La primera vez que la vio no pudo evitar dejar de mirarla, a sus ojos era la extranjera más hermosa que había visto. Su cabellera rizada jugaba con el color del lugar, le hacía recordar aquella princesa de Disney, Valiente. Comenzó ir todos los días hacia la cafetería solo para verla por unas pocas horas, con el paso de unos días llego a notar que estudiaba en una universidad cerca del lugar.
Observarla junto a la ventana ha sido su pasatiempo favorito, olvidando solo por unas cuentas horas su trabajo junto con su padre. Solo por ella se quedaba en esa cafetería que tenían un mal café, el sonido de la campana llamo la atención de unos pocos empleados y de él. Se sentía como cuando era un adolescente al solo sonreír por verla, con disimulo observo la pantalla de su laptop al frente de él.
La joven toma asiento justo a un lado de la ventana, no pasa mucho tiempo y una mesera se le acerca con el menú.
— Un café de invierno, por favor. – En su voz se notaba el acento y la timidez de hablar un idioma que no dominaba por completo, la mesera después de haber anotado la orden se retira. Desde hace unos días que había notado la presencia de aquel joven en la cafetería y se le hacía muy atractivo, pero no sabía cómo intentar hablar con él.
Cuando llego su orden saco de su bolso unos audífonos y los conecto a su teléfono para reproducir una música aleatoria, al tomar de su café siente el ardor del ron en su garganta. Mientras revisaba su teléfono siente que alguien la estaba observando, cuando levanta su mirada se encuentra con la de aquel joven. Sus pálidas mejillas se tiñen de rojo por la vergüenza y solo le dedica una pequeña sonrisa, el joven se había sorprendido de que lo atrapara, pero tampoco es que disimulara mucho. Él correspondió también con una sonrisa.
Aquel joven suelta un suspiro y se levanta tomando su laptop, con cada paso que daba se acercaba hacia la joven que le había robado sus suspiros con solo verla, cuando estuve al frente de ella pudo notar con más claridad su hermoso rostro.
— Buenas tardes, me llamo Fiodor. – La voz del joven sonó amable y levanto su mano para estrecharla.
— (Que guapo…) – Pensó mientras aceptaba estrechar sus manos, el tacto de su piel era fría, en cambio la de ella era cálida. – Me llamo Alessia, es un gusto.
— ¿Puedo hacerte compañía? – Por dentro Fiodor pedía a gritos que dijera que sí, quería conocerla.
— Si, por favor. Siéntate. – Las mejillas de Alessia aún estaban teñidas de un pequeño sonrojo y con su característica sonrisa, ella siempre había sido una persona tímida y que desprendía felicidad. Y eso fue una de las tantas razones del porqué Fiodor pego su mirada en ella.
— Cuéntame un poco de ti, ¿vienes de visita o estudias acá? – Aunque Fiodor ya conocía la respuesta de esa pregunta quería escuchar su hermosa voz.
— De hecho, estudio cerca de esta zona, ¿y tú de que trabajas? – Se notaba que Fiodor no era un estudiante universitario, siempre portaba ropa de marca o un traje elegante.
— Trabajo en las empresas de mi padre, es un negocio familiar. – Alessia solo asistió con su cabeza, le parecía genial que trabajara con su familia. — ¿Y qué estudias?
— Estoy estudiando psicología, este año me graduó. – Ella tomó su café y le dio un sorbo mientras seguían hablando, seria mentira decir que aquella joven de cabello cobrizo se sentía nerviosa. El teléfono de Alessia sonó avisándole de su próxima clase, ella un poco apenada toma sus cosas para guardarlas. – Lo siento tengo que irme…
— Tranquila, lo entiendo. ¿Intercambiamos números? – Le sonríe.
— Claro, me agradaste mucho. – Suelta una pequeña risa mientras se intercambia sus números, cuando ella estaba por sacar su cartera para dejar el dinero en la mesa él la detiene tomando su mano.
— No, yo invito. Por favor… — Después de eso ella se despidió con una sonrisa, Fiodor por primera en unas pocas horas se sintió tan feliz. Quería seguir a su lado y trataría que así fuera.
(…)
Los días pasaron y ellos se seguían viendo y charlando por teléfono, Fiodor con el pasar de los días amaba la hermosa sonrisa que siempre tenía Alessia. En su mente guardaba cada detalle de su rostro como si de una obra de arte se tratara. Muchas personas cercanas hacia él notaron el repentino cambio a su actitud, algo que le caracterizaba a Fiodor era su seriedad al igual que su padre. Muchos sentían curiosidad sobre qué era lo que le tenían de buen humor o, mejor dicho, quien.
Desde que comenzaron a salir Alessia se le notaba más feliz, a pesar de que se encontraba en la universidad esperaba con ansias el que las horas pasaran volando con rapidez para observar aquellos ojos azules que la habían cautivado. Era la primera vez que salía con todo un caballero, desde que había dejado su país natal sus relaciones habían sido un fracaso total para ella. Muchos de sus antiguas relaciones habían sido tóxicas disfrazadas de amor, y cuando llego a Rusia solo se había enfocado en sus estudios.
Hasta que conoció a Fiodor…
Le gustaba todo de él, sus ojos azules como el cielo, su cabello negro corto, el como la trataba como una dama y sobre todo… la forma en la que hacía sentir. Desde su sala de estar en su pequeño apartamento observa con una sonrisa el ramo de flores que le dio ayer, era tan detallista con ella. En el fondo se sentía tan apenada con él por los hermosos detalles que le daba, aún podía recordar como justo ayer junto con las flores le regalo una hermosa cadena de oro.
En su mente solo podía pensar en aquel ruso, Fiodor Vólkov.
(…)
Aquel sábado por la mañana comenzó a llover mostrando unas oscuras nubes, Alessia desde su ventana observaba todo. Le era agradable y era aún más el estar hablando con Fiodor por mensaje, el apartamento que tenía era pequeño, pero cómodo. Sus padres le habían ayudado a comprarlo ya que tenía una beca completa en la universidad, este era uno de sus tantos sueños y se sentía orgullosa.
Dentro de una gran mansión se encontraba sentado Fiodor disimulando que estaba prestando atención a la reunión que se estaba llevando a cabo en la oficina de su padre, este solo revisaba su teléfono charlando con Alessia. Sentía una necesidad de verla, ver su sonrisa. Guardo su teléfono en su bolsillo al recibir la confirmación de Alessia de visitarla a su casa, se levantó sin decirle nada a quienes estaban en la reunión. La penetrante mirada del padre de Fiodor siempre se mantuvo en él durante la reunión.
El timbre sonó en todo el apartamento avisándole a Alessia que su visita ya había llegado, cuando la abrió se encontró con Fiodor en un traje elegante azul marino que le hacía juego con sus ojos. A sus ojos se veía guapo, sus mejillas se tiñeron de rosa al observarlo por tanto tiempo.
— Hola, pasa… ¿Estabas en una reunión? – Se apartó hacia un lado dejándolo pasar, Fiodor sonríe al notar sus mejillas sonrojadas.
— Permiso. — Entro por primera vez al apartamento. — No, solo estaba ayudando en unas cosas. – Mintió entrando por completa a la sala de estar, Alessia cierra la puerta y camina por delante de él.
— Por favor, siéntate. Estas como en tu casa, ¿quieres tomar algo? – Fiodor se sentía tan bien entre la hospitalidad de Alessia y su amabilidad.
— No, tranquila. Es muy bonito tu apartamento. – Se sienta en un sofá y Alessia se sienta a un lado de él.
— Gracias, Fiodor… — El chico al escuchar como lo llamaba por su nombre le gusto, lo decía con una delicadeza que le encantaba.
— ¿Cómo va la universidad? – En el poco tiempo de conocerse Alessia noto algo en Fiodor y era que no contaba mucho de él, no le molestaba, pero la intrigaba.
— Muy bien, de hecho, el martes me entregan las notas de un examen.
— Oh, el que hiciste la semana pasada. – Alessia asiente con una sonrisa. – Seguro vas a salir muy bien, ¿Qué tal si salimos el martes?
— Me encantaría, señor de negocios. – Suelta una pequeña risa y Fiodor solo la mira divertido. Mientras más miraba el perfil de Alessia más sentía la necesidad de probar esos delgados labios, sus miradas se conectaron con mismo el sentimiento.
Sus rostros se iban acercando con la intención de probar sus labios, sus respiraciones se mezclaban y sentían el roce de sus labios. El sonido de una alarma de un carro los asusto alejándose, Alessia miraba hacia el lado contrario con un notable sonrojo y Fiodor solo maldecía aquel carro.
Sus pensamientos no los dejaban descansar, sentían la necesidad de probar los labios del contrario. Aquel roce solo había abierto mucho más sus sentimientos, Alessia en las noches observaba el techo mientras rozaba sus labios con una sonrisa. Fiodor sonreía mientras mordía un poco sus labios intentando imaginar que sabor tendría los de Alessia, aunque sonará ridículo él muchas veces cerraba sus ojos imaginando besarla o solo verla sonreír.En sus pensamientos recordó algo que le había dicho su madre cuando era niño;"— Madre, ¿Cómo sabré que estoy enamorado? — Su madre sonríe mientras lleva un mechón de su rubio cabello detrás de su oreja.— Ay, cariño. Sentirás como unas mariposas en tu estómago, estar cerca de esa persona te pone nerviosa, pero te sientes bien a su lado. A lo largo de tus años puede que te enamores de muchas personas, pero nada es lo mejor que co
El movimiento de la ciudad se comenzaba hacer presente ante la llegada del cálido sol en el lugar, con un poco de pereza Alessia se intenta mover, pero era aprisionada por unos fuertes brazos. Lleva su mano hacia su rostro quitando mechones de su cabello cobrizo y como si fuera coincidencia su despertador comienza a sonar de manera ruidosa en su habitación.No quería despertar a Fiodor por nada del mundo y ahora este se levantaba por el ruido, el joven lleva uno de sus manos hacia su rostro fruncido intentando levantarse. Alessia se levanta y camina hacia su habitación estirando un poco su robusto cuerpo, cuando logra apagar la alarma se dirige hacia su baño para darse una ducha y vestirse.Fiodor aún se sentía cansado y por no decir incómodo en aquel sofá, pero se sentía feliz. Sentir que estuvo abrazando a Alessia por toda la noche le era de las mejores sensaciones, cerro nuevamente sus ojos para seguir disfrutando del lugar donde estaba. Ales
Solo habían pasado dos días desde lo que había ocurrido en la velada, Fiodor durante esos días no veía a Alessia por un miedo de perderla. Sin que su padre se enterara había hablado con sus guardias más fieles para que la vigilaran desde lejos, se sentía tan egoísta por no querer dejarla ir, con solo estar cerca de él podía morir. Pero Fiodor se había acostumbrado tanto a la presencia de Alessia que no podía dejarla ir, no ahora que sentía cosas por ellas.La relación con su padre estaba peor que antes, sabía que algo le había dicho a Lerka para que viniera a la mansión tan seguido. No podía aguantar aquel ambiente tan agotador, esa mujer le irritaba. Sus intentos de coqueteo, sus caricias sobrepasadas que lo molesta… solo quería estar en un lugar que lo haga feliz, como la cafetería donde se sentaba con Alessia o su apartamento.Fiodor sabía que por la hora Alessia estaría en una e sus clases, le escribió diciendo que después de clase estaría e
Se volvió costumbre para el observar las fotos de Alessia en su teléfono, era lo único que podía ver de ella. La había perdido por completo, no respondía sus llamadas al igual que sus menajes, nunca salía del apartamento cuando él tocaba… Solo le dejaba un ramo de rosas cada día esperando con paciencia que ella al menos las aceptara.Cuando su teléfono sonaba creía que era ella y que todo iba a estar mejor. Pero solo fue un sueño nada más, él no se quería rendir, Fiodor seguía allí esperando por ella. Sus ojeras eran tan notables cada día que sus propios empleados se preocupaban por él, solo quería estar con los recuerdos de Alessia.— ¿Señor?… — La voz de Sonia se escuchó en toda la oficina, Fiodor levanta la mirada de su teléfono para ver a uno de sus guardias más fieles.— ¿Qué pasa, Sonia? — Su voz era ronca y cansada.— Disculpe que le diga esto, pero lo mejor es dejarla ir como ella lo está haciendo co
En medio de la madrugada Alessia comenzaba a despertar, el dolor de su cabeza era insoportable, sentía repetidas vibraciones. Sentía su boca cerca, cuando abrió los ojos no reconoció la habitación. Al frente se encontraba una televisión encendida con un volumen bajo, miro a su alrededor y miro confundida a una mujer de cabello negro que estaba sentada en una silla mirando la televisión.Observo a su derecha y encontró a Fiodor tomando su mano mientras que dormía en un sillón con su rostro arregostado cerca de sus manos unidas. Junto a él encontró unos arreglos de rosas con unos globos y peluches, soltó un suspiro.— Fue difícil convencerlo de que durmiera, está muy preocupado por ti… — Alessia voltea al escuchar hablar a la desconocida que la miraba con frialdad, extrañamente se sentía incómoda ante la presencia de la mujer.— ¿Qué fue lo que me paso? — La voz de Alessia sonaba seca y baja, la mujer se levanta ante la atenta m
Lo que menos quería Iván se había cumplido, la cercanía que tenía su hijo con Alessia era más fuerte que antes y Lerka en ningún momento lo había podido romper. Aquel capricho de su hijo se había vuelto obsesión, como cuando un niño se encaprichaba tanto con un juguete que nunca lo soltaba, pero Iván pensaba que tendría que soltarlo… Por las buenas o por las malas. Había sido muy paciente con él, dejándolo que jugara con aquella mujer, pero ahora tenía que actuar.El humo que soltaba de su tabaco se desaparecía en la oscuridad de la noche y recordaba como su fallecida esposa le había sido infiel con un extranjero, la primera vez que se conocieron se cautivó su belleza, aquellos ojos azules que lo cautivaban por completo. Pero ellos sabían que no sentían amor por el otro, solo estaban ese altar por poder y dinero, cualquier mujer hubiera deseado estar en su lugar, pero su esposa no.Ella prefería mil veces vivir una vida tranquila con su am
Fiodor se sentía liberado, sentía que había conseguido la libertad después de haber estado encerrado por mucho tiempo con su padre. Ahora él tenía el mando de toda la mafia Vólkov y nadie podía detenerlo, pero... Aún había un pequeño detalle que no había olvidado y esa era Sonia. No podía olvidar como lo había traicionado dándole toda la información a su padre dejando en peligro a Alessia, ellos habían trabajado juntos por varios años y ahora entendía el comportamiento que Sonia tenía con él en algunos momentos.Iván estaba muerto... Y ahora Fiodor tenía que pensar con cuidado en mover su siguiente piensa. Sí, tenía ganas de matar a Sonia en ese justo momento, pero... ¿Qué pasaba si la mataba?Alessia ya había tenido contacto con Sonia y no le podía decir cualquier mentira porque sabía que lo descubriría tarde o temprano, su única opción era amenazar a Sonia como lo hacía con sus socios cuando no querían hacer lo que él quisiera.
Cuatro días después...Alessia había logrado superar lo que había pasado, solo que está vez trataba de irse en lugares transitados, pero eso solo pasaba cuando estaba sola y eso era muy inusual, ya que la mayor parte del tiempo Fiodor la acompañaba o mandaba a un chófer, al principio le había dado pena a Alessia ya que no estaba acostumbrada a tantas detalles, pero poco a poco se sentía más cómoda.La mujer de cabello cobrizo miraba por la ventana esperando de manera ansiosa que sus padres le respondieran el teléfono, mañana por la tarde sería su graduación y ella había trabajado en su tiempo libre para poder mandarle un poco de dinero a ella para que lo pudieran ver.Era cierto que ellos en ningún momento fueron a un evento de ella, ya sea en la escuela, en sus academia o en otro lado... Nunca estuvieron allí para ella, pero ella se había esforzado demasiado para poder lograrlo y por fin que ellos vieran la gran meta que habí