señal de que alguien tiene como objetivo a los Milanés, lo sabes, ¿verdad? —Dijo Alberto con frialdad.

El rostro de Elisa estaba inexpresivo: —¿Y?

—¿Y? Por supuesto que es echar inmediatamente a ese mantenido que estás criando lo más lejos que puedas. Deja que mi gente se enc
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