Arturo regresó a la mansión y subió las escaleras, aún no había llegado al rellano cuando Jeremith apareció y posó sus ojos sobre él con reproche.
—¿Dónde has estado? Te he llamado a tu celular y sale la contestadora.—Estaba por ahí, ya sabes.—Claro, te desapareces y no te importa el mundo.—¿Estás enojado conmigo?—¿De dónde salió esa mujer con la que me casé?—¿Te refieres a Perla?—Entonces si la conoces.—Es una amiga que ambos conocimos, ¿no lo recuerdas?—¿Por qué estoy casado con ella?—No lo sé, dímelo tú, simplemente te volviste loco con su belleza, me dijiste que te casarías con ella porque es la más bonita de Illinois, y que además ibas a restegartesa a Silvana por su cara.—¡Pero no la conozco!—Ya es tu esposa, pero podrías anular ese matrimonio si lo deseas, aunque no sé si se pueda cuando es posible que lo consumaron, ¿estuviste con ella? —Jeremith se veía desconcertado.—Ambos estábamos desnudos en la cama, pero no recuerdo haberla… no recuerdo si hicimos el amor.—No creo que con una mujer tan hermosa hayas pasado la noche solo durmiendo.—Necesito ver a esa mujer.Ella me dijo el nombre del pueblo de donde proviene —Le dijo el nombre del pueblo—. Alguien te dará la dirección de su casa, ya sabes que en esos pueblos todos conocen a todos.Jeremith de inmediato quiso ir a Lakewood, Arturo le dijo:—Te acompañaría, pero tengo que hacer algunas cosas importantes.—No te preocupes, iré solo, necesito hablar con ella, decirle que este matrimonio es una locura.—Entonces lo vas a anular.—Por supuesto, ni siquiera la conozco.—Por qué mejor no la traes a la mansión por algunos días, se la presentas a todos como tú legítima esposa, así harás que Silvana sufra, ¿Te imaginas su cara cuando vea a tu mujer? Perla es tan hermosa, todos los que se burlaron de ti seguramente se quedarán boquiabiertos, y ya no te sentirás como un perdedor.—¿De verdad es hermosa?—Demasiado, por eso se te ocurrió casarte con ella. —Arturo notó que Jeremith estaba pensativo, entonces insistió:—Perla es como una joya que todos los hombres codiciarán cuando la exhibas, y todas las mujeres anhelaran ser tan bellas como ella, sobre todo Silvana, te aseguro que comenzará a entender que jamás la podrás perdonar por lo que te hizo.***Jeremith salió de la mansión y se dirigió en su auto a Lakewood, necesitaba urgente hablar con la mujer que ahora portaba el título de ser su esposa. Mientras conducía pensó:"Debo ponerle fin a esta locura, no sé quién es ella, ni siquiera recuerdo bien su rostro."Las palabras de Arturo llegaron a su mente:«Me dijiste que te casarías con ella porque es la más bonita de Illinois, y que además ibas a restegartesa a Silvana por su cara»Pensó:"Está bien, muchas veces deseé conocer a otra y casarme para desquitarme con Silvana, pero jamás se me ocurrió actuar tan alocadamente. Aunque si es tan hermosa como Arturo dice me provoca llevarla a la mansión y presentarla a todos, incluso a los padres de Silvana, y por qué no, a ella también, para que le quede claro a todo el mundo que no soy un perdedor."***Perla estaba muy nerviosa, Savannah regresó a la casa.—Vi que Damián se marchó, ¿qué te dijo? —Notó que Perla estaba muy afligida—. Dime, te mal.—No sé si deba decírtelo.—Decir qué. —Perla se sentó en el sofá y se puso a llorar, Savannah se acercó y se sentó a su lado.—¿Qué te hizo ese canalla? Sabes que puedes confiar en mí. —Perla decidió decirle todo.—¿Ese tal Arturo qué es lo que trama hacer con esa boda falsa?—No lo sé, lo que me dijo no tiene lógica.—¿Qué te dijo?—Que Jeremith necesita vengarse de su prometida porque lo dejó plantado en el altar.—Pero de ser así, el mismo Jeremith debió pedírtelo.—Eso le dije, pero él quiere que Jeremith se convenza que sí se casó conmigo.—Será que desea que todo parezca real, pero es extraño.—Solo espero que no esté tramando algo peor, con su amenaza me demostró que es capaz de cualquier cosa.Alguien llamó a la puerta, Perla se puso aún más nerviosa.—¡Será él! —Savannah le dijo:—Iré a abrir, si es él ¿qué le digo?—Tendré qué atenderlo, hacer lo que Arturo dijo, o no lo hago le hará daño a mi familia.—Intenta disimular un poco que estás asustada.—Tienes razón, voy a ponerme polvo en la cara.Savannah abrió la puerta, Jeremith la observó, se dio cuenta que ella no era la mujer con la que amaneció en el hotel.—Buenas tardes.—Buenas tardes.—¿Perla Brown se encuentra?—Si, usted debe ser su esposo. —Jeremith sintió que eso chocó en su mente.—¿Podrías decirle que estoy aquí?—Por supuesto, pase y siéntese mientras ella viene a atenderlo. —Jeremith entró a la pequeña casa, cuyo tamaño quizás era igual que una de las habitaciones de su lujosa mansión, mientras estaba solo me observó a todas partes y pensó dentro de sí:"No tengo nada en común con esta mujer, me volví loco, mis deseos de venganza me condujeron a la locura."Aún estaba sumido en esos pensamientos cuando de pronto vió a una mujer que venía por el pasillo, era la misma que estaba en la habitación del hotel, esta vez la observó detenidamente, se dio cuenta que Arturo tenía toda la razón al decir que era hermosa, tenía un lindo rostro y una hermosa cabellera ondulada color oscuro. Ella se ruborizó en cuanto lo vió y escondió la mirada, simplemente no se atrevía a sostenerla cuando debía mentir.—Perla. —Ella agachó el rostro.—Si, soy Perla. —El se acercó más a ella.—Debes estar ofendida por lo que sucedió en el hotel, discúlpame, creí que eras una… ya sabes, estoy apenado contigo, no debí tratarte así, de verdad sé…—No te preocupes, yo también me sorprendí mucho, pero ya me contaron lo que sucedió.—¿No recordabas tampoco?—No.—¿Qué piensas al respecto? —Ella se puso nerviosa.—¿Pensar de qué?—Acerca de ese matrimonio.—Ya sabes que no recuerdo nada al respecto.—¿Pero qué piensas al respecto? —Ella se quedó callada, solo recordando la amenaza de Arturo, Jeremith se impacientó.—¿Por qué no respondes?—Pienso que está mal, no recuerdo nada y sé tú tampoco. —Jeremith suspiró silenciosamente.—Yo también pienso igual.Ella se esperanzó, pensó que Jeremith iba a anular esa boda, fácilmente se libraría de ella y a su vez Arturo no podría amenazarla.—¿Anularás ese matrimonio?—Por supuesto, espero que estés de acuerdo.—Si.—Se que pasó algo entre nosotros en ese hotel, quiero indemnizarte.—No hace falta ninguna indemnización, no soy una prostituta, solo quiero que anules ese matrimonio y que hagas de cuenta que eso jamás sucedió.—Pareces molesta.—Si, estoy molesta, yo no propicie esto.—Fue Arturo.—Si, fue tu primo.—Lo siento. —Ella se dirigió a la puerta y la abrió.—Ya todo está claro, ahora por favor vete, nos veremos en la corte para anular ese matrimonio.—Está bien, gracias. De todos modos deberías aceptar una indemnización por el mal rato que estás pasando.—Solo quiero recuperar mi libertad y olvidarme de que esto pasó.—Sí, tienes razón.Jeremith se marchó, dejando atrás a aquella mujer que le causaba tanta inquietud y que además era su esposa.Perla estaba aliviada, después de todo pronto se libraría de ese matrimonio. Arturo la llamó a su celular.—¿Qué te dijo Jeremith?—Anulará ese matrimonio, no está interesado en continuar con esto.—Seguramente lo convenciste.—No, fue él, es lógico que desee liberarse de mí.Arturo colgó el teléfono y dijo:—No dejaré que Jeremith anule ese matrimonio, necesito que todos la vean y se enteren que mi primo está casado con ella.Silvana Ricci había intentado reconquistar a Jeremith después que lo dejó plantado en el altar; ella huyó el día de la boda aparentemente con otro hombre, pero después lo negó, ella y sus padres dijeron a la familia Hamilton que había huido porque tenía nerviosos, la familia de Jeremith creyeron en la historia que los Ricci les habían contado, pero Jeremith no, él estaba seguro que su prometida le había sido infiel, y como era un hombre muy celoso, eso imposibilitaba la reconciliación. Sin embargo Silvana no se había rendido, tenía meses intentándolo, estaba con
Perla tomó su bolso, iba de salida al club nocturno donde trabajaba como bailarina. Se despidió de su madre y se marchó. Poco tiempo después llegó Jeremith a buscarla, cuándo Fabiola le abrió él saludó:—Buenas tardes. —Fabiola ignoraba todo lo que estaba sucediendo.—Buenas tardes, ¿Qué se le ofrece?—Necesito hablar con Perla.—Mi hija se marchó a trabajar hace algunos minutos, ¿usted quien es? —Soy su esposo.—¿Su esposo?—¿Su hija no le dijo que se casó conmigo el fin de semana?—¡No! ni siquiera sabía que Perla tenía novio.—Pues está casada conmigo, ¿en dónde trabaja mi esposa?—¿Si es su esposo por qué ella no le ha dicho dónde trabaja?—Eso no importa, solo dígame dónde está para ir a la buscarla.—Sabes qué, no le voy a decir dónde trabaja mi hija, usted es un mentiroso, ella jamás se casaría con ninguno sin antes decírmelo. —Él la miró por encima del hombro.—¿De verdad cree que un hombre como yo necesita mentir?—Mejor váyase y no venga más a molestar. —El en un tono imper
Jeremith llevó a Perla a la boutique de un reconocido diseñador, miró a la vendedora y le señaló hacia donde estaba Perla y le dijo:—Quiero atuendos que hagan que esta mujer parezca una dama como las mujeres de mi familia.—Enseguida señor Hamilton. Perla llevaba el conjunto dorado con el que iba a hacer su presentación en el club, encima tenía la bata que la cubría. Él la juzgó con la morada.—Esas fachas que llevas puesta se la entregas a la vendedora para que las deseche. —Perla lo miró con molestia.—Le pertenecen al club, no las voy a desechar.—Como quieras.Perla entró a una habitación a cambiarse, se probó distintos atuendos mientras que Jeremith se quedó en el recibidor esperando con impaciencia, los invitados al banquete del abuelo seguramente ya habían llegado a la mansión y su madre debía estar muy enojada. Miró el reloj, entonces le dijo a otra vendedora.—Ve y diles que se apresuren que se me hace tarde.Momento después Perla salió de aquella habitación, Jeremith se d
Ximena encontró a Silvana en el tocador, estaba llorando.—No te pongas así, mi hermano está haciendo todo esto solo para fastidiarte, lo conozco y sé que él no se casaría con ninguna mujer así sin antes avisar a la familia.—¿Escuchaste lo que dijo tu abuelo?—Ya sabes que el abuelo quiere que Jeremith tome el control de la fortuna de la familia, para que eso suceda Jeremith debe tener una hijo dentro del lecho matrimonial, a mi abuelo no le importa con cuál mujer Jeremith tendrá ese hijo, a él le interesa que seguir las costumbres de la familia, no lo tomes tan personal.—Jeremith me está humillando, esto ya es demasiado, mejor me voy a mi casa.—No, eso es lo menos que debes hacer en este momento, debes mantenerte firme y demostrar que amas a mi hermano, solo así vas a reconquistarlo. —Silvana se secó las lágrimas con el dorso de su mano.—Tienes razón, él solo desea castigarme.Jeremith llevó a Perla a parte, le ofreció una copa de champán.—Gracias.—Yo soy el que debo agradecert
Al otro día en la casa de los Ricci Silvana bajó a desayunar y estaba malhumorada, saludó y se sentó a comer. Su padre le dijo:—Ahora sí, dime qué no es cierto eso que dijeron.—No lo sé papá, Jeremith dice que se casó con esa tal Perla, pero yo no le creo.—Si es así eso será fatal para nosotros, una boda con Jeremith será lo único que nos salve de la quiebra, y si él se casó con esa mujer tú serás la culpable por haberlo abandonado justo el día de la boda.—¿Hasta cuando vas a reprocharme?—Si no hubieras cometido esa locura en este instante fueras la señora Hamilton, estarías desayunando junto a tu marido millonario y nosotros estaríamos tranquilos sin que la ruina nos respire en la nuca.***Perla también fue confrontada por su madre, ella no quería decirle la verdad de lo que sucedía, pero se vio obligada y le contó todo.—Entonces ese amigo tuyo te engañó, y tú no debiste casarte con él sin conocerlo.—Lo conocía… eso creí.Jeremith fue a la casa de Perla, ella estaba en la sal
Jeremith no se atrevió a regresar a la habitación en ese momento, lo hizo en la madrugada cuando ella ya estaba dormida. La luz de la lámpara de la mesa estaba encendida, Perla se había ido a la otra habitación. Se cambió de ropa, después se fue a su cama, estaba muy conmocionado por lo que le había hecho a Perla. Recordó esa mañana cuando despertaron desnudos en esa cama, Perla se veía tan asustada.«¡¿Quién es usted?! —¿Desde cuando las mujeres como tú preguntan en nombre de sus clientes?—¿Mujeres como yo? ¿Qué quiere decir con eso?—¿De verdad tengo que responderle? »Jeremith pensó dentro de sí:"Algo extraño está pasando, Arturo me tiene qué explicar esto, Perla se casó conmigo tal vez bajo el efecto de una sustancia, por eso estaba tan asustada en esa suite."En la mañana Perla despertó, necesitaba buscar ropa en ir al baño, abrió la puerta del cuarto donde había pasado la noche y se asomó con cautela para cerciorarse de que Jeremith no estuviera presente, él ya había salido,
Silvana fue a visitar la mansión de de la familia Hamilton, Altagracia y Ximena la invitaron a pasar a jardín, se sentaron a charlar, Silvana les dijo:—Estoy ansiosa por saber qué es eso que me quieren contar acerca de Jeremith y esa mujer, espero que sea algo favorable para mí. —Ximena respondió.—De hecho sí es muy favorable.Ximena y Altagracia le contaron a Silvana qué Jeremith se había casado con Perla solo para llevarle la contraria a la familia, lo cual indicaba que él no estaba enamorado de su actual esposa; Silvana sonrío complacida.—Entonces no la ama cómo intenta demostrarlo, no será nada difícil hacer que se divorcien.—Sí querida —Agregó Altagracia—. Ahora más que nunca tenemos que estar unidas nosotras tres para hacer que mi hijo se divorcie de esa mujer lo antes posible. Me confesó que no es rica cómo nos hizo creer, sabrá Dios de dónde lo habrá sacado, a esa tal Perla se le nota que es una corriente.***Perla se encontraba en su casa cuando de pronto sonó el timbre.
En la mañana habló con Reymond, le contó todo.—Creo que le estás dando mucha importancia a esa bailarina.—Pero ya no más, Perla no me interesa, solo me sentía culpable porque la forcé a estar conmigo, o eso creo, tal vez fingió que no quería, o sé, si por lo menos pudiera recordar todo.—Entonces prepararé el documento para solicitar esa anulación.—Aunque debo esperar dos semanas.—¿Por qué?—Perla podría estar embarazada de mí, antes de anular ese matrimonio tengo que asegurarme que no lo esté, le mandaré a hacer un examen, si resulta positivo la llevaré a practicarse un aborto.—¿Ella está de acuerdo?—No me dijo nada al respecto, me aseguró que no está embarazada, pero no puedo confiar en su palabra.—Es verdad, en muchos casos se embarazan para aprovecharse.—Entonces la anulación de ese matrimonio será dentro de dos semanas.***Pasaron varios días, Jeremith jamás volvió a aparecer por la casa de Perla, ella no tocó el cheque y regresó al club a bailar. Jeremith aún no había s