Capítulo 5: Alysa, I

Una inexplicable calma se había apoderado de ella.

Una pequeña semilla gestándose y comenzando a crecer en su corazón, sus raíces extendiéndose por su cuerpo y llegando a sus extremidades con calidez.

La calma, ahora, era una parte de ella.

Sus ojos avellana se extendieron por el bosque, y ella se sintió finalmente en casa.

Aquel frondoso bosque le daba la bienvenida con los brazos abiertos, como si de un viejo amigo se tratase, y mientras la ligera brisa acariciaba sus pálidas pero sonrojadas mejillas, las preocupaciones que la habían atormentado se alejaron como si nunca hubiesen existido.

Con cada paso que daba, sus pies acariciaban la hierba que crecía a las faldas de los grandes arboles a su alrededor, la luz que se filtraba por las hojas en lo alto del bosque iluminaba sus suaves rizos castaños y resaltaban sus destellos color miel como si de oro líquido se tratase.

La mirada de Alysa se fijó nuevamente en aquella ninfa que le hacía compañía, a solo unos pasos frente a ella, y pese a no conocerla realmente, su cuerpo la seguía a través del bosque vivaz y colorido en un silencio placentero.

Su ropaje de dormir, sin que ella lo notase en la calmada atmósfera de aquel ansiado hogar, estaba cubierto de suciedad y cenizas de una batalla que ella ya no recordaba.

Alysa se dejó guiar por el melodioso cantar de los pájaros que acompañaban y armonizaban su caminar, sus brazos se extendieron a los lados, y la punta de sus dedos rozaron los anchos troncos a su lado, y oh, Alysa nunca se había sentido en mayor libertad que en esos momentos.

Sus ojos se cerraron y simplemente se dejó llevar, pese a que sus pies continuaron llevándola hacia adelante. Repentinamente, sus ojos se abrieron al sentir agua cálida bajo sus pies descalzos, y una carcajada estremeció su cuerpo.

Un estanque lunar se encontraba frente a ella, allí en su nuevo hogar, y mientras pequeñas luces centellantes sobrevolaban el agua, Alysa se sintió como en uno de esos cuentos de hadas que solía leerle a…

Espera…

¿A quién solía leerle cuentos de hadas?

Antes de que Alysa pudiese comenzar a responder las preguntas que surgían en su interior, la ninfa fijó su mirada en ella, y solo entonces, ella notó que sus pasos la habían llevado a su lado, justo frente al estanque lunar.

El agua se mecía con fluidez, tranquila en su propio espacio seguro, y la ninfa volvió a mirar al frente, mientras su melodiosa voz se apoderaba del claro al que habían llegado.

—La diosa dio su bendición.

Alysa inclinó su cabeza—. ¿Cómo?

El vaporoso y ligero vestido blanco de la mujer a su lado se mecía sutilmente por la brisa, y junto a su sedoso cabello blanco como la nieve, le otorgaban una imagen casi celestial.

Con lentitud, una de las manos de su acompañante se acercó a Alysa y tocó su cuerpo, las palabras se repitieron como si solo con eso, ella debiese entender.

—La diosa dio su bendición —dijo con voz melodiosa y sedosa, sintiéndose como música para los oídos de Alysa.

La mirada de la mujer se dirigió a su mano, y como si ello fuese una indicación, la propia mirada de Alysa la siguió, allí estaba, posada sobre su vientre, y de repente las palabras de la criatura se repetían insistentemente en su mente.

—No…

Alysa negó con la cabeza, porque lo que aquella ninfa refería no podría ser, ella ya tenía un… ¿qué tenía ella?

Sus pensamientos gritaban dentro de su cabeza, repentinamente aquella calma que el bosque le había entregado se sentía incorrecto. Y como si las respuestas estuviesen frente a ella, Alysa dijo su mirada en el estanque lunar.

Tratando de hallar las respuestas a todas sus incógnitas entre la quietud de las aguas.

Su mente estaba en conflicto, su corazón comenzó a latir con rapidez, y el miedo comenzó a gestarse en su interior, porque ella no podía recordar.

Casi como si sintiese su inquietud, la ninfa volvió a hablar:

—Edén es posesivo —explicó la ninfa, su mano aun posado sobre el vientre de Alysa—, en algún momento fue nuestro hogar, pero lo hemos abandonado. No quiere dejarnos ir.

Alysa jadeó, porque ella debía regresar.

En esos momentos, ella no podía recordar la razón, pero debía regresar. Sus pasos debían llevarla por donde había venido, y debía buscar algo que, aunque en esos momentos no podía recordar, sabía que era importante.

—Dijiste… antes dijiste que el bosque te dice lo que necesito escuchar —comenzó Alysa con dificultad—, dijiste… lo que necesito escuchar, no lo que quiero… ¿qué te está diciendo?

La mujer quitó la mano con movimientos lentos, y su silencio se sintió opresivo para una Alysa deseosa de respuestas inmediatas. Su corazón llamando a alguien que en esos momentos ella no podía recordar.

—El bosque dice muchas cosas —aceptó la mujer, pero pronto confesó—, pero no me cuenta todo.

La ninfa comenzó a caminar, alejándose del estanque lunar que tanta serenidad le había entregado a Alysa hacia solo unos minutos, y ella no pudo hacer más que apresurarse a seguirla.

Una inquietud había hecho hogar en su corazón, y con cada paso que daba lejos de las calmadas aguas, aquel sentimiento negativo simplemente se hacía más profundo.

Solo unos pocos minutos después, la ninfa se detuvo, y solo entonces Alysa miró a su alrededor. Su aliento se cortó, sus ojos fijándose en las personas del claro, que simplemente caminaban por el bosque como en un trance.

Casi como si todas las preocupaciones hubiesen sido dejadas fuera del resguardo de sus árboles.

—Yo... —Alysa quería preguntar si ella había caminado igual, pero las palabras simplemente no salían.

—Edén es un bosque posesivo —explicó la ninfa—, una vez que los tiene, no los deja ir.

Alysa comenzó a mirar a su alrededor, repentinamente sintiendo la inquietud convertirse en pánico, miedo de no poder salir y regresar a… repentinamente, ella sintió sus ojos llenarse de lágrimas, porque seguía sin poder recordar aquello tan importante para ella.

Pero su corazón continuaba llamando, y aquel llanto, ella sabía, se mantendría sin respuesta hasta encontrar la manera de salir.

Su mirada continuó recorriendo el bosque, pero lo único que veía eran árboles y más árboles.

M. ISABEL

Capitulo nuevo! No olviden dejar comentarios, me ayudan a traer capítulos más rápido~ ¿Que creen que suceda con el bosque y con la ninfa más adelante? Acepto teorias~

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