Amaneció, Reymond había pasado la noche sin dormir, de hecho ningún miembro de la familia Hamilton lo hizo, él tenía intenciones de ir a la casa de Jeremith, pero antes de salir fue a la habitación del abuelo.—Voy a la casa de Jeremith y le llevaré el desayuno.—Está bien hijo, ve y quédate con él un rato.—Si. —El se dio vuelta para salir de la habitación, de pronto el abuelo le dijo:—¿Reymond?—Dime abuelo.—¿Qué opinas de todo esto? me refiero a Perla, ya no sé qué pensar de ella.—Digamos que un ochenta por ciento creo en su inocencia, pero necesito ver las pruebas que la liberen por completo, como abogado no puedo descartar nada.—Yo también tengo mis dudas, antes estaba seguro de su culpabilidad, pero ahora le he dado derecho a la duda.—Hay que ser justos.—Me preocupa que esa mujer no aparezca nunca y se quede con los hijos de Jeremith, ya viste el vídeo, ella misma reconoció que él es el padre.—Jeremith no va a descansar hasta encontrarla.—Espero que eso sea pronto, he sa
Un reconocido medio de comunicación lanzó la noticia de que Jeremith Hamilton estaba vivo y que se había mantenido oculto por un tiempo por razones de seguridad, dicha noticia causó revuelo, al otro día en la mañana todos los noticieros hablaron del asunto, el público estaba más que sorprendido, además de que todos querían saber más acerca de Jeremith y de lo que había sucedido. Se anunció una rueda de prensa, la cuál se llevaría a cabo en el gran salón de conferencias del edificio Hamilton, donde funcionaban las oficinas principales de Hamilton Inversiones en la ciudad de Chicago. Desde temprano se presentaron los medios de comunicación que recibieron la invitación a la rueda de prensa donde Jeremith se mostraría en público. En los alrededores del edificio también se aglomeraron otros medios televisivos, periódicos locales y blogueros. La aparición de Jeremith era la noticia del momento.*** Ese día Perla salió a visitar algunas tiendas de ropa para bebé, fue sola, Fabiola se qued
Jeremith había perdido las esperanzas de que Perla apareciera ese día, se despidió de su madre y los demás, luego subió a la habitación a descansar un poco, aunque su mente estaba revuelta con tantos sentimientos y deseos de ver a Perla. Dejó el celular sobre la cómoda, seguidamente se quitó la chaqueta y la dejó sobre el perchero, luego se sentó al borde de la cama y se inclinó para soltar las agujetas, de pronto el celular sonó, él levantó su rostro y miró hacia la cómoda con expectativa."Será Perla"Se levantó y caminó, rápidamente agarró el celular, obsevó la pantalla y vio que era un número internacional, aunque no sabía exactamente de dónde, pero estaba casi seguro que si se trataba de ella, le dio contestar.—¡Perla!—¡Jeremith!—Perla, estaba esperando que llamaras. —Se oyó un sollozo.—No había visto los noticiarios, por eso tardé en llamarte.—¿Dónde estás?—En Colombia… eras tú el que estaba en le jardín?—Si.—Oí tu voz, pero creí que era una jugada de mi imaginación, de
Perla despertó después de su noche de bodas, se percató de que se encontraba en una lujosa e inmensa habitación, parecía como de un cuento de hadas, demasiado lujosa para la capacidad económica que tenían ella y su esposo que apenas ganaban el sueldo mínimo con sus empleos. Se dijo dentro de sí:"Damián debió gastar meses de su sueldo que recibe en el bufete."Vio su vestido de novia y sus zapatos sobre un diván, también se encontraba el traje de su esposo.Volteó a mirar hacia el otro lado de la cama y sonrió, allí estaba él durmiendo, Perla asumió que se encontraba profundamente dormido, seguramente al igual que ella no recordaba casi nada de la noche anterior. Se acercó a él, Damián estaba de medio lado dándole a ella la espalda, Perla muy cariñosa tocó su brazo, se percató que lo velludo, nunca antes lo había sentido así. Sin embargo le habló. Con una voz apacible le dijo:—Buenos días esposo. Él abrió sus ojos, notó de inmediato que se encontraba en una habitación que no había
Jeremith se percató que se encontraba en un lujoso hotel de la ciudad de Chicago, subió al ascensor y regresó a la habitación, tomó su billetera, miró hacia la cama preguntándose por dentro en todo lo que había sucedido, no recordaba absolutamente nada, decidió llamar a Arturo desde el teléfono de mesa, pues no tenía el celular, Arturo no contestó el teléfono, entonces le marcó a Reymond, su otro primo.—Reymond, es Jeremith.—¡Jeremith! Al fin apareces, ¿dónde has estado metido todo este tiempo?—¿Qué? ¿De qué hablas? Anoche estuvimos en ese bar.—¿Te refieres al bar donde fuimos hace dos días? Oye, te estuviste divirtiendo en grande, pero mi tía te quiere matar, si no fuera porque andas con Arturo y habríamos llamado a la policía.—No tengo idea de dónde se encuentra Arturo.—Bueno, ven a la oficina, te perdiste la junta, después iremos a la mansión, no olvides que hoy le partiremos al abuelo su pastel de cumpleaños durante el almuerzo.—¿Pero qué día es hoy?—Lunes.—El sábado fuim
Arturo regresó a la mansión y subió las escaleras, aún no había llegado al rellano cuando Jeremith apareció y posó sus ojos sobre él con reproche.—¿Dónde has estado? Te he llamado a tu celular y sale la contestadora.—Estaba por ahí, ya sabes.—Claro, te desapareces y no te importa el mundo.—¿Estás enojado conmigo?—¿De dónde salió esa mujer con la que me casé?—¿Te refieres a Perla?—Entonces si la conoces.—Es una amiga que ambos conocimos, ¿no lo recuerdas?—¿Por qué estoy casado con ella?—No lo sé, dímelo tú, simplemente te volviste loco con su belleza, me dijiste que te casarías con ella porque es la más bonita de Illinois, y que además ibas a restegartesa a Silvana por su cara.—¡Pero no la conozco!—Ya es tu esposa, pero podrías anular ese matrimonio si lo deseas, aunque no sé si se pueda cuando es posible que lo consumaron, ¿estuviste con ella? —Jeremith se veía desconcertado.—Ambos estábamos desnudos en la cama, pero no recuerdo haberla… no recuerdo si hicimos el amor.—No
Perla estaba aliviada, después de todo pronto se libraría de ese matrimonio. Arturo la llamó a su celular.—¿Qué te dijo Jeremith?—Anulará ese matrimonio, no está interesado en continuar con esto.—Seguramente lo convenciste.—No, fue él, es lógico que desee liberarse de mí.Arturo colgó el teléfono y dijo:—No dejaré que Jeremith anule ese matrimonio, necesito que todos la vean y se enteren que mi primo está casado con ella.Silvana Ricci había intentado reconquistar a Jeremith después que lo dejó plantado en el altar; ella huyó el día de la boda aparentemente con otro hombre, pero después lo negó, ella y sus padres dijeron a la familia Hamilton que había huido porque tenía nerviosos, la familia de Jeremith creyeron en la historia que los Ricci les habían contado, pero Jeremith no, él estaba seguro que su prometida le había sido infiel, y como era un hombre muy celoso, eso imposibilitaba la reconciliación. Sin embargo Silvana no se había rendido, tenía meses intentándolo, estaba con
Perla tomó su bolso, iba de salida al club nocturno donde trabajaba como bailarina. Se despidió de su madre y se marchó. Poco tiempo después llegó Jeremith a buscarla, cuándo Fabiola le abrió él saludó:—Buenas tardes. —Fabiola ignoraba todo lo que estaba sucediendo.—Buenas tardes, ¿Qué se le ofrece?—Necesito hablar con Perla.—Mi hija se marchó a trabajar hace algunos minutos, ¿usted quien es? —Soy su esposo.—¿Su esposo?—¿Su hija no le dijo que se casó conmigo el fin de semana?—¡No! ni siquiera sabía que Perla tenía novio.—Pues está casada conmigo, ¿en dónde trabaja mi esposa?—¿Si es su esposo por qué ella no le ha dicho dónde trabaja?—Eso no importa, solo dígame dónde está para ir a la buscarla.—Sabes qué, no le voy a decir dónde trabaja mi hija, usted es un mentiroso, ella jamás se casaría con ninguno sin antes decírmelo. —Él la miró por encima del hombro.—¿De verdad cree que un hombre como yo necesita mentir?—Mejor váyase y no venga más a molestar. —El en un tono imper