Jeremith había perdido las esperanzas de que Perla apareciera ese día, se despidió de su madre y los demás, luego subió a la habitación a descansar un poco, aunque su mente estaba revuelta con tantos sentimientos y deseos de ver a Perla. Dejó el celular sobre la cómoda, seguidamente se quitó la chaqueta y la dejó sobre el perchero, luego se sentó al borde de la cama y se inclinó para soltar las agujetas, de pronto el celular sonó, él levantó su rostro y miró hacia la cómoda con expectativa."Será Perla"Se levantó y caminó, rápidamente agarró el celular, obsevó la pantalla y vio que era un número internacional, aunque no sabía exactamente de dónde, pero estaba casi seguro que si se trataba de ella, le dio contestar.—¡Perla!—¡Jeremith!—Perla, estaba esperando que llamaras. —Se oyó un sollozo.—No había visto los noticiarios, por eso tardé en llamarte.—¿Dónde estás?—En Colombia… eras tú el que estaba en le jardín?—Si.—Oí tu voz, pero creí que era una jugada de mi imaginación, de
Perla despertó después de su noche de bodas, se percató de que se encontraba en una lujosa e inmensa habitación, parecía como de un cuento de hadas, demasiado lujosa para la capacidad económica que tenían ella y su esposo que apenas ganaban el sueldo mínimo con sus empleos. Se dijo dentro de sí:"Damián debió gastar meses de su sueldo que recibe en el bufete."Vio su vestido de novia y sus zapatos sobre un diván, también se encontraba el traje de su esposo.Volteó a mirar hacia el otro lado de la cama y sonrió, allí estaba él durmiendo, Perla asumió que se encontraba profundamente dormido, seguramente al igual que ella no recordaba casi nada de la noche anterior. Se acercó a él, Damián estaba de medio lado dándole a ella la espalda, Perla muy cariñosa tocó su brazo, se percató que lo velludo, nunca antes lo había sentido así. Sin embargo le habló. Con una voz apacible le dijo:—Buenos días esposo. Él abrió sus ojos, notó de inmediato que se encontraba en una habitación que no había
Jeremith se percató que se encontraba en un lujoso hotel de la ciudad de Chicago, subió al ascensor y regresó a la habitación, tomó su billetera, miró hacia la cama preguntándose por dentro en todo lo que había sucedido, no recordaba absolutamente nada, decidió llamar a Arturo desde el teléfono de mesa, pues no tenía el celular, Arturo no contestó el teléfono, entonces le marcó a Reymond, su otro primo.—Reymond, es Jeremith.—¡Jeremith! Al fin apareces, ¿dónde has estado metido todo este tiempo?—¿Qué? ¿De qué hablas? Anoche estuvimos en ese bar.—¿Te refieres al bar donde fuimos hace dos días? Oye, te estuviste divirtiendo en grande, pero mi tía te quiere matar, si no fuera porque andas con Arturo y habríamos llamado a la policía.—No tengo idea de dónde se encuentra Arturo.—Bueno, ven a la oficina, te perdiste la junta, después iremos a la mansión, no olvides que hoy le partiremos al abuelo su pastel de cumpleaños durante el almuerzo.—¿Pero qué día es hoy?—Lunes.—El sábado fuim
Arturo regresó a la mansión y subió las escaleras, aún no había llegado al rellano cuando Jeremith apareció y posó sus ojos sobre él con reproche.—¿Dónde has estado? Te he llamado a tu celular y sale la contestadora.—Estaba por ahí, ya sabes.—Claro, te desapareces y no te importa el mundo.—¿Estás enojado conmigo?—¿De dónde salió esa mujer con la que me casé?—¿Te refieres a Perla?—Entonces si la conoces.—Es una amiga que ambos conocimos, ¿no lo recuerdas?—¿Por qué estoy casado con ella?—No lo sé, dímelo tú, simplemente te volviste loco con su belleza, me dijiste que te casarías con ella porque es la más bonita de Illinois, y que además ibas a restegartesa a Silvana por su cara.—¡Pero no la conozco!—Ya es tu esposa, pero podrías anular ese matrimonio si lo deseas, aunque no sé si se pueda cuando es posible que lo consumaron, ¿estuviste con ella? —Jeremith se veía desconcertado.—Ambos estábamos desnudos en la cama, pero no recuerdo haberla… no recuerdo si hicimos el amor.—No
Perla estaba aliviada, después de todo pronto se libraría de ese matrimonio. Arturo la llamó a su celular.—¿Qué te dijo Jeremith?—Anulará ese matrimonio, no está interesado en continuar con esto.—Seguramente lo convenciste.—No, fue él, es lógico que desee liberarse de mí.Arturo colgó el teléfono y dijo:—No dejaré que Jeremith anule ese matrimonio, necesito que todos la vean y se enteren que mi primo está casado con ella.Silvana Ricci había intentado reconquistar a Jeremith después que lo dejó plantado en el altar; ella huyó el día de la boda aparentemente con otro hombre, pero después lo negó, ella y sus padres dijeron a la familia Hamilton que había huido porque tenía nerviosos, la familia de Jeremith creyeron en la historia que los Ricci les habían contado, pero Jeremith no, él estaba seguro que su prometida le había sido infiel, y como era un hombre muy celoso, eso imposibilitaba la reconciliación. Sin embargo Silvana no se había rendido, tenía meses intentándolo, estaba con
Perla tomó su bolso, iba de salida al club nocturno donde trabajaba como bailarina. Se despidió de su madre y se marchó. Poco tiempo después llegó Jeremith a buscarla, cuándo Fabiola le abrió él saludó:—Buenas tardes. —Fabiola ignoraba todo lo que estaba sucediendo.—Buenas tardes, ¿Qué se le ofrece?—Necesito hablar con Perla.—Mi hija se marchó a trabajar hace algunos minutos, ¿usted quien es? —Soy su esposo.—¿Su esposo?—¿Su hija no le dijo que se casó conmigo el fin de semana?—¡No! ni siquiera sabía que Perla tenía novio.—Pues está casada conmigo, ¿en dónde trabaja mi esposa?—¿Si es su esposo por qué ella no le ha dicho dónde trabaja?—Eso no importa, solo dígame dónde está para ir a la buscarla.—Sabes qué, no le voy a decir dónde trabaja mi hija, usted es un mentiroso, ella jamás se casaría con ninguno sin antes decírmelo. —Él la miró por encima del hombro.—¿De verdad cree que un hombre como yo necesita mentir?—Mejor váyase y no venga más a molestar. —El en un tono imper
Jeremith llevó a Perla a la boutique de un reconocido diseñador, miró a la vendedora y le señaló hacia donde estaba Perla y le dijo:—Quiero atuendos que hagan que esta mujer parezca una dama como las mujeres de mi familia.—Enseguida señor Hamilton. Perla llevaba el conjunto dorado con el que iba a hacer su presentación en el club, encima tenía la bata que la cubría. Él la juzgó con la morada.—Esas fachas que llevas puesta se la entregas a la vendedora para que las deseche. —Perla lo miró con molestia.—Le pertenecen al club, no las voy a desechar.—Como quieras.Perla entró a una habitación a cambiarse, se probó distintos atuendos mientras que Jeremith se quedó en el recibidor esperando con impaciencia, los invitados al banquete del abuelo seguramente ya habían llegado a la mansión y su madre debía estar muy enojada. Miró el reloj, entonces le dijo a otra vendedora.—Ve y diles que se apresuren que se me hace tarde.Momento después Perla salió de aquella habitación, Jeremith se d
Ximena encontró a Silvana en el tocador, estaba llorando.—No te pongas así, mi hermano está haciendo todo esto solo para fastidiarte, lo conozco y sé que él no se casaría con ninguna mujer así sin antes avisar a la familia.—¿Escuchaste lo que dijo tu abuelo?—Ya sabes que el abuelo quiere que Jeremith tome el control de la fortuna de la familia, para que eso suceda Jeremith debe tener una hijo dentro del lecho matrimonial, a mi abuelo no le importa con cuál mujer Jeremith tendrá ese hijo, a él le interesa que seguir las costumbres de la familia, no lo tomes tan personal.—Jeremith me está humillando, esto ya es demasiado, mejor me voy a mi casa.—No, eso es lo menos que debes hacer en este momento, debes mantenerte firme y demostrar que amas a mi hermano, solo así vas a reconquistarlo. —Silvana se secó las lágrimas con el dorso de su mano.—Tienes razón, él solo desea castigarme.Jeremith llevó a Perla a parte, le ofreció una copa de champán.—Gracias.—Yo soy el que debo agradecert