Después de unos 30 minutos en los que Alek y Alessia charlaban de algunas cosas, Sonia le pidió que se fueran al despacho ya que en unos minutos llegaría Fiodor. Alessia nuevamente se metía en la enorme piscina y Fiodor abría las puertas de su despacho viendo con mala cara como Alek miraba por la gran ventana que justo daba hacia el patio donde se encontraba Alessia bañándose.
— ¿Te gusta lo que estás viendo? — Su voz sonó ronca haciendo que Alek desviara su mirada y se alejara de la ventana.
— Fiodor, cuanto tiempo sin verte… ¿Cómo has estado?
— Si has venido solo para preguntarme eso, te puedes largar ya…
— Perdón, pero es que el rumor sobre la misteriosa muerte de tu padre nos llegó un poco tarde. ¿Alessia sabe que lo has matado?, es una mujer maravillosa dejarme decirte… — Sonríe de lado sentándose al frente del escritorio.
— No me estés provocando porque te va a salir más caro
Las cosas iban de mal a peor, si antes Fiodor tenía un poco de tiempo para Alessia ahora no tenía nada. Los constantes ataques de Alek en su territorio lo estresaba, era un círculo vicioso, un juego de niños que tenía que acabar lo antes posible. Si seguían de esta manera ninguno de los dos tendría a más gente, pero sabía que muchas personas les debían muchos favores y con unas simples llamadas ayudarían a Fiodor.El despacho de Fiodor estaba completamente desordenado, varios documentos se encontraban tirados. No quería que Alessia lo viera de esta manera, ella se encontraba en su habitación descansando un poco, muchos de quienes habían salido heridos o muertos eran jóvenes. Tenían una vida por delante y por culpa de Alek ellos no volverían. La puerta de su despacho es tocada y él suelta un suspiro cansado, desordena su cabello.— ¿Quién es? — Su voz sonaba molesta y se levantó esperando respuesta de la otra persona.— ¿Cariño
Cuando el sol salió la primera en levantarse había sido Alessia, tenía que ir a su trabajo. Se dio una ducha y luego se cambió con un pantalón de vestir negro junto con unos tacones del mismo color, una camisa blanca de botones junto con un chaleco negro en sus hombros. Antes de irse observo como Fiodor seguía durmiendo, se acercó hacia él y le dio un beso en su mejilla, este soltó un pequeño gruñido.Alessia bajaba las escaleras con elegancia y salió, allí se encontraba Nikolai con la hermosa camioneta que le había comprado Fiodor. El de cabello claro le abrió la puerta trasera y la ayuda a entrar, Nikolai entro a la camioneta y comenzó a conducir.— ¿Pasa algo, Nikolai?… — Alessia sentía el ambiente mucho más callado, casi siempre era él quien le sacaba platica para hacer el viaje más rápido. El nombrado frunció un poco su ceño y soltó un suspiro.— Me preocupa que vaya a la junta con el señor Vólkov, creo que no debería de ir… —
Las pandillas estaban alerta de cualquier posible ataque, la policía estaba al pendiente de todos estos ataques, pero solo habían podido atrapar algunos y estos no querían hablar, se mantenían callados sabiendo que si llegaran abrir la boca podían salir muertos o hasta sus familias. Fiodor constantemente salía para sus territorios y compraba suficientes armas para su gente, Alek se mantenía quieto sin mover ninguna de sus piezas, quería planear todo cuidadosamente.Quería destruir todo lo que viniera de la familia Vólkov, unos monstruos hipócritas sedientos de poder. No era de esperarse que Fiodor se pareciera a su padre, después de todo había sacado algunas cualidades de su difunto padre. Alek analizaba con cuidado cada plan que le llegaba a su mente, un pequeño error que cometiera y podría morir de la peor forma. Una sonrisa cínica apareció en su rostro al recordar a la pareja de Fiodor, Alessia. Se levantó del sofá donde estaba y le pidió a uno de sus empleados i
El ambiente en la mansión había decaído, Alessia solo salía de su habitación para irse al trabajo y cuando volvía hacia la misma rutina. Ya no hablaba con Nikolai o Sonia, quienes intentaban al menos sacarle una sonrisa. Pero en la mente de Alessia seguía recordando las mismas imágenes, atormentándola hasta en sus sueños. Ocultaba sus ojeras con maquillaje, pero se notaba por su rostro que la estaba pasando mal.Sus pesadillas no le hacían juego a lo que decía en aquella carta de amenaza, eran peores cosas. Como si su mente también quisiera torturarla lentamente. Las únicas presencias en su habitación eran Fiodor y Hades que se mantenía pegados a ella, se sentía segura encerrada en una habitación sin saber de nada del mundo, o mejor dicho, del mundo de Fiodor.El ruso estaba más que preocupado de su pareja, su estado era delicado y se mantenía a su lado todo el tiempo. Claro que le devolvió el “regalo” a Alek, había secuestrado a su mano derec
El comisario Victor Kozlov miraba incrédulo la escena del crimen que estaba al frente de él, seis hombres se encontraban muertos por disparos, pero había uno en especial que lo destrozaron a balazos, su rostro se encontraba irreconocible, habían vaciado todo el cargador en él. Sabía que había sido un conflicto de mafias, pero ¿por qué?…Desde hace cuatro años que los crímenes no habían sido tan graves como ahora, tenía la necesidad acabar con cada uno de ellos. Y estaba seguro de que lo haría, el perímetro había sido cerrado por seguridad y los forenses estaban por llegar al lugar y podían conseguir algunas pistas.— ¿Crees que encontremos al culpable? — Victor voltea su rostro para ver a su compañero.— Posiblemente lo encontremos, pero no a todos.— Estoy seguro de que conseguiremos alguna pista de los sujetos.— ¿Quieres apostar? — A Victor en escasos momentos le divertía apostar con sus co
2 años después, 18 de noviembre…Fiodor Vólkov, se había convertido en jefe de los territorios de Alek y ahora jefe de un gran terreno de la ciudad. Podía hacer todo lo que quisiera, muchos de los hombres de Alek que habían sobrevivido a la guerra que hizo Fiodor, le tenían miedo y otros respecto. Él sabía como gobernar los territorios y ayudaba algunos empleados que lo necesitaran.Pero el miedo siempre estaría allí, si cometían un pequeño error él los mataría… Los vigilaba cuidadosamente como una pieza de ajedrez, porque en realidad era así, eran solo peones que estaban bajo sus territorios y consensualmente, pero si llegaban a siquiera abandonar a su rey, él los mataría…Así era la mafia, o mejor dicho, la mafia de Fiodor… Podían entrar, pero nunca salir de ella.O lo harían por pedacitos… ¿Y quién estaba dispuesto hacer eso?… Nadie, ellos mismos se colocaron las cadenas en sus piernas y caminarán con ella
¿Qué se podía decir de Italia?… A los ojos de Alessia era un lugar complementé hermoso, estaba más que fascinada de los lugares que veía por la ventana de la camioneta. Justo en este momento se dirían al mejor hotel de la ciudad, Fiodor había pedido el penthouse que tenía dos habitaciones, Sonia y Nikolai se quedarían en la más alejada.Habían entrado a la recepción y Alessia miraba todo sorprendida, en la recepción los había tratado con una amabilidad increíble, ¿Y a quién no si les dicen que tienen el penthouse reservado?. El lugar por dentro no se podía describir con simples palabras, pero era increíble. Alessia corrió por todo el lugar tirando su gabardina, tacones y su cartera, era como ver a una niña emocionada, los maleteros dejaron correspondiente en cada habitación y se fueron.— Ustedes dormirán en la habitación de allá, ustedes vean como resuelven. — Fiodor agarraba las prendas e su pareja y las dejaba en su habitación, allí se enco
Aunque durmieran en camas separadas se podía notar el tenso ambiente en la habitación de Nikolai y Sonia, cada uno se daba la espalda sin quererse ver, él todas las noches hacia lo mismo; Sacaba de su clóset en el cajón debajo de su ropa interior aquella prenda negra de un hermoso encaje, se quitaba toda su ropa y comenzaba a tocarse oliendo los fluidos vaginales de su jefa, así sentía que estaba con él y era ella que lo dominaba por completo, se imaginaba que la tenía encima de él moviendo sus anchas caderas mientras él no podía tocarla porque no tenía permitido.Ahora… no podía hacerlo, no quería sacar su precioso tesoro, no cuando sabía que Sonia estaba despierta.Sonia no podía dormir no cuando en su mente se repetía una y otra vez las mismas palabras que le dijo Alessia, no tenía por qué tener menos cuando podía tener muchísimo más. Volteo un poco su rostro para verlo a él y solo observo su espalda… desde mañana comenzaría con su plan, ¿estaban