El pequeño cuerpo de Alessia era abrazado por Fiodor que se encontraba ya despierto, pero solo se había quedado allí admirando el cuerpo desnudo de su pareja y sintiendo un poco de paz. Él sabía que tenía que ir aun a resolver unos asuntos y Alessia ese día tenía solo turno de tarde. Por su mente pasaban algunos escenarios de como comenzar a decirle a Alessia todo, haría que viviera con él y le compraría todo lo que ella quisiera.
Su pareja se comenzaba a mover por la molestia de la luz que pasaba por las grandes cortinas, al abrir sus ojos se encontró con el torso desnudo de Fiodor y este le daba pequeñas caricias a su pálido cuerpo. Ella sonrió un poco recordando todo lo que hicieron ayer, y ella tenía que admitir que había sido el mejor sexo que tuvo durante mucho tiempo. Con sus manos acaricio el torso musculoso de su pareja y levanta su mirada para verlo, ella estaba atesorando ese momento al igual que él lo hacía.
— Buenos días, amor… —
Habían pasado alrededor de unas dos semanas en que Alessia se había ido a vivir con Fiodor y todos se acostumbraron a su presencia, la trataban con mucho cariño y respecto por parte de su jefe, Alessia aún seguía trabajando y había mejorado mucho con su paciente favorito, Victor, quien también con los días se abría un poco más hacia la presencia de la femenina. Fiodor hoy no se encontraba en la mansión por algunos asuntos de unas pandillas, así que Alessia y Sonia estaban conduciendo hacia el veterinario.Dentro del local el veterinario revisaba al cachorro que crecía con rapidez, le habían tocado algunas vacunas y las dos mujeres decidieron comprar un helado en una tienda que estaba al frente del mismo local.— Me alegra mucho que te hayas ido a vivir con Fiodor… — Alessia levanta su mirada para verla, le era un poco extraño que se lo repitiera constantemente…— ¿Pasa algo, Sonia? No has parado de decírmelo desde
Un año después…Durante ese año muchas cosas cambiaron, Alessia con el tiempo se daba cuenta de que muchos la protegían solo por ser la pareja de Fiodor, que no la tomaban en cuenta en muchas cosas. Aunque sabía que él la amaba tal como era, tenía que cambiar, ya no estaba en una vida relativamente normal. Era la novia de un mafioso muy peligroso y tenía que actuar como una de ellos al menos. Su propia pareja le enseñaba algunos trucos para defenderse y el como usar las armas, Fiodor estaba orgulloso del como ella quería aprender poco a poco sin quitar su hermosa personalidad.El sujeto que ella misma había rescatado ahora trabajaba para ella como compañero de Sonia, está última al principio no le agrado la idea al igual que Fiodor, pero terminaron cediendo ante ella. Su nombre era Nikolai y le debía su vida a Alessia por salvarlo, él tenía un hermano pequeño que vivía con su abuela, así que estafaba algunas pandillas para tener mucho más dine
Después de unos 30 minutos en los que Alek y Alessia charlaban de algunas cosas, Sonia le pidió que se fueran al despacho ya que en unos minutos llegaría Fiodor. Alessia nuevamente se metía en la enorme piscina y Fiodor abría las puertas de su despacho viendo con mala cara como Alek miraba por la gran ventana que justo daba hacia el patio donde se encontraba Alessia bañándose.— ¿Te gusta lo que estás viendo? — Su voz sonó ronca haciendo que Alek desviara su mirada y se alejara de la ventana.— Fiodor, cuanto tiempo sin verte… ¿Cómo has estado?— Si has venido solo para preguntarme eso, te puedes largar ya…— Perdón, pero es que el rumor sobre la misteriosa muerte de tu padre nos llegó un poco tarde. ¿Alessia sabe que lo has matado?, es una mujer maravillosa dejarme decirte… — Sonríe de lado sentándose al frente del escritorio.— No me estés provocando porque te va a salir más caro
Las cosas iban de mal a peor, si antes Fiodor tenía un poco de tiempo para Alessia ahora no tenía nada. Los constantes ataques de Alek en su territorio lo estresaba, era un círculo vicioso, un juego de niños que tenía que acabar lo antes posible. Si seguían de esta manera ninguno de los dos tendría a más gente, pero sabía que muchas personas les debían muchos favores y con unas simples llamadas ayudarían a Fiodor.El despacho de Fiodor estaba completamente desordenado, varios documentos se encontraban tirados. No quería que Alessia lo viera de esta manera, ella se encontraba en su habitación descansando un poco, muchos de quienes habían salido heridos o muertos eran jóvenes. Tenían una vida por delante y por culpa de Alek ellos no volverían. La puerta de su despacho es tocada y él suelta un suspiro cansado, desordena su cabello.— ¿Quién es? — Su voz sonaba molesta y se levantó esperando respuesta de la otra persona.— ¿Cariño
Cuando el sol salió la primera en levantarse había sido Alessia, tenía que ir a su trabajo. Se dio una ducha y luego se cambió con un pantalón de vestir negro junto con unos tacones del mismo color, una camisa blanca de botones junto con un chaleco negro en sus hombros. Antes de irse observo como Fiodor seguía durmiendo, se acercó hacia él y le dio un beso en su mejilla, este soltó un pequeño gruñido.Alessia bajaba las escaleras con elegancia y salió, allí se encontraba Nikolai con la hermosa camioneta que le había comprado Fiodor. El de cabello claro le abrió la puerta trasera y la ayuda a entrar, Nikolai entro a la camioneta y comenzó a conducir.— ¿Pasa algo, Nikolai?… — Alessia sentía el ambiente mucho más callado, casi siempre era él quien le sacaba platica para hacer el viaje más rápido. El nombrado frunció un poco su ceño y soltó un suspiro.— Me preocupa que vaya a la junta con el señor Vólkov, creo que no debería de ir… —
Las pandillas estaban alerta de cualquier posible ataque, la policía estaba al pendiente de todos estos ataques, pero solo habían podido atrapar algunos y estos no querían hablar, se mantenían callados sabiendo que si llegaran abrir la boca podían salir muertos o hasta sus familias. Fiodor constantemente salía para sus territorios y compraba suficientes armas para su gente, Alek se mantenía quieto sin mover ninguna de sus piezas, quería planear todo cuidadosamente.Quería destruir todo lo que viniera de la familia Vólkov, unos monstruos hipócritas sedientos de poder. No era de esperarse que Fiodor se pareciera a su padre, después de todo había sacado algunas cualidades de su difunto padre. Alek analizaba con cuidado cada plan que le llegaba a su mente, un pequeño error que cometiera y podría morir de la peor forma. Una sonrisa cínica apareció en su rostro al recordar a la pareja de Fiodor, Alessia. Se levantó del sofá donde estaba y le pidió a uno de sus empleados i
El ambiente en la mansión había decaído, Alessia solo salía de su habitación para irse al trabajo y cuando volvía hacia la misma rutina. Ya no hablaba con Nikolai o Sonia, quienes intentaban al menos sacarle una sonrisa. Pero en la mente de Alessia seguía recordando las mismas imágenes, atormentándola hasta en sus sueños. Ocultaba sus ojeras con maquillaje, pero se notaba por su rostro que la estaba pasando mal.Sus pesadillas no le hacían juego a lo que decía en aquella carta de amenaza, eran peores cosas. Como si su mente también quisiera torturarla lentamente. Las únicas presencias en su habitación eran Fiodor y Hades que se mantenía pegados a ella, se sentía segura encerrada en una habitación sin saber de nada del mundo, o mejor dicho, del mundo de Fiodor.El ruso estaba más que preocupado de su pareja, su estado era delicado y se mantenía a su lado todo el tiempo. Claro que le devolvió el “regalo” a Alek, había secuestrado a su mano derec
El comisario Victor Kozlov miraba incrédulo la escena del crimen que estaba al frente de él, seis hombres se encontraban muertos por disparos, pero había uno en especial que lo destrozaron a balazos, su rostro se encontraba irreconocible, habían vaciado todo el cargador en él. Sabía que había sido un conflicto de mafias, pero ¿por qué?…Desde hace cuatro años que los crímenes no habían sido tan graves como ahora, tenía la necesidad acabar con cada uno de ellos. Y estaba seguro de que lo haría, el perímetro había sido cerrado por seguridad y los forenses estaban por llegar al lugar y podían conseguir algunas pistas.— ¿Crees que encontremos al culpable? — Victor voltea su rostro para ver a su compañero.— Posiblemente lo encontremos, pero no a todos.— Estoy seguro de que conseguiremos alguna pista de los sujetos.— ¿Quieres apostar? — A Victor en escasos momentos le divertía apostar con sus co