La desesperación era evidente, sus respiraciones se encontraban agitadas y sentían la adrenalina recorrer su cuerpo. Ya no eran solos sus enemigos quienes los buscaban, ahora la policía se les había sumado. Salieron de aquella mansión con solo algunas pocas cosas para defenderse. Estaban en graves problemas y solo podían huir a los barrios bajos de la ciudad, solo allí le darían alojamiento.
Las piernas de aquella joven no podían más, sentía un horrible ardor en ellas. Sus pasos se hicieron cada vez más lentos llamando la atención de su prometido y de sus fieles guardias que los protegían en medio de las oscuras calles. Sin poder avanzar más detiene sus pasos intentando descansar, su mirada se mantiene en el húmedo asfalto. Todos detienen sus pasos y se voltean preocupados, su prometido se acerca con rapidez hacia ella.
— Tenemos que seguir un poco más... Por favor. — Levanta el rostro de su amada dejando a la vista su sudar junto con su mirada de preocupación, ella solo confirma con su rostro. Se toman de las manos y vuelven a retomar su camino.
— Solo faltan unas pocas cuadras y llegaremos, señorita. — La voz de su fiel amiga y guardia se escuchó a su lado dedicándole una pequeña sonrisa que correspondió.
El agarre del hombre era fuerte, sentía tanto miedo en que algo le pasará a su amada. No la quería soltar por nada del mundo, cuando solo faltaban una cuadrar para llegar a su destino el sonido de una patrulla se escuchó detrás de ellos alertándolos.
Algunas tiendas estaban abiertas y no dudaron en entrar a una de ellas para distraer a la policía, al entrar a una peluquería notaron que se encontraban solo dos empleadas trabajando con sus clientes, ellas al notar la presencia de los que acaban de entrar se sorprendieron. Todos mantenían sus miradas entre ellos sin decir nada, hasta que una de las señoras actuó de manera rápida.
— ¿¡Que creen que hacen!? ¡Rápido, entren allí! — En su voz se oía un acento y de manera rápida los llevó hacia un pequeño cuarto que tenían unas escaleras, se quedaron allí, sin moverse y pudieron escuchar como las sirenas de la patrulla se iba alejando poco a poco.
Un hombre sin camisa y con cadenas en su cuello les silbó desde el segundo piso y les indico que subieran, cuando llegaron al segundo piso uno de los guardias abrazo aquel hombre desconocido.
— Cuanto tiempo, amigo... — Se separaron del abrazo. — Está ventana tiene unas escaleras que los dejaras detrás de los edificios, cuando estén abajo sigan recto hasta cruzar a la derecha y allí encontrarán un callejón sin salida. Allí les estará esperando un coche. — Su prometido estrecha su mano con la de él y se despiden para bajar por aquella ventana.
Sus manos se soltaron y comenzaron a correr con la esperanza de llegar hacia aquel lugar acordado. Nuevamente las sirenas de unas patrullas se escucharon cerca de ellos, los característicos azules y rojos se notaban en las paredes. Cuando aquella mujer volteó asustada hacia la dirección en donde venían las sirenas se tropezó con sus propios pies.
El frío pavimento la recibió y cuando alzó su mirada no encontró a nadie a su alrededor, estaba sola o eso creía hasta que escucho unas apresuradas pisadas detrás de ella.
La primera vez que la vio no pudo evitar dejar de mirarla, a sus ojos era la extranjera más hermosa que había visto. Su cabellera rizada jugaba con el color del lugar, le hacía recordar aquella princesa de Disney, Valiente. Comenzó ir todos los días hacia la cafetería solo para verla por unas pocas horas, con el paso de unos días llego a notar que estudiaba en una universidad cerca del lugar.Observarla junto a la ventana ha sido su pasatiempo favorito, olvidando solo por unas cuentas horas su trabajo junto con su padre. Solo por ella se quedaba en esa cafetería que tenían un mal café, el sonido de la campana llamo la atención de unos pocos empleados y de él. Se sentía como cuando era un adolescente al solo sonreír por verla, con disimulo observo la pantalla de su laptop al frente de él.La joven toma asiento justo a un lado de la ventana, no pasa mucho tiempo y una mesera se le acerca con el menú.— Un café de invierno,
Sus pensamientos no los dejaban descansar, sentían la necesidad de probar los labios del contrario. Aquel roce solo había abierto mucho más sus sentimientos, Alessia en las noches observaba el techo mientras rozaba sus labios con una sonrisa. Fiodor sonreía mientras mordía un poco sus labios intentando imaginar que sabor tendría los de Alessia, aunque sonará ridículo él muchas veces cerraba sus ojos imaginando besarla o solo verla sonreír.En sus pensamientos recordó algo que le había dicho su madre cuando era niño;"— Madre, ¿Cómo sabré que estoy enamorado? — Su madre sonríe mientras lleva un mechón de su rubio cabello detrás de su oreja.— Ay, cariño. Sentirás como unas mariposas en tu estómago, estar cerca de esa persona te pone nerviosa, pero te sientes bien a su lado. A lo largo de tus años puede que te enamores de muchas personas, pero nada es lo mejor que co
El movimiento de la ciudad se comenzaba hacer presente ante la llegada del cálido sol en el lugar, con un poco de pereza Alessia se intenta mover, pero era aprisionada por unos fuertes brazos. Lleva su mano hacia su rostro quitando mechones de su cabello cobrizo y como si fuera coincidencia su despertador comienza a sonar de manera ruidosa en su habitación.No quería despertar a Fiodor por nada del mundo y ahora este se levantaba por el ruido, el joven lleva uno de sus manos hacia su rostro fruncido intentando levantarse. Alessia se levanta y camina hacia su habitación estirando un poco su robusto cuerpo, cuando logra apagar la alarma se dirige hacia su baño para darse una ducha y vestirse.Fiodor aún se sentía cansado y por no decir incómodo en aquel sofá, pero se sentía feliz. Sentir que estuvo abrazando a Alessia por toda la noche le era de las mejores sensaciones, cerro nuevamente sus ojos para seguir disfrutando del lugar donde estaba. Ales
Solo habían pasado dos días desde lo que había ocurrido en la velada, Fiodor durante esos días no veía a Alessia por un miedo de perderla. Sin que su padre se enterara había hablado con sus guardias más fieles para que la vigilaran desde lejos, se sentía tan egoísta por no querer dejarla ir, con solo estar cerca de él podía morir. Pero Fiodor se había acostumbrado tanto a la presencia de Alessia que no podía dejarla ir, no ahora que sentía cosas por ellas.La relación con su padre estaba peor que antes, sabía que algo le había dicho a Lerka para que viniera a la mansión tan seguido. No podía aguantar aquel ambiente tan agotador, esa mujer le irritaba. Sus intentos de coqueteo, sus caricias sobrepasadas que lo molesta… solo quería estar en un lugar que lo haga feliz, como la cafetería donde se sentaba con Alessia o su apartamento.Fiodor sabía que por la hora Alessia estaría en una e sus clases, le escribió diciendo que después de clase estaría e
Se volvió costumbre para el observar las fotos de Alessia en su teléfono, era lo único que podía ver de ella. La había perdido por completo, no respondía sus llamadas al igual que sus menajes, nunca salía del apartamento cuando él tocaba… Solo le dejaba un ramo de rosas cada día esperando con paciencia que ella al menos las aceptara.Cuando su teléfono sonaba creía que era ella y que todo iba a estar mejor. Pero solo fue un sueño nada más, él no se quería rendir, Fiodor seguía allí esperando por ella. Sus ojeras eran tan notables cada día que sus propios empleados se preocupaban por él, solo quería estar con los recuerdos de Alessia.— ¿Señor?… — La voz de Sonia se escuchó en toda la oficina, Fiodor levanta la mirada de su teléfono para ver a uno de sus guardias más fieles.— ¿Qué pasa, Sonia? — Su voz era ronca y cansada.— Disculpe que le diga esto, pero lo mejor es dejarla ir como ella lo está haciendo co
En medio de la madrugada Alessia comenzaba a despertar, el dolor de su cabeza era insoportable, sentía repetidas vibraciones. Sentía su boca cerca, cuando abrió los ojos no reconoció la habitación. Al frente se encontraba una televisión encendida con un volumen bajo, miro a su alrededor y miro confundida a una mujer de cabello negro que estaba sentada en una silla mirando la televisión.Observo a su derecha y encontró a Fiodor tomando su mano mientras que dormía en un sillón con su rostro arregostado cerca de sus manos unidas. Junto a él encontró unos arreglos de rosas con unos globos y peluches, soltó un suspiro.— Fue difícil convencerlo de que durmiera, está muy preocupado por ti… — Alessia voltea al escuchar hablar a la desconocida que la miraba con frialdad, extrañamente se sentía incómoda ante la presencia de la mujer.— ¿Qué fue lo que me paso? — La voz de Alessia sonaba seca y baja, la mujer se levanta ante la atenta m
Lo que menos quería Iván se había cumplido, la cercanía que tenía su hijo con Alessia era más fuerte que antes y Lerka en ningún momento lo había podido romper. Aquel capricho de su hijo se había vuelto obsesión, como cuando un niño se encaprichaba tanto con un juguete que nunca lo soltaba, pero Iván pensaba que tendría que soltarlo… Por las buenas o por las malas. Había sido muy paciente con él, dejándolo que jugara con aquella mujer, pero ahora tenía que actuar.El humo que soltaba de su tabaco se desaparecía en la oscuridad de la noche y recordaba como su fallecida esposa le había sido infiel con un extranjero, la primera vez que se conocieron se cautivó su belleza, aquellos ojos azules que lo cautivaban por completo. Pero ellos sabían que no sentían amor por el otro, solo estaban ese altar por poder y dinero, cualquier mujer hubiera deseado estar en su lugar, pero su esposa no.Ella prefería mil veces vivir una vida tranquila con su am
Fiodor se sentía liberado, sentía que había conseguido la libertad después de haber estado encerrado por mucho tiempo con su padre. Ahora él tenía el mando de toda la mafia Vólkov y nadie podía detenerlo, pero... Aún había un pequeño detalle que no había olvidado y esa era Sonia. No podía olvidar como lo había traicionado dándole toda la información a su padre dejando en peligro a Alessia, ellos habían trabajado juntos por varios años y ahora entendía el comportamiento que Sonia tenía con él en algunos momentos.Iván estaba muerto... Y ahora Fiodor tenía que pensar con cuidado en mover su siguiente piensa. Sí, tenía ganas de matar a Sonia en ese justo momento, pero... ¿Qué pasaba si la mataba?Alessia ya había tenido contacto con Sonia y no le podía decir cualquier mentira porque sabía que lo descubriría tarde o temprano, su única opción era amenazar a Sonia como lo hacía con sus socios cuando no querían hacer lo que él quisiera.