La pequeña habitación donde Alessia atendía a sus clientes se encontraba abierta para recibir un nuevo paciente, por lo que le pudo decir la recepcionista del lugar era un comisario que se llamaba Victor Kozlov. Soltó un suspiro y dejo su libreta a un lado para buscar café en la máquina que se encontraba a fuera, cuando se encontraba llenando un vaso pequeño de reojo pudo alcanzar a ver como un hombre entraba a su despacho.
— (Quizás ya llego…) — Pensó mientras le colocaba unos sobre-sitos de azúcar a su café, luego de eso camino hacia el despacho… pero lo primero que vio fue un hombre que le daba la espalda. — Buenas tardes, ¿es usted mi paciente? — Su tono era calmado y amable, pero sentía un mal presentimiento. El hombre se voltea y la observa por mucho tiempo sin decirle nada cosa que incómodo a la psicóloga. — ¿Señor?…
— La he visto, ¿sabe?… Desde que comenzó a trabajar acá la he visto sin falta todas las mañana cuando entra y también cuando sa
Alessia antes de irse ordeno un par de documentos en su despacho y mientras lo hacía recordaba lo que le había prometido a Fiodor, mañana después de su trabajo tenía que pasar tiempo con él. ¿Podía seguir con él sabiendo lo que hacía?… ya tendría tiempo para pensar preguntas y respuestas en su hogar que ya no se sentía tan solo gracias a Hades. Salió del edificio con un abrigo color blanco y comenzó a caminar hacia su hogar.Pero el camino se complicó, no porque se encontrara tránsito o algo así por el estilo, sino porque alguien la estaba siguiendo. Quería voltear de manera disimulada hacia atrás, pero sentía que se daría cuenta la persona, ahora no podía ir a su hogar. Intento calmar sus nervios y de manera rápido volteo su rostro hacia atrás para identificar a la persona… Era el mismo sujeto extraño que estaba en su despacho, de todas las cosas que imagino no pensó que ahora la seguiría. Siguió caminando intentando perderlo, pero no lo lograba. Ya se estaba incom
El pequeño cuerpo de Alessia era abrazado por Fiodor que se encontraba ya despierto, pero solo se había quedado allí admirando el cuerpo desnudo de su pareja y sintiendo un poco de paz. Él sabía que tenía que ir aun a resolver unos asuntos y Alessia ese día tenía solo turno de tarde. Por su mente pasaban algunos escenarios de como comenzar a decirle a Alessia todo, haría que viviera con él y le compraría todo lo que ella quisiera.Su pareja se comenzaba a mover por la molestia de la luz que pasaba por las grandes cortinas, al abrir sus ojos se encontró con el torso desnudo de Fiodor y este le daba pequeñas caricias a su pálido cuerpo. Ella sonrió un poco recordando todo lo que hicieron ayer, y ella tenía que admitir que había sido el mejor sexo que tuvo durante mucho tiempo. Con sus manos acaricio el torso musculoso de su pareja y levanta su mirada para verlo, ella estaba atesorando ese momento al igual que él lo hacía.— Buenos días, amor… —
Habían pasado alrededor de unas dos semanas en que Alessia se había ido a vivir con Fiodor y todos se acostumbraron a su presencia, la trataban con mucho cariño y respecto por parte de su jefe, Alessia aún seguía trabajando y había mejorado mucho con su paciente favorito, Victor, quien también con los días se abría un poco más hacia la presencia de la femenina. Fiodor hoy no se encontraba en la mansión por algunos asuntos de unas pandillas, así que Alessia y Sonia estaban conduciendo hacia el veterinario.Dentro del local el veterinario revisaba al cachorro que crecía con rapidez, le habían tocado algunas vacunas y las dos mujeres decidieron comprar un helado en una tienda que estaba al frente del mismo local.— Me alegra mucho que te hayas ido a vivir con Fiodor… — Alessia levanta su mirada para verla, le era un poco extraño que se lo repitiera constantemente…— ¿Pasa algo, Sonia? No has parado de decírmelo desde
Un año después…Durante ese año muchas cosas cambiaron, Alessia con el tiempo se daba cuenta de que muchos la protegían solo por ser la pareja de Fiodor, que no la tomaban en cuenta en muchas cosas. Aunque sabía que él la amaba tal como era, tenía que cambiar, ya no estaba en una vida relativamente normal. Era la novia de un mafioso muy peligroso y tenía que actuar como una de ellos al menos. Su propia pareja le enseñaba algunos trucos para defenderse y el como usar las armas, Fiodor estaba orgulloso del como ella quería aprender poco a poco sin quitar su hermosa personalidad.El sujeto que ella misma había rescatado ahora trabajaba para ella como compañero de Sonia, está última al principio no le agrado la idea al igual que Fiodor, pero terminaron cediendo ante ella. Su nombre era Nikolai y le debía su vida a Alessia por salvarlo, él tenía un hermano pequeño que vivía con su abuela, así que estafaba algunas pandillas para tener mucho más dine
Después de unos 30 minutos en los que Alek y Alessia charlaban de algunas cosas, Sonia le pidió que se fueran al despacho ya que en unos minutos llegaría Fiodor. Alessia nuevamente se metía en la enorme piscina y Fiodor abría las puertas de su despacho viendo con mala cara como Alek miraba por la gran ventana que justo daba hacia el patio donde se encontraba Alessia bañándose.— ¿Te gusta lo que estás viendo? — Su voz sonó ronca haciendo que Alek desviara su mirada y se alejara de la ventana.— Fiodor, cuanto tiempo sin verte… ¿Cómo has estado?— Si has venido solo para preguntarme eso, te puedes largar ya…— Perdón, pero es que el rumor sobre la misteriosa muerte de tu padre nos llegó un poco tarde. ¿Alessia sabe que lo has matado?, es una mujer maravillosa dejarme decirte… — Sonríe de lado sentándose al frente del escritorio.— No me estés provocando porque te va a salir más caro
Las cosas iban de mal a peor, si antes Fiodor tenía un poco de tiempo para Alessia ahora no tenía nada. Los constantes ataques de Alek en su territorio lo estresaba, era un círculo vicioso, un juego de niños que tenía que acabar lo antes posible. Si seguían de esta manera ninguno de los dos tendría a más gente, pero sabía que muchas personas les debían muchos favores y con unas simples llamadas ayudarían a Fiodor.El despacho de Fiodor estaba completamente desordenado, varios documentos se encontraban tirados. No quería que Alessia lo viera de esta manera, ella se encontraba en su habitación descansando un poco, muchos de quienes habían salido heridos o muertos eran jóvenes. Tenían una vida por delante y por culpa de Alek ellos no volverían. La puerta de su despacho es tocada y él suelta un suspiro cansado, desordena su cabello.— ¿Quién es? — Su voz sonaba molesta y se levantó esperando respuesta de la otra persona.— ¿Cariño
Cuando el sol salió la primera en levantarse había sido Alessia, tenía que ir a su trabajo. Se dio una ducha y luego se cambió con un pantalón de vestir negro junto con unos tacones del mismo color, una camisa blanca de botones junto con un chaleco negro en sus hombros. Antes de irse observo como Fiodor seguía durmiendo, se acercó hacia él y le dio un beso en su mejilla, este soltó un pequeño gruñido.Alessia bajaba las escaleras con elegancia y salió, allí se encontraba Nikolai con la hermosa camioneta que le había comprado Fiodor. El de cabello claro le abrió la puerta trasera y la ayuda a entrar, Nikolai entro a la camioneta y comenzó a conducir.— ¿Pasa algo, Nikolai?… — Alessia sentía el ambiente mucho más callado, casi siempre era él quien le sacaba platica para hacer el viaje más rápido. El nombrado frunció un poco su ceño y soltó un suspiro.— Me preocupa que vaya a la junta con el señor Vólkov, creo que no debería de ir… —
Las pandillas estaban alerta de cualquier posible ataque, la policía estaba al pendiente de todos estos ataques, pero solo habían podido atrapar algunos y estos no querían hablar, se mantenían callados sabiendo que si llegaran abrir la boca podían salir muertos o hasta sus familias. Fiodor constantemente salía para sus territorios y compraba suficientes armas para su gente, Alek se mantenía quieto sin mover ninguna de sus piezas, quería planear todo cuidadosamente.Quería destruir todo lo que viniera de la familia Vólkov, unos monstruos hipócritas sedientos de poder. No era de esperarse que Fiodor se pareciera a su padre, después de todo había sacado algunas cualidades de su difunto padre. Alek analizaba con cuidado cada plan que le llegaba a su mente, un pequeño error que cometiera y podría morir de la peor forma. Una sonrisa cínica apareció en su rostro al recordar a la pareja de Fiodor, Alessia. Se levantó del sofá donde estaba y le pidió a uno de sus empleados i