Solo habían pasado dos días desde lo que había ocurrido en la velada, Fiodor durante esos días no veía a Alessia por un miedo de perderla. Sin que su padre se enterara había hablado con sus guardias más fieles para que la vigilaran desde lejos, se sentía tan egoísta por no querer dejarla ir, con solo estar cerca de él podía morir. Pero Fiodor se había acostumbrado tanto a la presencia de Alessia que no podía dejarla ir, no ahora que sentía cosas por ellas.
La relación con su padre estaba peor que antes, sabía que algo le había dicho a Lerka para que viniera a la mansión tan seguido. No podía aguantar aquel ambiente tan agotador, esa mujer le irritaba. Sus intentos de coqueteo, sus caricias sobrepasadas que lo molesta… solo quería estar en un lugar que lo haga feliz, como la cafetería donde se sentaba con Alessia o su apartamento.
Fiodor sabía que por la hora Alessia estaría en una e sus clases, le escribió diciendo que después de clase estaría en la cafetería, la necesidad de verla era enorme.
(…)
En un enorme salón Alessia se encontraba hablando con una de sus compañeras, el profesor aún no llegaba, el sonido de una notificación sonó en el teléfono de ella. Lo tomo leyendo aquel mensaje que la hizo sonreír, estaba feliz de ver nuevamente a Fiodor.
— ¿Es tu novio el que te escribió? — Su compañera la había visto sonreír de esa manera enamorada y la curiosidad la había atacado, observa como Alessia la mira con sus mejillas sonrojadas y suelta una risa apenada mientras niega con su cabeza.
— No, no, es solo un amigo… — Cuando dijo aquella última palabra lo dijo en un susurro, pero aun así la había escuchado. Su compañera le sonrió y se disculpó.
Cuando salió se despidió rápidamente de sus compañeros, y comenzó a caminar hacia la cafetería, sus pasos eran apresurados y por alguna razón se encontraba ansiosa por verlo.
Cuando llego a la cafetería fue saludada por los empleados del lugar, que con el tiempo se volvió frecuente ver aquella pareja no oficial. Camino hasta la mesa donde se encontraba Fiodor mirando impaciente su teléfono.
— Hola, Fiodor. ¿Cómo estás?… — El nombrado rápidamente levanto su mirada dejando a la vista la pequeña, pero notable herida cicatrizada en su labio, Alessia estaba sorprendida. Fiodor al mirarla sonrió de lado un poco y se levantó, tomo con sus grandes manos sus mejillas y le dio un beso en la frente.
— Estoy bien, tranquila… — La mirada que le daba la joven era de preocupación, soltó un suspiro y sonrió un para, no estaba convencida. Por dentro sabia que Fiodor no le contaría nada y en cierta parte le dolía.
(…)
Habían pasado dos horas y ellos solo lo sentían como unos pocos minutos, Alessia le contaba todo lo que había pasado esos dos días que no se vieron y Fiodor le encantaba escuchar cada palabra que salía de su boca. Aquel ruso sentía aún la mirada de preocupación de Alessia, pero ella no quería tocar el tema.
— Sé que te estás preguntando como me hice esta herida en el labio… — observó como ella dejaba de tomar el café para mirarlo con atención. — Hace dos días cuando cancele nuestra salida, tuve una reunión con mi padre para hablar sobre los nuevos negocios de la empresa… — Nuevamente Fiodor le decía mentiras disfrazadas de verdad, se sentía culpable por no poder hablarle abiertamente lo que paso, pero no sabía como reaccionaria y Alessia podía ver como le mentía. — Y estuvimos desacuerdo con algunos términos que me oculto y terminamos peleando.
— ¿Tan fuerte estuvo sus indiferencias que terminaron así? — Fiodor desvía la mirada asistiendo con su cabeza, Alessia sabia que le estaba mintiendo, le tomo de su mejilla acariciando y Fiodor inclina más su cabeza sintiendo el cálido tacto de ella.
Ellos estaban tan absortos en su mundo que no notaron que una hermosa mujer entro a la cafetería robando la mirada de todos, aquella rubia se quitó sus gafas de sol y con su mirada comenzó a buscar a Fiodor. Una sonrisa cínica se mostró en su rostro, nunca llego a pensar que a él le gustara esa clase de mujer, comenzó a caminar hacia ellos resonando sus tacones.
— ¡Cariño, con que aquí estabas! — Fiodor abrió sus ojos azules al escuchar la voz de la mujer, estaba sorprendido por verla aquí. Alessia la mira con curiosidad y sin previo aviso la rubia beso los labios de Fiodor. — Te busqué hoy en la mansión para hablar sobre lo que haremos en nuestra boda. ¡Oh, disculpa por no presentarme, me llamo Lerka!
— Un gusto, me llamo Alessia… — Decir que el corazón de Alessia estaba roto era poco, se sentía tan ilusa de pensar que ellos estaban teniendo algo bonito.
Fiodor no decía nada, solo miraba con rabia a Lerka que miraba divertida la escena. Alessia era el segundo plato, era la amante extranjera de Fiodor. El nudo en su garganta se comenzó a formar con fuerza, las lágrimas querían salir, pero no les daría el gusto. Sus mejillas junto con su nariz comenzaron a teñirse de un leve rosado, desvío su mirada hacia otro lado ante la atenta mirada de las dos personas que estaban al frente de ella.
Fiodor intento tomar la mano de Alessia, pero ella solo la movió bruscamente. Ella tomó sus pertenencias con rapidez y se levantó, era impresionante que no soltara ni una sola lágrima. Fiodor se levantó con rapidez e intento acercase a ella, pero Alessia le dedico una sonrisa rota sin decirle más nada se fue del lugar dejando a Fiodor con una culpa.
Sentía que la había perdido por completo y cuanta razón tenía, aquel rostro a punto de soltar lágrimas dedicándole una sonrisa rota era lo último que vería de ella.
(…)
Cuando llego a su apartamento dejo salir las lágrimas que tanto estaba aguantando, su teléfono no paraba de sonar y solo hacía que su llanto incrementara más. No quería saber nada del ruso que le pedía que le respondiera, que todo era un malentendido. Pero ¿Cómo le explicaba que se casaría?…
Apago su teléfono y solo se metió entre las sabanas de su cama. No paso mucho tiempo en que escucho como el timbre de su apartamento sonaba en todo el lugar, sabía perfectamente quien era. La voz de Fiodor sonaba lejana, llamaba su nombre en el pasillo, ella solo camina hasta su baño y dejo que las gotas frías relajaran su cuerpo. Pero al cerrar sus ojos solo recordaba como Lerka besaba a Fiodor al frente de ella.
— ¡Alessia, abre por favor!… ¡Alessia!… — A Fiodor no le importaba molestar a los demás vecinos que estaban en el mismo piso, sentía la necesidad de explicarle todo. No podía dejar de recordar como se fue del lugar, en uno de sus brazos mantenía un hermoso ramo de rosas. Paso su mano por su cabello desordenándolo, sabía que estaba allí… Nuevamente la llamo, pero no paso nada, solo dejo las rosas al frente de su puerta.
(…)
Cuando Fiodor llego a la mansión tiro la puerta de la oficina de su padre, no se sorprendió cuando encontró a Lerka hablando a con Iván. Sus pasos hacia él iban en aumento, la rubia se levantó con miedo y observo como Fiodor tomaba a Iván por su traje levantándolo de su silla.
— ¿¡Fuiste tú el que le dijo que hiciera eso, no es así, desgraciado!? — La voz tan fuerte de Fiodor se escuchaba en toda la mansión y su padre solo miraba atónico la furia de su hijo. Agarra las manos de su hijo con fuerza intentando quitárselo de encima.
— Te dije que tomaras esto en serio, a demás que estoy siendo muy blando contigo dejándola vivir. Ahora toma las consecuencias… — Padre e hijo mantenían el ceño fruncido, Fiodor lo suelta con brusquedad haciendo que tropezara. Fiodor sabía que su padre tenía razón, había dejado vivir a Alessia y había por una razón para eso.
Iván Volkov conocía perfectamente a su hijo como saber que sus amenazas se cumplían, bajo esa faceta de caballero enamorado que dejaba mostrarle a Alessia también estaba escondiendo un monstruo que era capaz de hacer lo que fuera por mantener su capricho a su lado. Sabía que no podía hacerle nada a Alessia físicamente, pero si podía alejarla de su lado con la ayuda de Lerka.
La furiosa mirada de Fiodor se dirige hacia la de la rubia que mirada aterrada toda la escena.
— No te quiero volver a ver cerca de ella, ¿Entiendes? — Lerka solo asistió asustada ante la demanda de Fiodor.
Se volvió costumbre para el observar las fotos de Alessia en su teléfono, era lo único que podía ver de ella. La había perdido por completo, no respondía sus llamadas al igual que sus menajes, nunca salía del apartamento cuando él tocaba… Solo le dejaba un ramo de rosas cada día esperando con paciencia que ella al menos las aceptara.Cuando su teléfono sonaba creía que era ella y que todo iba a estar mejor. Pero solo fue un sueño nada más, él no se quería rendir, Fiodor seguía allí esperando por ella. Sus ojeras eran tan notables cada día que sus propios empleados se preocupaban por él, solo quería estar con los recuerdos de Alessia.— ¿Señor?… — La voz de Sonia se escuchó en toda la oficina, Fiodor levanta la mirada de su teléfono para ver a uno de sus guardias más fieles.— ¿Qué pasa, Sonia? — Su voz era ronca y cansada.— Disculpe que le diga esto, pero lo mejor es dejarla ir como ella lo está haciendo co
En medio de la madrugada Alessia comenzaba a despertar, el dolor de su cabeza era insoportable, sentía repetidas vibraciones. Sentía su boca cerca, cuando abrió los ojos no reconoció la habitación. Al frente se encontraba una televisión encendida con un volumen bajo, miro a su alrededor y miro confundida a una mujer de cabello negro que estaba sentada en una silla mirando la televisión.Observo a su derecha y encontró a Fiodor tomando su mano mientras que dormía en un sillón con su rostro arregostado cerca de sus manos unidas. Junto a él encontró unos arreglos de rosas con unos globos y peluches, soltó un suspiro.— Fue difícil convencerlo de que durmiera, está muy preocupado por ti… — Alessia voltea al escuchar hablar a la desconocida que la miraba con frialdad, extrañamente se sentía incómoda ante la presencia de la mujer.— ¿Qué fue lo que me paso? — La voz de Alessia sonaba seca y baja, la mujer se levanta ante la atenta m
Lo que menos quería Iván se había cumplido, la cercanía que tenía su hijo con Alessia era más fuerte que antes y Lerka en ningún momento lo había podido romper. Aquel capricho de su hijo se había vuelto obsesión, como cuando un niño se encaprichaba tanto con un juguete que nunca lo soltaba, pero Iván pensaba que tendría que soltarlo… Por las buenas o por las malas. Había sido muy paciente con él, dejándolo que jugara con aquella mujer, pero ahora tenía que actuar.El humo que soltaba de su tabaco se desaparecía en la oscuridad de la noche y recordaba como su fallecida esposa le había sido infiel con un extranjero, la primera vez que se conocieron se cautivó su belleza, aquellos ojos azules que lo cautivaban por completo. Pero ellos sabían que no sentían amor por el otro, solo estaban ese altar por poder y dinero, cualquier mujer hubiera deseado estar en su lugar, pero su esposa no.Ella prefería mil veces vivir una vida tranquila con su am
Fiodor se sentía liberado, sentía que había conseguido la libertad después de haber estado encerrado por mucho tiempo con su padre. Ahora él tenía el mando de toda la mafia Vólkov y nadie podía detenerlo, pero... Aún había un pequeño detalle que no había olvidado y esa era Sonia. No podía olvidar como lo había traicionado dándole toda la información a su padre dejando en peligro a Alessia, ellos habían trabajado juntos por varios años y ahora entendía el comportamiento que Sonia tenía con él en algunos momentos.Iván estaba muerto... Y ahora Fiodor tenía que pensar con cuidado en mover su siguiente piensa. Sí, tenía ganas de matar a Sonia en ese justo momento, pero... ¿Qué pasaba si la mataba?Alessia ya había tenido contacto con Sonia y no le podía decir cualquier mentira porque sabía que lo descubriría tarde o temprano, su única opción era amenazar a Sonia como lo hacía con sus socios cuando no querían hacer lo que él quisiera.
Cuatro días después...Alessia había logrado superar lo que había pasado, solo que está vez trataba de irse en lugares transitados, pero eso solo pasaba cuando estaba sola y eso era muy inusual, ya que la mayor parte del tiempo Fiodor la acompañaba o mandaba a un chófer, al principio le había dado pena a Alessia ya que no estaba acostumbrada a tantas detalles, pero poco a poco se sentía más cómoda.La mujer de cabello cobrizo miraba por la ventana esperando de manera ansiosa que sus padres le respondieran el teléfono, mañana por la tarde sería su graduación y ella había trabajado en su tiempo libre para poder mandarle un poco de dinero a ella para que lo pudieran ver.Era cierto que ellos en ningún momento fueron a un evento de ella, ya sea en la escuela, en sus academia o en otro lado... Nunca estuvieron allí para ella, pero ella se había esforzado demasiado para poder lograrlo y por fin que ellos vieran la gran meta que habí
La pequeña habitación donde Alessia atendía a sus clientes se encontraba abierta para recibir un nuevo paciente, por lo que le pudo decir la recepcionista del lugar era un comisario que se llamaba Victor Kozlov. Soltó un suspiro y dejo su libreta a un lado para buscar café en la máquina que se encontraba a fuera, cuando se encontraba llenando un vaso pequeño de reojo pudo alcanzar a ver como un hombre entraba a su despacho.— (Quizás ya llego…) — Pensó mientras le colocaba unos sobre-sitos de azúcar a su café, luego de eso camino hacia el despacho… pero lo primero que vio fue un hombre que le daba la espalda. — Buenas tardes, ¿es usted mi paciente? — Su tono era calmado y amable, pero sentía un mal presentimiento. El hombre se voltea y la observa por mucho tiempo sin decirle nada cosa que incómodo a la psicóloga. — ¿Señor?…— La he visto, ¿sabe?… Desde que comenzó a trabajar acá la he visto sin falta todas las mañana cuando entra y también cuando sa
Alessia antes de irse ordeno un par de documentos en su despacho y mientras lo hacía recordaba lo que le había prometido a Fiodor, mañana después de su trabajo tenía que pasar tiempo con él. ¿Podía seguir con él sabiendo lo que hacía?… ya tendría tiempo para pensar preguntas y respuestas en su hogar que ya no se sentía tan solo gracias a Hades. Salió del edificio con un abrigo color blanco y comenzó a caminar hacia su hogar.Pero el camino se complicó, no porque se encontrara tránsito o algo así por el estilo, sino porque alguien la estaba siguiendo. Quería voltear de manera disimulada hacia atrás, pero sentía que se daría cuenta la persona, ahora no podía ir a su hogar. Intento calmar sus nervios y de manera rápido volteo su rostro hacia atrás para identificar a la persona… Era el mismo sujeto extraño que estaba en su despacho, de todas las cosas que imagino no pensó que ahora la seguiría. Siguió caminando intentando perderlo, pero no lo lograba. Ya se estaba incom
El pequeño cuerpo de Alessia era abrazado por Fiodor que se encontraba ya despierto, pero solo se había quedado allí admirando el cuerpo desnudo de su pareja y sintiendo un poco de paz. Él sabía que tenía que ir aun a resolver unos asuntos y Alessia ese día tenía solo turno de tarde. Por su mente pasaban algunos escenarios de como comenzar a decirle a Alessia todo, haría que viviera con él y le compraría todo lo que ella quisiera.Su pareja se comenzaba a mover por la molestia de la luz que pasaba por las grandes cortinas, al abrir sus ojos se encontró con el torso desnudo de Fiodor y este le daba pequeñas caricias a su pálido cuerpo. Ella sonrió un poco recordando todo lo que hicieron ayer, y ella tenía que admitir que había sido el mejor sexo que tuvo durante mucho tiempo. Con sus manos acaricio el torso musculoso de su pareja y levanta su mirada para verlo, ella estaba atesorando ese momento al igual que él lo hacía.— Buenos días, amor… —