Después de la cena cada uno fue nuevamente a su habitación, los gemelos se fueron a uno para quedarse viendo un maratón de películas. El ruso quien ya estaba con su pijama pensaba en como decirle a Alessia lo que quería, la fecha que habían colocado para su boda aún faltaba… Pero sentía que no tenía el porque seguir esperando por mucho más, era cierto que tuvieron muchos obstáculos, pero lo que más le dolió era que en cualquier momento podía perderla y no cumplir con todo lo que había planeado a su lado.
Su mundo se había destruido por completo al verla en coma, no quería seguir esperando y que en algún momento a uno de los dos les llegue a pasar algo. No quería ser apresurado, pero era algo que deseaba con todo su corazón, tenían una pequeña familia que no era de sangre, pero la se tía de esa manera… Lo único que faltaba era que ellos dos se casarán.
Fiodor espero con paciencia que su prometida se terminará de bañar y saliera para hablar con ella,
Un mes después…La felicidad en los rostros de todos no se podía quitar por nada del mundo, Alessia desprendía tanta emoción que contagiaba a todos quienes estaban cerca. Cuando ella se los había contado a todos comenzaron a gritar de la emoción para luego felicitarlos, sabían que la boda sería hermosa. La madrina que había elegido Alessia no podía evitar recordar cuando se lo pidió.“« Sonia se encontraba mirando la televisión en sala de estar, eran esos días en los que se podían descansar sin haber ningún problema. Alessia entra a la habitación llamando la atención de su amiga, ella tenía unos libros en sus manos cosa que le pareció un poco rara ya que en este sobresalían otras hojas y páginas.— Hey, ¿Qué pasa?… ¿Te ayudo en algo? — La voz amable de Sonia hizo sonreír a Alessia quien se tiro en el sofá dónde estaba ella sentada.— Si, necesito tu ayuda o bueno tu opinión…— Dime, ¿En qué so
Fin…“« La felicidad y el descanso no les duro mucho tiempo, Fiodor y Alessia estaban cansados. Cuando por fin pensaron que todo había mejorado para ellos, nunca fue así… Todo había sido una falsa ilusión llenas de mentiras. Alessia se sentía traicionada por su propio esposo, ¿Cómo le pudo ocultar lo que había pasado con aquella nórdica?...Ahora no solo tenían un enemigo, si no tres…Tres obstáculos más que tenían su propia razón para atacarlos…Dos de ellos querían a Fiodor entre sus manos destruyendo en el camino a Alessia…El ultimo quería destruir a Alessia por todo lo que había perdido por culpa de ella…Tres nuevos enemigos que harían todo lo que estaba en sus manos para acabarlos y conseguir lo que querían…La vida, el destino y la muerte miraban con diversión como aquella pareja nuevamente se preparaban para la guerra…El ángel y el demonio lucharían una vez más… »”
La desesperación era evidente, sus respiraciones se encontraban agitadas y sentían la adrenalina recorrer su cuerpo. Ya no eran solos sus enemigos quienes los buscaban, ahora la policía se les había sumado. Salieron de aquella mansión con solo algunas pocas cosas para defenderse. Estaban en graves problemas y solo podían huir a los barrios bajos de la ciudad, solo allí le darían alojamiento.Las piernas de aquella joven no podían más, sentía un horrible ardor en ellas. Sus pasos se hicieron cada vez más lentos llamando la atención de su prometido y de sus fieles guardias que los protegían en medio de las oscuras calles. Sin poder avanzar más detiene sus pasos intentando descansar, su mirada se mantiene en el húmedo asfalto. Todos detienen sus pasos y se voltean preocupados, su prometido se acerca con rapidez hacia ella.— Tenemos que seguir un poco más... Por favor. — Levanta el rostro de su amada dejando a la vista su sudar junto con su mirada
La primera vez que la vio no pudo evitar dejar de mirarla, a sus ojos era la extranjera más hermosa que había visto. Su cabellera rizada jugaba con el color del lugar, le hacía recordar aquella princesa de Disney, Valiente. Comenzó ir todos los días hacia la cafetería solo para verla por unas pocas horas, con el paso de unos días llego a notar que estudiaba en una universidad cerca del lugar.Observarla junto a la ventana ha sido su pasatiempo favorito, olvidando solo por unas cuentas horas su trabajo junto con su padre. Solo por ella se quedaba en esa cafetería que tenían un mal café, el sonido de la campana llamo la atención de unos pocos empleados y de él. Se sentía como cuando era un adolescente al solo sonreír por verla, con disimulo observo la pantalla de su laptop al frente de él.La joven toma asiento justo a un lado de la ventana, no pasa mucho tiempo y una mesera se le acerca con el menú.— Un café de invierno,
Sus pensamientos no los dejaban descansar, sentían la necesidad de probar los labios del contrario. Aquel roce solo había abierto mucho más sus sentimientos, Alessia en las noches observaba el techo mientras rozaba sus labios con una sonrisa. Fiodor sonreía mientras mordía un poco sus labios intentando imaginar que sabor tendría los de Alessia, aunque sonará ridículo él muchas veces cerraba sus ojos imaginando besarla o solo verla sonreír.En sus pensamientos recordó algo que le había dicho su madre cuando era niño;"— Madre, ¿Cómo sabré que estoy enamorado? — Su madre sonríe mientras lleva un mechón de su rubio cabello detrás de su oreja.— Ay, cariño. Sentirás como unas mariposas en tu estómago, estar cerca de esa persona te pone nerviosa, pero te sientes bien a su lado. A lo largo de tus años puede que te enamores de muchas personas, pero nada es lo mejor que co
El movimiento de la ciudad se comenzaba hacer presente ante la llegada del cálido sol en el lugar, con un poco de pereza Alessia se intenta mover, pero era aprisionada por unos fuertes brazos. Lleva su mano hacia su rostro quitando mechones de su cabello cobrizo y como si fuera coincidencia su despertador comienza a sonar de manera ruidosa en su habitación.No quería despertar a Fiodor por nada del mundo y ahora este se levantaba por el ruido, el joven lleva uno de sus manos hacia su rostro fruncido intentando levantarse. Alessia se levanta y camina hacia su habitación estirando un poco su robusto cuerpo, cuando logra apagar la alarma se dirige hacia su baño para darse una ducha y vestirse.Fiodor aún se sentía cansado y por no decir incómodo en aquel sofá, pero se sentía feliz. Sentir que estuvo abrazando a Alessia por toda la noche le era de las mejores sensaciones, cerro nuevamente sus ojos para seguir disfrutando del lugar donde estaba. Ales
Solo habían pasado dos días desde lo que había ocurrido en la velada, Fiodor durante esos días no veía a Alessia por un miedo de perderla. Sin que su padre se enterara había hablado con sus guardias más fieles para que la vigilaran desde lejos, se sentía tan egoísta por no querer dejarla ir, con solo estar cerca de él podía morir. Pero Fiodor se había acostumbrado tanto a la presencia de Alessia que no podía dejarla ir, no ahora que sentía cosas por ellas.La relación con su padre estaba peor que antes, sabía que algo le había dicho a Lerka para que viniera a la mansión tan seguido. No podía aguantar aquel ambiente tan agotador, esa mujer le irritaba. Sus intentos de coqueteo, sus caricias sobrepasadas que lo molesta… solo quería estar en un lugar que lo haga feliz, como la cafetería donde se sentaba con Alessia o su apartamento.Fiodor sabía que por la hora Alessia estaría en una e sus clases, le escribió diciendo que después de clase estaría e
Se volvió costumbre para el observar las fotos de Alessia en su teléfono, era lo único que podía ver de ella. La había perdido por completo, no respondía sus llamadas al igual que sus menajes, nunca salía del apartamento cuando él tocaba… Solo le dejaba un ramo de rosas cada día esperando con paciencia que ella al menos las aceptara.Cuando su teléfono sonaba creía que era ella y que todo iba a estar mejor. Pero solo fue un sueño nada más, él no se quería rendir, Fiodor seguía allí esperando por ella. Sus ojeras eran tan notables cada día que sus propios empleados se preocupaban por él, solo quería estar con los recuerdos de Alessia.— ¿Señor?… — La voz de Sonia se escuchó en toda la oficina, Fiodor levanta la mirada de su teléfono para ver a uno de sus guardias más fieles.— ¿Qué pasa, Sonia? — Su voz era ronca y cansada.— Disculpe que le diga esto, pero lo mejor es dejarla ir como ella lo está haciendo co