Capítulo 99
En cuanto vio aparecer a Diego, su corazón se estremeció.

Se acabó, con este tipo aquí era muy probable que la enfermedad del señor Javier curara.

Diego pasó de la discusión en el exterior.

Sacando las agujas de plata, mantuvo sus manos en movimiento, sellando primero varios puntos en el cuerpo de Javier.

El médico Ramos estaba al margen, observando absorto, intentando aprender algo.

—¡Qué técnica de aguja tan brillante, nada más llegar pudo ver el problema del señor Javier y no dudó en actuar, es sin duda un doctor divino!

Cuanto más observaba, más violentas se volvían las vibraciones en el corazón del doctor Ramos.

La idea de tenerlo como maestro se hizo cada vez más intensa.

Unos minutos después, tras la estimulación con aguja de plata, Javier despertó.

—Dentro del cuerpo del señor Javier residen dos energías, una fría y una caliente. Si no me equivoco, debe ser causado por las heridas infligidas por el luchador profesional. En términos de tiempo, a juzgar por el retraso, deberían h
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