Los días pasaban para los chicos en la universidad. Todos se habían integrado lo mejor que podían al mundo de los humanos. Los chicos participaban en los deportes del campus, una forma de mantener tranquilos a sus lobos internos. Las jóvenes tampoco se quedaban atrás, sobre todo las gemelas Gil y Geisi, pues Leía y Enril extrañaban la manada y ansiaban volver.—Aren, levántate, hoy tenemos el examen y no podemos faltar —le recordó Geisi al Arconte Mayor que permanecía aún en la cama.—¿Para qué tenemos que dar ese examen si nos lo sabemos todo? Ven mi Luna, acuéstate a mi lado, mejor hacemos el otro examen —dijo con picardía.—Aren, te dije que no lo vamos a hacer hasta que no nos casemos —le recordó Geisi que se había adaptado muy bien a la leyes y costumbres de los humanos.—Mi Luna…—Deja de decirme así, no eres Alfa de ninguna manada, ni yo tu Luna.—Somos novios, al fin me dijiste que sí ayer.—¿Cuándo te dije que si? Qué durmiéramos juntos no quiere decir nada. Estabas ebrio, no
El Arconte Mayor Aren, mira a Oto, y a Enril sin dejar de prepararse para iniciar el día. Enril suspira y se acerca a Oto para calmarlo. Le pasa una mano por los hombros al tiempo que le dice.—Oto, tenemos que complacer a nuestras mitades. Además, estamos aquí porque necesitamos aprender las leyes y costumbres humanas para proteger a nuestra manada y a los demás seres sobrenaturales. ¿Qué les molesta hacer lo que sus mitades quieren? Oto gruñe en respuesta a eso que le dice Enril, aún frustrado por la situación. Él es un lobo piensa, ¡un lobo!—Es tu culpa, Enril. Si no hubieras enamorado a Leía de esa manera, ellas no se hubieran enterado de nada —lo ataca Oto—. Podríamos haberlo hecho como lobos.—Sí —lo apoya Aren —todo es tu culpa Enril por enamorar a tu mitad como los humanos —dice frustrado. Enril levanta las manos en son de paz, está claro que su estrategia de reconciliación no va a funcionar hoy con ellos, así que levanta los hombros y dice defendiéndose.—No es mi culp
La furia del alfa Oto es inmensa, no puede entender porque no le ganan al otro equipo cuando evidentemente ellos son superiores en habilidades. Todo es culpa del capitán del equipo piensa que no sabe dirigir bien. El Arconte Mayor al ver la furia del hombre lobo, le dice por el link a su hermano y beta Enril."Enril haz algo —le dice Aren por el link— tienes que hacer que se cooperen""Está bien —le hace señal al entrenador, que pide un tiempo."— ¿Qué es Enril?—Entrenador, con su permiso, creo que debe dejar que mi hermano Oto dirija, le aseguro que si lo hace, no se va a arrepentir. Él era el jefe del equipo donde nosotros estudiamos y nunca perdimos un juego. Nos damos cuenta que nosotros somos mejores, pero perdón Roger, tú como capitán tienes mucho que aprender.—Lo sé —admite Roger— si crees que Oto lo va a hacer mejor estoy dispuesto a ceder mi puesto. Yo lo que quiero es ganar.—De acuerdo Oto, el equipo es tuyo. Al momento el alfa Oto se pone a reorganizar el equipo, ante l
Mientras los jóvenes están en la universidad. En la manada Los Arcanos Mayores comienzan a suceder cosas muy extrañas. El Aronte Mayor Aren había vuelto a todos hombres lobos arcontes. De a poco muchos integrantes, comienzan a sufrir malformaciones cuando se convierten ya sea en arcones o en hombres lobos.—¿Qué les sucede maestro? —pregunta el Alfa Aoron padre del Arconten Mayor Aren, que se quedó junto a su hermano Zoran el padre de las mellizas arcontes, al frente de la manada en lo que ellos estudiaban en la universidad.—No lo sé Aoron, es la primera vez que veo una cosa como estas. ¿Ya probaron a convertirlos ustedes como hizo Aren en arcontes?—Sí, pero nada da resultado, no sabemos qué hacer.—Vamos a reunirnos con el consejo de ancianos, alguna solución tenemos que encontrar a este fenómeno—Tienes razón, Zoran. Debemos convocar a los ancianos de la manada y buscar una solución a este fenómeno —responde Aoron, preocupado por la situación.Ambos Alfas se dirigen a la sala de
El tiempo ha pasado y la manada de Los Arcanos Mayores ha aprendido a vivir sin Geisi. Aren y Oto han encontrado estabilidad en su relación con Gil, quien los ama a ambos de manera inquebrantable. Aunque Aren todavía siente la presencia de Geisi en su corazón, ha aprendido a respetar su decisión de no regresar y no interfiere en su vida. Geisi, por su parte, ha seguido adelante con su vida como doctora en el hospital. Se ha enamorado de la vida humana y disfruta de su trabajo ayudando a los demás. Aunque a veces siente nostalgia por su antigua vida en la manada, ha encontrado un nuevo propósito y felicidad en el mundo humano.Aren, Oto y Gil han construido una relación sólida y llena de amor. Han aprendido a compartir y apoyarse mutuamente, superando cualquier obstáculo que se les presente. Juntos, han formado una familia única y especial.Aunque la ausencia de Geisi siempre está presente en sus vidas, han aprendido a aceptarla y seguir adelante. La manada de Los Arcanos Mayores cont
Al fin el ansiado día llega, todo es alegría y felicidad en la manada que se encuentra engalanada y llena por los invitados.La ceremonia se lleva a cabo en un claro rodeado de majestuosos árboles centenarios. La luz del sol se filtra entre las hojas, creando destellos dorados que iluminan el lugar. Los invitados, tanto lobos como arcontes, se reúnen en silencio, llenos de anticipación por presenciar esta unión mágica.A medida que la música comienza a sonar, los lobos, con sus pelajes brillantes, se acercan al claro desde todos los rincones del bosque. Sus ojos brillan con una intensidad cautivadora, reflejando la sabiduría ancestral que poseen.Los arcontes, con sus túnicas flotantes y coronas de flores, se unen a la danza de los lobos. Sus movimientos gráciles y elegantes se entrelazan con la fuerza y la agilidad de los lobos, creando una coreografía única que representa la unión entre ambos mundos.Mientras tanto, los dioses observan desde lo alto, bendiciendo esta unión sagrada.
Corre sin mirar atrás, las ramas de los árboles destrozan su ropa, su piel se llena de heridas. Pero su mente le dice, que no debe parar. Tiene que escapar, no puede dejar que la vuelvan a atrapar. Sigue corriendo por medio del bosque, sus pies descalzos le duelen, sangran de tantas heridas, sin embargo, no se detiene, algo en su interior la impulsa a hacerlo y no detenerse. ¡Tiene que escapar, su vida depende de ello! Después de correr por en medio de la espesa vegetación. Llega a un claro donde hay un gran río, se lanza al agua sin pensarlo dos veces, es la única escapatoria. No sabe nadar, se agarra fuertemente de un tronco que aparece de la nada. Puede escuchar a lo lejos, las voces de quienes la persiguen, se impulsa con sus pies, la corriente la arrastra a gran velocidad, ha estado a punto de soltar el tronco varias veces. Traga agua en repetidas ocasiones, siente que no va poder resistir pero una voz en su cabeza la insta a no detenerse a resistir. Su cuerpo está congela
En medio de las empinadas y heladas montañas, se encuentra anclada la ciudad de Arcanán, más allá de dónde los ojos de los humanos han llegado a ver jamás. De difícil acceso es prácticamente desconocida para el mundo. Solo los seres sobrenaturales tienen conocimiento de ella. Está rodeada de altas murallas, encima de los desfiladeros de difícil acceso que la convierten en una de las más seguras e impenetrables de todo lo conocido. Solo pueden visitarla aquellos que son invitados, y nadie, ni por casualidad, puede traspasar las enormes puertas que la resguardan. Rumores dicen que en ella habitan desde siglos de los siglos los llamados Arcontes Mayores, desde que fueron expulsados de la ciudad celestial y obligados a vivir como mitades de almas de hombres lobos. Nadie sabe si es cierto ésto, lo que sí saben todos es que esta ciudad y su extraña manada de hombres lobos llamada Arcano. Es dirigida por el más temible y cruel Alfa que ha existido en todos los tiempos, motivo por el cual