Corre sin mirar atrás, las ramas de los árboles destrozan su ropa, su piel se llena de heridas. Pero su mente le dice, que no debe parar. Tiene que escapar, no puede dejar que la vuelvan a atrapar. Sigue corriendo por medio del bosque, sus pies descalzos le duelen, sangran de tantas heridas, sin embargo, no se detiene, algo en su interior la impulsa a hacerlo y no detenerse. ¡Tiene que escapar, su vida depende de ello! Después de correr por en medio de la espesa vegetación. Llega a un claro donde hay un gran río, se lanza al agua sin pensarlo dos veces, es la única escapatoria. No sabe nadar, se agarra fuertemente de un tronco que aparece de la nada. Puede escuchar a lo lejos, las voces de quienes la persiguen, se impulsa con sus pies, la corriente la arrastra a gran velocidad, ha estado a punto de soltar el tronco varias veces. Traga agua en repetidas ocasiones, siente que no va poder resistir pero una voz en su cabeza la insta a no detenerse a resistir. Su cuerpo está congela
En medio de las empinadas y heladas montañas, se encuentra anclada la ciudad de Arcanán, más allá de dónde los ojos de los humanos han llegado a ver jamás. De difícil acceso es prácticamente desconocida para el mundo. Solo los seres sobrenaturales tienen conocimiento de ella. Está rodeada de altas murallas, encima de los desfiladeros de difícil acceso que la convierten en una de las más seguras e impenetrables de todo lo conocido. Solo pueden visitarla aquellos que son invitados, y nadie, ni por casualidad, puede traspasar las enormes puertas que la resguardan. Rumores dicen que en ella habitan desde siglos de los siglos los llamados Arcontes Mayores, desde que fueron expulsados de la ciudad celestial y obligados a vivir como mitades de almas de hombres lobos. Nadie sabe si es cierto ésto, lo que sí saben todos es que esta ciudad y su extraña manada de hombres lobos llamada Arcano. Es dirigida por el más temible y cruel Alfa que ha existido en todos los tiempos, motivo por el cual
Gritó a toda voz ante los ojos sorprendidos de Enril que nunca antes lo había visto comportarse con él de esa manera. Aren se retiró dos pasos para luego ante el silencio de su hermano girarse y preguntar.—¿No lo entiendes, Enril? Me seguirán a todas partes hasta dar con ella, y la matarán. Asesinarán a mi Luna solo por seguir teniendo el control de la manada. —Es verdad, tienes razón mi hermano. Disculpa por no haber pensado en eso. Voy a preparar todo, luego paso por ti.—No dejes que nadie te vea con esos libros secretos o sospecharán que algo vamos a hacer, acuérdate que nuestros padres siempre escondieron lo que eran verdaderamente.—Descuida, nadie me verá. Lo ve alejarse y de a poco vuelve a convertirse en lobo. Le duelen un poco las patas del largo camino que recorrió, para solo ver a esa hermosa personita asomarse a su ventana y sonreírle. Ha crecido, es realmente hermosa. Todavía recuerda el día que vino al mundo. Estaba como siempre en el bosque, era luna llena. La cont
Una pequeña niña corre a todo lo que puede asustada mirando como unos extraños se acercan por el sendero que ella iba, hasta meterse entre unos arbustos temerosa, guardando silencio hasta que las voces se alejan sin que la hayan descubierto. Todavía se queda escondida un rato más por si acaso le da por volver y la atrapen si sale. Cuando una voz muy conocida la hace saltar. — Gil, cariño, ¿qué haces escondida ahí? —pregunta una bella mujer inclinándose para ver por entre los arbustos.—Nada mamá, es que las personas me miran extraño y se burlan de mí —contestó saliendo, sintiendo que estaba segura en los brazos de su madre.—No es extraño amor, es solo curiosidad. Trató de explicarle una vez más, su madre. Pues era verdad lo que decía la niña, su hermoso cabello blanco y sus peculiares ojos hacían que todos la miraran como si ella fuera algo malo. No eran pocas las veces que tenían que escapar por tal motivo de los lugares.—¿Por qué mi pelo es blanco, mamá?—No lo sé cariño, fuero
Se detienen en seco y la miran preocupados. No es la primera vez que los rechazan por el aspecto de su linda y pequeña hija.—Sí, es nuestra pequeña hija. —Felicidades, es muy hermosa.—Muchas gracias, señora —responden y respiran aliviados al ver como ella en verdad la elogió y le sonríe con cariño a Gil.—Acabamos de llegar a la ciudad—explica la madre, que también se apresta para ayudar a la amable señora. —Estamos buscando donde vivir y trabajar.—Pues se han puesto de suerte, estoy abriendo una nueva dulcería y me vendría bien que trabajaran para mí —ofrece enseguida trabajo. —Estoy en busca de nuevos trabajadores, podría incluso alquilarles un pequeño apartamentico detrás de la dulcería, pero se los advierto, está muy descuidado, tendrían que arreglarlo.—¡Oh, señora muchas gracias, muchas gracias! — exclaman enseguida los dos inclinándose delante de ella sin poder creer que hayan tenido tanta suerte. —No importa, le aseguramos que lo arreglaremos sin problemas. Aceptamos su
El enorme lobo negro con sus ojos rojos, está allí frente a ella. Avanza despacio a su encuentro, pero al ver como ella cierra los ojos y se hace un ovillo en una clara demostración del inmenso miedo que está experimentado, se detiene a unos cuantos pasos de ella. Se sienta en sus patas traseras y la observa sin hacer nada más, moviendo lentamente su cola de un lugar a otro. Gil aún tiembla asustada, y aunque él se detiene ella vuelve a retroceder hasta que su espalda choca con el tronco de un árbol, y se queda allí sin saber qué hacer. Observa como el lobo no hace un solo gesto de venir hacia ella de nuevo, todo lo contrario, se acuesta en el lugar con su cabeza sobre sus patas delanteras, sin dejar de observarla con sus ojos rojos que cambian a dorados, moviendo la cola suavemente. ¡No sabe qué pensar, es un enorme lobo! Lo ve como agacha sus orejas en una clara señal de sumisión ante ella. Eso lo sabe por la cantidad de veces que su padre le ha explicado que significa ese gesto e
Serafín al escuchar la pregunta de Gil, frena de un golpe y se detiene para girarse hacía ella. —¿De mi tamaño? ¿Qué quieres decir? ¿Dónde viste un lobo de mi tamaño?—pregunta muy preocupado su papá, y eso le intriga. ¿Sabrá su papá que existe su lobo? Lo ve ahora cómo gira su cabeza mirando para todas partes como si quisiera ver algo que los siga. Vuelve a poner en marcha el auto asustado. Gil al verlo de esa manera, le dice.—Es solo curiosidad papá.—Gil hija, hay cosas que no sabes, pero quiero que me prometas una cosa—le pide en un tono muy serio.—Lo que quieras papá.—Sí algún día ves a un lobo de mi tamaño me lo dirás enseguida. Es muy importante Gil. ¡Promételo! Puedes estar en serio peligro hija mía.—Lo prometo papá, lo prometo —se apresura a decir al sentir el miedo en la voz de su padre, que sigue hablando de igual modo.—Hija, yo sé que no me entiendes ahora, pero un día lo harás. Tienes que avisarme si viste un lobo de mi tamaño. ¿Viste uno? Confía en mi hija, te pro
Gil desde hace varios días nota a sus padres nerviosos y se le quedan mirando fijamente. Sabe que algo muy importante quieren decirle, pero pareciera que temieran. La otra cosa que la tiene nerviosa, es que ha comenzado a escuchar una voz en su cabeza que le dice que se llama Lúa, que muy pronto la conocerá. Buscó en la biblioteca el significado de ese nombre y descubrió que era Luna. La voz le había dicho que ella era hija de la Luna. Su lobo, por alguna razón, le dijo que no vendría hasta la luna llena. O al menos eso le pareció entender y su voz en la cabeza le tradujo. Eso le gustaba, porque desde que ella apareció, podía a su parecer conversar con su lobo. No estaba segura si todo no era obra de su imaginación, pero la hacía sentirse feliz, creer que podía comunicarse con él. Él, según la voz en su cabeza le había dicho, que no vendría en toda la semana, hasta el día de la luna llena, donde pretendía decirle un gran secreto. Estaba de lo más intrigada por aquello. Le preguntó v