El movimiento de la ciudad se comenzaba hacer presente ante la llegada del cálido sol en el lugar, con un poco de pereza Alessia se intenta mover, pero era aprisionada por unos fuertes brazos. Lleva su mano hacia su rostro quitando mechones de su cabello cobrizo y como si fuera coincidencia su despertador comienza a sonar de manera ruidosa en su habitación.
No quería despertar a Fiodor por nada del mundo y ahora este se levantaba por el ruido, el joven lleva uno de sus manos hacia su rostro fruncido intentando levantarse. Alessia se levanta y camina hacia su habitación estirando un poco su robusto cuerpo, cuando logra apagar la alarma se dirige hacia su baño para darse una ducha y vestirse.
Fiodor aún se sentía cansado y por no decir incómodo en aquel sofá, pero se sentía feliz. Sentir que estuvo abrazando a Alessia por toda la noche le era de las mejores sensaciones, cerro nuevamente sus ojos para seguir disfrutando del lugar donde estaba. Alessia ya se había arreglado, cuando salió sonrió al observar a Fiodor durmiendo. Camino hacia su cocina y le preparo unos waffles y al lado le coloca unas pastillas para la resaca, toma una pequeña hoja y le dejo una nota.
“Te hice algo pequeño para desayunar, te puedes preparar algo más si quieres.
Con cariño, Alessia…“De su nevera saco una botella con jugo y lo guardo en su bolso, camino hasta la sala y se inclinó un poco observando el rostro de Fiodor.— Fiodor… — Le acaricia la mejilla intentando que se levantará. — Hey, Fiodor… — El joven frunce su ceño y abre sus ojos apenas, al mirar a Alessia sonríe un poco.
— Hola… — Su voz sonó ronca.
— Hola… Disculpa que te levanté, pero me iré a la universidad. Te dejaré mi llave en la mesa y se la puedes dejar al portero, tu desayuno está en la cocina. Por cierto, si aún vas a dormir puedes hacerlo en mi cuarto… Hasta luego. — Fiodor escuchaba atentamente cada palabra que salía de los labios de Alessia, parecía un ángel a sus ojos. Antes de irse le dio un delicado beso en su mejilla.
— Hasta luego, cuídate mucho… — Le dice mientras ella sale del apartamento.
(…)
Fiodor al entrar a su hogar fue recibido por la furiosa mirada de su padre, se preguntaba porque no se quedó más tiempo en el apartamento de Alessia. Camino hacia las escaleras, pero fue detenido por aquella voz que odiaba.
— ¿Estuviste jugando con aquella mujer? — Fiodor frunce el su ceño intentando controlarse, pero sentía que no podría más.
— ¿Qué es lo que quieres? — Su padre sonríe de lado al escuchar el enojo en la voz de su hijo.
— Hoy invite a un socio y quiero que estés allí, es muy importante para nuestra familia… Y esto decidirá el futuro de la familia Vólkov. — Aquello último lo llegó a susurrar sin ser escuchado por su hijo, Fiodor solo camino hacia su habitación para darse una ducha y cambiarse de ropa.
Mientras revisaba algunos papeles su mente no lo dejaba tranquilo, la sensación de dormir junto a Alessia le era increíble. Tomo su teléfono para mandarle un mensaje pidiéndole perdón por lo de anoche y le agradecía por el delicioso desayuno que le había preparado, lamentablemente aunque quería verla hoy no podía por la reunión con el socio de su padre.
(…)
Una camioneta negra se estacionó en la entrada de la mansión, de allí bajo un hombre de traje negro, después de él bajó una joven de cabello rubio con un vestido rojo pasión con escote en su espalda. Ella miró maravillada la mansión que estaba al frente de ella, tomo el brazo de su padre y entraron al lugar siendo recibidos por el padre de Fiodor.
— ¡Lenin, amigo, cuanto tiempo sin verte! — El padre de Fiodor abrazo con alegría a su amigo de la infancia y uno de sus socios en los negocios.
— Iván, me alegra mucho verte amigo. ¿Y tu hijo? — Se separó del abrazo e Iván observo de reojo a la hija de su amigo.
— Bajará en un momento, veo que trajiste a tu hija… ¿Cómo estás, Lerka? — La mujer lo observa con una sonrisa.
— Muy bien, gracias por invitarme, señor Vólkov… — Lerka se acerca y le besa la mejilla como saludo, en eso se escuchaban los pasos de una persona bajar por las escaleras, todos miran como Fiodor baja con una mirada seria.
— Buenas noches, señor Sokolov, señorita… — Fiodor saludo amablemente, y Lerka levanto su pálida mano. El joven sabía que quiera, pero no lo haría. Estrecho su mano con la de la mujer y le sonrió con cinismo y ella hizo una mueca disgustada.
(…)
La cena trascurrió entre charlas sobre sus negocios, Iván notaba como Fiodor no entablaba conversión con Lerka y le llegó a molestar. Sentía que era el momento de decirles el porqué de la cena, sabía muy bien que su hijo se molestaría. Pero poco le importaba, quería que sus futuros nietos fueran con una mujer rusa y no una extranjera, se levantó tomando una copa llamando la atención de los presentes.
— Creo que es el momento de que nuestros hijos sepan el porqué están reunidos hoy. — Su sonrisa era cínica, Fiodor frunce su ceño y solo pensaba que su padre renunciaría y que le dejaría el negocio. — De verdad esperamos que su compromiso sea favorable para las dos familias… — Levanto su copa y brindo con Lenin.
Fiodor aún estaba procesando aquellas palabras que salieron de la boca de su padre, ¿Compromiso?… Observo como Lerka lo miraba con una sonrisa, se notaba que ella estaba feliz con el compromiso arreglado, tendría suficiente dinero y poder para vivir cómodamente por mucho tiempo.
Lerka se levantó con su copa de vino en la mano, con suma elegancia se acerca a Fiordo tocando con sensualidad su hombro.
— Brindemos por nosotros, querido. — La voz de la mujer sonaba en su oído intentando persuadirlo y quizás tener un pequeño regalo antes de su luna de miel. Pero aquel acto solo ocasiono que la sangre le hirviera de la rabia, se levantó bruscamente haciendo que Lerka tirara un poco de vino de su copa en el suelo.
— ¡No puedo creer que hicieras esto sin mi consentimiento! Te crea capaz de muchas cosas, ¿pero de esto? ¿Tan bajo has caído, Iván? — Los gritos de Fiodor se escucharon en toda la mansión asustando a los invitados y hasta su propio padre por actuar de esa manera.— No le veo nada de malo en que te cases con la hija de Lenin, es mi hermosa y lo más importante es rusa. — A pesar de tenerle miedo a esta faceta de su hijo mostraba cinismo en sus palabras, no le desmotaría nada. Sobre él vivía el orgullo ante todo.
— ¿Crees que me importa que sea rusa o que esté hermosa? ¡Yo no pasaré el infierno que paso mi madre con un matrimonio arreglado! — A este punto Fiodor se acercaba a su padre como un lobo cazando a presa, su padre se levantó de su asiento.
— Oh, es cierto… tu querida difunta madre, como olvidarla…— Iván reía secamente. — ¿Mi querido hijo piensa que existe el amor? ¿De verdad crees esas porquerías? Eres tan iluso, Fiodor… — Tomo de su copa para observar aquellos ojos azules — Si no quieres que termine muerta aquella mujer… ¿Cómo se llamaba?… ¿Alessia Ricci? Deberás de hacerme caso, hijo. No tienes que manchar tus manos de sangre inocente.
Solo eso había bastado para que la muralla agrietada que tanto estaba controlando Fiodor se derrumbara por completo, se abalanzó encima de su padre lanzando el primer golpe en su rostro, Lerka gritaba histérica por la escena y Lenin comenzó a llamar los guardias, entre el medio del caos Fiodor le gritaba a su padre mientras lo golpeaba.
— ¡No te atrevas a tocarle ni un cabello! ¡Te juro que te mataré con mis propias mano si le haces algo! — Unos guardias lo tomaron de sus brazos separándolo de su padre que tenía la nariz y el labio partido, su padre se acercó hacia Fiodor molesto y también le devolvió unos pocos golpes rompiéndole el labio.
— ¡Suéltenme, m****a! — Sé Safo del agarre de los guardias y salió del lugar. Su padre toma una servilleta y se limpia un poco la sangre que corría por su rostro, se sienta y observa a Lerka con rabia.
— Si quieres quedarte con mi dinero, mi mansión y mi poder, tendrás que separar a mi hijo de esa maldita perra. ¿Entendiste?
— Si, señor Volkov…
Solo habían pasado dos días desde lo que había ocurrido en la velada, Fiodor durante esos días no veía a Alessia por un miedo de perderla. Sin que su padre se enterara había hablado con sus guardias más fieles para que la vigilaran desde lejos, se sentía tan egoísta por no querer dejarla ir, con solo estar cerca de él podía morir. Pero Fiodor se había acostumbrado tanto a la presencia de Alessia que no podía dejarla ir, no ahora que sentía cosas por ellas.La relación con su padre estaba peor que antes, sabía que algo le había dicho a Lerka para que viniera a la mansión tan seguido. No podía aguantar aquel ambiente tan agotador, esa mujer le irritaba. Sus intentos de coqueteo, sus caricias sobrepasadas que lo molesta… solo quería estar en un lugar que lo haga feliz, como la cafetería donde se sentaba con Alessia o su apartamento.Fiodor sabía que por la hora Alessia estaría en una e sus clases, le escribió diciendo que después de clase estaría e
Se volvió costumbre para el observar las fotos de Alessia en su teléfono, era lo único que podía ver de ella. La había perdido por completo, no respondía sus llamadas al igual que sus menajes, nunca salía del apartamento cuando él tocaba… Solo le dejaba un ramo de rosas cada día esperando con paciencia que ella al menos las aceptara.Cuando su teléfono sonaba creía que era ella y que todo iba a estar mejor. Pero solo fue un sueño nada más, él no se quería rendir, Fiodor seguía allí esperando por ella. Sus ojeras eran tan notables cada día que sus propios empleados se preocupaban por él, solo quería estar con los recuerdos de Alessia.— ¿Señor?… — La voz de Sonia se escuchó en toda la oficina, Fiodor levanta la mirada de su teléfono para ver a uno de sus guardias más fieles.— ¿Qué pasa, Sonia? — Su voz era ronca y cansada.— Disculpe que le diga esto, pero lo mejor es dejarla ir como ella lo está haciendo co
En medio de la madrugada Alessia comenzaba a despertar, el dolor de su cabeza era insoportable, sentía repetidas vibraciones. Sentía su boca cerca, cuando abrió los ojos no reconoció la habitación. Al frente se encontraba una televisión encendida con un volumen bajo, miro a su alrededor y miro confundida a una mujer de cabello negro que estaba sentada en una silla mirando la televisión.Observo a su derecha y encontró a Fiodor tomando su mano mientras que dormía en un sillón con su rostro arregostado cerca de sus manos unidas. Junto a él encontró unos arreglos de rosas con unos globos y peluches, soltó un suspiro.— Fue difícil convencerlo de que durmiera, está muy preocupado por ti… — Alessia voltea al escuchar hablar a la desconocida que la miraba con frialdad, extrañamente se sentía incómoda ante la presencia de la mujer.— ¿Qué fue lo que me paso? — La voz de Alessia sonaba seca y baja, la mujer se levanta ante la atenta m
Lo que menos quería Iván se había cumplido, la cercanía que tenía su hijo con Alessia era más fuerte que antes y Lerka en ningún momento lo había podido romper. Aquel capricho de su hijo se había vuelto obsesión, como cuando un niño se encaprichaba tanto con un juguete que nunca lo soltaba, pero Iván pensaba que tendría que soltarlo… Por las buenas o por las malas. Había sido muy paciente con él, dejándolo que jugara con aquella mujer, pero ahora tenía que actuar.El humo que soltaba de su tabaco se desaparecía en la oscuridad de la noche y recordaba como su fallecida esposa le había sido infiel con un extranjero, la primera vez que se conocieron se cautivó su belleza, aquellos ojos azules que lo cautivaban por completo. Pero ellos sabían que no sentían amor por el otro, solo estaban ese altar por poder y dinero, cualquier mujer hubiera deseado estar en su lugar, pero su esposa no.Ella prefería mil veces vivir una vida tranquila con su am
Fiodor se sentía liberado, sentía que había conseguido la libertad después de haber estado encerrado por mucho tiempo con su padre. Ahora él tenía el mando de toda la mafia Vólkov y nadie podía detenerlo, pero... Aún había un pequeño detalle que no había olvidado y esa era Sonia. No podía olvidar como lo había traicionado dándole toda la información a su padre dejando en peligro a Alessia, ellos habían trabajado juntos por varios años y ahora entendía el comportamiento que Sonia tenía con él en algunos momentos.Iván estaba muerto... Y ahora Fiodor tenía que pensar con cuidado en mover su siguiente piensa. Sí, tenía ganas de matar a Sonia en ese justo momento, pero... ¿Qué pasaba si la mataba?Alessia ya había tenido contacto con Sonia y no le podía decir cualquier mentira porque sabía que lo descubriría tarde o temprano, su única opción era amenazar a Sonia como lo hacía con sus socios cuando no querían hacer lo que él quisiera.
Cuatro días después...Alessia había logrado superar lo que había pasado, solo que está vez trataba de irse en lugares transitados, pero eso solo pasaba cuando estaba sola y eso era muy inusual, ya que la mayor parte del tiempo Fiodor la acompañaba o mandaba a un chófer, al principio le había dado pena a Alessia ya que no estaba acostumbrada a tantas detalles, pero poco a poco se sentía más cómoda.La mujer de cabello cobrizo miraba por la ventana esperando de manera ansiosa que sus padres le respondieran el teléfono, mañana por la tarde sería su graduación y ella había trabajado en su tiempo libre para poder mandarle un poco de dinero a ella para que lo pudieran ver.Era cierto que ellos en ningún momento fueron a un evento de ella, ya sea en la escuela, en sus academia o en otro lado... Nunca estuvieron allí para ella, pero ella se había esforzado demasiado para poder lograrlo y por fin que ellos vieran la gran meta que habí
La pequeña habitación donde Alessia atendía a sus clientes se encontraba abierta para recibir un nuevo paciente, por lo que le pudo decir la recepcionista del lugar era un comisario que se llamaba Victor Kozlov. Soltó un suspiro y dejo su libreta a un lado para buscar café en la máquina que se encontraba a fuera, cuando se encontraba llenando un vaso pequeño de reojo pudo alcanzar a ver como un hombre entraba a su despacho.— (Quizás ya llego…) — Pensó mientras le colocaba unos sobre-sitos de azúcar a su café, luego de eso camino hacia el despacho… pero lo primero que vio fue un hombre que le daba la espalda. — Buenas tardes, ¿es usted mi paciente? — Su tono era calmado y amable, pero sentía un mal presentimiento. El hombre se voltea y la observa por mucho tiempo sin decirle nada cosa que incómodo a la psicóloga. — ¿Señor?…— La he visto, ¿sabe?… Desde que comenzó a trabajar acá la he visto sin falta todas las mañana cuando entra y también cuando sa
Alessia antes de irse ordeno un par de documentos en su despacho y mientras lo hacía recordaba lo que le había prometido a Fiodor, mañana después de su trabajo tenía que pasar tiempo con él. ¿Podía seguir con él sabiendo lo que hacía?… ya tendría tiempo para pensar preguntas y respuestas en su hogar que ya no se sentía tan solo gracias a Hades. Salió del edificio con un abrigo color blanco y comenzó a caminar hacia su hogar.Pero el camino se complicó, no porque se encontrara tránsito o algo así por el estilo, sino porque alguien la estaba siguiendo. Quería voltear de manera disimulada hacia atrás, pero sentía que se daría cuenta la persona, ahora no podía ir a su hogar. Intento calmar sus nervios y de manera rápido volteo su rostro hacia atrás para identificar a la persona… Era el mismo sujeto extraño que estaba en su despacho, de todas las cosas que imagino no pensó que ahora la seguiría. Siguió caminando intentando perderlo, pero no lo lograba. Ya se estaba incom